El acceso restringido a la ayuda humanitaria se utiliza como arma de guerra contra la población de la Franja

 

Hasta la Agencia de la ONU para Refugiados Palestinos (UNRWA) ha debido reconocer, -tal y como vienen denunciando gran parte de organizaciones de derechos humanos y la prensa libre-  el uso por parte de Israel de  la imposibilidad de acceso a la ayuda humanitaria como un “Arma de Guerra” en Gaza.

En una conferencia virtual, Philippe Lazzarini, comisionado general de la UNRWA, denunció hoy que el acceso limitado de la ayuda humanitaria a la Franja de Gaza se está utilizando como “arma de guerra” contra una población que lucha por sobrevivir sin los recursos mínimos necesarios.

Lazzarini expresó su profunda preocupación, señalando que “el agua, los alimentos, las medicinas y el combustible se utilizan como armas de guerra”, mientras subrayaba que el acceso a la ayuda humanitaria está condicionado por “negociaciones políticas”, obstaculizando el flujo necesario de asistencia.

Las autoridades de la Franja de Gaza han informado las cifras desgarradoras que va dejando la ofensiva israelí: un total de 14,128 personas, incluyendo más de 5,840 niños/as, han perdido la vida como consecuencia de los intensos bombardeos. Además, más de 6,800 personas, entre ellas al menos 4,500 menores, permanecen desaparecidas bajo los escombros, sumiendo a la población en una crisis humanitaria sin precedentes.

Los ataques israelíes han dejado un rastro de destrucción, afectando 83 mezquitas y dañando al menos tres iglesias. Además, 100 edificios gubernamentales y 266 escuelas han sufrido daños significativos, exacerbando la situación de emergencia en la región. La infraestructura crítica y los lugares de culto han sido blanco de los bombardeos, lo que agrava aún más la crisis humanitaria en Gaza.

Estos devastadores eventos se suman a los informes sobre la situación en Cisjordania, donde desde el 7 de octubre, al menos 218 palestinos han perdido la vida a manos del Ejército israelí, según el último balance actualizado del Ministerio de Sanidad de la Autoridad Palestina. La violencia continua en Cisjordania refleja una escalada en la tensión en toda la región, generando preocupación sobre la seguridad y el bienestar de la población civil.

La “comunidad” internacional observa con consternación pero también con pasividad cómplice el genocidio que se desarrolla en Gaza, instando a un cese inmediato de los ataques y llamando a la protección de los derechos humanos fundamentales pero sin implicarse más allá de tímidos discursos

El suministro de ayuda actual es insuficiente para abordar las enormes necesidades de la población, destacando que el número de camiones que ingresaron en el último mes es equivalente a lo que solía ingresar en solo dos días antes del estallido del conflicto.

El combustible permitido por las autoridades israelíes solo cubre la mitad de las necesidades críticas diarias, poniendo en peligro la supervivencia de los civiles y comprometiendo las operaciones de ayuda de la organizaciones internacionales, en especial de la UNRWA.  Lazzarini instó a la apertura de cruces adicionales, como el de Kerem Shalom, ya que hasta ahora la ayuda solo ha accedido a través del paso de Rafah, que conecta la Franja con Egipto y no está controlado por Israel.

El asedio impuesto a Gaza es un castigo colectivo y que condicionar la asistencia humanitaria también es un castigo colectivo. Más de dos tercios de los más de 13,000 personas que han muerto en Gaza son mujeres y niños, y que 108 trabajadores/as de la UNRWA han perdido la vida.

67 instalaciones de la agencia de la ONU han sido impactadas por los bombardeos israelíes, a pesar de que la mayoría estaba ubicada en el centro y el sur de Gaza, áreas recomendadas por Israel para trasladarse durante su campaña terrestre en el norte.

La situación desesperada en la Franja ha dejado a casi el 80% de la población, alrededor de 1.7 millones de personas, desplazadas, con más de 900,000 refugiados en instalaciones de la UNRWA.

Lazzarini destacó las condiciones inhumanas en estos refugios, donde la falta de infraestructuras básicas está generando un caldo de cultivo para la desesperación y la enfermedad. Además, advirtió sobre señales de desmoronamiento del orden civil debido a la crítica situación de los gazatíes, que se ven obligados a valerse por sí mismos.

Evacuación de bebés prematuros desde Gaza: Crisis humanitaria agravada por ataques y falta de suministros

La grave situación en la Franja de Gaza se intensifica a medida que el ejército israelí obliga la evacuación del Complejo Médico Al Shifa, dejando a decenas de bebés prematuros en una situación desesperada. El sábado, las fuerzas israelíes otorgaron solo una hora para abandonar el centro de salud, incluso a pacientes con necesidades críticas de atención médica.

Desde el 11 de noviembre, cuando se agotó el suministro de combustible en Al Shifa, ocho bebés prematuros han perdido la vida debido a la falta de electricidad para operar las incubadoras. Este lunes, Egipto recibió a 28 de los 31 bebés evacuados del hospital Al Shifa, según información de la Media Luna Roja, mientras cruzaban el paso de Rafah en ambulancias palestinas y eran recibidos por equipos médicos en el lado egipcio de la frontera.

A pesar de los esfuerzos de evacuación, el Ministerio de Salud de Gaza confirmó que 120 pacientes, incluyendo varios bebés prematuros, aún permanecen en el hospital Al Shifa. La Media Luna Roja Palestina y la OMS coordinaron la evacuación, pero el acceso limitado a la ayuda humanitaria y las condiciones adversas en la zona han complicado las operaciones.

El director general de hospitales de Gaza, Mohammed Zaqut, anunció la evacuación de los bebés prematuros junto con médicos y enfermeras. Sin embargo, el Ministerio de Sanidad señaló que muchos pacientes, incapaces de abandonar el hospital, permanecen en condiciones críticas.

La situación en Al Shifa se ha deteriorado en las últimas semanas, con múltiples ataques israelíes que han afectado el área. La incursión del ejército israelí en el hospital, tras otorgar un plazo de una hora para abandonar, ha llevado a más de 500 pacientes a ser forzados a las calles, según la oficina de prensa de Gaza. La OMS describió el hospital como una “zona de muerte” y ha enviado un equipo de evaluación, anunciando planes para la evacuación inmediata de los pacientes restantes, el personal y sus familias.

La falta de suministros, la crisis humanitaria y la violencia constante han sumido a Gaza en una situación crítica, afectando a la población civil, especialmente a los más vulnerables, como los bebés prematuros que luchan por sobrevivir en medio de condiciones extremas.

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