IU y las llaves de gobierno envenenadas
La sorpresa electoral andaluza tiene tiene varios puntos de vista y aristas interesantes. Uno de los partidos que sale más reforzado es a priori Izquierda Unida. El partido ha conseguido doblar su representación en el Parlamento y ha superado el 10% de los votos emitidos, lo que le da la llave del gobierno autonómico. Sin embargo, si yo fuera militante de esta formación de izquierdas, no estaría muy contento. Voy a tratar de explicar por qué apoyándome en dos ideas: la situación interna del partido y, más importante aún, la historia de los partidos bisagra en las CC.AA. españolas.
En clave interna del partido, IU lo tenía todo para obtener un gran resultado electoral en Andalucía. En primer lugar, no es partido de gobierno, ni en la comunidad ni en el estado, por lo que su imagen no sufre desgaste por ese lado. En segundo, funciona como tercer partido donde caen los votos descontentos de uno y otro lado. La tercera razón es la tendencia al alza del partido (2008 Andalucía- 230.335 votos ; 2008 Generales- 317562 ; 2011 Generales- 359.521 ; 2012 Andalucía- 437.445). Este tipo de tendencias alcistas suelen resultar muy beneficiosas para los partidos pequeños porque les consolidan ante su nicho electoral como alternativas reales. La última razón, que sólo se ha visto a posteriori es que, aunque las encuestas dijeran lo contrario, el voto estaba muy poco polarizado razón por la cual la movilización ha sido menor y la participación ha caído.
Con todo esto, IU era caballo ganador sí o sí. Era su momento. Y sin embargo, el partido se ha quedado en el 11% del voto y representación ajustada. Por ello, me atrevo a aventurar que IU ha alcanzado su techo de votantes y, amargamente para ellos, es un techo que les sitúa muy lejos de ser una tercera fuerza consolidada con posibilidades de negociar de tú a tú con los dos grandes.
Veamos ahora algunos ejemplos en la historia de las “llaves” de gobiernos autonómicos. Adelanto ya que en todos los casos supusieron un desastre.
– Eusko Alkartasuna, año 1998, elecciones de Euskadi. El partido nacionalista de la tendencia izquierdista se presenta en solitario y consigue una nada desdeñable fuerza de 8% y 6 escaños, que les permite entrar en el gobierno con el PNV de Ibarretxe. En las siguientes elecciones forman coalición electoral con el PNV, y por tanto no podemos ver como les sentó la coalición (o sí, si nos vale la fuerza conseguida en el lasElecciones Generales). La siguiente ocasión en la que se presentan en solitario, en 2009, se descalabran no llegando ni a la mitad de los votos, y perdiendo 5 escaños.
– Esquerra Republicana de Catalunya, año 2003, elecciones al Parlament catalán. ERC consigue una fuerza del 16%, situándose como tercera fuerza, con la mitad de votos del primero. Se aliarán con PSC e ICV para formar el primer tripartit, con Maragall como President. Las siguientes elecciones, las de 2006, ERC cae al 14%. Reeditan el mismo tripartit, con Montilla a la cabeza. En el año 2010 ERC se despeña por debajo de la mitad de su fuerza, al 7%. Pasa de tercera fuerza a quinta.
– BNG, año 2005, elecciones al Parlamento gallego. El Bloque Nacionalista Galego consigue el 19% del voto. Mismo esquema que los anteriores: un gobierno de coalición autonómico después, el partido pasará a representar el 16% del electorado. En este momento se encuentran con graves desavenencias internas y en un proceso de refundación que no se sabe como terminará.
– CDN, año 2003, elecciones al Parlamento navarro. El partido regionalista mejor los resultados anteriores y se queda rozando el 8%. Se coaliga con UPN para formar gobierno. En las siguientes elecciones, la de 2007 cae hasta el 4,4%. Reeditan la coalición y pese a ser expulsados del gobierno en 2009, en las elecciones de 2011 el batacazo es de aúpa. Cae al 1,4% y no consiguen representación. Pocos meses después, las bases deciden disolver el partido.
Soy consciente de que las dinámicas en cada territorio y partido son muy distintas y que es arriesgado sacar conclusiones comunes de estas experiencias electorales. Sin embargo sí se pueden sacar algunas reducciones comunes, que podrían englobarse en una sola: en las elecciones autonómicas en España, ser llave de gobierno suele ser una experiencia envenenada, y resulta letal para los partidos en la mayoría de casos.
Para desarrollar esto expondré algunas hipótesis que lo expliquen:
1- Los gobiernos de coalición hacen políticas acordes con la ideología de los votantes del partido mayoritario. Los partidos minoritarios pagan ante su electorado las decisiones de un gobierno que no coincide con su color.
2- El llamado voto útil se agudiza después de que los partidos pequeños toquen poder porque el electorado los identifica como socios de gobierno de un partido mayor. Polariza el voto para sacar o mantener al gobierno.
3- El electorado de los partidos pequeños son reticentes al pacto porque quieren cambios radicales en las políticas. Mientras que el partido mayoritario de la coalición justifica ante su electorado las posibles concesiones, el partido minoritario puede aparecer ante sus bases como una formación que no está empleando bien su fuerza porque muchos de sus pactos tienen escasa visibilidad.
4- Los partidos minoritarios tienen a menudo (como le pasa en este caso a IU) que elegir entre mantener en el gobierno a un partido anclado en el poder o elevar a otro que casa menos con su ideología. Pierden crédito hagan lo que hagan.
Mi conclusión de todo lo expuesto es que IU en Andalucía tiene un panorama nada halagüeño, en el que deberán ser muy cautos a la hora de formar pactos. Más aún cuando, se mire por donde se mire, 12 diputados de 109 constituye una fuerza más bien baja, y por tanto IU tiene un poder que “no se merece” electoralmente.
Si en este momento actúan de una manera poco acorde con lo que realmente reclaman sus electores puede ocurrirles que en las siguiente elecciones IU no sea percibido como una alternativa posible, y se pierda entre la fuerza de dos bloques con mucho voto seguro como son PP y PSOE en Andalucía.
http://sintesisnianalisis.com/2012/03/26/iu-y-las-llaves-de-gobierno-envenenadas/