Donostia saca las urnas a la calle para reivindicar el derecho a decidir
Todas y todos habían puesto el despertador bien temprano. Tenían por delante un reto enorme: Donostia se ha convertido en la primera gran ciudad vasca que se suma a esta ola de consultas promovidas por la plataforma ciudadana Gure Esku Dago, en la que ya han tomado parte otros 203 municipios más pequeños. Además, este domingo también se han organizado votaciones en Irun, Zalla, Balmaseda y Alonsotegi. En total, están habilitadas para votar 221.679 personas mayores de 16 años, de las cuales 160.457 se encuentran en Donostia.
La pregunta más larga aparece en las papeletas de Irun (Gipuzkoa). Allí los electores deben elegir entre «tres opciones» sobre el futuro político: «Un estado vasco soberano e independiente«; «Un nuevo estatus político dentro del Estado español»; o «la actual Comunidad Autónoma Vasca». En Zalla y Balmaseda (ambas en Bizkaia), los electores se enfrentarán a la siguiente interrogante: «¿Quieres que la ciudadanía vasca sea soberana para decidir sobre su futuro político, económico, social y cultural?». Mientras tanto, en Alonsotegi —una pequeña localidad situada a unos ocho kilómetros de Bilbao— preguntan a sus vecinos si quieren ser «ciudadanos de una Euskal Herria independiente».
Expectación y fiesta
En Donostia se abrieron una treintena de puntos de votación, situados mayoritariamente en la calle. Todo ello ha sido posible gracias al trabajo del millar de voluntarios que tomaron parte en la jornada, en la que también imperó el ambiente festivo. «El mensaje es muy claro: queremos decidir el futuro de nuestro pueblo, y reclamamos que nos dejen decidirlo», dijo Bandrés a Público.
La reivindicación de Gure Esku Dago ha contado con el respaldo de los representantes catalanes que se desplazaron hasta la capital guipuzcoana para ser testigos de la consulta. La delegación estaba compuesta por Elisenda Paluzie, presidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC); Marcel Mauri, vicepresidente de Òmnium Cultural; los diputados de ERC Gabriel Rufián y Joan Tardá; la parlamentaria de JxCat Aurora Madaula o Aina Delgado, integrante de la secretaría técnica de la CUP; y Jaume López, profesor de Ciencia Política de la Universidad Pompeu Fabra de Catalunya.
Asimismo, entre los observadores internacionales citados por Gure Esku Dago en el dossier de prensa también se encontraban Shona McAlpine, secretaria y delegada de relaciones internacionales de Independence Convention (Escocia), y Julieta Gaztañaga, antropóloga, investigadora y profesora argentina.
«Nada volverá a ser igual en nuestros pueblos después del proceso de la consulta, porque en estos últimos meses hemos derribado infinidad de zarzas y muros que han permanecido durante años, promoviendo así, la convivencia de la que tanto se habla últimamente», había pronosticado en las jornadas previas Gure Esku Dago. Arkaitz Anza, un donostiarra de 32 años que trabajó en la organización de las votaciones, coincide con este diagnóstico. «Hemos tenido una sociedad muy fracturada, con sectores que no se podían ni ver y no tenían ningún tipo de relación. Lo que hace el proyecto de las consultas es que personas de sensibilidades diferentes se sienten alrededor de una mesa y trabajen juntos para llevar a cabo este proyecto», apuntó.
Apoyo de PNV y EH Bildu
Un par de días antes de la gran cita, representantes políticos de PNV y EH Bildumostraron su adhesión a la jornada, tal como ambas formaciones ya habían hecho en las votaciones celebradas anteriormente en otras localidades. «Creemos que el proceso de la consulta posibilita profundizar en la convivencia y que se ha convertido en un punto de encuentro para los y las donostiarras durante estos últimos meses», afirmaron en una declaración conjunta, en la que mostraron su apoyo a «este instrumento para la cohesión social». Precisamente, remarcaron que continuarán respaldando «iniciativas que impulsen la convivencia a largo plazo».
En esa línea, Arkaitz Anza no dudaba en señalar que la jornada de este domingo es un «punto de partida, con mucha más gente empoderada democráticamente«. Saioa Bandrés lo define con otra frase: «Esto es un granito de arena en una gran montaña».