El sueño del burócrata sanitario produce monstruos

 

Por Juan Simó*
Como dice Xavier Marcet (aquí), las burocracias se regodean en planes, indicadores innecesarios y metodologías de una sofisticación eludible. Fruto todo de una pulsión controladora que alberga la vana aspiración de capturar una realidad compleja para meterla enterita en una hoja excel. Así, con la pretensión de gestionar la complejidad no consiguen otra cosa que aumentarla inútilmente. Aunque, a mi parecer, quien mejor definió la degeneración burocrática fue Carlos Castillo Peraza (aquí) mediante esta frase para enmarcar: “Burocracia es el arte de convertir lo fácil en difícil por medio de lo inútil“.
La charca del chapapote burocrático
Los burócratas chapotean a gusto en su endogámica charca de chapapote burocrático, principio y fin de su existir. Y cuando la organización está tan buroesclerosada, se sienten tan a gusto y seguros en su charca que a veces evacuan, sin percatarse lo más mínimo, un producto tan degenerado como el que estos días nos ha brindado el aparato gestor sanitario madrileño (aquí). Es tan endogámica su charca burocrática que ni se dan cuenta de lo cenutrio que ha de ser uno para protocolizar sus debilidades y miserias. Sobre todo, cuando ese uno es el principal responsable de haber llevado su atención primaria a esa debilidad y miseria. La excusa argüida, como siempre que uno quiere tapar sus vergüenzas gestoras, es el bulo de la falta de médicos (aquí) y, consecuentemente, la necesidad de que la Universidad ofrezca más plazas para su formación.
 
El bulo de la falta de médicos
Pero no sólo es Madrid. El grado de desfachatez no tiene límites ni conoce de colores políticos. El bulo de la falta de médicos está siendo engordado por los malos responsables sanitarios de uno y otro color desde hace años. Por ejemplo, así lo hacía el consejero extremeño a primeros de 2019 (aquí).
 
En el País Vasco también pero sin protocolo
La consejera de salud del País Vasco acaba de decir algo parecido al protocolo madrileño pero sin protocolo: centros que cerrarán, centros sin médicos, etc. Y todo por la “falta de médicos”. Eso sí, no ha desaprovechado la oportunidad para echar la culpa de esa “falta de médicos” a la Universidad que, según sugiere, debería producir más médicos (aquí).
Tras el revuelo, acude a la radio a explicarse mejor y vuelve a insistir en que hay que aumentar el número de estudiantes de medicina en las facultades (aquí). Es evidente que el sueño húmedo de volver a disponer de “petróleo barato” todavía habita en las calenturientas mentes de nuestros responsables sanitarios.
Nunca hemos tenido tantos médicos como ahora
El tiempo y los datos no hacen más que quitarles la razón pero ellos siguen desde hace años machaconamente con la matraca de la “falta de médicos”. ¿Cuándo se darán cuenta de que están haciendo el ridículo? La siguiente figura procede de la página 181 del último Informe Anual del Sistema Nacional de Salud 2020-2021 (aquí): nunca hemos tenido en España tantos médicos como ahora. ¿Faltan médicos o falta “petróleo barato”? (aquí).
Crecimiento de la oferta de plazas universitarias de medicina
En 2007 se decidió aumentar el númerus clausus en medicina. Los datos (aquí y aquí) nos dicen que, respecto del curso 2007-08, la oferta de plazas públicas creció un 21% hasta el curso 2020-21 (de 4.757 a 5.753). Sin embargo, durante el mismo periodo de tiempo, el número de plazas privadas se multiplicó por 5,49 (de 275 a 1.511). Las privadas significaban el 5,5% del total el curso 2007-08 pero representaron casi el 21% el pasado curso 2020-21.
Unos sacuden el árbol y otros recogen las nueces
Los malos políticos responsables de nuestra sanidad pública llevan años tapando sus vergüenzas gestoras con la matraca de la “falta de médicos”. Lo hacen para esconder lo que en realidad falta: dinero y reaños para enfrentar las reformas que nuestra sanidad pública precisa, en particular nuestra atención primaria. Los políticos sacuden el árbol cada vez que dicen que en España “faltan médicos”. Y pese a que los datos muestran justo lo contrario hay gente que les cree, incluso los periodistas. Mientras tanto, a otros les viene muy bien recoger las nueces del árbol sacudido mediante el negocio de la formación de esos médicos que supuestamente tanto “faltan”. Y así, tutti contenti.
¿Quién cerrará el grifo?
Tenemos hoy en las facultades españolas un total aproximado de 43.000 alumnos matriculados en medicina, una cifra comparable a la que había en la segunda mitad de los años 80. ¿Qué pasará cuando nos demos cuenta de que en verdad “sobran” médicos en España? ¿Quién cerrará el grifo de la producción? ¿la universidad pública? ¿la privada? Menos mal que los decanos de medicina no se han tragado el superbulo político de la “falta de médicos” ni comparten la idea de fabricar de nuevo “petróleo barato” (aquí).
* Médico de familia. RL&LP. Centro de salud Rochapea. Pamplona. Navarra. España. ju.simom@gmail.com
Compartir
Ir al contenido