¿Crisis o Rebaja Keynesiana en Pleno Rendimiento?
¿Crisis o Rebaja Keynesiana en Pleno Rendimiento?
Según la Real Academia, el actual declive económico que padecemos no se define como “crisis”. El hecho es que pasamos por un periodo íntegro del sistema en función, programado y anticipado. Los ciclos de subidas y bajadas económicas de las últimas décadas no los marca el mercado o sistema financiero como se hace creer, sino que el mercado está centralmente controlado y planificado a través del control del suministro del dinero. Si tomáramos en cuenta la política monetaria keynesiana en vigor y respetáramos el diccionario de la Real Academia, “La Crisis” la deberíamos llamar, por ejemplo, “La Rebaja” (keynesiana).
Protestar por los “recortes” es inútil, incluso hacer el ridículo, mientras se hace caso omiso al recorte raíz de todos los recortes: El del suministro de dinero controlado por los bancos centrales. Se manifiestan a diario centenares de colectivos en contra centenares de recortes sin que ninguno se preocupe por quién, cómo y por qué se controla el suministro, tipo y origen del dinero.
El keynesianismo sólo funciona con dinero fiduciario (de fé) que permite a un banco central crear y hacer desaparecer dinero arbitrariamente (Banca de Reserva Fraccionaria), y así conducir la economía por ciclos keynesianos de periodos de expansión inflacionista y de rebaja deflacionista. Durante la expansión se crea riqueza y ahorros para después devaluarlos con la rebaja, con el resultado de que el que más dinero tiene más deuda debe. Así es la religión de keynes, la fe fanática en el dios dinero de papel. Una usura que supone que hoy no circula dinero sino deuda. La “Globalización” es sencillamente un esquema ponzi o piramidal global al antojo de bancos centrales independientes (privados).
Con los Acuerdos de Breton Woods de 1944, se fundaron el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y por convenio, se convirtió al Dólar en la moneda de reserva mundial. (Entonces el Dólar era dinero de tipo mercantil, es decir, respaldado por metal precioso, el oro, no como ahora, fiduciario, es decir, de fé). La hegemonía del Dólar fue posible gracias al “Petrodólar” acordado en Breton Woods. (Todo el petróleo se venderá únicamente en dólares y a través de Londres y Nueva York). Con esto el banco central independiente (privado) de EE.UU. (La Reserva Federal) hizo realidad el sueño de todo bánkster de la historia, MONOPOLIO MONETARIO MUNDIAL.
Posteriormente, la reconstrucción de Europa, Japón y demás países devastados por la guerra se hizo con petróleo y petrodólares. Las reconstrucciones se orientaron hacia eldesarrollo de sociedades cada vez más dependientes del petróleo y consecuentemente del Dólar.
A lo largo de las décadas siguientes, La Reserva Federal inundó el mundo de dólares. Sin embargo, quedaba más o menos la misma cantidad de oro en el Tesoro de EE.UU. A finales de los 60 las reservas de oro no llegaban a respaldar ni siquiera una décima parte de los dólares en circulación. La Reserva Federal no podía seguir imprimiendo dólares patrón oro para la compra de petróleo.
Así fue hasta el llamado “Nixon Shock” del 71, cuando aquel presidente pisoteó los acuerdos de Breton Woods por orden ejecutiva unilateralmente revocando el patrón oro al Dólar. En nombre de la “Estabilidad”, el órdago fue consentido por todo el mundo “civilizado”. A pesar de que el Dólar, convertido ya en fiduciario (en total desacuerdo con Breton Woods), continuaba su monopolio como dinero fiat sobre la compra-venta de petróleo.
Esta gran jugada para instalar la tiranía e imperio del petrodólar lo podemos resumir en llamar, “la monetización de la energía”. Puesto que todo país depende del petróleo, el Dólar pudo prescindir del patrón oro, remplazándolo por el patrón “oro negro”. Una jugada maestra, tal vez la mayor de toda la historia. (Será por eso que todo esto no se cuenta en la clase de Historia, ya que no los profesores lo saben.)
Dwight D. Eisenhower, antes de ser el 34º presidente de EE.UU. había sido el General que lideraba aquel país victoriosamente en la Segunda Guerra Mundial. Después de cumplir ocho años en la Casa Blanca, hizo un discurso de despedida en directo por radio y televisión que dejó al mundo entero atónito. Fue entonces cuando por primera vez se oyó decir el término, “Complejo Militar Industrial”, y el peligro que esto significaba para la democracia. El hombre que había ocupado los más altos puestos del poder, tanto militar como civil, nos avisó del peligro. Pero nadie le hizo caso.
Gracias al “Nixon Shock”, las sedes corporativas de la City de Londres y Wall Street se forraron de petrodólares. El consumo tanto de petróleo como de dólares aumentaba exponencialmente. Quedaba mucho botín en manos de las mismas petroleras y sus filiales farmacéuticas, automovilísticas, constructoras, etcétera. Pero la mayor parte financiaba directamente la construcción de las casi mil bases militares estadounidenses en más de un centenar de países y todo el Complejo Militar Industrial necesario para llenarlas de armamento y personal.
La Guerra Fría y el conflicto árabe- israelí justificaban la economía de guerra en paz durante décadas tanto para los países de la OTAN, consumidores de petróleo, como para los países productores de la OPEC. Sólo faltaba imprimir billetes verdes y buscar guerras y guerrillas dónde gastar armamento, petróleo y dólares.
John F. Kennedy, fue mucho más lejos que Eisenhower en su intento de frenar el Complejo Militar Industrial. JFK negó llevar a cabo la hoy desclasificada “Operación Northwoods” (un ataque de bandera falsa que hubiera justificado una guerra con Cuba). Sobretodo, JFK firmó la orden ejecutiva 11110 para anular la Reserva Federal y devolver el poder de emitir dinero al gobierno. Esto le costó a Kennedy la vida. Su sucesor, Richard Nixon, al servicio de La Reserva Federal, revocó el respaldo del oro al Dólar. Tanto el magnicidio, como la Comisión Warren de investigación y el informe sobre “La Bala Mágica” asesina, fueron toda una burla total.
El Pentágono y La Reserva Federal son dos caras de la misma moneda y motores de la economía keynesiana. Juntos han ido militarizando el planeta convirtiéndolo todo en un gran complejo militar industrial Se hace creer que la guerra es producto de la sociedad cuando la realidad es que hoy la sociedad es producto de la guerra. Hoy dicha “guerra” eufemísticamente se llama “guerra preventiva” o “intervención humanitaria” cuando en realidad se trata de la última guerra en curso contra los países con bancos centrales y monedas contrarios a los intereses de la Reserva Federal y del Dólar (Irak, Libia, Siria, Irán…).
En fin: La Crisis no es tal. Y no hay recortes sino rebajas. El sistema financiero, del que tanto se habla, sólo es un circo coyuntural, controlado mediante el sistema monetario, del que nadie habla. Este juego es con el objetivo final de la creación de una moneda única, El Bancor, tal como fue propuesta por el presidente fundador del Banco Mundial, el mismo John Maynard Keynes, en las negociaciones de los Acuerdos de Breton Woods de 1944.
Si queremos libertad y prosperidad debemos desmontar pieza por pieza la Reserva Federal, el Pentágono, el Banco Mundial, FMI… y el resto de la red keynesiana (OCU, CFR…), para restablecer un mercado monetario libre, diverso y competitivo.
Por Greg Grisham.