En defensa de la pedagogía de la tierra, del MST
Manifiesto en defensa de la reapertura de las Escuelas Itinerantes  del MST en RS La gobernadora de Río Grande do Sul, Yeda Crucius, y la parte derechista del Ministerio Público del estado está golpeando a las Escuelas Itinerantes del MST en Rio Grande do Sul, decretando el cierre de esas instituciones educativas. El hecho de proscribir esa inspiradora iniciativa educativa del MST forma parte de un proceso de criminalización y de expulsión del MST del estado, conforme viene siendo denunciado por las entidades democráticas de decenas de países. Para proteger los latifundios y las corporacionesen especial las de celulosa, Yeda y sus aliados quieren cortar lo que juzgan ser un «mal de ráiz»: la educación de niñas y niños, de los jóvenes y de los adultos que están acampados hace años, pues nada se hizo en pro de la Reforma Agraria. La gobernadora quiere silenciarlos. Los campesinos fueron expulsados de sus tierras por el poder del gran capital y ninguna alternativa económica les ha sido posibilitada. Por esa razón las banderas del MST ondean a la orilla de las carreteras que rodean los latifundios destructivos. Dignamente el campesinado resiste luchando por la democracia que, para ser verdadera, no puede prescindir de los medios económicos que aseguren condiciones de vida-humana. Y las Escuelas Itinerantes son parte de ese proceso civilizatorio. Las Escuelas Itinerantes del MST son espacios de conocimiento, creación y socialización con base en valores ético-políticos libertarios y democráticos. Son espacios públicos de formación humana, de crítica y de renovación del pensamiento pedagógico brasilero y latinoamericano. Estudiosos de diversos países las investigan y las difunden por medio de tesis, articulos, experiencias de educación popular, propgando idearios pedagógicos originalmente sistematizados y difundidos por Paulo Freire. Las Escuelas Itinerantes son lugares que están propiciando reflexiones que permiten construir un futuro mejor para la educación pública, gratuita, laica y autónoma frente a los intereses particularistas y mezquinos como los profesados por el actual gobierno del estado de Rio Grande. Exigimos la inmediata apertura de las Escuelas Itinerantes acompañadas por el MST, tambien con una garantía de que el poder público asegurará la infraestructura necesaria para el pleno funcionamiento de las mismas. Los firmantes del presente Manifiesto estaremos acompañando las acciones del gobierno estadual, en los sindicatos, en las escuelas, en las universidades, en las luchas sociales, promoviendo denuncias de los actos políticos hasta que a las escuelas vuelvan las niñas y niños, los jovenes y el profesorado que en ellas actuan.
Firmas iniciales:
Carlos Walter Porto-Gonçalves – Universidad Federal F
Eduardo Galeano – Escritor (Uruguay)
Emir Sader – UERJ, Secretario Ejecutivo de CLACSO
Gaudêncio Frigotto – UERJ
Ivana Jinkings –Editora Boitempo
Marcelo Badaró – UFF
Roberto Leher – UFRJ
Virgínia Fontes – UFF e Fiocruz
Premios ya recibidos por el MST por su trabajo en el campo de la educación:
– Premio Educación y Participación de UNICEF, en diciembre de 1995.
– Premio Alceu Amoroso Lima de Derechos Humanos en agosto de 1999.
– Premio Pluma Libertaria por la Escuela Itinerante, en octubre de 1999.
– Premio Itaú&Unicef – Finalista – «Por una Educación Básica del Campo», en
noviembre de 1999
Una educación crítica adaptada al campo
Para los sin tierra, la reforma agraria no se limita a la tierra y al capital, sino que implica también la reconstrucción misma de las personas como ciudadanos. De ahí la gran importancia de que todos los campesinos tengan acceso a la educación.
Desde sus comienzos, los dirigentes del MST han tratado de brindar a las familias instaladas en los asentamientos la instrucción suficiente para que aprendan no sólo a leer, contar y escribir, sino también a desarrollar su conciencia política para que ellos mismos hagan una lectura crítica de su realidad. Nociones como la reforma agraria, la justicia social y la lucha de clases forman parte de los cursos, así como la discusión sobre la realidad cotidiana de cada uno.
Convencido de que una organización sólo perdura cuando forma a sus propios dirigentes, el MST ha creado varias escuelas para sus líderes y un Instituto que prepara técnicos agrícolas en distintas especialidades (Iterra). Incluso una brigada médica se formó en Cuba en la Escuela Internacional de Medicina. Por otra parte, ocho universidades tienen convenios con el MST para la formación técnica de sus cuadros. Así, el movimiento atiende todos los niveles de educación.
En total, cuenta con unas 1.000 escuelas públicas en los terrenos que los sin tierra han ocupado desde mediados de los ochenta, donde unos 2.000 profesores imparten cursos para 70.000 estudiantes. En un primer momento, para reducir el ausentismo escolar y combatir el analfabetismo, el MST decidió ajustarse al calendario agrícola. Las clases, que tradicionalmente comenzaban en febrero o marzo, ya no coinciden con la siembra y la cosecha locales, concentradas entre enero y mayo, período de lluvias. Con esta medida, se triplicó el número de alumnos en zonas campesinas y se redujo a la mitad el analfabetismo y el abandono en muchas escuelas. El gobierno brasileño reconoció la experiencia metodológica del MST y decidió homologar las enseñanzas impartidas en sus escuelas. Esta concepción de Escuela Nueva supone la adaptación pedagógica al medio rural, respetando los “valores culturales del campo”, como la relación con la naturaleza, el espíritu de ayuda mutua, su percepción del tiempo, su vinculación a la tierra y a la necesidad de defenderla.