El barco sigue a la deriva. ..No tiene un puerto donde anclar
La situación social de La Guajira, sigue siendo compleja. Las expectativas creadas después del pasado proceso electoral se diluyen en el tiempo. De las promesas electorales ya nadie se acuerda. Las afujias de la crisis obligan al pueblo a tomar las calles para denunciar las problemáticas sociales que abundan por todos los rincones del departamento de La Guajira y de su capital Riohacha. El modelo Neoliberal es una tromba que deja sin discurso al más avezado de los políticos que fungen de salvadores del pueblo. Las medidas que algunos gobiernos del orden departamental y municipal toman para solucionar algún tipo de problema son rechazadas por los trabajadores y en más de una ocasión deben reversar sus medidas. El rechazo unánime que recibió la administración departamental en cabeza de Francisco Gómez a su intención de imponer el pago de la taza de seguridad y convivencia ciudadana, es una muestra palpable. La intención de la administración municipal encabezada por Rafael Ceballos de implementar el impuesto del alumbrado público también fue motivo de gran malestar en la sociedad y rechazado por el Consejo Municipal. El problema social de criminalidad en los municipios de La guajira y en su capital Riohacha sigue acrecentándose y las movilizaciones en rechazo a este flagelo se incrementan. Nuestro departamento con una población de aproximadamente 681.575 habitantes-según el censo del Dane del 2005-presenta un cuadro de homicidios elevados, 170 en lo que va corrido del año 2012. Maicao y Riohacha resultan ser las ciudades más violentas del Departamento. Un aspecto a destacar es que han sido asesinadas 14 mujeres. Este hecho ratifica en la práctica que las recomendaciones dadas por la Alta Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer en el mes de marzo, no ha surtido efecto en lo concerniente a la violencia contra la mujer. En la Guajira comienza a incrementarse la tendencia al suicidio. Hasta el mes de septiembre, 27 personas se han quitado la vida. La mayoría de los casos se dado en personas muy jóvenes, incluso menores de edad. Sabemos que comienza tener una fuerte incidencia las condiciones de vida ligadas a la falta de oportunidades laborales y de calidad de vida.
La misión conformada por el Dpto. Nal de Planeación, el Dane, el Banco Mundial, La Cepal, y Expertos de las Universidades Nacional y la del Rosario, conocida como Mesep, destacaron, en uno de sus informes de principio de año, que La Guajira es uno de los departamentos de la Costa Caribe con la cifra más alta de pobreza extrema, tiene un 37%.
Pero donde se presenta un hecho aberrante es con el pueblo Wayuu. Es tan cotidiano el hecho de verlos morir de hambre que la sociedad ni se conmueve. No pasa de ser un hecho para referenciarlo en los periódicos locales. El gobernador de La Guajira, Francisco Gómez y el Alcalde de Riohacha Rafael Ceballos no han convocado la primera rueda de prensa local para explicarle a la ciudadadania porque se mueren de hambre los niños y niñas wayuu en gobiernos que prometieron el cielo y la tierra en campaña electoral.
En La Guajira y su capital Riohacha, las movilizaciones son cada vez más frecuentes. La de los pescadores ayudó a desenmascarar los efectos que tendrían las exploraciones marítimas por parte de la Artemis Arcticen en el medio ambiente marino, en su búsqueda de reservas de gas natural. Los trabajadores de Asonal Judicial, Sena, Bienestar Familiar, Estudiantes, indígenas, pensionadas marcharon el pasado jueves en rechazo a las políticas estatales que agobian al pueblo colombiano. La grave crisis social y económica en La Guajira obliga a más movilizaciones.