Diagnóstico anarquista para el futuro: entre la crisis de la democracia y el capitalismo

 

Por Peter Gelderloos

En este profundo análisis, el autor anarquista Peter Gelderloos explora los cambios tecnológicos y geopolíticos a los que se enfrentarán los movimientos de liberación social en las próximas décadas. ¿Cómo intentarán los que hoy ostentan el poder hacer frente a las crisis económicas y políticas del futuro inmediato? ¿Salvarán la inteligencia artificial y la bioeconomía al capitalismo? Lo que es más peligroso: los gobiernos se niegan a abordar el cambio climático. ¿Cuáles son las soluciones tecnocráticas que propondrán? ¿Veremos el ascenso del fascismo o el renacimiento de la democracia? Si estudiamos los retos a los que se enfrentarán el capitalismo y el Estado, podemos prepararnos para aprovechar las condiciones sociales y proponer otra forma de vida radicalmente diferente, basada en la igualdad y la libertad.

 

Diagnóstico para el futuro

No es ningún secreto que tanto la democracia como el capitalismo están en crisis. Durante más de medio siglo, los funcionarios del Estado y sus autoridades han sido necesarios simplemente para justificar la democracia como «una constitución mejor que el comunismo (de Estado)». Durante los años 90 y la mayor parte de la primera década del 2000, no necesitaron ofrecer ninguna justificación. La democracia era la única posibilidad que podíamos imaginar, el destino teleológico de toda la humanidad.

Hoy en día, eso ya no es así. En la escena mundial, las instituciones democráticas basadas en asociaciones transnacionales se están derrumbando, y la aparición de nuevas alianzas y nuevas actitudes sugiere que una alternativa está empezando a tomar forma. A nivel de los Estados nacionales concretos, el terreno que permitió alcanzar un amplio consenso social durante muchas décadas se ha erosionado. Los movimientos de derecha son cada vez más populares, y una de sus principales exigencias es la reescritura del contrato social y, en los extremos más marginales, la eliminación total de la democracia. Al mismo tiempo, la izquierda está preparando una ola para la renovación de la democracia y la suavización de sus contradicciones, renovando el sueño de la inclusión y la igualdad universal. Ambos movimientos sugieren que la democracia, tal y como es en este momento, no puede continuar.

Mientras tanto, la crisis financiera mundial de 2008 no se ha resuelto, sino que se ha evitado mediante la privatización masiva de recursos públicos y la creación de burbujas financieras aún mayores para absorber temporalmente el capital excedente. El capitalismo necesita desesperadamente un nuevo ámbito en el que expandirse. Cualquiera que sea la estrategia que adopten los capitalistas, deben ofrecer un crecimiento exponencial de las oportunidades de inversión rentables y una solución al desempleo masivo que puede afectar a más de la mitad de la mano de obra mundial, ya que se vuelve redundante cuanto más intensivo sea el uso de la IA y la robotización del trabajo.

Estas dos crisis están estrechamente relacionadas. Los capitalistas apoyarán modelos de gobierno que protejan sus intereses, mientras que sólo el Estado puede abrir nuevos campos para la acumulación de capital y neutralizar la resistencia que siempre surge. Al abrir las costuras que existen en esta brecha, podemos empezar a diagnosticar un futuro en el que los que están en el poder avanzarán con fuerza en un intento de enterrar las posibilidades divergentes y liberadoras que se revelarán ante nosotros. Si no hacemos nada, esta Máquina contra la que luchamos corregirá sus disfunciones y se perfeccionará. Si analizamos estas disfunciones y proponemos soluciones, podremos actuar de forma más inteligente. La crisis nos ofrece una oportunidad para una revolución que pueda abolir el Estado y el capitalismo, pero sólo si comprendemos las formas en que está evolucionando la dominación y tratamos de impedir su evolución, en lugar de preparar el terreno para nuevas formas de dominación como han hecho tantos revolucionarios en el pasado.

Para ello, examinaremos la arquitectura del sistema mundial actual y mostraremos qué es exactamente lo que falla en este sistema mundial. El diagnóstico mostrará qué necesita el capitalismo para salir de la crisis actual y qué propuestas posibles le dan la perspectiva más prometedora, ya que se centran en la posibilidad de una expansión bioeconómica. Al mismo tiempo, analizaremos la crisis de la democracia, tanto a nivel del Estado-nación como a nivel de la cooperación transnacional y global, comparando las propuestas de soluciones fascistas, democráticas progresistas, híbridas y tecnocráticas para restaurar la paz social y satisfacer las necesidades de los capitalistas. En el contexto de esta discusión, consideraremos el cambio climático, entendiéndolo como un eje que afecta a la crisis gubernamental y económica y que también sugiere -o incluso exige- una síntesis en las respuestas a estas dos crisis. Por último, consideraremos lo que esto significa para nosotros como anarquistas y nuestro potencial de acción.

 

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