El ABC del Banco Mundial 2.0

Por Eric Toussaint

La Institución a la que llamamos Banco Mundial reúne, de hecho, dos organizaciones, el BIRF (Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento) y la AIF (Asociación Internacional de Fomento). Pero, a su vez, el Banco Mundial es un subgrupo del llamado Grupo Banco Mundial que reúne tres organizaciones más: la SFI (Sociedad Financiera Internacional), la AMGI (Agencia Multilateral de Garantía de Inversiones) y el CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativo a Inversiones). Veamos más de cerca lo que se esconde por detrás de esos acrónimos.

El Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (BIRD) fue creado en julio de 1944 en Bretton Woods (Estados Unidos) a iniciativa de los 45 países allí reunidos para la primera Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas. En 2024, 189 países son miembros de ese Banco, siendo Nauru el último en adherirse, en abril de 2016 [1]. Para poder ser miembro del BIRF, un país debe ser antes miembro del FMI.

Su objetivo inicial fue el de proveer capitales públicos para la reconstrucción de Europa occidental después de la Segunda Guerra Mundial, con la intención de que permaneciera un aliado fiel a Estados Unidos, y así, de paso, ofrecer una salida a las mercancías producidas por las empresas estadounidenses. Luego, el Banco se dedicó a la financiación del desarrollo de los países del Sur, asumiendo el papel de la «fuente esencial de apoyo financiero y técnico para todos los países en desarrollo», según sus propias palabras. Una financiación con objetivos muy específicos y, a su vez, muy discutibles.

Otros cuatro organismos se crearon para formar el «Grupo Banco Mundial» y fueron asignados a las siguientes misiones:

  • 1956, la Corporación Financiera Internacional (CFI), también conocida como Sociedad Financiera Internacional (SFI): ofrece financiación al sector privado de los países del Sur.
  • 1960, la Asociación Internacional de Fomento (AIF): ofrece préstamos a los países más pobres.
  • 1966, el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI): es un tribunal supranacional en el que una empresa privada puede entablar un litigio contra un Estado, si cree que este la perjudica.
  • 1988, la Agencia Multilateral de Garantía de Inversiones (AMGI), también conocida por su acrónimo en inglés MIGA: ofrece garantías a las empresas privadas que tienen intereses en los países del Sur.

A continuación, nos referiremos al Banco Mundial que reúne al BIRF y la AIF.

Un liderazgo no democrático

Cada uno de los países miembros nombra un gobernador para que lo represente, en general, el ministro de Finanzas. Se reúnen como Consejo de Gobernadores, instancia suprema del Banco Mundial, que celebra una reunión anual (en otoño, dos de cada tres años en Washington) y fija las grandes líneas de actuación. Ese consejo está encargado de tomar las decisiones importantes (admisión de nuevos países, preparación del presupuesto, etc.) Por otra parte, la reunión de primavera en Washington (junto al FMI) presenta el balance de la actuación del Banco Mundial y del FMI.

Para la gestión cotidiana de las misiones del Banco Mundial, el Consejo de Gobernadores delega su poder en el Directorio ejecutivo, compuesto de 25 miembros. [2] Cada uno de estos 8 países tiene el privilegio de poder nombrar un administrador: Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Arabia Saudí, China y Rusia. Los otros 17 administradores son nombrados por grupos de países con características, a veces, sorprendentes: un país rico se asocia, en general, a un grupo de países del Sur. Por supuesto es el país rico el que dispone de un sitio en el Consejo de Administradores y vota en nombre de todos los miembros del grupo.

El Directorio ejecutivo se reúne, en principio, por lo menos tres veces por semana y elige al presidente del Banco Mundial, para un mandato de cinco años. En contra de cualquier principio democrático, una regla tácita dice que ese puesto está reservado a un representante de Estados Unidos, elegido por el presidente estadounidense. El Consejo de Administradores solo ratifica esa elección.

El enlace entre los medios de negocios, el gran capital de Estados Unidos y el Banco Mundial se percibe de inmediato cuando vemos el origen de los 14 ciudadanos estadounidenses que se sucedieron, hasta ahora, a la cabeza del Banco Mundial:
Eugene Meyer, el primer presidente, solo se mantuvo 8 meses, era editor del Washington Post y había trabajado en el grupo Lazard Frères. El segundo, John J. McCloy, era un gran abogado de negocios de Wall Street, luego fue designado Comisario en Jefe de los Aliados en Alemania, y después presidente del Chase Manhattan Bank. El tercero, Eugene R. Black, era vicepresidente del Chase National Bank y luego se convirtió en Consejero especial del presidente Lyndon B. Johnson. El cuarto, George D. Woods, también banquero, era presidente de la First Boston Corporation. El quinto fue Robert S. McNamara, quien había sido presidente-director general de la Ford Motor Company, luego secretario de Estado de Defensa en las presidencias de Kennedy y Johnson. El sexto fue Alden W. Clausen, era presidente del Bank of America (uno de los principales bancos de Estados Unidos, muy comprometido en la crisis de la deuda del Tercer Mundo), al cual se reintegró cuando dejó el Banco Mundial. En 1986, le sucedió el séptimo: Barber Conable, exmiembro republicano del Congreso de Estados Unidos. Luego llegó el octavo: Lewis T Preston en 1991, ex presidente del Comité ejecutivo del banco JP Morgan.

Desde 1995 hasta 2005, el noveno presidente del Banco Mundial fue J. D. Wolfensohn, ex director del sector de banco de negocios de Salomon Brothers en Nueva York. Cuando acabó su presidencia en 2005, entró en la dirección del Citibank-Citigroup, uno de los principales bancos a nivel mundial. En marzo de 2005, tomó el relevo Paul Wolfowitz, ex número 2 del Pentágono, y uno de los organizadores de la invasión militar a Irak, en marzo de 2003, por una coalición dirigida por Estados Unidos. Obligado a dimitir por haberle concedido un aumento substancial de salario a su compañera, fue reemplazado por Robert Zoellick, que había sido, en forma sucesiva, jefe de gabinete de George Bush padre, secretario de Comercio exterior, número dos del departamento de Estado, y había trabajado en Goldman Sachs, un actor principal de la crisis de las subprimes, en julio de 2007. Entre 2012 y 2019, Jim Yong Kim, también estadounidense, estuvo a la cabeza del Banco Mundial, hasta dimitir para ir a trabajar a un fondo de inversiones privado.

En abril de 2019, fue oficialmente reemplazado por David Malpass, quien había trabajado para el Tesoro de Estados Unidos y en Relaciones Exteriores en la presidencia de Ronald Reagan y luego en la de George Bush padre, antes de ejercer el puesto de economista jefe en Bear Stearns, un importante banco de negocios… hasta su quiebra en 2008, como consecuencia directa del papel que había tenido en la formación de la burbuja especulativa de las subprimes. En agosto de 2007, Malpass había publicado en el Wall Street Journal una columna en la que instaba a sus lectores a no inquietarse por el estado de los mercados financieros, llegando a escribir que «el mercado inmobiliario y el de la deuda no representaban una parte significativa de la economía de Estados Unidos o de la creación de empleo». En mayo de 2016, se unió al equipo de campaña de Donald Trump. Fue recompensado por este último que lo nombró subsecretario del Tesoro para Asuntos Exteriores y luego presidente del Banco Mundial. En junio de 2023 comenzó el mandato de Ajay Banga, decimocuarto presidente del Banco Mundial. Ajay Banga nació en la India y adoptó la nacionalidad estadounidense en 2007, y es en parte por esta razón por la que pudo ser elegido para el cargo de presidente. Fue Director General de Citigroup, uno de los mayores bancos de inversión de Estados Unidos, para sus operaciones en Asia-Pacífico entre 2005 y 2009, antes de convertirse en Director General de Mastercard.

Tabla 1: Los 14 presidentes del Banco Mundial desde 1946 hasta la actualidad

Nombre Duración del mandato Antecedentes
Eugene Meyer junio 1946 – diciembre 1946 Banquero de negocios en Wall Street, editor del Washington Post
John McCloy marzo 1947 –
junio 1949
Dirigente del Chase National Bank (que luego se convirtió en el Chase Manhattan Bank)
Eugene Black julio 1949 – diciembre 1962 Vicepresidente del Chase Manhattan Bank
George Woods enero 1963 –
marzo 1968
Presidente de la First Boston Corporation
Robert McNamara abril 1968 –
junio 1981
Dirigente de Ford, luego secretario de Estado de Defensa
Alden Clausen julio 1981-
junio 1986
Presidente del Bank of America
Barber Conable julio 1986 –
agosto 1991
Miembro del Congreso y de la Comisión bancaria del Congreso
Lewis Preston septiembre 1991- mayo 1995 Presidente de JP Morgan and Co
James Wolfensohn junio 1995 –
mayo 2005
Subsecretario de Estado de Defensa
Robert Zoellick julio 2007 –
junio 2012
Secretario de Estado adjunto en el gobierno del presidente George W. Bush
Jim Yong Kim julio 2012 –
febrero 2019
Médico, presidente del Dartmouth College; a la cabeza del Departamento VIH/SIDA de la OMS; después se unió al fondo de inversión privado Global Infrastructure Partners
David Malpass febrero 2019 – Junio 2023 Economista jefe del banco de negocios Bear Stearns, subsecretario del Tesoro de Estados Unidos
Ajay Banga Junio 2023 – en curso Ex CEO de Citigroup, ex CEO de Mastercard

Un reparto desigual de los derechos de voto

A todos los países miembros se les asigna una cuota que determina la influencia que cada uno de ellos puede tener. Por consiguiente, un simple cálculo permite determinar el número de derechos de voto de cada uno de los países: una parte fija de 250 votos y una parte proporcional a su cuota. Al contrario que en la Asamblea General de las Naciones Unidas donde cada país tiene un voto —aunque no en el Consejo de seguridad donde cinco países tienen derecho de veto— el sistema adoptado es 1USD = 1 voto. Pero, contrariamente a los accionistas de una empresa, aquí un país no puede decidir el aumento de su cuota para tener más peso. El sistema, por lo tanto, está perfectamente bloqueado.

Tabla 2: Reparto de derechos de voto entre los administradores del BIRF en octubre de 2024 [3]

País % Grupo presidido por % Grupo presidido por %
Estados Unidos 15,99 Bélgica 4,69 Suecia 3,22
Japón 7,09 Países Bajos 4,15 Argelia 3,20
China 5,92 Australia 4,13 Suiza 3,10
Alemania 4,22 España 3,69 Indonesia 2,84
Francia 3,87 India 3,66 Chile 2,24
Reino Unido 3,87 Canadá 3,63 Kuwait 2,22
Rusia (+ Siria + Bielorrusia) 2,94 Italia 3,52 Cabo Verde 1,96
Arabia Saudí 2,75 Brasil 3,45 Tanzania 1,82
Nigeria 1,65

Fuente: Banco Mundial (worldbank.org)

Los países del Sur no tienen la fuerza necesaria para hacer frente a los principales países del Norte, que se reservan la mayor parte de los derechos de voto. De esa manera tienen los medios para imponer, sistemáticamente, sus puntos de vista. El desfase entre el peso demográfico y el poder de influencia es evidente y enorme.

Tabla 3: Derechos de voto de los administradores del BIRF en 2024 en
comparación con la población del país o del grupo

País o grupo Población estimada en 2023(en millones) Derecho de voto en el BIRD en octubre 2024 (%)
Grupo presidido por India 1 624 3,66
China 1 410 5,92
Grupo presidido por Tanzania 524 1,82
Grupo presidido por Cabo Verde 364 1,96
Estados Unidos 335 15,99
Nigeria, Sudáfrica, Angola 321 1,65
Rusia (+ Siria + Bielorrusia) 176 3,13
Japón 125 7,09
Francia 68 3,87
Arabia Saudí 37 2,75

Fuente: Banco Mundial

Además de este reparto injusto de derechos de voto, Estados Unidos logró imponer la mayoría del 85 % de votos requerida para todas las decisiones importantes. Al ser el único país que tiene más del 15 % de los votos, posee, evidentemente, un derecho de veto para cualquier cambio importante. Los países de la Unión Europea, que podrían reunir también ese 15 %, se alinean generalmente con Washington. Las pocas veces que una coalición de países europeos amenazó con utilizar la minoría de bloqueo, sólo fue para defender sus intereses egoístas. [4] En un futuro, podríamos imaginar que una coalición de países del Sur lograse reunir una minoría de bloqueo para oponerse al próximo candidato de Estados Unidos a la presidencia de la institución, pero, hasta ahora, el Tesoro estadounidense es, sin duda alguna, el comandante capaz de bloquear cualquier cambio contrario a sus intereses. Que la sede esté en Washington, a dos pasos de la Casa Blanca, no es casualidad. A lo largo de los años los reajustes de los derechos de voto permitieron a China ganar un poco de influencia y aunque Estados Unidos aceptó revisar su cuota a la baja, se cuidó mucho de mantenerse por encima del límite del 15 %.

Elección de financiaciones cuestionables

La AIF (Asociación Internacional de Fomento) es oficialmente una simple asociación, aunque insertada en el BIRD, el banco que la gestiona. En el año 2024, contaba con 175 Estados miembros, entre los cuales hay 78 [5] que cumplen con las condiciones para aprovechar esos préstamos, o sea un ingreso anual por habitante de menos de 1. 335 USD para el ejercicio 2025 (cifra que se actualiza todos los años). Esos países piden préstamos de larga duración (entre 30 y 40 años, con un período de gracia de 5 a 10 años) y con tipos de interés bajos. El dinero proviene de los países más ricos, que reconstituyen los fondos de la AIF cada tres años, así como de las ganancias que el BIRD obtiene de los reembolsos efectuados por los países de ingresos medios.

Los otros países del Sur obtienen préstamos del BIRD (Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo), con tipos de interés próximos a los del mercado. Además, el BIRD selecciona los proyectos rentables para otorgar sus préstamos, como lo hace cualquier banco clásico. El Banco Mundial (BIRD) consigue los fondos necesarios para esos préstamos, pidiendo a su vez dinero en los mercados financieros. Su solidez, garantizada por los países ricos que son los mayores accionistas, le permite conseguir esos fondos a tipos de interés ventajosos. El BIRD los presta luego a los países miembros, que los reembolsarán en un plazo de entre 15 y 20 años.

Esa posición privilegiada permite al BIRD tener superávits para su funcionamiento administrativo e incluso presentar un resultado de su balance altamente positivo: entre 1.144 y 3.990 millones de dólares anuales para los años 2021 a 2024 (tras una pérdida de 42 millones en 2020). [6]

Con el aumento del endeudamiento, el Banco Mundial desarrolló sus intervenciones de acuerdo con el FMI, bajo una perspectiva macroeconómica, e impuso de manera creciente las políticas de ajuste estructural. Tampoco se priva de «aconsejar» a los países sometidos a la doctrina del FMI, ya que participa, incluso directamente, en la financiación de esas reformas gracias a sus préstamos específicos.

Bancos regionales de desarrollo alineados con la política del Banco Mundial

Existen numerosos bancos regionales: el Banco Africano de Desarrollo (BAfD), el Banco Asiático de Desarrollo (BAsD), [7] el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y también el Banco Europeo de Inversiones (BEI). Puesto que esos bancos están completamente alineados con las orientaciones del Banco Mundial, no constituyen una alternativa. Sus balances son también totalmente negativos.

Los países del Norte tienen una fuerte presencia en el capital de estos bancos de desarrollo (y, por lo tanto, en su toma de decisiones). En cuanto al Banco Africano de Desarrollo (BAfD), los 54 países africanos miembros representan el 58,63% del capital y los 27 países no africanos el 41,37% (6,53% para Estados Unidos, 5,45% para Japón, 1,28% para China y en cuanto a las antiguas potencias coloniales europeas 4,13% para Alemania, 3,70% para Francia, 2,40% para Italia, 1,88% para el Reino Unido, 1,07% para España, 0,65% para Bélgica, 0,24% para Portugal).
En el Banco Asiático de Desarrollo (BAD), los 41 países miembros regionales prestatarios poseen el 33,17% del capital (6,43% para China), los 8 países miembros regionales no prestatarios representan el 30,22% (15,57% para Japón, 5,77% para Australia, 5,03% para Corea del Sur, etc.), y los 19 países no asiáticos el 36,61% (15,57% para Estados Unidos, 4,32% para Alemania, etc.).
En el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con sede en Washington, los 26 países miembros prestatarios poseen el 50,01% del capital, mientras que los 2 países miembros americanos no prestatarios (Estados Unidos y Canadá) poseen el 34,01%, del que sólo Estados Unidos posee el 30,01%. Los países no americanos y no prestatarios representan el 15,98%, de los cuales el 5,20% corresponde a Japón y el 1,96% a España. [Cifras al 31 de diciembre de 2023 para los 3 bancos, extraídas de sus informes anuales].

Los bancos nacionales e internacionales de desarrollo aumentan su influencia

Paralelamente al Banco Mundial, existen otras instituciones de desarrollo, nacionales e internacionales. En algunos casos compiten con el Grupo del Banco Mundial, el FMI y los acreedores bilaterales tradicionales del Club de París.

Una de estas instituciones es el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), con sede en Shanghái.

El Nuevo Banco de Desarrollo (New Development Bank (NDB)) que fue creado oficialmente el 15 de julio de 2014 con ocasión de la sexta cumbre de los BRICS que tuvo lugar en Fortaleza, Brasil. El NDB concedió sus primeros créditos a partir de fines de 2016. Los cinco países fundadores tienen, cada uno, una parte igual del capital del banco y ningún derecho de veto. El NDB, además de los cinco países fundadores, cuenta con miembros como Bangladesh, Emiratos Árabes Unidos y Egipto. En 2024, Uruguay estaba tramitando su participación. Es posible que se incorporen otros países, en particular Argelia. El NDB está dotado de un capital de 50.000 millones de dólares que debería llegar en un futuro a 100.000 millones de dólares. Existe una rotación para el ejercicio de presidente o presidenta del NDB. Por turnos de cinco años de mandato, cada uno de los países miembros puede ejercer la presidencia. Dilma Roussef, la presidenta actual, es brasileña. El Nuevo Banco de Desarrollo declara que se concentra, principalmente, en la financiación de proyectos de infraestructuras, incluidos los sistemas de distribución de agua y sistemas de producción de energías renovables. Además insiste en el carácter «verde» de los proyectos que financia, a pesar de que eso sea discutible. [8] Véase su sitio oficial: https://www.ndb.int/about-ndb/

En la categoría de bancos nacionales que conceden préstamos en el extranjero y pueden a veces competir con el Grupo del Banco Mundial, el FMI y el Club de París, podemos mencionar el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil o el Banco de Desarrollo de China (CDB). [9]
Su influencia no es poca, ya que en la actualidad prestan más que el Banco Mundial. Entre 2003 y 2015, el CDB prestó más de 78.000 millones de USD destinados a América Latina. La suma total de acreencias del BNDS llegaba a los 175.000 millones de USD en 2017. [10]

China presta por medio de diferentes instituciones públicas: sus bancos públicos estratégicos (China Development Bank y China Eximbank), al mismo tiempo que cada vez recurre más al Banco Central (People’s Bank of China) y a los bancos comerciales del Estado (tales como el Industrial and Commercial Bank of China, Bank of China, y China Construction Bank). El monto total de esos créditos ascendió, según AIFData, a 1,34 billones de dólares durante un período de 22 años desde el 2000. [11] Eso hace que China sea el principal prestamista público con respecto al Sur Global. [12] Los préstamos de China alcanzan un volumen más elevado que la suma de los préstamos concedidos por el FMI, el Banco Mundial y el Club de París.

Es importante auditar los préstamos tanto de los prestamistas públicos tradicionales (Banco Mundial, FMI, Club de París, BAfD, BAsD, BID, etc.) como de los recién llegados como los bancos chinos, el BNDES y el Nuevo Banco de Desarrollo. Un primer análisis muestra que los proyectos financiados por estos distintos prestamistas no son fundamentalmente diferentes. Los recién llegados, al igual que los antiguos, favorecen las inversiones en materias primas, la producción y distribución de energía, las infraestructuras de comunicación que favorecen el sector de la exportación-importación y, en general, apoyan las condicionalidades impuestas por el FMI y el Banco Mundial en asociación con el Club de París.

Estos diferentes prestamistas públicos practican también asociaciones público-privadas, que favorecen los intereses de las grandes empresas privadas en detrimento del interés público.

Por último, la auditoría de las deudas reclamadas por los prestamistas privados es, por supuesto, fundamental.

El Grupo del Banco Mundial: una red cada vez más tupida

Las filiales del Banco Mundial – la Corporación Financiera Internacional (CFI), la Agencia Multilateral de Garantía de Inversiones (AMGI) y el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) – han sido diseñadas para tejer una red cada vez más tupida.

Tomemos un ejemplo teórico para ilustrar los efectos de sus políticas. El Banco Mundial concede un préstamo al gobierno de un país con la condición de que privatice su sistema de distribución y depuración de agua. La empresa pública se vende así a un consorcio privado del que forma parte la CFI, filial del Banco Mundial. Entonces, la población afectada por la privatización protesta contra el brusco aumento de las tarifas y el deterioro de la calidad del servicio prestado, y el gobierno se vuelve contra la empresa transnacional depredadora. El litigio es tratado por el CIADI, que se encuentra así a ambos lados del banquillo de los jueces.

Se ha llegado a una situación en la que el Grupo del Banco Mundial está presente en todos los niveles: impone y financia la privatización a través del BIRF y de la AIF; invierte en la empresa privatizada a través de la CFI; proporciona a la empresa garantías que la cubren contra el riesgo político, a través de los buenos oficios de su Agencia Multilateral de Garantía de Inversiones; y juzga los litigios que puedan surgir a través del CIADI. Esto es exactamente lo que ocurrió en El Alto, en Bolivia, entre 1997 y 2005 (véase «El ejemplo de El Alto en Bolivia»).

El ejemplo de El Alto en Bolivia

El 13 de enero de 2005, después de tres días de movilización de los habitantes de El Alto, el presidente boliviano prometió a la población que pondría fin a la concesión por 30 años otorgada a la transnacional Suez.

¿Qué fue lo que provocó la sublevación popular de enero de 2005 en El Alto?
El 24 de julio de 1997, debido a la presión ejercida por el Banco Mundial y el FMI, las autoridades bolivianas dieron a la empresa Aguas del Illimani-Suez una concesión por 30 años de la distribución de agua potable y del saneamiento de las aguas usadas de la municipalidad de El Alto y de la capital, La Paz. Aguas del Illimani estaba controlada por la empresa Suez, que domina en el nivel mundial el comercio del agua en compañía de Vivendi (Francia) y de Thames (Reino Unido). La concesión se hizo de manera fraudulenta, pues no se respetaron las reglas normales de una licitación pública. Esta fue convocada sobre la base de un estudio realizado por el banco francés BNP Paribas. Sólo una empresa se presentó a la licitación: Aguas del Illimani-Lyonnaise des eaux (Suez). En lugar de proceder a un nuevo llamado a fin de recibir otras ofertas, el contrato se firmó de prisa y corriendo. Esta concesión a una transnacional fue el resultado de la privatización de la empresa municipal pública Samapa, impuesta por el Banco Mundial, el FMI y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con ocasión de la renegociación de la deuda boliviana, en 1996. El Banco Mundial, por lo demás, era parte interesada en la operación, porque posee el 8 % de las acciones de Aguas del Illimani, a través de su instrumento de inversión privada, la Sociedad Financiera Internacional. Por su parte, Lyonnaise des eaux-Suez posee el 55 % de las acciones.

Suez privó de agua en El Alto a 200.000 habitantes
Mientras Aguas del Illimani afirmaba que toda la población de El Alto tenía acceso al agua potable, la realidad era muy diferente. 70.000 personas vivían en casas sin conexión con la red de distribución de agua, porque el precio de la conexión era exorbitante. Costaba la suma astronómica de 445 dólares, o sea, aproximadamente, 8 meses de salario mínimo. Por otra parte, 130.000 personas que vivían en el territorio de la concesión de Aguas del Illimani estaban fuera del área servida por la transnacional.

Insuficiencia de la inversión en el mantenimiento y la mejora de las instalaciones
Según el contrato firmado en 1997, Aguas del Illimani debía garantizar el mantenimiento de las conducciones de aguas residuales y mejorarlas. En realidad, las inversiones realizadas a tal efecto eran completamente insuficientes. Entre 1997 y 2004, Aguas del Illimani no habría gastado más que 55 millones de dólares, que provenían principalmente de préstamos del Banco y del BID o de donaciones gubernamentales a título de ayuda pública al desarrollo. Es el caso de donaciones de Suiza destinadas a asegurar el acceso de los pobres al agua potable. La insuficiencia de inversiones se tradujo en focos de contaminación en ciertos barrios debidos a la distribución de agua no potable.

Aumento de tarifas
Al principio del contrato, en 1997, las tarifas aumentaron un 19 %. Por otra parte, el coste de conexión subió un 33 %. Aunque la ley boliviana prohíbe la dolarización de las tarifas (ley 2.066 del 11 de abril de 2000, art. 8), Aguas del Illimani las indexó con el dólar.

Robar a los pobres y al poder público
Con unas tarifas exorbitantes, Suez amortizaba sus débiles inversiones y se otorgaba una tasa de beneficios del 13 %. No contenta con esto, había obtenido, gracias al artículo 26 del contrato de garantía, que en caso de la no renovación de la concesión en 2027, las autoridades públicas deberían devolver a la empresa el importe de todas las inversiones realizadas. Además, aunque Suez se había comprometido a pagar a la empresa municipal Samapa 8 millones de dólares por año, ésta afirma que no recibió en realidad más que 3,5 millones de dólares anuales.

El Banco Mundial: juez y parte
Por todas estas razones, la población de El Alto salió en masa a la calle durante tres días, exigiendo la salida de Agua del Illimani-Suez y la devolución de la distribución de agua al sector público. Suez anunció, tras el decreto del presidente boliviano, que presentaría una demanda ante el CIADI, una de las cinco ramas del grupo Banco Mundial.

El autor desea dar las gracias a Claude Quémar y Maxime Perriot por la búsqueda de datos y la corrección de pruebas.

Traducido por Griselda Piñero

Notas

[1https://www.bancomundial.org/es/about/leadership (consultado el 13/11/2024)

[2] Banco mundial, Directorio Ejecutivo, https://www.bancomundial.org/es/about/leadership/directors (consultado el 13/11/2024).

[3] Los derechos de voto evolucionan con frecuencia desde 2010, debido a una reforma de su cálculo y un aumento de capital. Pero los países del Sur siguen teniendo menos del 50% de los derechos de voto.https://thedocs.worldbank.org/en/doc/1da86cb968275b94ab30b3d454882208-0330032021/original/IBRDEDsVotingTable.pdf, consultado el 27 de octubre de 2024.

[4] Eric Toussaint y Damien Millet, «La propuesta del G8 sobre la deuda, amenazada en el FMI», 20 de julio de 2005, https://www.cadtm.org/La-propuesta-del-G8-sobre-la-deuda (consultado el 30 de octubre de 2024).

[5] Fuente: https://aif.bancomundial.org/es/about/pa-ses-prestatarios (consultado el 28 de octubre de 2024).

[6] Informe anual 2024 https://www.bancomundial.org/es/about/annual-report/fiscal-year-data (consultado el 13/11/2024).

[7] El Banco Africano de Desarrollo y el Banco Asiático de Desarrollo tienen el mismo acrónimo: BAD. Con el fin de distinguirlos, utilizamos estos acrónimos: BAfD y BAsD

[8] Para una visión crítica del Nuevo Banco de Desarrollo: Éric Toussaint, “¿Ofrecen los BRICS y su Nuevo Banco de Desarrollo alternativas al Banco Mundial, al FMI y a las políticas promovidas por las potencias imperialistas tradicionales?”, 22 de abril de 2024, https://www.cadtm.org/Ofrecen-los-BRICS-y-su-Nuevo-Banco-de-Desarrollo-alternativas-al-Banco-Mundial (consultado el 28 de octubre de 2024).

[9] Sitio oficial del Banco de Desarrollo de China: https://www.cdb.com.cn/English/gykh_512/khjj/

[10] Strengthening the Foundations? Alternative Institutions for Finance and Development – Kring – 2019 – Development and Change – Wiley Online Library
https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/dech.12464 (consultado el 31 de octubre de 2024).

[11] AIFData, “Belt and Road Reboot: Beijing’s Bid to De-Risk Its Global Infrastructure Initiative”,
Noviembre de 2023,
https://www.AIFdata.org/publications/belt-and-road-reboot (consultado el 13/11/2024).

[12] Sobre China como prestamista: Éric Toussaint, Serie sobre China como potencia acreedora publicado por el CADTM en febrero de 2024. [Parte 1] Preguntas y respuestas sobre China como potencia acreedora de primer orden. https://www.cadtm.org/Parte-1-Preguntas-y-respuestas-sobre-China-como-una-potencia-acreedora-de
[Parte 2] Preguntas y respuestas sobre China. ¿Cómo es el sistema de préstamos de China? https://www.cadtm.org/Parte-2-Preguntas-y-respuestas-sobre-China-Como-es-el-sistema-de-prestamos-de
[Parte 3] Preguntas y respuestas sobre China: ¿Está haciendo China lo mismo que el Banco Mundial, el FMI y Estados Unidos? https://www.cadtm.org/Parte-3-Preguntas-y-respuestas-sobre-China-Esta-haciendo-China-lo-mismo-que-el
[Parte 4] Preguntas y respuestas sobre China: ¿Podría China otorgar préstamos de otra manera? https://www.cadtm.org/Parte-4-Preguntas-y-respuestas-sobre-China-Podria-China-otorgar-prestamos-de (consultados el 11/11/ 2024).

Fuente: CADTM

Imagen: wikimedia

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