La crisis económica provoca un fuerte crecimiento del Partido Comunista de Japón
El Partido Comunista de Japón no pregona la revolución violenta, y sus miembros dicen que no comulgan con las doctrinas del ruso Lenin ni del chino Mao, ni siquiera con las ideas del movimiento estudiantil radical de los años 60 y 70. Pero la desilusión con los partidos políticos tradicionales y con los sindicatos ha hecho que el partido crezca a un ritmo de 1.000 nuevos afiliados por mes, mientras su diario Bandera Roja es leído por más de 1,6 millones de personas, según dirigentes.
"Este es el segundo país capitalista", afirmó Kimitoshi Morihara, vicepresidente del buró internacional del partido. "Pero ahora la situación es bastante difícil, particularmente para los jóvenes". La desreglamentación del mercado de trabajo ha facilitado a las empresas emplear y despedir trabajadores, y el tradicional empleado de por vida japonés ha dado lugar a la incertidumbre y salarios más bajos para la última generación que entró al mercado de trabajo.
El Partido Comunista Japonés, fundado en 1922, fue legalizado recién después de la Segunda Guerra Mundial. Desde los turbulentos años 60 y 70 ha sido un sempiterno partido de oposición. Actualmente sólo tiene 16 bancas de las 722 del parlamento, lo que lo convierte de todas maneras en el cuarto partido político del país, pero sus afiliados están aumentando, mientras que los de los demás partidos caen. Y se está haciendo sentir en la calle.
La manifestación del Primero de Mayo en Tokio, coorganizada por el partido, atrajo a 36.000 personas, muchos jóvenes.