“El corazón tiene razones que la razón no entiende” Blaise Pascal
autora: Kris Trappeliers
«La intuición es, según el diccionario de la RAE, ‘la facultad de comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad de razonamiento’. Así, un buen diseño o un diseño intuitivo es, de alguna manera, capaz de hacernos comprender su dinámica o funcionamiento de forma inmediata.8 jul. 2011». «Dicho de otro modo, la inteligencia intuitiva es la capacidad de aprender habilidades complejas y resolver problemas de manera inconsciente.
«Pensamiento intuitivo, es, según la epistemología, un conocimiento que se adquiere sin la necesidad de emplear un análisis o un razonamiento anterior. … Ahora bien, el pensamiento es un concepto más conocido aún, el cual se refiere a la evocación mental de ideas o imágenes.
Método Científico y Método Intuitivo
«Tanto Ciencia como Intuición son dos modos de conocer la realidad. Dicha adquisición de saber, si bien difieren del modo en que se alcanza, es para cada una de estas vías un conocimiento sólido de aquello que se capta.» Fuente: Wikipedia
¿Cómo considerar método a algo que se ignora cómo surge y que aparece y se desvanece sin que la razón lo sepa?, o al menos, que nos conceda una respuesta que nos satisfaga para la comprensión de esta percepción que no se puede -medir, contar o pesar-, pero, que ya tenemos la certeza, la evidencia, que la intuición es una cualidad de nuestra inteligencia que se va desarrollando al mismo tiempo que lo hacemos nosotros por la evolución. Podemos comprender el objetivo del Método Intuitivo sin que importe cuál sea la materia investigada, pues ambos métodos, intuitivo y científico buscan alcanzar la misma meta. Las dos disciplinas son parte de una misma realidad. El pensamiento intuitivo es, para mí, un sentido de amplio espectro que aglutina además todas las disposiciones en que la intuición interviene. Y lo hace, sin que lo advierta nuestro consciente, como una rutina automática en muchos de los quehaceres cotidianos de nuestras vidas, en los circuitos personales en los que compartimos espacio y tiempo. Pero ese sentido que se intuye y es espontáneo, es decir, instantáneo, está aprendiendo en todo momento, no necesita otra cosa para aprender más que seguir vivo para experimentar y así poder actuar en Ella (nuestra vida). Pongamos como ejemplo a la Audacia, innata, espontánea que surge al margen de la razón, actúa invisible ante los sentidos y sus cualidades físicas no sirven para nada ni saben siquiera su por qué. Lo audaz se identifica con el hecho. No planifica, no predispone. Se puede ser audaz y no saber leer, ser un analfabeto. Como de ningún modo le asegura ser audaz al intelectual por ser poseedor de más conocimiento. Por lo tanto, nos hace reconsiderar a la audacia como a una expresión/acción intuitiva. Mí opinión, es que el pensamiento intuitivo que se remonta como intuimos a los anales de la historia, que, como otras cualidades nos vino de serie. Creo que los animales también intuyen, pero con la capacidad primitiva de nuestros prehistóricos ancestros y porque les va la vida en ello, por pura supervivencia. Creo que en los humanos la intuición se sofistica con el transcurso de la existencia y que la fertiliza la experiencia; en este caso, el sentido intuitivo es para nosotros una cualidad cargada de futuro que tendrá un protagonismo aún más importante, pues todo indica que la inteligencia intuitiva en medio o largo plazo se habrán esclarecido muchos de los enigmas que a día de hoy todavía ignoramos, pero que entraña nuestro cerebro del que sabemos que es un territorio de nuestra anatomía aún por explorar profundamente. Y sabemos también que en lo espontáneo se manifiesta siempre la verdad como si fuese un estornudo.
LA INTUICIÓN ES EVIDENTE
Ciencia e Intuición, dice el profesor Ricardo Arturo Osorio Rojas, en su libro Método Intuitivo y Método Científico, son dos modos de entender la realidad. Se pronuncian también, Ramón Ruiz en Historia y Evolución del Pensamiento Científico, México 2006 y Jerome Bruner en El Proceso de la Educación, México 1968,
que:
“…según numerosos filósofos y expertos en ciencias sociales es el principio de la organización de los seres humanos primitivos y de la ciencia que en un futuro no muy lejano, fue su estandarte de planificación”.
“El pensamiento intuitivo es aquel proceso cognitivo que no está sujeto a un previo análisis o deducción lógica.”
“El pensamiento intuitivo es tan antiguo como la humanidad. La lucha hombre-naturaleza por la supervivencia MUTARÍA DE SER INTUITIVA E INDIVIDUAL EN INTUITIVA Y GRUPAL.”
“El pensamiento intuitivo es un producto del inconsciente por lo que no está sujeto al método científico.”
Y añaden además que,
“El pensamiento intuitivo, tiende a ser concreto en la forma de llegar a las conclusiones. NO EXISTE LA CASUALIDAD. Las consecuencias directas del pensamiento intuitivo son la comprensión de la limitación natural de los recursos.”
El profesor Osorio Rojas, por otro lado, define a la intuición como, «una percepción íntima e instantánea de una idea o una verdad, tal como si se tuviera a la vista (…). Como: «la facultad de comprender las cosas instantáneamente (…) También alude el profesor a lo que para él es la intuición: «*Una percepción (captación, aprehensión) *Íntima facultad (innata) *Instantánea (directa) *De una idea o una verdad (realidad, objeto) *Como si se tuviese a la vista (verdadero, evidente) *Sin razonamiento *Tanto Ciencia como Intuición son dos modos de conocer la realidad.»
El sentido intuitivo pertenece al subconsciente y se basa sobre todo en la experiencia de la que se nutre y con la que se retroalimenta, que almacena como información en la que apoyarse y deque servirse para obtener de manera instantánea en los aconteceres que están a punto de producirse o estando en ellos. Elaborando una reacción o barajando cuales son las mejores soluciones que se pueden adoptar; todo ésto sucede cuando la intuición interviene sin que nuestra parte consciente lo detecte. De esta manera es posible conseguir que sean útiles las corazonadas que presentimos de forma autónoma e independiente de la razón. Dicho de otro modo, la intuición no atiende a razones. Es, digamos, dentro de nuestra mente en su subconsciente cognitivo quien se dedica a detectar aquello que pueda perjudicarnos y también con su detección precoz pueden ayudarnos a corregir, si sabemos cómo hacerlo, cuando las decisiones cuando son inapropiadas o conllevan a riesgos, que antes de que puedan convertirse en problemas nos alerta con corazonadas y presentimientos para que no se hagan hechos que nos afecten. En estos casos, la intuición puede servirnos como una herramienta extraordinaria y es esencial que se ponga mucha atención para comprenderlos. Cada vez prestamos más dedicación a lo que intuimos. Sectores empresariales dedican sus esfuerzos a la anticipación que les conceda un minuto de margen a la hora de tomar decisiones que tienen que abordar con urgencia y cuya categoría son de alto riesgo. Tener el control de lo que nos avisa con luz roja en paso incierto que se de, puede cambiar el rumbo de la vida. La intuición es un recurso que para la razón es poco más que una ocurrencia, ignorante de todo, pero lo cierto es que hoy es una cualidad que se aprecia y se sigue con mucho interés su progreso y su desarrollo, para el bien común o el individual. Y más en el tiempo que ocupamos que es vital estar alerta por las amenazas que se ciernen sobre este presente; algunas acuciantes y nunca vividas antes, todas cruciales La Intuición ha sido en el pasado la voz que inspiró al sueño y él inspiró a su vez a la idea de la que surge el objetivo. Si antes no se hubiesen intuido no estaría yo escribiendo ni usted leyendo lo que escribo. ¿Acaso nuestra vida no es una constante intuición que a menudo nos asiste? Desde hace unas décadas a esta parte ha proliferado entre algunos historiadores investigar las próximas dos décadas del porvenir porque consideran que ir más allá de ese tiempo hace muy posible que las predicciones sean blanco de conjeturas insolventes, sin una fiabilidad consistente para dar los pasos seguros que nos eviten problemas indeseados en los que, lamentablemente, se debilitan hasta las mejores intenciones, sobre todo estando inmersos en una emergencia global sanitaria como es una pandemia. Creo que nunca se había experimentado una diáspora temporal en el mundo académico de la Historia dando la vuelta a su enfoque. Relacionamos al historiador con el pasado, con lo acaecido; como a alguien que estudia los pasos andados pero, también es Historia la que está llegando con los pasos que deban darse una vez aquí. Cambia el tiempo y en su metodología sólo algunos instrumentos, porque el historiador en esta ocasión tiene que intuir un hecho que aún no ha sucedido. Lo hará cuando sean contestadas sus dudas y resueltas sus pesquisas de forma correcta, ya que en la historia que viene será primordial poder contar con el tiempo justo para reaccionar en lo posible sobre las decisiones. Las historiadoras y sus compañeros de oficio asesorarán a los gobiernos con sus investigaciones y en base a sus estudios. Serán los nuevos socorristas sociales con los que cuente la humanidad, que, junto a los filósofos y a los poetas, han sido y son las tres patas del trébede donde se cocina a fuego lento nuestra vigencia.
“Sabemos más de lo que decimos”. Con esta rotundidad se refirió el polímata Michael Polanyi sobre el subconsciente inteligente que se genera a través de la intuición sin precisar del consciente lógico más que estemos vivos. De manera más precisa porque aporta además cómo opera nuestra mente en su conjunto, el matemático Henrí Pioncaré sostuvo como argumento que, “Probamos por medio de la lógica, pero descubrimos por medio de la intuición.” En la actualidad y entre finales del siglo XX y principios del XXI, el psicólogo alemán Ger Gigerenzer, director del Departamento de Conducta Adaptativa y Cognición y director del Centro Harding para la Evaluación de Riesgos en el instituto de Max Planck para el Desarrollo Humano en Berlín, Gigerenzer profundiza en lo importante que es la intuición a la hora de tomar decisiones y vindica como mero «auxiliar» al consciente lógico del subconsciente inteligente. «Consideramos que la inteligencia es una actividad deliberada, consciente, guiada por las leyes de la lógica: reacciones, o intuiciones instintivas. Tenemos intuición sobre deportes amigo, qué pasta dentífrica comprar, y de esas cosas peligrosas. Nos enamoramos, tenemos la impresión de qué índice Dow Jones saldrá. » Es decir, nos servimos de la intuición para dar solución a lo ordinario, simple y confiamos ciegamente en todo lo que nos muestran los sentidos aunque a veces nos confundan. Nos conformamos en una especie de resignación al dejar en manos de la lógica que dominamos las prioridades, lo tangible, acallando la voz que nos mira y lo que no comprendemos por ese motivo lo maquillamos de azar que de poco nos sirve en según para qué. Si no abrimos la puerta nunca sabremos que hay al otro lado.
Benjamín Lajo Cosido
memorialista