La luz del Ché
Hace más de medio siglo la CIA planificó y ejecutó el asesinato del Ché en las montañas de Bolivia. Con esta acción, desproporcionada por la logística y la cantidad de efectivos militares utilizados contra la columna guerrillera que el Ché comandaba, pensaba la oligarquía norteamericana que conseguiría enterrar la utopía.
Utilizaron en consecuencia todos los medios de propaganda para convertir al Ché en un mito, pero el Ché es un ejemplo vivo de constancia, de juventud, comprendió a muy temprana edad, su papel en la historia y en el proceso revolucionario de América Latina.
Pensaba el gobierno norteamericano que con esta acción se domesticaría al pensamiento revolucionario de América Latina, que al enterrar al Ché, se enterraría la utopía, los sueños de libertad, de igualdad, de justicia. Se equivocó la burguesía. Cometieron el error más grande de la historia al tomar la decisión de ejecutar el cuerpo del Ché. En ese preciso momento el alma del Ché se diluyó por cada uno de los cuerpos de los millones de jóvenes revolucionarios; sus pensamientos, métodos de trabajo, disciplina y convicción, se impregnaron con tal fuerza que hoy, varias generaciones después, sigue siendo el Ché el referente más grande de revolución y de juventud.
La rebeldía del Ché está presente en el accionar de nuestro proyecto de liberación, los caminos que nos indicó Chávez son los mismos caminos del Ché. Cuando hablamos de unidad, integración, antiimperialismo, autodeterminación, irreverencia, son los caminos del Ché, que con su accionar dejó sus huellas en los procesos de liberación de América Latina.
Las ideas del Ché nunca fueron domesticas, nunca se dejó influenciar por el dogmatismo del momento, siempre estuvo adelante su fuerza creadora, innovadora, de eso debemos aprender los jóvenes revolucionarios, esa debe ser la luz en nuestro horizonte.
Hoy cuando el gobierno norteamericano, sus medios de propaganda, los gobiernos títeres y nefastos de la derecha en América Latina, pretenden acabar de cualquier modo con el proceso bolivariano, incluyendo una salida militar, debemos no solo recordarle que por nuestras venas corre la sangre de los libertadores, de los revolucionarios, sino la de Chávez y del Ché.
Por: Fidel Madroñero / Constituyente de la A.N.C.