El “ejercicio intelectual” de hiper criticar…
Lo que hemos seguido con detenimiento la trayectoria política de Narciso Isa Conde no debiéramos estar asombrados de sus constantes análisis internacionales, muy críticos, acerca del movimiento revolucionario mundial y del Latinoamericano-Caribeño y, especialmente, sobre el desarrollo de Cuba socialista y revolucionaria.
Una revisión, ni siquiera minuciosa, de su trabajo intelectual nos permite apreciar sus constantes desdibujes políticos a lo largo de alrededor de dos décadas. De Secretario General del PC de la República Dominicana ha trasmutado por varias organizaciones de amplio espectro ideopolítico hasta la Coordinadora Continental Bolviariana en la actualidad. Pero, ¿por qué él mismo tiene que exponer su biografía política en la respuesta que brinda a Ernesto Escobar Soto? Bueno, de esas posiciones militantes y arriesgadas de las que el mismo se vanagloria -y nosotros también- parece ser que ha ido mutando hacia un analista de todo lo que acontece a su alrededor. Y ya no es un hombre de izquierda tan radical, los años lo han vuelto más conservador, aunque el hecho de tener arrugas no significa que tenga que haber seguido ese rumbo.
Me recuerdo que en los años de la Perestroika soviética fue un gran admirador de sus principios originales, aquellos más prístinos que aseveraban que se pretendía acelerar la construcción socialista, introducir los adelantos científicos técnicos para mejorar la vida del pueblo soviético, la transparencia informativa (Glasnost), luchar por una mayor democracia, sobre el nuevo pensamiento en las relaciones internacionales, etc. No obstante, cuando se percibió por muchos comunistas y gente de la izquierda que la dirección del PCUS iba derivando hacia una mala copia de la socialdemocracia europea y que se imitaba las estructuras de gobierno de los EE.UU., Isa Conde continuó aplaudiendo los cambios y las reformas que ya no tenían el sello de un socialismo renovado y reestructurado, sino de una conversión hacia el capitalismo. ¿Ceguera política de Isa Conde? Pudiera ser. Por que el camarada tiene un estilo de escribir muy especial: halaga, aplaude las iniciativas y resistencias de los revolucionarios e, inmediatamente, crítica y ataca de forma despiadada pero “cuidadosa”.
Pero cuando se produjo el derrumbe del Muro de Berlín y la desintegración de la URSS más tarde, ya andaba criticando esos procesos y diciendo lapidariamente cuales cosas no se había hecho bien y cuales otras sí, aunque prosiguió siendo un pro-perestroiko de pura cepa y un amante desenfadado de las reformas de cualquier índole. Lo más increíble fue cuando abandonó al partido en su país, intentó cambiar su denominación y se fue a esas organizaciones de “nuevo tipo” en las que se atrincheró para hacer la Revolución. Pero, ¿dónde, cuando y cómo las hizo? No lo sabemos, porque en su nación no ha sido la voz principal y ni siquiera el protagonista de los fundamentales acontecimientos revolucionarios.
No dudamos que Isa Conde sea aún revolucionario, pero esas andanadas de críticas constantes hacia el proceso cubano lo pone en una posición muy dudosa. Desde la década de los 90 ya hacía sus primeros pininos y analizaba con una “lupa” todo lo que acontecía en el Verde Caimán. Y no dejó nunca de dar consejos, lanzar sugerencias, de proponer “nuevos” rumbos teóricos y prácticos, y de eso que el llama someterse a auto-critica, a auto-corregirse, etc. Pero, ¿hacia donde lo ha conducido esa extraña dialéctica de ser un “observador” tan crítico de los procesos revolucionarios en el continente?
No es lo mismo ser un intelectual orgánico -que él lo fue en un momento- que un intelectual parapetado, como un francotirador, que osa maniáticamente someterlo todo a (hiper)-critica permanente, poniéndole además epítetos a los movimientos, procesos y personalidades que se desencadenan en América Latina y el Caribe.
No nos percatamos si Isa Conde le ha escrito a la dirección de la Revolución Cubana de todo lo que hace años escribe en Kaos en la Red y otros medios alternativos, como tampoco conocemos si viene a Cuba a conversar con dirigentes y funcionarios y plantea sus valoraciones. Pero si sabemos que hace criticas muy agudas e inoportunas a nivel público y codeándose de algunos cubanos en el exterior que ya no merecen el título de comunistas, ni siquiera de marxistas y de izquierdas. ¿Por qué pondera a Covas, a Campos, entre otros, y peor aun se alegra de ser amigo de Dilla -aunque trate de omitirlo en esta ocasión- (des)-conociendo sus trayectorias y posiciones dolidas y quebradas, nostálgicas y frustradas? ¿Es que acaso todos, incluyendo a Isa Conde, forman parte de esa “quinta columna izquierdista” que desde fuera de Cuba quieren conducir al proceso revolucionario, haciendo intrusiones de todo tipo?
Excúseme Isa Conde, pero ¿por qué dice que la gente de derecha, la de Uribe y de su país quieren matarlo? De que tipo de atuendo tiene que arroparse si me parece que Ud., con sus posiciones, no le hace daño a la burguesía ni al imperialismo, sino que le hace parte de su juego sucio y encubierto, por lo menos con respecto a Cuba. ¿Por qué no lanza un análisis concienzudo sobre lo que intenta el imperialismo estadounidense en Honduras y en toda Latinoamérica-Caribe con la reapertura de las bases militares en Colombia y sin embargo aprovecha oportunistamente este coyuntura histórica para lanzar una cortina de humo al pretender abrir un debate con los revolucionarios cubanos? ¿Por qué esas ansias de protagonismo contra Cuba?
Léase Ud. mismo y dígame si no es extraña su actitud y lenguaje “(…)Tampoco cuestiono lo positivo de ciertos movimientos, tendencias y medidas adoptadas (a eso me he referido en diversas oportunidades) …en el contexto del inmovilismo estructural de un modelo caracterizado por el peso abrumador del estatismo, la hipertrofia burocrática, la fusión del partido y el Estado, de la política exterior del partido y del gobierno, y la falta de autonomía de las organizaciones sociales (…) Además ese modelo estatista se caracteriza por significativas restricciones a la democracia y las libertades, por el predominio de la representación y/o delegación sobre la participación y la democracia directa; por el sistema de la censura mediática, la corrupción burocrática recurrente, las trabas al relevo generacional dada la tendencia a la perpetuación de los cuadros en las funciones más relevantes del partido y del Estado; se caracteriza por la gestión altamente centralizada, el verticalismo, el escaso desarrollo de la propiedad social, el predominio del trabajo asalariado al servicio del Estado y la falta de control de la ciudadanía sobre las instituciones y empresas”Ese juego desde la semántica y el simulacro seudo-revolucionario lo pone en una posición a la altura de los mejores analistas de los servicios anticubanos en los EE.UU. y de toda la derecha continental. ¿Por qué, me preguntó otra vez, esa posición suya? ¿Estaría Ud. dispuesto a arremeter con racionalidad, sentido común y partidismo militante contra quien opine de esa forma disparatada e irrespetuosa contra Cuba? Considero que no, puesto que Ud. comparte y escribe de lo mismo.
¿Se ha puesto a meditar Isa Conde en que momentolanza esos dardos contra Cuba? Porque se acaba se celebrar un VII Pleno del CC del PCC, en el cual el Segundo Secretario del PCC y Presidente de los Consejos de Estado y Ministros, el General de Ejército Raúl Castro ha realizado un análisis muy crítico y auto-crítico de la Revolución Cubana y no ha ocultado de que en Cuba lo que sobran son muchos problemas y no solo por causa del bloqueo yanqui sino por insuficiencias propias, y que existe una perspectiva inmediata para celebrar una Conferencia Nacional del partido comunista -con cambios en los aparatos de dirección- además de una preparación muy seria y rigurosa para realizar el VI Congreso del PCC más adelante. Y esas ideas y prácticas se han realizado en medio de una crisis capitalista múltiple y tras el paso de tres ciclones que dejaron devastada a la Isla en el 2008. ¿Qué más desea el camarada Isa Conde y por qué y para qué hacerle caso a su agenda política y económica?
Porque párrafos más adelante, en esa carta de repuesta, reafirma sin tapujos como un “profeta fuera de su tierra” que “(…) Está en discusión, en caso de reconocer la necesidad del cambio estructural, si el reemplazo apropiado debe consistir en auspiciar un modelo parecido al chino (que a mi entender podría ser la vía menos traumática hacia la restauración capitalista), o si se acoge el paso directo al nefasto modelo capitalista occidental y a su “democracia representativa”; o si contrario a estas dos opciones ajenas al socialismo, se emprende la vía de una nueva democracia y un nuevo socialismo.”
¡Toda una perla de literatura de ficción! ¿Tendremos un nuevo Andrés Oppenheimer ante nuestras puertas, augurando la caída del socialismo en Cuba? ¿Tiene Isa Conde un espía en el Buró Político del partido comunista o en el gobierno cubano para aseverar de que solo existen tres opciones sobre el camino que debe escoger el socialismo isleño, o solo anda conjeturando y especulando?
Su alquimia “revolucionaria” padece de un delirium tremens porque escribe también que “(…) Muchas veces he escuchado hablar en Cuba de reestructurar ministerios, exigir disciplina, elaborar nuevas normas de funcionamiento productivo, impulsar rectificaciones, estimular la cultura productiva, sembrar áreas ociosas, redefinir funciones de organismos, reducir burocracia, quitar impuestos, poner impuestos, prohibir y autorizar el acceso a bienes y servicios …y mas allá de pequeños y temporales logros, el modelo estatista-burocrático termina imponiendo su lógica, su lentitud, su ineficiencia y los intereses de la “clase imprevista” en detrimento del pueblo”. Esto último, y excúseme el agravio, si se parece a lo que escriben los representantes de los tanques pensantes del imperialismo estadounidense, de la fundaciones de Vargas Llosa o la de Aznar. Es más claro que el agua de un manantial, o es muy de derecha o constituye un golpe bajo pegado por una izquierda arrepentida y conversa.
Y entonces hace un llamado -¿es acaso cubano y mantiene las banderas del internacionalismo proletario, socialista y comunista para atreverse a realizarlo?- a debatir y polemizar abiertamente en público los próximos pasos de y en Cuba. Aunque hace rato dice que dejó el dogma marxista vulgar, Isa Conde regresa al mismo por esa dialéctica, elástica como una liga, para recaer en la trampa del anti-dogma que se convierte en otro dogma, realizándolo además con “firmes posiciones revolucionarias”. ¿Tendremos que realizar los cubanos un congreso del partido comunista a nivel internacional para que todos discutan y opinen en igualdad de condiciones, cuando es un asunto interno de la Isla? Parece ser que el “síndrome de Stalin” y de una parte de la historia del movimiento comunista internacional anda merodeando por la cabeza de Isa Conde, aunque lo niegue de forma rotunda. ¿No se da cuenta que se está entrometiendo en los asuntos internos cubanos, de los comunistas de este archipiélago?
A nadie se le prohíbe opinar sobre Cuba. Si eso no fuera cierto, no hubieran tantos detractores y amigos de verdad -o de mentirillas- que lo realizan cada día y a cada hora. Somos tan imprescindibles para los deslindes ideológicos y políticos que quien no diga algo sobre Cuba, sea malo, regular o bueno, no puede ser un analista de envergadura a nivel internacional y regional. Pero opine con ética revolucionaria, marxista y comunista -si algo de eso queda en Ud.-, porque no debería vivir de la crítica nada más. Podría ahora mismo marcharse a pelear por la democracia en Honduras y entonces todo su discurso fuera mucho más creíble, porque la armonía entre la teoría y la práctica sería la congruencia de una actitud revolucionaria y legitimaría sus posiciones.
No es justo el hecho de citar y citar, de aquí y allá, para confundir y sumar gente en su campaña sobre Cuba. A veces la política es aquella que no se ve y es un arte de lo imposible, como utopía realizable. Pero esa idea no es suya. No se la tome de forma tan original. Eso lo dijeron Martí y Fidel, aunque quizás alguien lo haya expresado anterior y posteriormente.
Ese afán de Isa Conde de demostrarnos que es un demócrata socialista consumado lo expresa en estas líneas: “(…) Estoy si en desacuerdo con esa concepción mesiánica y elitista de conducción defendida apasionadamente por él (la dirección revolucionaria cubana). ¿Quienes establecen cuáles son las propuestas más necesarias, útiles y oportunas?”. ¡Otro diamante literario del dominicano! Hace ya algunos años que todos los marxistas nos dimos cuenta que las vanguardias se equivocan y que los pueblos también yerran. Pero negar que una dirección política organice, convoque, movilice y dirija un proceso revolucionario en el poder, que lleva 50 años de muchos éxitos y algunas deficiencias, puede convertirse en un suicidio para el socialismo en Cuba.
Como sigue siendo un reformador a ultranza, Isa Conde se apega a los nuevos discursos en boga -tan necesarios, pero no todos confiables y mucho menos copiables- y lanza ataques contra la dirección política del proceso revolucionario cubano, sin ambages y medias tintas. Y eso, estimado camarada, tiene tufillo a socialdemocracia pura que ya hace algún tiempo es liberalismo burgués solapado. O es, y esto significa una mayor gravedad, una traición a los principios.
Mire, Isa Conde, aquí en Cuba nadie va a ponerle una mano encima, no tiene que temer a ningún peligro cuando discute con los revolucionarios cubanos, no hay medidas punitivas y penalizadoras en contra suya. Esas son ficciones de una persona paranoica que quiere hacer ver que, al no discutirse con ella, delira para intentar “convertirse” en un “mártir del debate”. Discuta, pero con respeto y ética. No asuma esa posición de iluminado que tanto ha criticado. Haga una revolución profunda allí en su país o en otra nación de Nuestra América, póngase al frente de ella o participe como un simple soldado en la transformación revolucionaria y socialista, pero hágalo con humildad y tolerancia, porque Ud. es quien lleva años en esas posiciones críticas contra Cuba y no debe sentirse ofendido si un cubano le salta y le responde de la forma que entienda. Todos tenemos derecho a hablar con nuestro idioma, giros lingüísticos y estilos diferentes. ¿No apuesta Ud. por la diversidad y heterogeneidad de posiciones y de ideas? Entonces, ¿por qué tanta molestia y le responde entonces a Ernesto con otra andanada de cuestionamientos y adjetvizaciones? ¿Se miente Ud. mismo, Isa Conde?
¿Por qué no viene a Cuba a participar con humildad, a trabajar y colaborar en el proceso revolucionario, por qué no arriba a la Mayor de las Antillas y se llega a los eventos científicos que organizamos sobre marxismo-leninismo, los paradigmas emancipatorios y otros. ¿Le han negado la visa por sus ataques encubiertos contra Cuba o no quiere debatir aquí, con los de adentro sobre la hechura revolucionaria? Solo usted sabe el porque no lo hemos visto en esta solidaria y hospitalaria Isla -por lo menos no se le brinda divulgación alguna si ha estado presente. Pero si tiene permiso entre, no para formar, armar y reunirse con grupos de “disidentes” o “contestarios de izquierda”, sino para que converse y conozca más sobre la realidad cubana. Que considero conoce pero no comprende.
Tiene a veces razón en lo que dice y plantea, pero su actitud anti-ética lo aleja bastante de los ilustres dominicanos Máximo Gómez, Jiménez Moya, Juan Bosh y Francisco Caamaño. No porque tenga que accionar y pensar igual que ellos, sino porque debe respetarnos como ellos lo hicieron en su momento histórico y porque tuvieron el valor de jugarse el pellejo y la pluma en ristre por la Revolución Cubana, desde el siglo XIX hasta nuestros días.
Si acaso no está de acuerdo con lo que dije, léase otra vez, por favor: “(…) En Cuba, el aparato del Estado, el aparato político, el sistema administrativo empresarial y el sistema de privilegio que acompaña a una gran parte de sus instancias de decisión y a los funcionarios correspondientes, se han alejando cada vez más del pueblo llano; lo que se agrava más aun en la medida pierde energía el liderazgo histórico y carismático”. ¿Estimado camarada Isa Conde, esta ultima frase la extrajo de algún libro o artículo de Mesa-Lago o de Montaner? Si Ud. enuncia que lee mucho, debería tener cuidado con lo que dice, como lo escribe y cuando lo hace en formato papel y digital. Porque le repito, le hace un eco muy perturbador a Cuba socialista asumiendo discursos desgastados desde la denominada cubanología. Y eso es cuando menos un plagio de mal gusto.
Por último, regresemos a su trabajo “La disyuntiva cubana” y vuélvase a leer: “(…) El freno a la variante chinófila desde Fidel y desde los/as que piensan como él y la evidente indeterminación de Raúl (pues contrario a lo expresado por Palenque en el artículo citado, pienso que su actitud no es tan definida en esa dirección, además de estar rodeado de no pocos inmovilistas duros), ciertamente han creado un cuadro de relativa parálisis políticas en el marco de un estancamiento general causado por la prolongación de las actuales estructuras y formas de poder y de gobierno, así como de las razones, intereses métodos y procedimientos propios del modelo decadente,ahora más militarizado”. Dígame de verdad si debemos, tenemos y podemos debatir con alguien que se exprese así sobre Cuba, su partido de vanguardia y sus dirigentes, además agrediendo con mentiras. No creo que vaya a tener muchos adeptos en Cuba, entre los patriotas, revolucionarios y comunistas, porque su discurso post, es ambiguo y dubitativo, tergiversador y manipulante. Si no escribiera en Kaos en la Red, parecería que lo hace desde El Nuevo Herald.
¿Cuánto gana material y espiritualmente con esas hipercríticas contra Cuba socialista? Ha de ser mucho cuando ha decidido lanzarse en esa carrera política en donde algunos nunca regresan a sus antañas posiciones revolucionarias. Camarada Isa Conde, no vaya a realizar un “striptease” político, porque los cubanos estamos aprendiendo a ser menos machistas, pero no toleramos los travestísmos ideológicos y menos a los disfrazados de revolucionarios que intentan apuñalearnos por la espalda.
¿Si tanto Ud., Isa Conde, se auto-crítica y se auto-corrige, porque no revisa otra vez sus posiciones con respecto a Cuba? No es por nada, pero Dios no tiene que perdonarlo, acaso sea su propia conciencia quien deba eximirlo o indultarlo de tanta culpa política diletante, intencionada, intrusiva y nada solidaria y simpatizante para con la Revolución Cubana.
Si Ud. supiera, Isa Conde, como duelen esas críticas suyas desde la izquierda. Nunca nos habituaremos los cubanos a esas dolorosas acusaciones y escisiones desde las izquierdas arrepentidas y desdibujadas. Siempre hemos preferido enfrentarnos abiertamente al imperialismo y a la contrarrevolución regional e internacional que abrir disputas desgastantes con los hiper-criticones de izquierda.
Revísese, por favor, otra vez más. Quizás, a lo mejor, reencuentre su lugar en la historia revolucionaria y marxista de este continente en ebullición.