Renato Núñez recibió el sábado, cuando estaba en su casa, la visita de la Guardia Civil para notificarle que tenía una citación de la Audiencia Nacional. “Se me acusaba de un delito contras las instituciones del Estado por publicar en el Facebook un vídeo en el que quemaba la foto del monarca español”, explica este activista, impulsor de la Plataforma por los Derechos Civiles. “Era un vídeo en el que explicaba que eso, quemar una foto, en un estado que se dice moderno, no podía ser delito”, indica Renato Núñez. “No quemaba la foto llamando a quemar la monarquía ni a los Borbones ni nada de eso, solo opinaba que ese acto no debería ser un delito”. Así pues, señala, ejercía su derecho a la libertad de expresión.
Este miércoles declaraba en Compostela (“la AN debió mandar un exhorto para que pudiese declarar aquí y no tener que ir a Madrid”). Confía en que la causa se archive, “pues esto tiene que ser un error”. Calificaba de “surrealista” lo que estaba por vivir y no se le escapa el contexto de estos años con leyes y normas que supusieron recortes de libertades y derechos. “Intentan criminalizar todo, amedrentar, convertir simples opiniones en delitos…”.
Pese a la acusación, este activista no pierde el buen humor. “Estuve meditando si enviarle un escrito a Felipe VI preguntándole si le parece razonable que se gasten recursos públicos de los contribuyentes en perseguir personas por quemar su fotografía”, comenta. Una meditación que se materializó en una iniciativa: Contra o dispendio económico para perseguir a liberdade de expresión