De Stalingrado a Baby Mozart
De Stalingrado a Baby Mozar 
Pues sí, acabo de ser  padre. Mi hijo nació el 12 de abril, como aquél día de 1931 en que se realizaron unas elecciones municipales que provocaron que dos días después se proclamara la  II República Española. 
El nombre del recién nacido es Vasili; efectivamente, como reconocimiento  y homenaje a Vasili Zaitsev, el héroe de Stalingrado. 
Ya me imagino a las mentes biempensantes santiguándose real o metafóricamente porque la pobre criatura tiene el  nombre del famoso francotirador soviético.  Si hubiera sido niña se habría llamado Hanoi, pero no por recuerdo a la guerra del Viet Nam sino que se nos ocurrió por el juego e la torres. 
No sé si con el devenir del tiempo mi hijo tendrá que matar fascistas en alguna conflagración pero mientras tanto se relaja escuchando música.Mientras que estuvo en la panza de su madre le hice escuchar muchas veces el minueto del septimino de Beethoven para comprobar si lo reconocería una vez nacido. 
Ahora nos han prestado varios discos de la colección Baby Mozart y parece que le gusta escucharlo. a mi, francamente, me hubiera gustado más un Baby Beethoven pero me pude percatar lo que le desconcertó la quinta sinfonía del genio de Bonn. 
Qué paradoja que un programa musical de educación infantil tenga el nombre del maestro salzburgués, al que le jodieron  su infancia mostrándolo como mono de feria a la nobleza para que, cuando este creciera, lo dejaran morir en la miseria. Pero fue este último Amadeus casi bohemio el que nos regaló La flauta mágica y el Requiem. 
Compruebo que también existen un Baby Einsteis y un Baby Newton… Bueno, el que no encuentro es el Baby Marx, ese se lo tendremos que enseñar nosotros.  No sé si heredará el gusto de su padre por los juegos de construcción pero, en cualquier caso, le mostraré algunos de ingenio como el citado de las torres de Hanoi. Es reiterativo decirlo pero allá va: no me gustaría que creciera con juegos bélicos o violentos. 
Pero, eso sí, a todos aquellos hijos de la gran puta que quisieron que no naciera, que Vasili Zaitsev les dispare en el entrecejo y les vuele la cabeza 
Raúl Calvo Trenado
2 de mayo de 2009     
PD: Efectivamente, no hay bautizo