La cuenta atrás. La geografía del cambio climático (2)

Tres: Despiste

Es el momento de despertarnos, no tanto porque estamos durmiendo sino porque estamos despistados, seducidos por las dudas que crean los que tienen intereses económicos en la utilización de combustibles fósiles.

¿Estamos dedicando nuestras vidas a qué? Cuando llevamos a cabo acciones que creemos que van a mejorar el mundo, ¿estamos teniendo en cuenta las próximas siete generaciones como hacen los nativos norteamericanos?

Nuestro despiste e inacción no tienen en cuenta que pronto, si no se hace un cambio radical, el planeta ya no podrá sostener vida humana. Entonces, ¿qué sentido tienen nuestros esfuerzos que no están ligados a frenar el cambio climático?

El estudiante se levanta. “¿Cuál es el sentido de la vida?”, pregunta. “Muy buena pregunta” responde el rabino. “Pero no la intercambies por una respuesta. Son las preguntas lo que nos une”.

Chris Cavanagh, “Storytelling for our lives in a time of crisis”, 2021.

Dos: Mascota

Huracán Harvey. Más inundaciones. Como cada año. Bueno, no, este es el peor. Voluntarios rescatando mascotas llenan las noticias. No vemos que en los barrios pobres (“de color”, dicen algunas noticias), donde están las industrias petroquímicas (siempre están en los barrios pobres), el agua que llega a los hombros de los que viven ahí está llena de tóxicos. Les daña la salud y enferman para siempre.

Por no ser mascotas.

Uno: Esto no es normal

¡Qué calor! ¡Qué bien!

Es el veranillo de San Martín.

¡Qué buen tiempo hace para ser octubre!

Disfrutando de que no llueve.

¡Qué agradable para hacer deporte!

Somos privilegiados por tener tan buen tiempo.

Hace años que no teníamos un enero así.

Hace mucho calor pero solo hay que esperar a que se acabe el verano.

El pantano se está secando.

Esto es más calor de lo normal.

Dicen que van a cortar el agua potable dos días a la semana.

Esto no es normal.

Cero

Cero no es nada. ¿Nada? No, ahora cero es todo. Los científicos del cambio climático dicen que España es la zona cero de Europa, la región del Mediterráneo más expuesta a los impactos del calentamiento global.

Nuestros campos. Nuestros árboles. Nuestros hijos. Nuestros nietos.

¿A dónde iremos?, ¿qué vamos a hacer?

Y pensábamos que cero era nada.

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