En medio de los brutales ataques sobre la Franja de Gaza, la ONU ha emitido una grave advertencia sobre la situación humanitaria, destacando que casi la mitad de la población de Gaza enfrenta hambre severa.
La agencia del Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha revelado cifras alarmantes, señalando que alrededor del 40% de los habitantes de la Franja de Gaza se encuentra en una situación de «hambre severa». En el norte de la región, la más afectada por los ataques diarios de Israel, el 97% de la población carece de alimentos suficientes, y prácticamente nadie completa una semana entera con acceso regular a la comida.
El secretario general de la ONU ha invocado el artículo 99 de la Carta de Naciones Unidas para alertar al Consejo de Seguridad sobre la emergencia humanitaria en Gaza. En respuesta a los bombardeos israelíes, más de 350 personas han perdido la vida y 900 han resultado heridas en las últimas 24 horas.
El Ministerio de Sanidad gazatí informa que el total de fallecidos desde el inicio de la guerra hace dos meses supera los 17.100, con más de 46.000 heridos.
La situación se agrava con la intensificación de los ataques en el sur de la Franja de Gaza, donde dos de cada tres habitantes ya enfrentan escasez de alimentos. El PMA reporta que apenas la cuarta parte de las tiendas utilizadas para la distribución de alimentos está en funcionamiento. El fin del alto el fuego ha interrumpido la entrega de ayuda humanitaria y alimentos desde el paso fronterizo de Rafah, exacerbando la crisis alimentaria.
Una corresponsal del canal turco TRT no contuvo las lágrimas al reportar en vivo el sobre el bombardeo israelí del complejo habitacional en el que vive en Gaza (Plataforma Palestina hoy)
Los hospitales en Gaza, ya abrumados por la magnitud de la tragedia, se ven aún más afectados. El hospital de Al-Shifa se ha quedado sin electricidad, mientras que el de Al-Aqsa ha recibido más de un centenar de cadáveres en las últimas horas.
Médicos Sin Fronteras informa que es la primera vez desde el inicio del conflicto en que el centro recibe más cuerpos de fallecidos que de heridos.
UNICEF denuncia las llamadas «zonas seguras» establecidas por Israel, describiéndolas como parcelas de tierra estéril sin agua ni refugio adecuado, lo que contribuye a la propagación de enfermedades y sufrimiento humano.
La organización israelí pro derechos humanos B’Tselem advierte que «matar de hambre» a la población de Gaza constituye un crimen de guerra.
La vida en la Franja de Gaza es una «pesadilla inimaginable», con las posibilidades de supervivencia disminuyendo cada día. La crisis humanitaria persiste debido a la falta de combustible, alimentos, agua y medicinas. B’Tselem subraya que esta crisis no es un efecto secundario de la guerra, sino el resultado directo de la política implementada por Israel.
Los palestinos se reúnen frente a la sede de la UNRWA en Deir al-Balah a raíz de la guerra de hambre librada por la ocupación israelí en la Franja de Gaza, en medio de llamamientos a Egipto para que abra el cruce de Rafah y traiga alimentos y suministros básicos (Plataforma Palestina hoy)
Se estima que casi 1’9 millones de personas en Gaza han tenido que abandonar sus hogares, huyendo de la violencia y buscando refugio.
La comunidad internacional observa con creciente preocupación la situación en Gaza, pero no hace absolutamente nada. Se limita a hacer «llamados urgentes» es decir, acciones que más parecen actos de complicidad con este genocidio. En medio del sufrimiento continuo, la falta de una intervención internacional para proporcionar ayuda humanitaria se hace cada vez más evidente. Malditos hipócritas.
La entrada de suministros humanitarios «no es un gesto», sino un «deber» de Israel, apunta B’Tselem, la organización de derechos humanos israelí, que tacha de cínica la actuación del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pues «si Israel así lo desea, la crisis se resolverá». «Israel debe cambiar su horrible política», concluyen.
La crisis humanitaria en Gaza «no es un efecto secundario de la guerra, sino el resultado directo previsto de la política implementada por Israel», denuncia B’Tselem. «Cerrar los cruces y permitir una cantidad minúscula de ayuda que no puede empezar a satisfacer las necesidades de los civiles equivale a matar de hambre deliberadamente a la población», algo que el derecho internacional humanitario considera un crimen de guerra, según esta organización.
Estudiantes de Harvard pasaron 11 horas escribiendo los nombres de los palestinos asesinados en Gaza para crear conciencia sobre el baño de sangre israelí en la franja y exigir un alto el fuego allí (Plataforma Palestina hoy)