Francia: ¡Frente al aumento de los precios de los carburantes: aumento general de salarios, de pensiones y de prestaciones!
La rapidez con la que las iniciativas han encontrado eco muestra la cólera suscitada en una gran parte de la población por la decisión del gobierno de aumentar los impuestos que representan el 60% del precio de la gasolina y el gasoil.
Los llamados profesionales de la carretera, la patronal del transporte, los propietarios del taxi, han encabezado esta revuelta anti-impuestos. Es verdad que ellos también sufren las consecuencias de la política llevada a cabo por Macron a favor de la minoría más rica de la sociedad.
Pero los millones de asalariados que son obligados a tomar su vehículo todos los días para ir a trabajar están afectados también duramente, por estas subidas. En un año, los precios a pie de surtidor han subido un 23% para el diesel y del 14% para la gasolina. ¿Qué trabajadores han visto aumentar su salario en igual proporción? Al contrario, desde hace años, en la gran mayoría de las empresas, para garantizar beneficios crecientes en este periodo de crisis, la patronal no ha cesado de bajar los salarios. Cuando cada vez más trabajadores tienen problemas para llegar a fin de mes, el gobierno ha anunciado ya que los impuestos continuarían aumentando cada año, al menos hasta 2022. ¡Frente a estos ataques y al desprecio del gobierno, los trabajadores tienen evidentemente todas las razones de protestar!
Macron y sus ministros pretenden querer instaurar una “fiscalidad ecológica”. Sería necesario ser muy ingenuo para creer estas mentiras. El aumento de los productos derivados del petróleo permite a sociedades como Total acumular beneficios record; los fabricantes del automóvil han desarrollados el diesel sin preocuparse de las consecuencias sobre la salud pública, ¡y es a los trabajadores a los que el gobierno hace pagar en nombre de la lucha contra la contaminación!
En realidad, la ecología sirve de pretexto para un chantaje de gran amplitud sobre la población: la asociación de consumidores CLCV ha calculado que el impuesto de los carburantes del fuel y del gas reportará al Estado 23 mil millones de euros este año. ¿Para que servirán esto formidables ingresos?
Ciertamente no para mejorar la suerte de los trabajadores porque el Estado no cesa de atacar sus condiciones de vida, congelando los subsidios a la vivienda y las pensiones, suprimiendo miles de empleos subsidiados… Este dinero no irá tampoco a los servicios públicos donde el gobierno no cesa de suprimir medios materiales y humanos, provocando el deterioro de la situación de los hospitales, de las residencias de mayores, de la educación, de todo lo que es más básico para la población.
¡Todos esto miles de millones substraídos a la población o economizados a su costa son destinados a responder a las exigencias de las parte más rica de la burguesía que domina la vida económica!
Los trabajadores solo podrán defender su poder adquisitivo y sus condiciones de existencia movilizándose. Si se conforman con llamamientos tan indefinidos como “abajo los impuestos”, se encontrarán forzosamente siendo los tontos útiles. Si la contestación se desarrolla, el gobierno hará quizá concesiones a la patronal del transporte y de la construcción ya que forman parte de su clientela electoral. Les otorgará quizá exoneraciones de impuestos o una forma de crédito-impuesto. Pero las concesiones que el gobierno podría ser inducido a hacerles, las hará pagar a los trabajadores de una manera u otra.
Para hacer prevalecer sus intereses, es indispensable que los trabajadores se movilicen poniendo por delante sus propias reivindicaciones que van más allá del problema de la gasolina. Frente a los aumentos de precios, tanto de los carburantes como de todos, es necesario exigir el aumento de salarios y de pensiones de jubilación, y de su revalorización automática cuando los precios aumentan; dicho de otra manera, su ajuste automático con los precios.
Al movilizarse en el campo de la lucha de clase, los trabajadores, que producen todas las riquezas, tienen los medios de imponer sus exigencias. Gracias a su fuerza colectiva y al arma de la huelga, podrán bloquear la economía con mucha más seguridad de lo que puedan hacerlo los cortes de carretera.
Editorial de L.O.-Boletines de Empresa
29-10-2018
Traducción de Francisco Ponzán