Discurso pronunciado el 26 de abril del 2013, por el Camarada Ivanor Ruiz De León, miembro del Presídium, en el acto conmemorativo del 83 aniversario de la Fundación del Partido del Pueblo.
Señores invitados especiales, representantes de organizaciones políticas de izquierda, representantes de organizaciones sociales, compañeros miembros de la Coordinadora general y del Presídium del Partido del Pueblo, compañeros y compañeras.
Hoy nos encontramos aquí, para conmemorar un hecho histórico de gran repercusión en la lucha de liberación nacional y social de nuestro pueblo: La fundación del Partido Comunista de Panamá, el 4 de abril de 1930.
¡Gloria eterna a esos valientes zapadores revolucionarios panameños que lo desafiaron todo por la causa del socialismo y el comunismo!
Queridos camaradas y amigos:
Por la configuración de la crisis política actual y la tendencia que la misma está marcando, es de fundamental importancia evaluar la significación histórica y política de más de 8 décadas de existencia partidaria, para tener conciencia de lo que somos y del papel que estamos obligados a cumplir en la actual coyuntura política.
Podemos iniciar señalando que este hecho histórico ocurrido hace 83 años, fue un suceso acondicionado por la victoria de la revolución bolchevique que creó el primer Estado obrero del mundo, rompiendo para siempre la cadena capitalista dominante en el Planeta. El impacto de este estallido revolucionario envolvió también a Panamá, que al mezclarse con los grandes problemas sociales con los que nació el nuevo Estado nacional panameño mediatizado, más los nuevos problemas originados por la construcción y terminación del canal, creó las condiciones panameñas para elevar la lucha social en el terreno ideopolítico.
Es en la década del 20, en el siglo XX, donde surgió el primer gran movimiento social con la huelga inquilinaria, en octubre de 1925 y reprimida por la intervención criminal, de la soldadesca yanqui, llamada por la oligarquía panameña. Este movimiento popular y su represión, sirvió de fragua para que un puñado de revolucionarios, tomaran la firme decisión de fundar el Partido Comunista, identificado con el marxismo-leninismo como su guía ideológica y como método de pensamiento científico e histórico social.
El surgimiento del Partido Comunista, como organización vanguardia ideopolítica de la revolución panameña en 1930, además de ser un acto valiente, considerando la intolerancia salvaje de las fuerzas dominantes de Panamá, constituyó una decisión temeraria que produjo un viraje en la historia social de nuestro país, hasta entonces dominada por el caudillismo y por la confrontación entre los liberales y conservadores, rompiéndose así el monopolio de la ideología de las clases dominantes. También introdujo una nueva cultura política, convocó a los trabajadores a independizarse de la férula ideo política liberal conservadora y de las posiciones conciliadoras y oportunistas de la pequeña burguesía. Se creó por la gestión de los propios comunistas, un nuevo paradigma sobre un Estado independiente, soberano y con justicia social. Nació en nuestra Patria una nueva motivación revolucionaria, una nueva esperanza libertaria y una mayor conciencia “para sí” reemplazando a la existencia “en sí”. Así enseñamos al pueblo a organizarse y pelear por sus intereses de clase.
Hoy podemos apreciar como a lo largo de la geografía del país los movimientos sociales salen a defender sus derechos. Todo esto es expresión de esta nueva cultura de lucha revolucionaria que hemos contribuido a forjar en el pueblo panameño.
Nuestro Partido, cumplió así la misión de romper el monopolio de la ideología liberal burguesa como expresión de la dominación de clase que ejercía la oligarquía criolla e introdujo el fundamento científico materialista dialéctico e histórico como método para interpretar y transformar la realidad, permitiéndole romper con el fatalismo del tutelaje de los imperialistas yanquis.
Dada la profundización de la crisis política actual y al surgimiento de métodos mafiosos como conducta predominante de los representantes del capital financiero en el poder y de las posiciones conciliadoras y oportunistas de las cúpulas políticas de centro-derecha, como consecuencia de las deformaciones morales propias del colapso del sistema bipartidista impuesto por EE.UU. después de la invasión infame, es oportuno en este 83 aniversario, hacer un contraste con el aporte revolucionario que ha forjado nuestro Partido en la cultura política de este país.
Nuestro Partido ha generado valores en la conducta de nuestra militancia que constituyen hoy referencia en el escenario político nacional.
En el desarrollo de su práctica revolucionaria ha logrado forjar a un revolucionario humanista y solidario con todas las causas justas, luchando siempre contra la injusticia, las desigualdades y la represión de las libertades del pueblo, comprometiendo en esta lucha su existencia misma y en muchos casos la su propia familia. En este camino duro pero lleno de satisfacciones revolucionarias, el Partido logró crear valores humanos de fidelidad con la causa popular, creando sujetos disciplinados y honestos dispuestos a subordinar los intereses personales a los intereses de la causa del Partido y de nuestro pueblo, frente a hábitos y antivalores crematísticos y oportunistas.
El Partido en lucha permanente contra el dogmatismo y el sectarismo, logró esclarecer cuestiones fundamentales en la aplicación consecuente del marxismo leninismo en el estudio de la realidad histórica panameña, permitiendo la formación de una conciencia nacional que hoy acelera la ruptura de los muros en el templo de los fariseos de hoy.
Toda esta experiencia forjada en nuestra práctica revolucionaria de 83 años de existencia en lucha desigual y tenaz contra la oligarquía y el imperialismo está debidamente sistematizada en el factor revolucionario que corresponde a la realidad histórica nacional que apunta a una Democracia Nacional, pluralista, participativa y hacia la culminación de la liberación nacional.
En el terreno de la lucha política nacional e internacional, la experiencia del Partido es muy basta. Su destreza en la formulación y conducción de la orientación política del pueblo en su lucha, en la estructuración de la acción común para organizar la lucha por la solución de los distintos problemas que afectan a las grandes mayorías nacionales, en el manejo de lo táctico, de marchas y contra marchas y saber distinguir el objetivo coyuntural del estratégico y además tener la capacidad para armonizarlos consecuentemente para lograr un resultado lógico, realista y ascendente. Todos estos son recursos de nuestro Partido, adquiridos en la experiencia partidaria, lograda en una lucha continua persistente, con bajas y subidas, pero ininterrumpida, terca y tenaz.
Un ejemplo extraordinario de lo que es la aplicación creadora de los principios del marxismo leninismo a las condiciones concretas de nuestro país, lo constituyen las discusiones y conclusiones del VI Pleno del Comité Central del Partido, realizado en 1956.
Este es un ejemplo de cómo respetando los principios se puede proceder con cabeza propia para aplicar el marxismo-leninismo a las condiciones particulares de nuestro país.
Con relación a este asunto crucial, relacionado con la teoría y la práctica, nuestro Partido ha procedido siempre tomando la práctica como el camino para descubrir la verdad, y a partir de ahí, hacer las conceptualizaciones necesarias para elevar nuestra teoría a nuevos niveles, la cual debe ser nuevamente comprobada por la práctica y así desarrollarla sucesivamente.
¿Creen ustedes camaradas y amigos, que 83 años realizando este ejercicio del conocimiento de manera continua no nos da la autoridad suficiente para decir que somos el destacamento revolucionario que más conoce la realidad nacional?
No existe en nuestro país una organización revolucionaria que pueda presentar una hoja de vida y una conducta apegada a los principios del materialismo dialéctico, alejada de todo dogmatismo, en lucha permanente y tenaz contra todo oscurantismo, contra todo conservadurismo, contra a todo aventurerismo.
Una conducta así es realmente creadora y consecuentemente revolucionaria.
Hoy, en medio de la crisis política, económica, social, y moral que padece la república, esta acumulación revolucionaria con que cuenta el partido constituye un activo en valores, conocimiento, experiencia de extraordinario significado para enfrentar los desafíos que tiene la sociedad panameña en la coyuntura política.
Respetados camaradas, amigos y amigas, veamos ahora ¿cómo se posiciona el partido en la situación actual?
Siendo consecuente con el método histórico marxista leninista, la visión estratégica del Partido responde a la realidad histórica de Panamá y no a nuestro gusto o preferencias subjetivas y anímicas. Es una respuesta a la realidad panameña correspondiente en la escala de desarrollo histórico social en el proceso objetivo del desarrollo alcanzado.
Nuestro Partido, como destacamento revolucionario que expresa los intereses de los trabajadores es portador de los ideales socialistas, su identidad es el marxismo leninismo. Por eso hay que decir sin vacilación de ninguna clase que somos comunistas que aspiramos algún día a una sociedad sin clases, igualitaria, sin explotación del trabajo humano y realmente libre y feliz. Sin embargo, como hemos señalado anteriormente, en la formulación de nuestra teoría revolucionaria, de nuestra estrategia y táctica, tenemos que partir de la realidad, de lo que nos indica la evaluación de la práctica revolucionaria vivida por nuestro Partido en sus años de existencia, sin subjetivismos de ninguna clase.
Tomando como referencia esta premisa, consideramos que esa sociedad que hemos descrito, por ahora es ideal, pero que se puede llegar a ella por medio del socialismo como respuesta a la explotación capitalista. En este orden lógico de pensamiento tenemos que aceptar que esta formulación teórica es políticamente inmadura en las condiciones del desarrollo histórico de Panamá, debido al atraso en el desarrollo de las fuerzas productivas, a lo abigarrado de su estructura de clase, a su tradición individualista, a los problemas estructurales que padece nuestra economía, a los atrasos en la cultura, en la ciencia y la técnica.
Son estos razonamientos, que han sido el fruto de la reflexión de nuestra práctica revolucionaria, lo que nos lleva a considerar que la lucha política por el progreso social panameño responde objetivamente a la escala histórica de una democracia nacional cuyo contenido es la participación de todo el pueblo con una composición multicolor y de deseos diversos.
Este enfoque no es compartido por los oportunistas de izquierda cuya manía es pasar por encima de una determinada etapa del desarrollo objetivo, tomando sus fantasías por verdades, pretendiendo realizar a la fuerza en el presente, ideales que solo son realizables en el futuro. Esta forma de pensar conduce en la acción, inevitablemente al aventurerismo.
Es por esta razón, que cuando algunos grupos con posiciones oportunistas de izquierda calificaban al Frente de Defensa de la Democracia como “Frente Guacho”, nuestro Coordinador General, el camarada Rubén Souza les respondió, que no era el Frente el que era un Guacho, sino que es la misma sociedad panameña la que resulta un “guacho”, por la diversidad de intereses de clase y de motivaciones que la integran.
En un escenario como el que acabamos de describir, los comunistas somos sujetos ideológicos del socialismo, pero en el plano político tenemos que actuar como agentes y combatientes de la democracia nacional, pluralista participativa, cuya táctica está obligada a partir de la diversidad objetiva y proyectarse hacia un punto común, mediante una convergencia basada en el consenso. Es esto lo que llamamos un Frente de Acción Común por un objetivo único consensuado.
¿Cuál es el significado político de esta línea táctica en la situación actual?
Está claro para nosotros que la evolución de la crisis política transcurre hacia una polarización de fuerzas. La oposición al régimen del Martilenato se va generalizando, definiéndose así dos bandos principales: Uno por la continuidad y el otro por el cambio. Dentro de la tendencia al cambio están las fuerzas electoralistas que abogan por las elecciones del 2014, pero solo para cambiar de figura, pero dentro del orden Constitucional obsoleto. La otra tendencia apunta hacia un cambio de Orden Constitucional.
Nuestro Partido en este conflicto político social, adversa al Martilenato y a la partidocracia que quiere más de lo mismo pero con diferentes caras.
Frente a este escenario político complejo, por la diversidad de intereses en pugna, nuestro Partido apoya candidaturas independientes en diversas escalas y la del Profesor Juan Jované para Presidente de la República por libre postulación, como bandera contra el continuismo constitucional fallido y decrépito y como medio de conducir hacia un Estado de democracia nacional, pluralista, participativo, que nos saque de la crisis estructural que surge de la escala histórica en que estamos.
Con el propósito de observar la correspondencia de esta orientación política con el entorno internacional comenzamos por señalar que el mismo se caracteriza, por la crisis general del capitalismo, una crisis sistémica y por lo tanto mortal, que ha puesto en evidencia el carácter anti-histórico de este sistema, y por consiguiente, el fracaso de todas las recetas neoliberales impuestas a nuestros países por los organismos financieros internacionales al servicio de la oligarquía financiera internacional.
Por otra parte, la conducta cómplice de la institucionalidad jurídica existente, ha sido sacudida por la corrupción descarada, al servicio incondicional de los intereses del capital financiero, que ha impuesto medidas de recortes, condenando a millones de personas a retroceder en la escala social. Para imponer estas medidas se han tenido que quitar la careta de “democráticos” y expresar su verdadera naturaleza antidemocrática, recurriendo a los métodos dictatoriales, represivos y mafiosos.
En medio de esta debacle, observamos a países en Latinoamérica, donde gobiernos progresistas integrados por amplias fuerzas sociales, construyen sistemas más democráticos, más participativos, más pluralistas y más protagónicos, donde la ciudadanía ha logrado romper los cercos elitistas del poder oligárquico de estos países y han comenzado a construir naciones más prósperas y más equitativas. Todo este cuadro, marca una tendencia mundial donde los pueblos exigen una democracia más avanzada, con mayor participación y control sobre la gestión de sus gobernantes. ¡Todos estos vientos en el campo internacional, soplan a favor de nuestra propuesta, estratégica!
Para que estas posibilidades se transformen en realidades es fundamental acompañar nuestra línea ideológica (estrategia) y política (táctica) con una línea organizativa. El éxito de nuestro proyecto político depende ahora de una correcta línea de organización que se fundamente en el crecimiento y la estructuración del trabajo del Partido.
Por ello, en la coyuntura política actual, nuestro Partido se encamina a incrementar sus filas, creciendo y ampliándose, así como estructurando todo su espacio político nacional, bajo una dirección colectiva donde la información, la coordinación y la cooperación sea la norma que marque nuestro actuar cotidiano, funcionando bajo los métodos del centralismo democrático real y consecuente.
Siendo lógico con esta línea de pensamiento, la Dirección del Partido decidió qué, en el marco de la celebración de este 83 aniversario de la fundación del Partido, se instale formalmente la Dirección Nacional de la Juventud Popular Revolucionaria, destacamento de la juventud comunista, llamados a forjar las nuevas generaciones de cuadros, capaces, leales al marxismo leninismo y con un claro e irrenunciable espíritu de Partido.
Este destacamento juvenil tiene la misión estratégica de ser el relevo de la vieja generación de curtidos camarada que han tenido la responsabilidad de mantener en alto nuestra causa y nuestros principios marxistas-leninista, garantizando la continuidad de la misión histórica y las tradiciones revolucionarias de nuestro glorioso Partido del Pueblo.
En este 83 aniversario de fundación del Partido Comunista, nuestro Partido expresa su firme convicción de que la victoria revolucionaria de nuestro pueblo es inevitable y que lograremos enterrar para siempre este pasado que sigue siendo presente, para la salvación de nuestra nación que agoniza en manos de codiciosos, glotones de riqueza, esclavizadores y tránsfugas inescrupulosos, Así como lo hemos hecho siempre, enfrentaremos todas las vicisitudes y dificultades, expondremos nuestros patrimonios y nuestra seguridad por la propuesta de Democracia Nacional que es la fórmula para salir del pantano en que se ahoga la Patria y motivar a la izquierda a que se una en su propia diversidad.
Desde esta tribuna hacemos un llamado a nombre de la Dirección Nacional del nuestro Partido a todos nuestros dirigentes, militantes, afiliados, simpatizantes y amigos que en los distintos frentes políticos en que se agitan, para que redoblemos nuestra militancia y caminemos con pasos firmes y seguros en el proceso de reorganización de toda la red de nuestra estructura a nivel nacional y pongamos mano a la gran obra de construcción del sujeto revolucionario que debe convertirse en alma y guía de la revolución panameña.
¡A incorporar a la juventud y a las mujeres a la causa de un Estado de Democracia nacional, participativo y pluralista!
A construir el Partido que necesitamos ya, ahora!! Para cumplir las tareas que nos demanda la coyuntura política actual!!
Viva los camaradas fundadores del Partido Comunista el 4 de abril en 1930.
Viva los camaradas que a lo largo de estos 83 años han caído cumpliendo su deber de militantes comunistas.
¡Viva el 83 aniversario de la fundación del Partido del Pueblo!
¡Viva la unidad de las fuerzas democráticas y de izquierda contra el despotismo!
HEMOS AVANZADO LA LUCHA CONTINÚA