Pakhshan Azizi, la activista kurda encarcelada en la prisión de Evin durante casi un año, fue condenada a muerte el 23 de julio pasado por el Tribunal Revolucionario de Teherán por su pertenencia al Partido de la Vida Libre de Kurdistán (PJAK).
La jueza Iman Afshari, jefa de la Sección 26 del Tribunal Revolucionario de Teherán, dictó la sentencia de muerte contra Azizi, medida comunicada a su abogado el 24 de julio. Al conocer la noticia, las presas políticas de la prisión de Evin, en Teherán, organizaron una protesta en el patio durante varias horas, según informó la Red de Derechos Humanos de Kurdistán (KHRN).
Azizi ha estado privada del derecho a comunicarse con su familia o recibir visitas desde el 6 de julio de 2024 por orden de las autoridades de la prisión de Evin. También se le ha negado el derecho a dar instrucciones a su abogado durante su detención y fue sometida a torturas y coacciones para obligarla a hacer confesiones.
En una carta abierta enviada recientemente a su hermano desde la cárcel, Azizi narró las dificultades de ser mujer y kurda en Irán, haciendo referencia a los arrestos de miembros de su familia y a su propio arresto violento y a la consiguiente tortura severa que sufrió. También cuenta que estuvo recluida en régimen de aislamiento durante cinco meses, de su lamentable estado de salud y de sus frecuentes hemorragias. A su vez, subraya que todas sus acciones como activista kurda han estado dedicadas a abordar experiencias de la vida real y a reaccionar ante la represión histórica de las mujeres kurdas. Azizi afirma que el camino hacia una sociedad democrática radica fundamentalmente en la adopción de métodos democráticos para establecer una sociedad moral, política y bien ordenada.
La sentencia de muerte de la activista kurda se dictó mientras Warisheh Moradi, integrante de la Sociedad de Mujeres Libres del Kurdistán Oriental (KJAR), que fue detenida en Sine (Sanandaj) al mismo tiempo, espera una sentencia por los mismos cargos. Sharifeh Mohammadi, que integró Comité de Coordinación de Organizaciones Laborales hace más de una década, fue detenida en diciembre del año pasado y condenada a muerte por el Tribunal Revolucionario Islámico de Rasht por el cargo de traición el pasado 14 de julio.
Según Human Rights Watch, después de las protestas nacionales “Jin, Jiyan, Azadî” (Mujer, Vida, Libertad) en 2022, las autoridades de la República Islámica de Irán han tomado medidas enérgicas para recrudecer la represión de las mujeres activistas y defensoras de los derechos humanos, al mismo tiempo que han dictado duras sentencias para silenciar a opositores y disidentes.
FUENTE: Medya News / Traducción y edición: Kurdistán América Latina
