Francia: la resistencia que podría tumbar al gobierno
Por Dave Sewell
Una ola de huelgas y protestas para defender los derechos de la clase trabajadora está provocando una crisis en el gobierno socialista francés. La nueva ley del trabajo del presidente Francois Hollande aumenta las horas de trabajo y da a los empresarios mayor facilidad para despedir trabajadoras
Los trabajadores de las refinerías han marchado contra la nueva ley. Solo los violentos ataques policiales a los bloqueos de los accesos a los depósitos de fuel consiguieron paliar una grave escasez de combustibles. El gobierno está vaciando sus reservas estratégicas en un intento de minimizar el impacto. Pero la mayoría de refinerías permanecen en huelga.
Los jefes de la terminal de importación de petróleo en Le Havre intentaron liberar suministros para aeropuertos, siguiendo las órdenes del primer ministro Manuel Valls. Y las trabajadoras marcharon de nuevo.
El representante de la CGT Fabian Bourdoulous dijo: “En el momento en que abrieron las válvulas, sacamos a toda nuestra gente en huelga. No van precisamente a relanzar la economía con lo que queda en esos tanques”
También en Nogent-sur-Seine, los trabajadores de la central nuclear están golpeando duro a los jefes. La planta funciona a la mitad de la capacidad, con una disminución de la producción de más de 1000 megavatios.
Olivier Michard, también de la CGT, comentaba: “como no sabíamos con qué intenciones llegaría la policía, preparamos nuestras barricadas bien temprano y en paz”
Asalto
Mientras tanto, miles de trabajadoras asaltaban la terminal de salidas del aeropuerto de Marsella. Era parte de un día de protesta en solidaridad con los trabajadores de Air France. Cinco trabajadores de esta empresa están a espera de juicio acusados de violencia contra sus jefes, a los que arrancaron camisas el pasado año tras el anuncio de despidos. Sus vistas fueron pospuestas.
El gobierno y la policía están librando una guerra de desgaste en los sectores líderes de las huelgas. Sin embargo, cientos de miles de personas marcharon la última semana y más sectores se unen a las luchas.
Los trabajadores de los autobuses en París están a punto de empezar una huelga indefinida el jueves, mientras que los estibadores decidieron marchar por un día.
Una huelga de tres días en la aviación comenzará el viernes. La próxima semana los sindicatos ferroviarios planean intensificar su acción en el tiempo para interrumpir el torneo de fútbol Euro 2016, que comienza el viernes de la próxima semana.
Y los sindicatos han convocado una manifestación nacional en París para el martes 14 de junio. Activistas en los lugares de trabajo que aún no están en huelga están usando esto como foco para la difusión de las huelgas.
El gobierno se ha referido a los sindicatos como una “minoría” que tiene al país “secuestrado”.
Pero la CGT sola tiene muchos más militantes que todos los partidos juntos. Las encuestas muestran repetidamente que la mayoría de la gente culpa al gobierno por los problemas y quieren que retire la ley.
El gobierno ha tratado de atraer líderes sindicales a negociaciones, ya que su única esperanza radica en convencerles de no intensificar la resistencia.
Crece el apoyo a las barricadas
Además de las huelgas, activistas en Francia han estado llevando a cabo bloqueos de carreteras y ocupaciones.
Sandra Cormier, una maestra en Nantes, comentaba al Socialist Worker, “Aquí hemos bloqueado la autopista y las líneas de tranvía. Nos levantamos temprano, tenemos una asamblea y a continuación, vamos juntos a nuestro objetivo. Entonces lo ocupamos, a veces construyendo una barricada y encendiendo hogueras. Esto causa un gran impacto y el objetivo es ‘bloquear la economía’ Dado que se trata de un número relativamente pequeño de trabajadores quienes están en huelga casi todos los días, esta es una forma de que otras pueden apoyarles. Pero lo más importante será ampliar y profundizar las huelgas para involucrar a más de la clase obrera.”
¿Cómo eliminaría la Ley del Trabajo los derechos fundamentales?
La propuesta de Ley del Trabajo del gobierno francés abre un agujero en los derechos conquistados de las trabajadoras. Es la carta de los jefes para conseguir despidos más baratos, más horas de trabajo y salarios más bajos.
Las empresas podrían despedir a los trabajadores que ya no vean rentables. Todas las empresas podrán iniciar programas de reestructuración actualmente restringidos a aquellas empresas en crisis financiera.
La medida central de la ley es el artículo 2. Permite que nuevos acuerdos laborales a nivel de empresa socaven los acuerdos nacionales o sectoriales, dejando a trabajadoras más desprotegidas y divididas. Esto terminaría efectivamente con la negociación nacional y permite una carrera hacia la pérdida de derechos.
Los jefes pretenden hacer retroceder los derechos de los trabajadores franceses. El liderazgo de la Unión Europea ha publicado recientemente recomendaciones apoyando al gobierno francés en su ataque.
El gobierno ha desmovilizado a algunos sectores de la resistencia al ofrecer concesiones. Esto también ha dado a otros sectores más incentivos para luchar, y empujó al poderoso sindicato patronal y a la hipócrita oposición conservadora a salir en contra de la ley.
Entre esto y una rebelión de algunos de sus parlamentarios que no son ministros, el gobierno perdió el apoyo parlamentario a su reforma. Se ha utilizado una parte de la constitución francesa que permite que se suspenda el debate parlamentario.
Pero todo esto ha reavivado la rabia y ha dado al movimiento nuevas fuerzas. Esto abre la puerta a la posibilidad de que una moción de confianza pueda derribar al gobierno.
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