El fuerte despliegue de Mossos d´Esquadra no impide que los vecinos contrarios a la narcosala vuelvan a cortar la ronda en Barcelona
El fuerte despliegue de los Mossos no impide que los vecinos contrarios a la narcosala vuelvan a cortar la ronda en Barcelona
La policía tardó diez minutos en desalojar los manifestantes
Helena Capera. Barcelona
El Punt. 1/12/2005
Los vecinos contrarios a la narcosala del Valle de Hebrón, tras la pausa de la semana pasada, volvieron a cortar ayer la ronda todo y la presencia de 200 agentes antidisturbios de los Mossos d'Esquadra. Tras una reunión informativa en qué los representantes vecinales explicaron que todavía no se ha llegado a ningún acuerdo, los vecinos volvieron a manifestarse. Un grupo de veinte personas consiguió despistar la policía y accedió a los carriles centrales de la ronda durante unos minutos.
La protesta de ayer, la número 24, recorrió parte de la línea 3 del metro pero por encima de los carriles laterales de la ronda: desde la parada de Valle de Hebrón -dónde se concentraron los vecinos antes de acceder al pabellón municipal del barrio- pasando por Montbau y hasta Mundet. Justo aquí, en esta parada y mientras los más de 200 Mossosvestidos con uniformes antidisturbios impedían que unos 400 manifestantes accedieran a la ronda, los vecinos más avispados bajaron hasta la entrada del metro y cruzaron la ronda por debajo y hasta la otra banda. Como que allá no había ningún mozo esperándolos, una veintena de jóvenes echaron a tierra una de las vallas protectoras y finalmente cortaron el tránsito.
Ayer, a diferencia de otras convocatorias ante la narcosala, se vio un cierto rechazo a la iniciativa de la semana anterior de no cortar la ronda. Era un grupo reducido, pero muy ruidoso, que durante la reunión informativa se mostraron en desacuerdo con pitos y gritos: «Somos como gallinas dentro del corral, hemos de ir afuera y hacernos escuchar», decían algunos, mientras los otras explicaban que, por el momento, la propuesta de la administración de cambiar la ubicación del centro no es suficiente por llegar a un acuerdo. La semana próxima no se manifestarán pero ya han convocado protestas para los días 14 y 21 de diciembre.
Por otro lado, ayer, el gobierno municipal aprobó en comisión el nuevo plan de drogodependencias de Barcelona. El documento lo presentan hoy los responsables en materia de salud del Ayuntamiento y la Generalitat.
El Ayuntamiento de Barcelona anuncia que abrirá dos nuevas narcosalas de aquí al 2008.
El consistorio trasladará el centro del Valle de Hebrón al interior del hospital
Helena Capera. Barcelona
El Punt. 2/12/2005
El Ayuntamiento de Barcelona abrirá en los próximos dos años dos salas de consumo de drogas: la una a Nuevo Barrios y la otra entre Santo Martí y el Ensanche. Así lo explicó ayer la presidenta de la Agencia de Salud Pública de la ciudad, Imma Mayol, en la presentación del plan de acción de drogodependencias de Barcelona 2006-2008. También se anunciaron otras medidas, como la reubicación de la narcosala del Valle de Hebrón al interior del edificio del hospital, el traslado del centro de tratamientos para toxicómanos de Nuevo Barrios a un ambulatorio del distrito, y la ampliación de la sala de consumo Baluarte, a Ciudad Vieja.
La denominada narcosala del Valle de Hebrón es un centro dónde se siguen tratamientos por dejar las drogas (CAS) y, a la vez, un espacio para el consumo higiénico. Esta combinación, hasta ahora única en Barcelona, será la fórmula que a partir de ahora utilizará el consistorio en las futuras aperturas de equipamientos para toxicómanos.
Nuevo Barrios será el próximo distrito que inaugurará un espacio como el del Valle de Hebrón. Por el momento lo hará instalando una unidad móvil de venopunción -como la que ahora hay a la Zona Franca- ante del CAS del distrito, el de Vía Favencia. Y más adelante, tal y como especifica el plan de drogodependencias que ayer va presentarse, el centro se trasladará -con sala de consumo incluida- a uno de los seis ambulatorios del distrito. Aun cuando ayer ni Mayol, ni la consejera de Sanidad, Marina Hiele, ni el alcalde de Barcelona, Joan Clos, no especificaron qué será este centro de atención primaria de acogida, el regidor del distrito de Nuevo Barrios, José Cuervo, comentó el pasado miércoles que los ambulatorios con más posibilidades eran los de Río de Janeiro y de Chafarinas.
El plan de drogodependencias también prevé cambios para el conflictivo centro del Valle de Hebrón, que definitivamente se emplazará al edificio del hospital, concretamente al departamento de salud mental. Será así, segundos explicó Hiele, como desde la administración se responderá a la necesidad de «facilitar a los toxicómanos el acceso a las red sanitaria» y sobre todo «a las áreas de salud mental». Otra de las medidas que ayer van anunciarse es la incorporación «progresiva» de salas de consumo a los centros de tratamiento que ya existen. Tal y como informó este diario el 19 de noviembre pasado, el Ayuntamiento integrará estas salas de venopunción «en aquellos CAS que tengan una estructura adecuada», segundos explicó Clos.
El que todavía queda por definir es el emplazamiento del futuro CAS que se abrirá o bien a Santo Martí o bien al Ensanche. Lo debe decidir la comisión de técnicos del Ayuntamiento, pero todavía no ha tomado una decisión. Por eso es por lo que ayer la cabeza del grupo municipal del PP, Alberto Fernández Díaz, pidió al equipo de gobierno que «fije con cruces al mapa dónde se emplazarán las futuras narcosalas». El PP es el único grupo político que no apoya al plan, después de que miércoles el gobierno aprobara el documento con el apoyo de CIU. Ahora, y finos de aquí a un mes, el texto estará expuesto al público porque todo el mundo quien quiera pueda hacer sus aportaciones antes de la aprobación definitiva.
El futuro del Valle de Hebrón
Las nuevas medidas que incorpora el plan podrían ser un punto de partida para futuros acuerdos entre los vecinos del Valle de Hebrón y la administración. Ahora bien, segundos manifestó ayer uno de los representantes vecinales, Toni Mateo, «continúa faltando una solución inmediata» porque la inauguración de los equipamientos no está fijada en ningún calendario. Según Mateo, es «positivo que se abren nuevas salas de consumo de drogas» por tal que cada distrito atienda sus toxicómanos -este es uno de los objetivos del Ayuntamiento-, pero todavía falta cuantificar el número de drogodependientes que hay a cada zona de la ciudad.