España, un país en funciones. Ante los desahucios, una defensa numantina
Por Nacho Ezquerro
En una sociedad inversa donde las fuerzas del estado, ejecutivas y judiciales están al servicio de la banca y el capital,-eso es lo que se evidencia a través de las noticias-, la pesadilla de los desahucios continúa, la rapiña de apropiarse de una casa vendida a precios sobrevalorados en un momento y que la banca se haga con ella unos años después, a fuerza de desahucios, es la trampa legal perfecta, con la voluntariosa y servil disposición de la fuerza judicial, policial y el cerrajero de turno, que cobran sus salarios del mismo pueblo al que luego humillan, arrancándolos de sus casas.
No hay crisis, no hay conflicto. Todo es correosamente legal, lo que no significa que sea decente. Pero decencia y banca, no encajan bien en una misma oración.
La banca sigue adelante con su atropello a la población, utilizando de escudo a la fuerza judicial, valorados guardianes del Statu Fini, que no hacen sino seguir, cual títeres, las consignas establecidas por ese poder financiero, el verdadero estado en la sombra. Toda la Eurocracia al servicio de la banca. La impunidad en estado puro. El terror de ver cómo, de mañana, un pelotón de policías y la fuerza judicial, en defensa de los intereses de esa banca- que hace seis años atrás se autofinanció con el dinero público para resolver sus propias economías- , da la orden de ejecutar, -ágiles burócratas de por medio-, un desahucio y el estado, en lugar de defender a los ciudadanos, representa los intereses de la Banca y pone a su servicio, los servicios jurídicos y policiales.
Uno de esos desahucios se ejecutó en la mañana del viernes 22 de julio 2016 en Móstoles. Por 2500 €. La destrucción de la casa para hacer un butrón por parte de la policía supera varias veces ese importe. Se apostaron en la entrada del edificio, con una vestimenta propia de una acción antiterrorista para incautar una casa a una familia. Destruyeron la entrada del piso, al estilo de los israelíes con los palestinos, y, contra viento y marea desalojan, les desahucian el pasado, el presente y les quitan el futuro.
Mientras, una España infantil sigue en su estado de narcolepsia permanente, alimentada por los medios en una realidad triunfalista y naif, con el futbol, los certámenes de Chef y la caza de Pokemon, que ocupan la gran atención de los medios generalistas. Es la misma inconciencia, indiferencia, pasotismo y falta de formación civil colectiva que existe en Europa para con los inmigrantes, pero también es extensiva a los vecinos del barrio. La vergonzosa actitud de los medios generalistas, ciertamente no genera tampoco controversias con el sentimiento de empatía con los inmigrantes o desahucios por parte de los receptores.
No han leído a Bertolt.
Desatención, liviandad, dejación, y dejarse la piel, inconsistencias, primitivas políticas , ¿Políticos o Tertulianos?
Ni los fiscales, ni los jueces, ni la policía, tampoco el defensor del pueblo, ni los futbolistas, ni los cocineros de éxito, ni la curia, ni los sindicatos, ni los políticos nuevos o viejos, ni los medios generalistas, ni los nuevos partidos políticos, ni los actores o actrices, ni la universidad, ni las mareas estaban allí, porque es un caso más entre miles y porque somos como somos. Solo estaban los de siempre, medios alternativos, los de PAH, pero fuera de eso, ni el loro. Por cierto, tampoco los vecinos defendían contra el desahucio, que miraban con el rabillo del ojo los acontecimientos.
El pueblo tiene que defender al pueblo.
Porque el pueblo no es Rato, ni Pujol, ni Bárcenas. Al pueblo no lo reciben en audiencia privada por parte de un ministro.
El pueblo tiene que defender al pueblo.
Ni bufetes caros, ni defensas pagadas por amiguetes o por los propios partidos políticos. Pero el pueblo, la gente, nuestros vecinos, en ocasiones permanecen impávidos ante estos avallasamientos de una justicia a la carta del capitalismo.
La justicia que se ha quitado la venda de los ojos y no es igual para todos. Las togas pisan demasiado restaurantes caros, mucha moqueta y se escoran extrañamente para no mancharse y no manchar de casos controvertidos y que resulten afrentas al capital o a connivencias político-empresariales que repercutirán en su propio ascenso en el escalafón judicial. Así de simple y así de claro. Si muchos actores e intelectuales no toman posición para continuar en el medio, es comprensible que los integrantes de la judicatura también lo hagan.
Mientras a ti no te toque la mierda, todo bien. Eso es lo que demuestra gran parte de la población española y sus correspondientes representantes políticos y
por supuesto la sociedad europea. Lo hicimos con la antigua Yugoslavia, lo hicimos con Grecia. A medio plazo todo esto ha de pasar factura a una sociedad indiferente con sus propios miembros, en el caso de que no sepamos ajustar las tornas a tiempo. Por el contrario, Numancia, hace más de 2000 años, fue un ejemplo de resistencia ante la invasión de los romanos, en el 137 A.C. hasta el punto de que fueron capaces de preferir destruir la ciudad antes de dejarla en manos de los invasores, o de buscar soluciones, alternativas y resistir a la invasión frente al poder absoluto de Roma. Negociaron e intentaron por todos los medios no dejarse avasallar por la impunidad.
Nadedad, vacuidad, vaciedad, imprecisión de los partidos parlamentarios. Contagio generalizados de incapacidad y falta de compromiso y falta de pro activismo. Se les acabaron las ideas y la energía.
Quizás es hora de replantearse la forma en que intentamos frenar los desahucios, defender a los parados, quizás no lo estemos haciendo bien. Perdemos progresivamente todo por lo cual hemos luchado y trabajado. Nuestra casa y nuestro trabajo. Quizás sea necesario cambiar el estilo tan civilizado con el cual resistimos a que un casa de la cual somos propietarios o locatarios, ya pagada, por cuestiones menores sea desahuciada. Los representantes policiales amenazaron antes del desahucio que si había resistencia irían todos a la cárcel. Para asustar a la gente que se encontraba allí. Una elíptica forma de hablar de la Ley Mordaza y amenazar cualquier acción de resistencia. Quizás es hora de auditar cómo se dejan la piel los políticos en el parlamento, y que sean controlados/auditados por parte de colectivos no partidistas, agrupaciones civiles, anticipándonos para proponerlo también en la CEE -nido de lobbies-, que campan a sus anchas en los pasillos alegrando de varias formas la gestión de nuestros representantes para dictar leyes que luego modificarán la vida de millones de ciudadanos a kilómetros de allí.
Si Europa antepone intereses económicos a sociales, intereses financieros a derechos humanos y solo beneficia a empresas y a la banca, el proyecto europeo se caerá por su propio peso. Se huele cierto corporativismo político en la proactiva dejadez de los partidos, todos.
Quizás es hora de cambiar nuestra pacífica forma de expresar el desacuerdo y ser más creativos. Las redes sociales son una herramienta, no un fin en sí mismas, no son suficientes para hacer frente a la Ley Mordaza. Transmiten cabreo, denuncia, indignación, fotos, videos, que documentan lo acontecido, pero la gente sigue terminando en la calle, sin casa y perdiendo su patrimonio y su techo. Patrimonio que pasa a formar parte de la Banca.
¿Qué cómo hemos llegado a esto? Media España esta con un teléfono en la mano a la caza de Pokemon, mientras la otra está a la caza de un trabajo, pero lo que es noticia es la aplicación de móvil que despierta interés y a la vez moviliza a la gente, 3000 personas en la Plaza Mayor de Madrid.
Cuando esa misma gente no sale a quejarse por las situación de millones de parados, desahucios, de los inmigrantes, libertad de expresión, etc. Los Estadios se llenan, el futbol triunfa así como cualquier acontecimiento que invite al desapego, la falta de empatía, la insolidaridad y la falta de compromiso social. Claro que afortunadamente hay personas que siguen en la lucha, pero la comparativa con la liviandad social para con la lucha es geométricamente diferente.
Eso, es lo que cabe preguntarse. Porqué esa indiferencia para con nosotros mismos, nuestros vecinos, los parados, los inmigrantes, los desahuciados.
Va en sintonía con las votaciones, dónde el partido con más votos, esta corrompido por dentro, y sin embargo no hay castigo, por el
contrario, aún le van mejor las cosas en las urnas.
Va en sintonía con los partidos políticos que aúpan, recolocan, defienden imputados propios con los fondos que reciben de las urnas. Va en sintonía con la hipocresía de denunciar los indultos ajenos y luego reclamar propios. Va en sintonía con la justicia, que mueve las togas al tempo de las elecciones, y, vaya paradojas cierran, ralentizan o continúan casos antes o después de la elecciones. Va en sintonía con los fiscales que en ocasiones son claramente abogados progubernamentales en lugar de estatales.Va en sintonía con la actitud del Gobernador del Banco de España que reclama sacrificios y se sube el salario a sí mismo. Va en sintonía con la defensa de los animales y luego promover San Fermín. Va en sintonía con el desvergonzado ejemplo que dan aquellos que nos presentan como modelos sociales a seguir y resultan ser un fiasco de corrupción, organizando el robo para la corona (es decir roban para sus partidos políticos más su propia comisión) y para sí mismos. Va en sintonía, esa indiferencia, con el poco sentido común de políticos que priman su interés al general, siendo incapaces de renunciar, aunque su gestión bloquee a un país entero, en clara alusión al Sr. Rajoy que ya debería hace tiempo dar un paso al costado y desbloquear la actual situación. La historia se hará cargo de su falta de humildad y egocentrismo. Va en sintonía con la cobardía de sus propios compañeros de filas, que a cambio de la sopa boba y no cruzarse con el líder, dicen si a todo, tragando sapos y culebras. El PP es el mejor ejemplo, pero todos sabemos que esa sumisión al líder, se da en todos los partidos. Si, en esos también.
Empresarios corruptos, justicia escorada, políticos descafeinados que dicen rotundos noes unos días y rotundos síes al siguiente. Periodismo de tertulia, faldero y corporativista en los medios generalistas. Intereses autonómicos supeditados al interés de oligarquías provinciales que explotan el sentir identitario para intereses privados y empresariales. Un panorama desalentador.