Después de los despidos, el síndrome del superviviente
“¿Por qué les ha pasado a los otros y a mí no?” “¿Seré el próximo en la lista?” “¿Dónde están mis colegas?” “Estas son las preguntas, obsesivas y sin respuesta, que se plantea todo aquél que los investigadores en ciencias sociales llaman comúnmente “el superviviente”. Tras un plan de despidos masivos en una empresa, permanecen aquellos a los que se les ha dicho que tenían la suerte de no estar en la lista. Y sin embargo, la empresa que se encuentran después de la ola de despidos ya no es la misma. Además de los sentimientos de culpabilidad y de inseguridad respecto a su propio futuro, el trabajador sufre la reestructuración subsiguiente, con las ficciones que forzosamente la acompañan. “Estos empleados sienten que han ocurrido cambios importantes en su trabajo y tienen la impresión de que su papel en la empresa es cada vez más ambiguo”, describen los expertos del grupo europeo Hires, que estudia las consecuencias de las reestructuraciones sobre la salud. Pero, principalmente, si hay  despidos, habitualmente es para reducir la “masa salarial” y ganar en productividad.
“Esta racionalización se hace a costa de una sobrecarga creciente de trabajo  (…) que es una fuente mayor de estrés y de otras amenazas sobre la salud mental”, dicen los expertos. Tensiones que recaen masivamente sobre los más frágiles de la empresa: las mujeres y los empleados de más bajos salarios. Sufren las consecuencias psíquicas de las reestructuraciones que acaban por provocar trastornos musculo-esqueléticos (TMS) en gran cantidad. Y la factura a pagar por el colectivo de estos “supervivientes” es a menudo excesiva: “las reducciones de efectivos corresponden con aumentos de las tasas de traumatismos, con una más elevada mortalidad cardiovascular y con un aumento de la prescripción de psicóticos.” Según algunos estudios, las reducciones de efectivos se corresponderían con periodos de duplicación depensiones de invalidez entre los trabajadores “supervivientes”. Supervivientes al plan de despidos pero no supervivientes a la brutalidad del capitalismo.