
La lucha (legal) por la III República ha comenzado
Me dirijo a todos vosotros, amigos y compañeros, no en función de ningún liderazgo que en absoluto poseo ni pretendo poseer, ni obedeciendo a un mesianismo personal que en ningún momento he sentido ni pienso sentir, ni empujado por un eventual espíritu visionario y profético que jamás, que yo sepa, ha encontrado cobijo en mi mente. No, me dirijo a vosotros, demócratas españoles, en un momento ciertamente difícil para la vida de este país que se debate en una crisis económica, financiera, política, social, institucional… sin precedentes en la historia, sólo como un  ciudadano de a pie, como un militante de base, como un luchador impenitente que, acostumbrado a jugarse la piel en el pasado arrostrando todos los peligros que en una guerra acechan al soldado,  vuelve a estar dispuesto al mayor de los sacrificios personales en aras de que la sociedad española consiga por fin entrar políticamente en el siglo XXI, transformando su anquilosada estructura actual (la monarquía borbónica instaurada por el dictador Franco) en una avanzada y modélica democracia de corte republicano.          
¡Váyase, señor Borbón! Su ciclo histórico ha terminado ya. Usted en estos momentos es sólo un cadáver político presto a descansar para siempre en el pudridero de El Escorial o bajo la rica y pesada losa del Valle de los Caídos, junto a los huesos de su amado caudillo.
¡Váyase, señor Borbón! Y déjenos a los españoles entrar en la verdadera democracia. La que sólo puede otorgar ¡La República!