El gobierno, además del de Cs i PNV, quiere contar con el apoyo del PdCat para sacar adelante el decreto contra los estibadores
Cuando de favorecer al capital se trata, no hay impedimento alguno para que los representantes del españolismo más rancio (PP y C’s) y los representantes de las burguesías periféricas (PNV y PdCat) se entiendan. Los tres primeros ya han alcanzado un acuerdo, el PdeCat de momento se hace rogar para lavar su imagen después de la persecución política y judicial a que están siendo sometidos por la cuestión nacional, pero no sería de extrañar que a última hora cedieran, facilitando la convalidación de un decreto que supondría miles de despidos y la supresión de empleo estable y con derechos por empleo precario y mal pagado, intentando liquidar de esa forma a un sector de trabajadores organizado y combativo. La lucha de clases, como siempre, tendrá la última palabra.
Kaos. Lucha de clases
El Gobierno recurre al PDeCAT para sacar el decreto de los estibadores
El Gobierno intenta a la desesperada atraer al PDeCAT para sacar adelante el decreto sobre los estibadores. El Ejecutivo intenta salir del apuro político que supondría esa insólita derrota parlamentaria con la que daría una muestra notable de debilidad.
La votación será el jueves a primera hora y, por el momento, el Ejecutivo solo cree contar con los votos de Ciudadanos y está cerca de lograr los del PNV. Aún así, no llegaría a la mayoría simple necesaria para la convalidación y, por primera vez desde 1979, un decreto del Gobierno quedaría sin convalidar por falta de apoyo.
En esa situación, dos ministros se reunieron el martes con diputados de la antigua Convergència para intentar lograr su apoyo. La tesis del grupo que dirige Francesc Homs es que no quiere que su votos, en forma de apoyo o de abstención, sean decisivos para sacarlo adelante. Además, hacen el memorial de agravios que incluye la situación en Cataluña, la negativa del PP a darles grupo parlamentario propio y asuntos que tienen que ver con los puertos como el de Barcelona, como una obra comprometida para un pequeño tren de conexión que está pendiente desde hace años. Es decir, sus diputados se mantienen en el no.
El Gobierno ha buscado también el apoyo de los diputados de Compromis, con los que ha mantenido contactos estos días.
El portavoz del PNV, Aitor Esteban, intenta buscar una solución y el martes por la tarde despachó durante largo rato con el secretario de Estado de relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, en el Congreso. El PNV mantiene objeciones como que los puertos no se hagan cargo de indemnizaciones, entre otras, pero aceptan negociar para buscar una salida.
El bucle es que partidos como el PSOE sostienen que sin acuerdo entre trabajadores y patronal no apoyarán el decreto que se empezará a debatir a las 9 de la mañana del jueves. Y el problema es que no hay reunión prevista para este miércoles entre sindicatos y patronal, más que una técnica.
“La única solución factible pasa por la modificación del decreto”, asegura Antolín Goya, responsable de la Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar.
La única forma de modificar el decreto sería, una vez convalidado, tramitarlo como proyecto de ley, pero el Gobierno no quiere esa opción porque asegura que ya ha sido visado por Bruselas y no admite cambios.
«Pero, por favor, qué cosas», ha respondido Rajoy antes del pleno cuando ha sido preguntado por la posibilidad de que el Gobeirno retirara el decreto por la falta de apoyos.
En 2009 fue rechazado un decreto del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, pero por un error del Grupo Socialista que se subsanó al día siguiente. El único precedente es de 1979, cuando gobernaba UCD.
Si no fuera convalidado, el decreto quedaría derogado inmediatamente y, según el Gobierno, España tendría que hacer frente a una elevada multa por incumplir resoluciones de la Unión Europea que obligan a liberalizar el sector.
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