El regreso de Rosa Miriam
La nueva “misión” mediática que ha hecho reaparecer a Rosa Miriam Elizalde en los medios electrónicos cubanos tiene que ver con los blogs e Internet. Se trata de probar, de cualquier manera (aunque de preferencia sin citar a Granma), que los cada vez más numerosos blogs y sitios web donde varios cubanos se han atrevido a colgar libremente sus opiniones son parte de una cibercampaña diseñada por tenebrosas instituciones norteamericanas.
Para ello, Rosa Miriam dispone de pruebas tan “contundentes” como que el dominio del grupo Porno para Ricardo fue comprado a través de GoDaddy, al igual que unas supuestas webs patrocinadas por el Pentágono. (Y al igual que millones de otros sitios porque, como sabe cualquiera menos Rosa Miriam, las tarifas de registro de GoDaddy no tienen competencia: son la manera más barata, anónima y segura de comprar un dominio.)
El último ejercicio de Rosa Miriam es, sin embargo, demasiado burdo para cualquier persona familiarizada con Internet, y sus supuestas “revelaciones” son risibles para cualquiera que esté un poco al tanto de lo que pasa en la blogosfera cubana. Todo el mundo sabe que Charlie Bravo es el webmaster del sitio (no oficial) de PPR; que sería absurdo (e imposible) que estos blogs independientes y webs de temas cubanos estuvieran alojados en servidores de la isla, que el registro de los dominios .cu sólo es autorizado cuando se trata de sitios oficiales del gobierno cubano (yo mismo no he podido registrar ninguno, pero tampoco han podido hacerlo los gestores de Bloggers Cuba); que hablando de Internet es absurdo recurrir a la “territorialización” nacionalista, y que lo que Elizalde llama pomposamente “las sofisticadas herramientas de administración y servicios de esta web –con gateway de pago o pasarela electrónica para el traspaso de dinero a través de tarjetas de crédito” es algo que puede hacer cualquiera a través de PayPal en 15 minutos —si no contraviene las regulaciones del embargo.
Sobre Yoani ya no saben qué inventar. Ahora la cogen con el pobre Josef, viejo amigo de Yoani que desinteresadamente ha llevado el servidor de DesdeCuba desde hace años. Por supuesto, el servidor no está en Cuba porque en tal caso Generación Y hubiera durado en la Red lo que un merengue en la puerta de un colegio. (Por cierto, si uno se toma el trabajo de hacer una prueba en el mismo sitio que usó la periodista, descubre que el servidor de Granma y los de otros sitios de la prensa oficial cubana tampoco están en Cuba; Cubadebate, por ejemplo, aparece alojado en Japón, que es más o menos la distancia a la que se encuentran de la realidad cubana.)
Cuando Rosa Miriam dice que “el soporte técnico de este sitio, que le da servicio casi en exclusiva a su blog, es del tipo de herramienta diseñada a mano, que cuesta hoy en el mercado varios cientos de miles de dólares” uno tiene que reírse. Un blog gratuito de Word Press y un servidor que ni siquiera está “dedicado” son elevados por esta “especialista” al rango de exclusividad millonaria, aprovechándose del casi generalizado desconocimiento de los cubanos en esta materia. Para ellos, el éxito de Generación Y tiene que ser resultado de una “estrategia publicitaria… de Grandes Ligas.” Con referencias limitadas a la manera en que ellos mismos llevan a cabo el “trabajo ideológico” y la propaganda masiva, el fenómeno blog les resulta un mundo ajeno, un ahijado de sórdidas conspiraciones y dudoso financiamiento.
El otro pecado de Yoani sería usar Twitter “y otras variantes de la web 2.0 que apenas se utilizan en Cuba”. Que alguien pueda mandar libremente mensajes de hasta 140 caracteres es una posibilidad que los aterra. Tal vez la persona de Copextel que tuvo que hacer el informe sobre la liberalización de la telefonía celular no les contó esa parte. La excusa para prohibir la Web 2.0 y cualquier otra forma de participación directa la tenían a mano hasta hace unos días: ya el omnipresente “bloqueo” no afecta las telecomunicaciones. Entonces hay que echarle la culpa a la CIA, desnaturalizar el reclamo mayoritario de una apertura de Internet en la isla con historias de guerra, conspiraciones y espionaje.
Por este camino, Rosa Miriam se desvía y se vuelve cada vez más previsible: copia a M. H. Lagarde Jr. en el extremo de desvirtuar el evidente contenido de un post donde Yoani hacía referencia al rencor y el ansia de revanchismo que el castrismo viene incubando en los cubanos desde hace décadas.
Como colofón de su extensísima diatriba, Rosa Miriam se cuida de precisar que el trabajo de la bloguera es poco menos que inútil, puesto que “obviamente no tiene interlocutores en Cuba”, una cantilena que se repite últimamente en varios sitios y que puede ser desmentida con facilidad. Yoani y su blog (incluso con el acceso bloqueado a cibernautas cubanos) tienen —y cada vez tendrán más— interlocutores en Cuba. Muchos más que Rosa Miriam, aunque ella use todos los medios oficiales para desacreditarla y presentarla como “instrumento del gobierno norteamericano” o del grupo PRISA, o cualquiera de esas gastadas fábulas.