
Esa fatídica fecha del 11…
La fecha 11 parece un algoritmo, un virus informático que se activase periódicamente desde el 11 de setiembre de 1973, fecha del golpe de Estado en Chile. Convendría localizar la secuencia para predecir y prevenirnos del próximo siniestro político y social.
Pero a diferencia de lo sucedido ese 11 de setiembre en Chile, como ocurre con todos los complots, confabulaciones o conspiraciones que tienen lugar en la historia del mundo, lo sucedido verdaderamente el 11 de setiembre de 2001 en Manhattan y lo sucedido el 11 de marzo pasado en Madrid nunca se sabrá “oficialmente” a ciencia cierta.
No hay nadie que, habiendo sido una pieza de la trama, esté dispuesto a contarlo. Y si lo hubiera y algo de ello se filtrase, nadie lo creería. Ya se encargarían de desacreditarlo quienes ostentan los “derechos” de la vox populi calificándolo inmediatamente de patraña o paranoia. Sin ir más lejos, fue lo que sucedió en Indymedia Madrid cuando aventuré conjeturas a raíz del sospechoso atentado de las Torres. Expuesta una hipótesis “razonable” sobre el 11-S, inmediatamente se aprestaron a contraatacar no precisamente desde el periodismo oficialista, sino vulgares navegantes núcleo de ese medio alternativo tildando aquellas reflexiones de conspiraparanoia y similares… en lugar de tomarlo como una contribución más al esclarecimiento de tan extraño “suceso”…
Por otra parte, ese ser humano que hipotéticamente estuviese dispuesto a “cantar de plano”, estaría de tal manera vigilado que nunca llegará a saberse quién es… o fue. Con mucha mayor razón jamás podrá difundir su testimonio. Antes le habrán liquidado en un “ajuste de cuentas” típico de los manuales policiales que encasillan asesinatos sin explicación aparente. Recuérdese qué sucedió con los supuestos inmigrantes, supuestos miembros de una organización supuestamente terrorista, en una localidad de los alrededores de Madrid, que saltaron por los aires. Peligrosos testigos vivientes de una trama descomunal -debilitados además por su precario status– no podían pretender seguir viviendo…
Ni comisiones de investigación, ni diligencias policiales, ni sumarios judiciales van a desvelar nunca lo que únicamente podemos deducir desde la naturaleza de las cosas, que es tanto como decir de la condición humana, de la sociedad y de la propensión de ambas a influir y decidir sobre los acontecimientos desde la sombra .
Así es que, los que navegamos por las webs, que a nada estamos obligados, dejémonos de pensar sobre ambos asuntos como quieren los que confabulan y como quieren los medios que fingen tratar de descubrirlos.
Lo sucedido en ambas fechas lo imaginamos o lo “sabemos” por otras vías ajenas a la información/desinformación. Lo sabemos porque ha sucedido infinitas veces a lo largo de la historia de la intriga. Lo sabemos porque todos los cuerpos represivos del mundo son en eso iguales. Todos, mejor dicho, una pequeña parte de ellos, sirven coyuntural u ordinariamente a intereses puntuales.Y pueden hacerlo o colaborar fácilmente en una conspiración, porque cuentan con la obligada confianza general en instituciones dirigidas a proteger a la sociedad y no a amedrentarla; cuentan también, con el miedo que nos inspira no mostrarnos temerosos hacia ellos…
El 11-M y el 11-S son dos hitos demasiado decisivos como para atribuírselos al azar o a la perversidad de fantasmales vengadores. Y tan decisivos son, que ya se ha visto cómo dio un vuelco el mundo a partir de aquella fecha. Un país y una intelligentsia capaces de haber llegado a Marte, no pueden permitir que algo ocurra por azar. Todo estaba, y está, controlado. Abandonar la empresa de saber qué sucedió en uno y otro caso, es tan sabio como desistir de querer saber qué hay después de la muerte. Que cada cual saque por sí mismo sus propias conclusiones. Pero que no espere sacar algo en limpio de la lectura de las páginas y páginas dedicadas al asunto. Precisamente eso, la confusión, las cortinas de humo que originan las contradicciones forman parte de la trama y los fines calculados. Todo lo relatado desde los gabinetes de prensa e informes sirve para neutralizar, para obstaculizar precisamente el verdadero camino que conduciría a la verdadera verdad.