El coste de la inmigración
Introducción
El pensamiento reaccionario y neofascista sigue avanzando a paso firme y sin desaliento por la democrática Europa. Lo que fue aplastado en una guerra mundial sigue lozano y a la ofensiva; su principal argumentación es la crisis económica y su utilización contra los trabajadores extracomunitarios acusandoles, falazmente, de ser los causantes del paro que recorre a toda Europa, cuando el verdadero y único responsable es el Capitalismo. Hemos visto atónitos como obreros ingleses se manifestaban reclamando “primero los ingleses” para ocupar los puestos de trabajo. En Holanda la extrema derecha a llegado al parlamento con una campaña xenófoba y racista. En Italia hemos visto los linchamientos de inmigrantes en Rosarno. Esto ya debería preocuparnos gravemente, pero más grave es que partidos políticos que se reclaman de “izquierdas”-de una izquierda de la que sólo queda el nombre-, con el argumento de contrarrestar la influencia de las organizaciones xenófobas, asuman sus postulados racistas y excluyentes. Ahora tenemos dos nuevos casos de xenofobía institucional: Vic y Torrejon de Ardoz.
La supina ignorancia y oportunismo de estas organizaciones de “las izquierdas” es muy peligroso, en la medida en que justifica la falsa percepción de que los inmigrantes son un problema, cuando todos los datos científicos dicen todo lo contrario. Además, divide a los trabajadores entre nativos y extranjeros y da argumentos para la represión injustificada y, carente de toda legitimidad democrática, a obreros que su único delito es trabajar fuera de su país de origen. Aunque reiterado, es bueno recordar a las democráticas y opulentas sociedades europeas los millones de europeos que tuvieron que emigrar por todo el planeta durante los siglos XIX y XX.
La mano de obra inmigrante aumenta la riqueza
Algunos estudios hechos en los años 60 y los 70 en Europa, vinieron a demostrar que determinados clichés acerca del papel que juegan los inmigrantes en las sociedades modernas son totalmente falsos y carentes de toda base real.
Como recuerdo de su caído imperio, Francia, a finales de los 60, recibió a más de 900.000 pieds-noir ('pies negros' fue el sobrenombre que Francia puso a los franceses nacidos en Argelia). Y, a pesar de esos avatares, …. no descendieron los salarios de los nativos.
Hay más estudios en otros países europeos: por ejemplo, Rudolf Winter y Josef Zweimüller, en Austria en 1991, demostraron que un aumento del 1% de la proporción de trabajadores extranjeros aumentó entre el 2% y el 4% las rentas de los jóvenes autóctonos no cualificados. Es decir, en las largas décadas de aportación de los trabajadores inmigrantes a Europa, no hay un científico que pueda rebatir que parte del crecimiento económico y del desarrollo social de Europa se debe a la llegada de trabajadores extracomunitarios, y que han sido un pilar básico en la creación y el sostenimeinto del Estado del bienestar.
Del 'Efecto Llamada' al 'Efecto Búsqueda'
Más bien, nosotros diríamos el 'efecto búsqueda'. ¿Por qué decimos esto? Veamos algunos ejemplos: en 2002, la onU advertía a la UE que se “necesitarán más de 44 millones de obreros extracomunitarios antes del 2050 para mantener un crecmiento estable y asegurar las pensiones”.
Las previsiones y las proyecciones a veces no son corroboradas por la realidad. La coyuntura económica obliga a decir a todos: gobernantes, instituciones, partidos políticos, agentes sociales, de cara a la galería “sobran trabajadores extracomunitarios”. Y sin embargo,no existe mayor mentira interesada, a pesar de la actual crisis terminal del capitalismo, no por ello se dejará de traer trabajadores de fuera de Europa… La necesidad europea de “importar” mano de obra para que haga las tareas “por debajo del nivel aceptable” para los europeos es de vital importancia. Esto es así por la gravedad de la situación demográfica de la UE.
Según el ejecutivo comunitario, entre 2010 y 2030, la UE perderá 20 millones de trabajadores a causa del envejecimiento. Es decir, no existe ese tal efecto llamada. Por un lado, hay un mercado laboral europeo. Por otro, hay trabajadores que desean venir, declaró en su día el comisario europeo de Seguridad, Libertad, y Justicia, Franco
Frattini. Además, lo que Europa necesita son cuadros de alto perfil técnico, cienítficos, de toda clase. Por ejemplo: toda la promoción de 2001 de ingienieros informáticos de la escuela de Mohammadia (la mejor del reino de Marruecos) recibió ofertas de trabajo en Francia, Canadá, o Bélgica.(El País: 16.06.2002).
La OCDE, en uno de sus informes titulado Tendencias en las Migraciones Internacional, asegura que “Occidente necesita inmigrantes para impulsar su crecimiento”. Las dinámicas que generan las necesidades económicas, a veces no casan con las necesidades de los gobiernos. Ésta es la gran inquietud que recorre Europa: “El gran desafío del siglo”(El País 10.06.2002). Acometer desafios, y más cuando son los que dejan huella, no es tarea para cualquiera. Un dato más, para que veamos que la ola de xenofobia y criminalización de la inmigración no tiene razones económica, sino que se debe al más bajo y reaccionario populismo. Se sabe y se conoce que la economía sumergida en la UE-15 es más del 17,43% del PIB, con casos tan pintorescos como Suecia, un ¡¡19,2%!! del PIB de economía sumergida; Finlandia el paraíso tecnológico, un 18,1%; Grecia e Italia se llevan la palma con el 28,7% y el 27,1% respectivaente. Estos datos son de la Comisión Europea, Eurostat, OCDE, y de la onU.
El Caso Español: Un país 'subprime' per se
Dice un proverbio árabe que no hay nada peor que cuando un pobre se hace rico. Esto es lo que le ha pasado a España, que como en toda su historía, exceptuando la época del Califato de Córdoba, siempre ha llegado tarde a todos los trenes del progreso. Un país subprime per se.
El fenómeno de la inmigración llegó muy tarde a España, a partir de los noventa, cuando empieza a ser masivo, y sólo como una etapa hacia el Norte europeo más rico. Ni siquiera ha sido la madre patria, que el nacional-catolicismo pregona, la que ha atraído a los millones de latinoamericanos. En ningún momento se ha tenido la generosidad y la reciprociadad que Latinoamérica ofreció a los españoles que emigraron para buscarse una vida mejor allende los mares y luego, a los que escaparon a la ferocidad fascista.
Siempre se ha tratado con desdén y desprecio a los inmigrantes latinos. No hablemos de los africanos o de los asiaticos. Y a pesar de esta cicatería moral y hospitalaria, la llegada de trabajadores extracomunitarios, en ningún momento ha detraído riqueza, sino todo lo contrario. Es más, como vamos a demostrar, gran parte de la riqueza demográfica, cultural, sobre todo económica, de la España actual se debe a la inmigración. Como agradecimiento, la gran nación española les paga con centros de internamiento, hostigamiento policial, criminalización, expulsiones, conculcaciones de derechos, etc.
“La marginación y la exclusión social y económica a la que se ven expuestos muchos de los inmigrantes extracomunitarios no responde únicamente a razones culturales y/o economicas, sino que son sistemácticamente producidas por la legislación. La Ley de Extranjería construye la ilegalidad como realidad, así como la posición de marginalidad de los inmigrantes en el mercado de trabajo”.(Carlota Solé).
España necesita 300.000 inmigrantes al año, según el BBVA
En el año 2000, el Servicio de Estudios del BBVA elaboró un estudio sobre la inmigración en España en el que se dice: “la economía española precisa de ¡300.000! inmigrantes al año”. El informe continúa: “la inmigración ayudaría a mitigar el descenso de población”. Además, añade que, considerando las proyecciones de población del INE, “mantener la tasa de dependencia (porcentaje de jubilados por trabajador) en los niveles actuales requeriría unos flujos migratorios en el entorno de las 300.000 personas. El estudio advierte que el problema es tan importante y las soluciones tan apremiantes, que las fuerzas políticas y los agentes sociales deberían consensuar medidas para fomentar la natalidad y la inmigración”. Una semana más tarde, el Gobierno de Aznar aprobo la contrarreforma de la ya de por sí represiva Ley de Extranjería.
Juan Avilés Farré, Catedrático de Historia contemporanea de la UNED, declaró en el año 2002 lo siguiente: “la inmigración representa efectivamente uno de los mayores retos a los que España se enfrenta a comienzos del siglo XXI. No se trata, pues, de una opción, no podemos escoger si queremos o no inmigración. Por motivos demográficos irrevesibles, a medio plazo, no podemos prescindir de los inmigrantes, a no ser deseemos poner en peligro nuestro progreso económico”.
Desmontando prejuicios
Damos algunos datos para que se vea que los prejuicios hacia todos los inmigrantes carecen de cualquier fundamento científico. Empecemos desmontando el tópico de “los inmigrantes analfabetos”: Sin Estudios, inmigrantes: 17,7%; españoles: 17,1%. Primarios, inmigrantes: 23,3%; españoles: 30,00%. Secundarios, inmigrantes: 42,3%; españoles: 41,9%. Universitarios, inmigrantes: 16,8%; españoles: 11,00%.
Otro de los tópicos que más utilizan nuestros lideres políticos de todo pelaje -y quien no lo utiliza esconde la cabeza cobardemente para ser politicamente correcto- es el del inmigrante delincuente. Un estudio elaborado por el Laboratorio de Sociología Jurídica de la Facultad de Derecho de la Universidad de Zaragoza por encargo del CGPJ, “ rompe claramente con el estereotipo del inmigrante delincuente”.
Respecto del rejuvenecimiento de la población hay poco que decir. Los datos oficiales hablan elocuentemente. En 2003, “España alcanza, por la inmigración, la mayor cifra de nacimientos desde 1988”, según datos del INE.
De otro lado, no podemos negar que la percepción que tiene la población española en general sobre la inmigración dista mucho de los políticos. Según un Barometro del CIS, “los españoles aceptan a los inmigrantes, pero los vinculan con la inseguridad”.
Ahora veamos cuál es este caudal humano hasta el día de hoy. En el 2005, las cifras oficiales hablaban de 4 millones de extracomunitarios, o sea el 9% vivian y trabajaban en España. En base a esta información, algunos investigadores hicieron proyecciones poblacionales y calcularon que, para el 2010, la población extranjera en España superaria los 6 millones de personas, más del 14% de la población; y dentro de 5 años, en el 2015, podría alcanzar los 11 millones, más del 27,4% de la población española. Así, se pueden entender los graves temores de nuestros gobernantes, y su incapacidad política para explicar este fenómeno a la ciudadanía y que ésta pueda decidir libremente cuál es la mejor solución a la necesidad de tener trabajadores de otros lugares para el sostén de nuestra economía.
Ante la pregunta ¿Hasta qué punto los extranjeros “roban” empleo a los trabajadores “domésticos”? En nigún caso. Todo lo contrario: ocupan trabajos que están por debajo del nivel de aceptación de los españoles, con salarios pegados a los mínimos. A pesar de la crísis, la importancia de los inmigrantes aumenta, según demuestran los científicos. Según el demógrafo Juan Antonio Fernández Cordón, “por su juventud compensa la baja natalidad y el envejecimiento de la población española, y lo será más aún en el próximo futuro”.
Según un estudio de FUNCAS sobre la inmigración en España publicado en Papeles de Economía, los trabajadores extranjeros afialiados a la Seguridad Social en 2005 suponian el 5,14% del total, destacando Cataluña, con el 22,84% del total; Madrid, con el 21,8% del total; C. Valenciana, con el 11,64% del total; y Andalucía, con sólo el 10,7% del total . En el 76% de los núcleos rurales de España hay presencia de trabajadores inmigrantes. Un dato que no se debe soslayar es que la Tasa de Actividad de los inmigrantes era 16,5 puntos superior a la de los españoles.
La Falacia del Gasto Social de los Inmigrantes
Una de las peores falsedades y del más bajo populismo reaccionario que se transmite a la ciudadania española es que “los inmigrantes colapsan todos los servicios sociales”. No existe mayor mentira política y social. Lo peor es que los que se autodenominan de izquierdas (PSOE, IU, UGT, CC.OO.) le hacen el juego a la extrema derecha, a los xenófobos, a los abyectos racistas, a sabiendas. Porque estos datos son oficiales, están recabados por organismos públicos. Según los datos de la Encuesta de Población Activa de 2004, “los trabajdores inmigrantes generaron entre el 2,5 y el 5% del Producto Interior Bruto español. Su aportación a la riqueza nacional se mantiene por encima de su presencia en el mercado laboral”. En algunos sectores económicos, han sido claves, como en la agricultura y en la construcción, que en algunos casos han supuesto hasta el 30% de la fuerza laboral. Por otro lado, los gastos sociales de los inmigrantes, según un estudio efectuado por el Instituto de Migraciones y Servicios Sociales, se encuentran del 0,2% al 0,5% , la décima parte de la riqueza que generan. En todo caso, inferiores a sus aportaciones vía impuestos y cotizaciones”.
Las familias inmigrantes tenían en 2003 el 15% de las hipotecas totales, según un estudio de la consultora A.C. Nielsen publicado por el Ministerio de Administracioones Públicas. Otro estudio, dirigido por el profesor emérito del Instituto de Estudios sobre Migraciones de la Universidad Pontificia de Comillas, Andres Tornas Cubillo, sobre el consumo de hogares de ecuatorianos, colombianos, y marroquíes, dice que “sólo en alimentación se gastarían en torno a 3.500 a 4.000 millones de euros al año”. Los salarios anuales generados por los trabajdores inmigrantes estarían en los 18.000 millones de euros anuales. La vivienda representa el gasto mayor para los inmigrantes y para los nativos la mayor fuente de ingresos de los que vinieron de afuera, en torno a los 6.000 millones de euros al año; una tercera parte de sus salarios. Detalles que merece la pena destacar son que los inmigrantes gastaban en 2004 más de 1.100 millones de euros sólo en ¡teléfono!
En 1999, había solamente 10 agencias especializadas de envíos monetarios en toda España. Cinco años más tarde, en 2004, habían alcanzado la cifra de 6.574!!, según el Banco de España.
He aquí el dato final y demoledor que hace el “fenomeno migratorio” irreversible, con crisis o sin crisis”. Según un estudio publicado en el verano de 2003 en Papeles de la Economía Española de la Fundación de las Cajas de Ahorros Confederadas (FUNCAS), el ¡¡23%!! de la actividad económica que se realiza en España es sumergida, lo que supone unos 130.000 millones de euros anuales. El progubernamental periódico El País del día 14.09.2003, en su página 22, titulaba: “La Ley de Extranjería mantiene en el subempleo a 500.000 sin papeles”. Sobran las palabras.
Queremos terminar esta aportación con unas palabras de Carlota Solé, doctora en C. Económicas y catedrática de Sociología de la Universidad Autonóma de Barcelona. En su libro El impacto de la inmigración en la economía y en la sociedad receptora dice: “ …El carácter irreconciliable de los objetivos de la política migratoria, al constatar que el Esttado debe proporcioonar la fuerza de trabajo barata para determinados sectores de actividad, controlar los flujos migratorios, mantener el orden público y, a la vez, combatir las manifestaciones racistas que la propia política migratoria contribuye a alimentar. Por todo ello, el Estado debe potenciar y reprimir a la vez la circulación clandestina de la fuerza de trabajo extranjera…”.
A modo de conclusión
La inmigración ha aportado riqueza humana, cultural y, sobre todo, económica a la vieja, reaccionaria y descacharrada Europa. En el caso de España, pese a ser reciente, sin el fenómeno de la inmigración no se entendería el boom del ladrillo, pues no había obreros españoles que lo hubieran podido materializar. El despoblado mundo agrícola, casi fenecido, gracias a los inmigrantes, ha podido volver a tomar auge. En general, ha servido para revitalizar a la envejecida sociedad española.
Una salida democrática
A pesar de estos datos públicos, ahora todos -unos para arañar unos miserables votos, otros para generar inseguridad sensacionalista y la izquierda institucional por cobardía política- ante casos clamorosos hace como que actúa o se calla para no ser politicamente incorrecta. Los políticos dicen que parte de lo que está sucediendo tiene que ver con la inmigración, y lo que hacen es aprovecharse del atraso político y cultural de la clase obrera española. Pensamos que la única salida justa, legítima y democrática pasa por adoptar los siguientes puntos:
Derogación de todas las Leyes de Extranjería.
Derogación del Tratado Schengen.
Cierre de todos los Centros de Internamiento de Inmigrantes.
Parar todas las persecuciones y criminalizaciónes injustas y carentes de todo derecho.
Plenos derechos para los inmigrantes con papeles.
Renovación automática de los Permisos de Residencia y de Trabajo de los trabajadores inmigrantes en paro y que se les haya acabado la prestación.
Papeles para todos.
Los obreros europeos no pueden estar tranquilos mientras sus hermanos son perseguidos, criminalizados, internados (así empezó el Fascismo) y luego expulsados.