Cuando la ideologia dominante es la de la clase dominante
En 1.845 dos grandes pensadores, dos grandes amigos del pueblo, Carlos Marx y Federico Engels, escribieron: “Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época; o , dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante. La clase que tiene a su disposición los medios para la producción material dispone con ello, al mismo tiempo, de los medios para la producción espiritual, lo que hace que se le sometan, al propio tiempo, por término medio, las ideas de quienes carecen de los medios necesarios para producir espiritualmente. Las ideas dominantes no son otra cosa que la expresión ideal de las relaciones materiales dominantes, las mismas relaciones materiales dominantes concebidas como ideas; por tanto, las relaciones que hacen de una determinada clase la clase dominante son también las que confieren el papel dominante a sus ideas.” (1)
Esta introducción viene a colación para refrescar la memoria a unos y para abrir los ojos a otros. Esta introducción que es una ley científica avalada por la empírica, nos deja bien claro el funcionamiento de la historia. Sin los medios para la producción espíritu-intelectual, que se encuentran en las manos de los que detentan los medios para la producción material, no podemos influir en la concepción ideológica del pueblo, transformarla, para hacerles ver: que este status quo, no ha existido siempre; que las relaciones económicas no son inmutables; que no siempre, han existido ricos y pobres; que pueden existir, otros sistemas económicos, viables, no basados en la explotación del hombre por el hombre; que los comportamientos egoístas, no son innatos del ser humano; etc. etc. Toda una ideología, en contraposición de la actual ideología dominante de la que se sirve la barbarie capitalista para perpetuarse.
Todo el aparato propagandístico y productor de ideología, se encuentra en las manos de los poderosos, de la clase social burguesa. No podemos esperar que den concesiones a nuestros planteamientos, pensamientos y alternativas. Que se desengañe el sector de compañeros que crea en la posibilidad, de que el sistema les de tribuna o sea objetivo en la transmisión de los acontecimientos. Tenemos que crear nuestros propios medios de producción ideológico-intelectual, en lo máximo de nuestras posibilidades. Y como nuestras posibilidades materiales son pequeñas, habrá que ir pensando en que manera acrecentarlas, estrujarnos el cerebro para idear nuevas formas con que ampliarlas, o estudiar formas antiguas que en el pasado dieron sus frutos. Llegado a este punto, siempre me viene a la memoria la labor del joven Buenaventura Durruti junto a sus compañeros, menesterosos y efectivos todos ellos donde los hubiera.
(1): Marx, Carlos y Engels, Federico. “ La ideología alemana”. Montevideo 1.971, págs. 50-51