Franz Fanon, la piel negra
El 6 de diciembre de 1961 fallecía, en condiciones difíciles, en el Estado de Maryland, cerca de Washington, en una clínica del gobierno americano, el Instituto nacional de la salud de Bethesda. Días después, el 12 de diciembre, su cuerpo fue transportado por una pequeña columna del ANL(Ejército de Liberación Nacional) que atravesó clandestinamente la frontera argelo-tunecina, allá fue inhumado, siguiendo su deseo, y sus cenizas fueron esparcidas con todos los honores, incluidos los militares, pocos meses antes de la oficialización de la independencia de Argelia.
Si Jean-Paul Sartre decía, en sus <<Reflexiones sobre la cuestión judía>>, que es el antisemitismo el que hace al judío, su compañera Simone de Beauvoir afirmaba, en <<El segundo sexo>>, que la mujer no nace sino que se hace, el martiniqués Frantz Fanon( nacido en 1925 en Fort-de-France- fallecido en Nueva York en 1961) aseveraba, influenciado por la fenomenología existencialista de los anteriores- que era el desprecio el que hacía al <<negro>> y el lo decía por experiencia propia, pues no pocas veces había escuchado lo de <<sucio negro>> o <<¡mira, un negro!> Precisamente es el insulto el que convierte al negro en objeto y el psiquiatra, instalado en Argelia en los tiempos duros de la revolución anticolonial, centró su mirada en este proceso provocado por el racismo en el negro que se ve despreciado, llegando a hacer suyo tal sentimiento y alienándose en su propia identidad, deshaciendo su propio yo, deviniendo un extraño a sí mismo.
Varios textos, que por aquí alcanzaron amplia notoriedad al iniciarse la década de los sesenta del siglo pasado, dejaron ver su grito contra la injusticia y en pro de una orgullosa reivindicación de la <<negritud>> de la que hablase su maestro Aimé Césaire( ayudado en tal conceptualización por otro poeta y político, Léopold Sédar Senghor), cuyo parlamentarismo desbordó al proponer el uso de las armas, al tiempo que despojando tal concepto de cierta aura mítico-poética de la que le habían dotado sus creadores. <<Los condenados de la tierra>>, <<Por la revolución africana>>, ensayos combativos sobre la revolución argelina( <<El año V de la revolución argelina>>), y muy en especial un libro, su tesis doctoral que no le sirvió como tal al ser rechazada por las instancias académicas por su carácter intempestivo, que creo que no está traducido al castellano: << Peau noir, masques blancs>>, obra en la que subraya la desgracia que supone para los negros los encasillamientos basados en la raza. La interiorización de la inferioridad de la que hablaban los psiquiatras coloniales que diagnosticaban las enfermedades mentales atendiendo a las presuntas características raciales lo que venía a suponer que muchos negros quisieran disimular su color, cuales Michel Jacksons cualquiera, con el fin de ser aceptados por la comunidad blanca. El dominio de esta y su concepción acerca de su superioridad frente a los salvajes negros venía de lejos; cómo no recordar la sandez del ilustrado Emmanuel Kant, en sus <<Observaciones sobre lo bello y lo sublime>>, de que con los negros es necesario el palo para que dejen de armar bulla ¡toma ilustración de la blanca!
Una vida agitada desde su Martinica natal a Nueva York, a donde fue a regañadientes afectado ya por el cáncer y donde tuvo todo tipo de zancadillas administrativas , y otras, antes de ser aceptado en el hospital; anteriormente había pasado por Francia en donde se unió a la lucha contra el nazismo en el ejército francés, y en el seno del que comprobó el desprecio y las diferencias de trato hacia los antillanos a pesar de las condecoraciones logradas en combate, por Túnez país en el que se refugió tras ser expulsado de Argelia por las autoridades francesas, y por supuesto por Argelia en donde estableció, primero, unos estrechos lazos con el GPRA(Gobierno Provisional de la República de Argelia), militando posteriormente en el FLN (Frente de Liberación Nacional) .
Decía Fanon: <<no tengo derecho, yo hombre de color, de buscar en qué mi raza es superior o inferior a cualquier otra raza. Mi libertad me reenvía a mí mismo. No, no tengo el derecho de ser negro. El negro no es, del mismo modo que no es el blanco. Los dos han de separarse de las voces inhumanas que fueron las de sus ancestros respectivos a fin de que nazca una auténtica comunicación>>. Lo que importa es el hombre, y si se ha de reivindicar la negritud es en la medida en que en el enfrentamiento con quienes te desprecian, los blancos que son quienes han puesto en pie esa metafísica que divide el mundo en << Bien-Mal, Bello-Feo, Blanco-Negro>> , se forja el verdadero ser, recuperando un estatus ontológico pleno, y no devaluado.
La palabra de Fanon representa el grito del Tercer Mundo reclamando su lugar en el mundo, echando por tierra aquella parcial y tajante afirmación hegeliana de que la Historia no había hecho notar su presencia en dos lugares: en Siberia(¡que se lo preguntasen al bueno de Dostoievski cuando allá estuvo emprisionado!) y en el continente africano…<<no queremos machacar a nadie. Pero queremos marchar todo el tiempo, durante la noche y el día, en compañía del hombre, de todos los hombres. Se trata para el Tercer Mundo de recomenzar una historia del hombre que tenga en cuenta a la vez las tesis a veces prodigiosas mantenidas por Europa pero también sus crímenes>>.
No cabe duda de que toda la tropa colonialista no se aplacó ante la muerte de este luchador anticolonialista y por la justicia, así como dato significativo se puede subrayar cómo al día siguiente de su fallecimiento, la policía, en Paris, recorrió las librerías para hacerse con todos los ejemplares de <<Los condenados de la tierra>> ya que según hacían constar tal obra representaba una amenaza para la seguridad nacional…más tarde mucho llovió y las esperanzas revolucionarias argelinas fueron secuestradas por la burocracia militar de turno, como por otra parte ya temió, con certera puntería profética, el propio Franz Fanon, que alertaba sobre <<las trampas de la conciencia nacionalista>> que podían abocar a que los sectores burgueses se hiciesen con el liderazgo nacional , y por medio del control gubernamental, mantuviesen la servidumbre económica con respecto a Europa o los Estados Unidos, bajo la fachada de Estados fantasmas neocoloniales, prostituyendo los proyectos originales de liberación por medio del turismo, el gusto por el consumo ostentatorio, su creación de una autocracia política, la instrumentalización de la retórica nacionalista para disimular su corrupción y reprimir la disidencia, mostrando su incapacidad a la hora de diversificar las industrias nacionales y desarrollar la autarquía económica, y su dependencia con respecto a los préstamos del exterior; e incluso alertaba contra los peligros de una etnización que llevara a exacerbar las identidades étnicas creadas por el reglamento colonial.
No se puede limitar, no obstante, la significación del martiniqués a los años de auge de las luchas tercermundistas y el anticolonialismo, y a su liderazgo y sus teorizaciones en dichos terrenos, sino que el quehacer de este <<guerrero-sílex>> -como le llamaba el poeta Césaire- cobra absoluta actualidad en estos tiempos de cara a los postcolonial studies, no sólo entendidos como lo que viene después de, sino que además de poner en entredicho las nefastas políticas coloniales europeas pretende descolonizar los saberes, en particular el saber de la historia, erigiendo una práctica intelectual específica que supone un descentramiento de la mirada y un desplazamiento del “pensamiento occidental”. Del mismo modo que pervive su actualidad, la de Fanon, contra el racismo y la xenofobia , en estos tiempos en los que aquellas contradicciones se han acercado a las mismas puertas de las ciudades europeas y si no que se lo pregunten al marido de la cantante Carla Bruni, o al organizador de los animados festivales de bunga bunga. La pertinencia dinamizadora de un pensamiento, el de aquel que finalizaba la obra varias veces citada: << mi última oración. ¡oh cuerpo mío, haz siempre de mí un hombre que interroga!>>
Iñaki URDANIBIA