Cuadernos de vuelo sobre Air Madrid
La anunciación de la decadencia de un sistema, el imperialista, que ha dejado tirados en pasillos y salas de espera a millares de trabajador@s cuando trataban de visitar a sus familias. Otro caso sería, seguramente, si fuesen de la Legión y fuesen destinados a algún país del que hasta ese momento desconociamos el nombre. Para eso por supuesto que hay recursos en esta sociedad.
Desde estas líneas queremos denunciar no solo la situación que se ha dado, sino también el tratamiento informativo que ha recibido.
Los hechos hablan por si solos. En mayo de 2006 se renovó la licencia de esta “joven” compañía (su existencia se remonta a mayo de 2004), y ya en agosto se decide realizar un inspección por parte de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC). Es de sobra conocido que esta compañía arrastraba serios problemas y era investigada y vigilada por las autoridades aeronáuticas después de haber acumulado decenas de denuncias por irregularidades, deficiencias en la seguridad y retrasos prolongados.
La aerolínea, que el pasado día 15 cerró sus operaciones y dejó en tierra a miles de personas, presentó este jueves suspensión de pagos en un juzgado mercantil de Madrid, ante la necesidad de hacer frente a las reclamaciones de “proveedores” y “clientes” y «carecer de dinero en caja para afrontar la deuda».
La suspensión de pagos presentada por la compañía Air Madrid puede bloquear los trámites de reembolso del dinero a sus clientes por parte de la Asociación del Transporte Aéreo Internacional (IATA).
Ayer, un día después de terminar el dispositivo que montó el Gobierno español para trasladar a 5 mil 400 viajeros damnificados por la medida de Air Madrid, un grupo de personas permanecía aún en el aeropuerto madrileño de Barajas con la esperanza de conseguir algún vuelo.
El Gobierno da por concluida su intervención en la crisis de Air Madrid y considera que ha hecho «lo que tenía que hacer» en favor de los ciudadanos «más perjudicados», según ha señalado el ministro de Economía, Pedro Solbes, durante la presentación del programa de Estabilidad 2006-2009.
Lo que nos preguntamos ahora es quienes son los verdaderos damnificados en esta crisis. Es de sobra conocido que l@s trabajador@s de Air Madrid presentaron un Plan de Viabilidad que fue rechazado el mismo día de ser propuesto. No hemos recibido ni una sola información de en que situación se quedan l@s 1200 trabajador@s de esta compañía. De hecho, ni un solo medio de comunicación importante se ha hecho eco de sus demandas, ni siquiera de su número y situación. Lo único importante parecen ser “los clientes”, obviando que la inmensa mayoría son parte del sector más desfavorecido de la clase obrera en el Estado español, la inmigración, que tras un año siendo brutalmente explotados tan solo deseaban volver a ver a sus familias y amig@s.
Ante esta situación, en la que una compañía sin escrúpulos ha estafado a millares de personas y previsiblemente mandará al paro a otras 1200, la refexión necesaria no es la que ha realizado el gobierno, hablando de las devoluciones del coste de esos billetes como el eje del retorno a una situación de “justicia”. La reflexión necesaria es por qué seguimos permitiendo que exista el tráfico de seres humanos, el negocio de la miseria de la clase obrera, y por qué no se permite a las personas que trabajan en esa compañía tomar las riendas de su futuro. Quizás por que eso inicie el camino hacia la comprensión de que los empresarios no son necesario, que nosotr@s sol@s podemos llevar adelante el trabajo allí porque nadie conoce esa realidad mejor que nosotr@s. Y eso, por supuesto, no es “políticamente correcto”, porque la hablar de la necesidad de la Revolución y la transformación socialista de la propiedad sería “anacrónico”, ya se sabe, no está de moda. Sería interesante saber lo que opinan de la moda las personas que aún siguen atrapadas en Barajas.