Economía de guerra en plena crisis: El comercio mundial de armas crece un 24% en cinco años
Agencias/Kaosenlared
Desde agosto de 2008 el mundo anda metido en una profunda crisis económica, o eso es, al menos, lo que nos dicen. Con el argumento de tal crisis, y su consecuencias derivada en el mundo de los mercados financieros y la macroeconomía, la mayoría de países del mundo están aplicando brutales reducciones del gasto público, que, entre otras cosas, están generando un aumento a escala global de la pobreza extrema y la exclusión social, así como del desempleo, la precarización del trabajo, y otros aspectos fundamentales de la economía que afecta de manera real a la calidad de vida de los ciudadanos y ciudadanas de los diversos países.
Sanidad, educación, salarios, pensiones, y otros derechos históricos de las clases trabajadoras, han sido puestos en la diana económica por quiens gobiernan el mundo, que hacen creer a la población que no existe otra salida a la crisis que una que pase por «reducir el gasto público», esto es, por dejar de gastar dinero en los sistemas de protección social, o en aquello que afecta a los más elementales servicios sociales. Sin embargo, hay un dato que, por sí mismo, pone a todos estos apologetas del neoliberalismo en evidencia: en los últimos cinco años el gasto en armamento militar no ha dejado de crecer, llegando a situarse en los niveles más altos de toda la historia.
El comercio mundial de armas convencionales ha aumentado un 24% entre 2007 y 2011 con respecto al lustro anterior, según un informe difundido por el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI).
Estados Unidos mantiene su hegemonía mundial como principal exportador, mientras que la India es el país que más armamento ha comprado en ese quinquenio, seguida por otros cuatro países asiáticos.
Junto a EEUU, Rusia, Alemania, Francia y Reino Unido acaparan el 75% de las ventas totales. Las exportaciones de los estadounidenses, que también han aumentado en un 24%, suponen el 30% y tienen en Corea del Sur, Australia y Emiratos Árabes Unidos sus mejores clientes. Por regiones, Asia y Oceanía recibieron el 45% de las exportaciones estadounidenses, seguidas por Oriente Medio (27%) y por Europa (18%).
El 63% de las exportaciones de Estados Unidos se han basado en la aviación. El país protagonizó con Arabia Saudí la principal operación de ventas de armas de 2011 y de las últimas dos décadas con la compra de este país asiático de 84 cazas F-15SG y la reconstrucción de otros 70 ya existentes.
Rusia, que vendió un 12% más y acapara casi una cuarta parte del total mundial, tuvo a India como su mejor cliente, mientras que Alemania, que desbancó a Francia del tercer puesto, vendió un 37% más, con Grecia como principal destinatario.India mantiene el liderato mundial en importaciones en el último lustro, con el 10%, por delante de Corea del Sur (6%), Pakistán (5%), China (5%) y Singapur (4%).
«Los principales importadores asiáticos buscan desarrollar su propia industria armamentísticay disminuir su dependencia en fuentes de suministro externas», señaló Pieter Wezeman, investigador del SIPRI. El caso más notorio es el de China, principal importador mundial en 2002-2006 y ahora cuarto, y que en el último lustro ha aumentado sus exportaciones un 95% hasta convertirse en el sexto principal vendedor de armas en el mundo, aunque debido sobre todo a varios contratos con Pakistán.
El informe del SIPRI destaca además «aumentos significativos» en el comercio de armas en zonas como el este y el norte de África, el sudeste Asiático y el sur del Cáucaso, y que los principales exportadores continúan suministrando armas a países que se han visto afectados por la llamada Primavera Árabe.
Un dato a resaltar: Alemania, mientras presta dinero a Grecia a cambio de que esta imponga a su pueblo las medidas más duras, contras los derechos e intereses de las clases trabajadoras, de las que se tienen recuerdo en la Unión Europea, es a su vez el principal suministrador de armas de dicho país, un negocio que, lejos de haberse reducido a consecuencia de la dramática situación que atraviesa la economía del país heleno, no ha hecho sino aumentar año tras año, incluído el año presente.
A eso es, en definitiva, a lo que los poderes financieros que gobiernan el mundo llaman «crisis»: a una estafa a gran escala donde los que controlan los medios de producción y el capital siguen ganando dinero a manos llenas, mientras que son las clases trabajadoras quienes, con su implícito consentimiento, van perdiendo derechos y calidad de vida a pasos agigantados. Y es que, como dijes hace unos días el ministro de Defensa español, hombre vinculado a las empresas de armamento: «el gasto en defensa es una necesidad inexcusable». Algo que, por supuesto, no podemos decir lo mismo del gasto en sanidad, educación, subsidios por desempleo, etc, etc.
Al menos, eso sí, ya sabemos en que utilizan nuestros estados el dinero que recortan de nuestros servicios públicos: en metralletas, tanques y aviones de guerra. Todo sea porque la economía (de guerra) no decaiga.