En la tormenta de los Estados Divididos de América
«De los árboles del sur cuelga una fruta extraña, / sangre en las hojas, y sangre en la raíz, / cuerpos negros balanceándose en la brisa sureña , / extraña fruta cuelga de los álamos. Lewis Allan, Strangle Fruit
«En el camino, me detuve ante un alto muro / Un cartel rezaba “ Propiedad Privada” / Pero en el otro lado no decía nada / Ese lado se creo para ti y para mí. Woody Guthrie
A cualquiera que haya visto los informativos de ETB durante los últimos años, le sonará la figura de Mikel Reparaz (Arbizu, 1975) que desde Nueva York presentaba sus crónicas en caliente, en primera fila. Ahora con la publicación de su «Las grietas de América. Bajo la piel de un país dividido», editado por Península, se puede comprobar que el periodista pisa fuerte el terreno en el que vivió , en el que viajó y al que volvió para rematar la faena, en forma de libro, que ahora presenta [ él habla de dicha geografía como si de su casa se tratara; pienso que no vendría mal un pequeño mapa que nos sitúe en el viaje y las poblaciones nombradas…aunque tal vez esta sea una carencia mía y no del libro] . A lo largo de las páginas se ve que no son cinco años los abarcados por la narración sino que la marcha atrás, en busca de los orígenes, viajan hasta los años fundacionales, y los posteriores a sus cinco años de estancia también..
Desde los primeros pasos de la travesía por la cresta de la ola, La época y El viaje, la marcha empieza con brío, lo que no decaerá a lo largo del paso de las páginas. Poniendo el acento en el pecado original que ya afectó a los presidentes fundadores( Washington, Jefferson y Lincoln) y que todavía perdura, latente y con explosiones de ira provocadas por la situación que origina el supremacismo blanco al sentirse amenazado por el supuesto ascenso de los negros. Un país en el que las concepciones del siglo XVIII ( Linneo al canto), con ampliaciones y retoques, siguen funcionando como guía a la hora de clasificar a los ciudadanos según sus colores, sus orígenes, etc.[ acabo de leer una noticia en la que se dice que The New York Times dice que los españoles no son blancos, ¡ cáspita!]. En todo el libro, pero en especial de manera brillante y como aperitivo sabroso donde los haya en las páginas 32 y siguientes ( hasta la 37 en concreto), Reparaz entrega unas lúcidas reflexiones sobre esa cosa llamada raza, su falta de base biológica, las falacias que oculta el concepto y las triquiñuelas y cambios legales a la hora de decidir la clasificación por parte de las autoridades ; subrayando el peso que tal división tiene en los USA, y el problema que supone, ejemplificado en su propia experiencia personal y en la de sus hijos que al llenar sus inscripciones ( fichas) debieron como todo cristo ( por cierto, Jesucristo es Negro lucen en sus camisetas algunos resistentes) elegir entre blanco o negro, aspecto que resulta absurdo ya que basta con mirar para ver qué color de piel tiene cada cual, dejando de lado la impertinencia e insignificancia de la cuestión. [ Me permito, sin pretender ponerme estupendo, que 1) Reparaz debería dar algunas lecciones a algunos compañeros suyos en lo que hace a los deslices de vocabulario que se dan en este terreno- lo que parece denotar que ETB no cuenta con un libro de estilo con respecto a este tema, cosa que en más de una ocasión se lo he hecho notar, humildemente; y 2) que el uso de la expresión afroamericana , da a entender claramente el color y el origen de quien se habla, asuntos que no se aplican a los euroamericanos, cosa que no sería desenfocada ya que los orígenes de los blancos, son irlandeses, británicos, italianos, etc., pues nativos, nativos lo que se dice nativos, solamente los indios, que fueron exterminados por bandas de brutos desalmados. Ya puestos a…. añadiré que color, color, lo que se dice color lo tenemos todos hasta los rostros pálidos y hasta los albinos, y no solamente los negros…el problema de nombrar /señalar tratando de no herir]. «El Gran Arácnido que anida en los recovecos del entramado del sistema democrático estadounidense desde su fundación»; presencia obstinada de tal Gran Arácnido que parece esfumarse en ciertos momentos ( Obama, Lyndon Johnson, Franklin Delano Roosevelt, o Abraham Lincoln y ciertas decisiones por ellos tomadas)para despertar más tarde con toda su furia. Aquí sucede lo que en el relato de Augusto Monterroso, y cuando desperté el bicho todavía estaba allí, ya que nunca se ha ido, y con sus mayor presencia o menor siempre está al acecho…y saca sus afiladas garras a pasear cuando ve su supremacía en peligro, más cuando las condiciones se le presentan propicias como es el caso de los tiempos de Trump que lo alienta…y un exhaustivo repaso de apaleamientos, disparos, linchamientos, torturas y hasta bombardeos contra poblaciones negras, con cifras impresionantes, con policías culpables, pero sin condena, jueces que les absuelven en una lista que es propicia para engrosar las páginas amarillas de la infamia.
Con tal centro de gravedad firmemente marcado, Mikel Reparaz se va a mover, y nos va a conducir , por la geografía de la muerte, entre dos poblaciones, entre dos tumbas, situadas en Baltimore y en Charlottesville, en las que están enterrados dos negros asesinados por blancos, claro está. Además de la prosa cuidada, lo cual es de destacar ya que a veces en este tipo de crónicas la prosa deja mucho que desear, es de destacar las compañías que se busca au milieu de la mêlée, participando en manifestaciones de protesta , charlando con los protagonistas, tanto con los que protestan como con los que reprimen, la conversación con un par de policías portorriqueños resultan significativas al dejar ver cómo las discriminaciones padecidas entre sus propios compañeros, discriminación que ellos, a pesar de todos los pesares, rebotan con respecto a los negros que mienten, son orgullosos…etiqueta extensible a otras latitudes, en el estado español con respecto a los gitanos, o en el Hexágono hacia los argelinos y otros habitantes de la banlieue. Asistimos a mitines, a museos, vemos monumentos, memoriales, en los que conoceremos la guitarra, para matar fascistas, de Woody Guthrie y conocemos sus andanzas y las de su amigo , más joven, Pete Seeger, asistimos a un concierto de Prince…relatos que sirve a Reparaz para mostrarnos sus gustos y su geografía íntima, entrelazar los aires de familia entre los nombrados y las corrientes folkies , más politizadas que los de la generación beat.
Su interés por conocer lo que sucede le lleva igualmente al corazón de los barrios, guetos, miserables, y las duras condiciones de existencia y las ansias de buscarse la vida, ante la cerrazón de muchas puertas, en negocios fuera de la ley; decía Félix Guattari , y cito de memoria, que en los márgenes queda reflejado el corazón del sistema…; es el caso de Freddie Gray, varias veces detenido por tráfico de drogas, a quien la policía partió el cuello y la columna, ya dentro del furgón, sin motivo ( si es que hay alguna vez motivos para tratar así a los ciudadanos), aplicándole el conocido como nudo de pierna, por una mirada, una carrera en un intento de librarse de molestias u otra detención, y una navaja: el motivo es que era negro, sino llega a ser el caso la cosa no habría tenido tal fatal desenlace, lo que suscitó protestas sin cuento, de las que Reparaz nos pone al corriente, asistiendo a las movilizaciones de protesta y al juicio que se celebra contra un neonazi que asesinó a una mujer que protestaba por la muerte de tal víctima.
No se pueden narrar todos los recovecos por los que nos arrastra Reparaz, mas sí que quisiera señalar que se deja acompañar, en ciertos momentos, por Orwell, Philip Roth, Margaret Atwood, Jack Kerouak, Charles Dickens, James Baldwin, Thomas Wolfe, Mark Twain, Henry David Thoreau, Herman Melville, mencionándolos en otras ocasiones, invitándonos a conocer los garitos en los que interpretaba jazz, con limitaciones unilaterales de los blancos con respecto a los negros, que no viceversa… y oímos a Billie Holliday en el Café Society, entonando la composición de Abel Meeropol (que firmaba con el nombre de sus dos hijos adoptados, huérfanos debido al asesinato legal de sus padres, los Rosenberg; profesor de instituto al que más tarde volveremos a ver, presentándosenos la foto que le inspiró a la canción, convertida en verdadero himno anti-racista) [ que por cierto he transcrito, en parte, al comienzo de esta comentario] , conocemos otros garitos en los que se reunían los resistentes, las gentes de izquierda que lucían con fuerza sus reivindicaciones antirracistas, anti-homófobas, etc, desde antiguos de las Brigadas Internacionales junto a votantes de Bernie Sanders . Oímos a los protagonistas, visitamos rincones de las ciudades, en las que se codean monumentos en recuerdo de los sudistas, con el contrapeso de una placa de hierro que menciona a un negro, vendedor de helados, asesinado en un brutal linchamiento. Se nos da a conocer paisajes…los cambios experimentados a raíz del ascenso de Donald Trump y sus constantes invitaciones a la mano dura, a la violencia…« un libro sobre la cara oculta de la primera democracia moderna; o sobre su cara más evidente. Sobre las desigualdades que construyeron el país desde la Revolución, sobre el poder de la supremacía blanca y la Resistencia que la combate desde el principio[…[ sobre la crispación que crepita bajo la piel de un país dividido y distorsionado»…sin evitar ciertos saltos hacia el sur del continente americano o hacia el otro lado del charco, y las manifestaciones nacionalpopulistas que florecen por tales lares en la onda de la Trumpocracia. El negro presente de la presidencia del de la onda rubia, no supone que en el terreno de la violencia policial hacia las minorías y muy en especial hacia los negros ésta hubiese desaparecido en los años de Obama…el supremacismo, la negrofobia y la violencia policial y ciudadana blanca hacia los negros es un mal endémico de la sociedad norteamericana, en el sur y en el resto de las latitudes….como de ello queda constancia en las páginas de la obra… Se nos da a conocer los entresijos de las organizaciones de lucha negras desde King y los Panteras negras, a los neos, y al Black Lives Matter del que se exponen las circunstancias de su nacimiento y sus componentes ideológicos , a la vez que se ofrecen pistas sobre ciertos libros que resultan de cabecera en tales ambientes; iniciativa, las vidas negras importan, que es respondida por otras rancias reivindicaciones del blanco y del azul, de los policías, de quienes se presentan los comportamientos brutales, las armas utilizadas, los métodos de tortura, los vídeos-solapa, las siniestras capuchas del Ku Klux Klan, y … los « no dispare», « no puedo respirar», repetidos una y otra vez, convertidos en lema de protesta y abiertos, desgraciadamente, a su repetición. De Freddy Gay hasta George Floyd, y los avances técnicos de los móviles y las cámaras de vídeo, haciendo que el mundo vea al instante la cara salvaje de la represión racista; « las escenas de guerra no han cesado durante este último siglo y medio, con tropas militares desplegadas en pueblos y ciudades de Estados Unidos periódicamente, enfrentamientos armados entre civiles y ataques racistas organizados».
Como ya he señalado todo los expuesto por Reparaz no se puede, ni se debe, nombrar, y así dejo de lado cuestiones que no son baladís a las que se pasa repaso pormenorizado en el libro: los tiempos de caza de brujas, la reconstitución del partido republicano y el paquidermismo, las campañas electorales y el retrato de los candidatos, más música y compromisos, Bob Dylan, Patti Smith, el punk y el rap; tampoco está ausente Malcom X, ni Angela Davis, ni los tiempos Reagan, ni el retrato del padre de Trump, un verdadero villano que dijese Guthrie, y el 11-S y sus consecuencias guerreras…y, por supuesto, Trumpistán con sus llamadas al odio, a las armas, al rearme de los grupos racistas y nazis, y las fronteras cerradas a quienes son considerados un riesgo para la pax americana…con el cúmulo de familias separadas, destrozadas, etc., etc, etc.
Creo que queda claro que estamos ante un libro francamente recomendable del que nadie saldrá indemne, ni desinformado, sino todo lo contrario, y conste que no conozco a Mikel Reparaz, ni le debo nada- tras leer el libro le debo una visión más completa de lo que sucede en el país de las barras y estrellas, y de sus avatares históricos- del mismo modo que él no me va a deber nada a partir de este comentario elogioso que no hace sino recoger la verdad, pura amén.