De trapos, banderas y otras telas… marineras
Por Iñaki Urdanibia
Extraño ser es el hombre exclamaba el clásico, y ahondando en la singularidad humana, Schopenhauer añadía, comparando al comportamiento animal, la estupidez propia de los humanos. Único seres capaces de desfilar tras banderas e himnos. No hace falta haber leído a Ernst Cassirer o a Turner para definir a los humanos como animales simbólicos, cuyas sociedades se organizan en torno a diferentes símbolos, ya sean religiosos, culturales, políticos, mística, artística o lingüística…Los seres humanos nos desenvolvemos en medio de una compleja selva de símbolos. Éstos diferirán de unos a otros lugares, mas la universalidad de esta característica no es objeto, o no debe ser, materia de discusión. No hay otra.
Vaya por delante que a servidor las banderas – que no es otro el asunto que desencadena estas líneas- no le ponen, es más diría que me la sudan, ahora bien unas me la sudan más que otras, como a todo dios. Queda como muy guay hablar de trapos como situándose más allá del bien y del mal, lo mismo que sucede a la hora de hablar de identidades nacionales u otras; detrás de muchas de estas posturas pasotas que se presentan como el colmo del universalismo o del cosmopolitismo, más limitando tal espíritu a un territorio determinado y con unas señas de identidad bien determinadas que generalmente son las que uno ha mamado desde su nacimiento, llegando a convertírsele en una especie de segunda piel…ni te enteras, ahí está y te pertenece. Así todas las banderas son trapos más dependiendo de los sentimientos propios de cada cual hay unos que lo son más que lo otros, ya que unos trapos con unos colores determinados representan una cosa y otros, otra: por ejemplo , por tomar un caso extremo: en Argelia en los años sesenta la bandera tricolor, la francesa, era un trapo odiado, o en Vietnam la bandera de las barras y estrellas era considerada como la representación del imperialismo yanki, mientras las los trapos que a ellas se enfrentaban representaban la lucha anti-colonialista, anti-imperialista; así pues, todas son trapos, todas estás confeccionadas de tela pero hay algunas que son tela marinera y otras que son lo contrario, o, si se me apura, son coña marinera y regia.
En el programa el Intermedio, un cómico – por lo que leo, responde al nombre de Dani Mateo- se suena su napia con la bandera española, la rojigualda, y se arma el pollo…hasta el punto de que el programa ha retirado de su página web las escenas del acto. En un primer momento, leí unas declaraciones del Gran Wyoming que echaba balones fuera, quitaba hierro al hecho, alegando que la cosa debía ser tomada como lo que era, una muestra de humor y de libertad de expresión ( Españolitos 🇪🇸, a ver si os enteráis. Que Dani Mateo suene los mocos con la bandera es una parodia, es HUMOR. Que los corruptos utilicen la bandera de España, es humillación.Que sigáis votando a los corruptos de 🇪🇸, es de GILIPOLLAS., además de COMPLICES ). Ahora, entre quienes se rasgan sus vestiduras, de tela , son cantidad de patriotas que defienden el trapo rojigualdo a capa y espada, dejando asomar su clara postura de que en algunos casos, al menos, el tamaño sí que importa: yo la tengo más grande, como cuando en la capital del reino Bobón ( sic) plantaron una bandera monárquica gigante para que quedase claro cual es la bandera de todos los españoles, se sientan tal o no. Los mensajes y twiters se han sucedido en esa competición por ver quien demuestra más amor a la patria herida e insultada, y a sus patrios colores. Como no podía ser de otro modo, el benemérito cuerpo militar que viste de verde ha saltado a la palestra cantando loas a la bandera alegando que es la que simboliza la unidad del pueblo, de todo el pueblo…español, claro ( La #Bandera simboliza la unión de un Pueblo#Respétala . No hacerlo no es humor, es ofender gratuitamente a los que la sienten con orgullo y a los que han entregado su vida y esfuerzo en pos de los valores de paz y libertad que representa#MiraQueEsBonita ). No es extraño, que los epígonos del duque de Ahumada ( Francisco Javier Girón Ezpeleta)- todo por la patria- salten a defender lo que siempre ha distinguido la puerta de sus cuarteles y cuartelillos ( al menos desde donde yo escribo la bandera rojigualda coronaba los estancos, las sedes de la GC y ondeaba en las instituciones estatales , ahora, por imposición legal ( se puede traducir: por cojones) ondea en todas las instituciones tanto autonómicas como centrales…por acá siempre se han identificado tales colores con el franquismo ( recuerdo cómo se izaba en las entonces denominadas escuelas nacionales)…la estanquera o piperpoto ( lata de pimientos) que se dice por aquí. Que la benemérita salte al ruedo enfurecida entra dentro de lo normal, teniendo en cuenta además que en los tiempos de la denominada guerra de banderas en Euskadi muchos dejaron la vida por luchar contra una bandera, la ikurriña, y en defensa de otra, la suya… sin embargo cruje por todas las esquinas, al menos al que esto escribe, que uno de los graciosos del programa el Intermedio, de apellido Cuesta y de nombre Frank, dirija una tremebunda filípica a su compañero de programa – el de la sonada de fosas nasales- afeándole su conducta, puede pasar aun crujiendo…ahora bien, los argumentos , no sé si decir sensibleros, utilizados claman al cielo [ son de tal calado patriótico, casposo, que al principio pensaba que la cosa iría de broma teniendo en cuenta el carácter salado y chistoso del tal Cuesta, vamos que se me hacía cuesta arriba creer que tales vainas perteneciesen a Cuesta…no creo que sea broma o en caso contrario es que me la ha colado] : que ya no se respeta nada, que si es la bandera que tenemos mientras no haya otra[ por la misma regla de tres o parecida debe aceptarse sin chistar la monarquía, la desigualdad, la xenofobia, la ley mordaza…es lo que hay] que es la bandera que luce acompañando a los éxitos de Rafa Nadal, que si es la bandera que cubría los féretros de los guardia civiles – y supongo que otros- asesinados por ETA, que a los militares que defienden a España en África no les hará ninguna gracia, ya que marchan tras tal emblema, de trapo; para concluir en un salto mortal y medio con tirabuzón, diciendo -con dos cojones hispanos, como los del toro de Osborne- que le dice, al cómico, lo mismo que le dijo -según se vanagloria- a Willy Toledo: a que no tienes cojones de limpiarte el culo con la estelada . Por favor… por todos los santos del cielo español y extranjero: 1) no sabía yo que había militares españoles por el continente negro, luchando todo por la patria, pero bueno yo de esas marchas marciales no conozco nada, ni me interesa ( no hice la mili, ergo seguramente no me hice hombre, que se decía, …al menos no me convertí en un hombre hecho y derecho), 2) sin entrar en mayores profundidades, no es lo mismo la estelada que la rojigualda : la primera , vellis nolis, es la bandera monárquica, y gallina quitada, es la que ondeaba – banderas al viento- bajo el dominio del caudillo tras haber anulado la, tricolor, que entonces representaba al poder legal y legítimamente elegido por la voluntad popular: el republicano; obviamente de paso , tras una cruenta guerra, se echó al basurero la bandera y junto a ella la institución a la que representaba y a todos quienes luchaban por defenderla, al menos a todos los que pudieron…No es lo mismo, así, la estelada que representa una aspiración a la libertad de decidir , y no como la otra que es una imposición heredada de Franco, y que es la enseña de la monarquía bobónica ( sic)…que representa a un régimen determinado, y una unidad forzada ya que : a) no se dio, ni se da, la posibilidad de elegir entre monarquía y república, b) ni tampoco se admitió , ni se admite, el ejercicio del derecho de autodeterminación…así pues, una representa la imposición de la monarquía y la unidad forzosa, y la otra , es símbolo de las ansias de libertad de un pueblo o al menos de un parte importante de él.
En la guerra como en la guerra, hay gente que se monta batallas aun estando en tiempos de paz y que entra al trapo cual toro bravo…¡olé! Furia que a servidor le lleva a recordar y casi comulgar , cambiando pelín la letra, con aquella canción del bardo de Sète que decía morir por la bandera sí…pero de muerte lenta. A otros seguro que les arrastra a entonar, enfervorecidos, la copla Banderita: «Allá por la tierra mora,/ allá por tierra africana,/ un soldadito español/ de esta manera cantaba:/ Como el vino de Jerez/ y el vinillo de Rioja/ son los colores que tiene/ la banderita española,/ la banderita española./…/ Cuando estoy en tierra extraña/ y contemplo tus colores / y recuerdo tus hazañas/ mil siglos te querré./Banderita de mi alma,/ que lloren las lagrimitas,/ no me salen a la cara./…/ Como el vino de Jerez/ y el vinillo de Rioja/ son los colores que tiene/ la banderita española,/la banderita española./…/
Banderita tú eres roja,/ banderita tú eres gualda,/ llevas sangre, llevas oro/ en el fondo de tu alma./…/ El día que yo me muera,/ si estoy lejos de mi Patria,/sólo quiero que me cubran/ con la Bandera de España./…/ Banderita tú eres roja,/ banderita tú eres gualda,/ llevas sangre, llevas oro/ en el fondo de tu alma./…/ El día que yo me muera,/ si estoy lejos de mi Patria,/ sólo quiero que me cubran/ con la Bandera de España.», o como a gustos no hay colores (a no ser el rojo y el gualda que son los más hermosos) tampoco está mal la vibrante y meritoria versión de Marta Sánchez que palía la falta de letra del himno – la Marcha Real- convertido en un chumpa, chumpa, pachum…o…yo qué sé…