Colombia. ¿Marcha del orgullo gay, hacia dónde marcha?
Este domingo 3 de julio, en Bogotá capital de Colombia, se llevó a cabo la edición XX de la marcha por el orgullo gay, denominada “paz en dignidad”, rechazando los mensajes de muerte sobre esta población y enviando el mensaje sobre el respeto a la diferencia. A los participantes en la marcha se les escucho sentar su voz de protesta contra la masacre de 49 personas el pasado 12 de junio, ocurrida en la discoteca Pulse en Orlando Estados unidos y a la vez de solidaridad con las familias de las víctimas.
Los más de 30.000 asistentes al acto, se desplazaron desde el parque nacional hasta la plaza de Bolívar, arengando su condición y mofándose de quienes, en su condición homosexual, desde el armario, se niegan a sí mismos.
Se escuchó decir de algunos de los espectadores, que se esperaba mayor organización y participación de carrozas, como en otros años, pero que se notaba enfriamiento del acto, atribuyéndoselo al cambio de fecha, ya que en realidad el día de la marcha del orgullo gay, es el 28 de junio.
El 28 de junio de 1969 en el Barrio Neoyorquino de Grennwich Village, se generaron espontáneamente disturbios y una serie de manifestaciones con duración de varios días, para enfrentar a la policía, por sus abusos. Fue la rebelión la que se suscitó en el bar conocido como Stonewall Inn, en la que la comunidad homosexual, lucho y se manifestó contra un sistema que perseguía el homosexualismo, mientras ocultaba entre el armario a sus propios homosexuales: tal el caso de lo que ocurre al interior de la iglesia católica, que mientras condena hipócritamente el homosexualismo, a su interior son miles los escándalos y casos de religiosos comprometidos con estas prácticas, al punto, que tan inocultable evidencia, ha llevado a que recientemente el papa Francisco, en un discurso maniqueísta, haya señalado: «Creo que la Iglesia no sólo debe pedir disculpas… a una persona homosexual que ofendió, sino que hay que pedir perdón a los pobres, a las mujeres que han sido explotadas, a los niños obligados a trabajar, pedir perdón por haber bendecido tantas armas» y por no haber acompañado a las familias que se enfrentaron a divorcios o experimentan otros problemas, dijo.
Por su parte, en Colombia, uno de los casos más sonados en reciente periodo, es el de la “comunidad del anillo”, en una institución que se supone muy “varonil” por la labor que desempeña; pues según el diario el Espectador, lo señaló en artículo del 17 de febrero de este año, bajo el título de “un texto para comprender que es la “comunidad del Anillo””, entre otras dice: “Para comprender todo lo que está ocurriendo con la Policía, es necesario remontarse a 2014: el domingo 26 de enero Noticias Uno denunció por primera vez que dentro de la institución había, supuestamente, dos oficiales que fomentaban una red de prostitución con cadetes. Se trataba del coronel (r) Jerson Castellanos y del mayor Wílmer Torres Orjuela, quien acaba de ser llamado a interrogatorio en la Fiscalía. En ese momento se hizo visible también el caso de la alférez Lina Martiza Zapata: su familia denuncia que ella no se suicidó, como se dijo inicialmente, sino que fue asesinada por tener información de la supuesta red de prostitución, más conocida como “la comunidad del anillo”. (http://www.elespectador.com/noticias/judicial/un-texto-comprender-comunidad-del-anillo-articulo-617228)
El mismo artículo del espectador, más adelante agrega: “En mayo de 2014, La FM comenzó a indagar al respecto también y divulgó el impactante testimonio de un oficial de la Policía: el capitán Ányelo Palacios. Él denunció que la comunidad sí existía, que el coronel (r) Jerson Castellanos era su “cerebro” y que ese mismo coronel, para forzarlo a hacer parte de la red de prostitución, había abusado sexualmente de él. Del tema, sin embargo, no se volvió a hablar sino hasta el segundo semestre del año pasado cuando, de nuevo La FM, reveló que un coronel de la Policía llamado Reinaldo Gómez denunciaba una persecución interna en su contra y se preguntaba si, acaso, tal persecución tenía que ver con que, años atrás, el general Rodolfo Palomino (director saliente de la Policía) le había manifestado un interés en él y el coronel lo había rechazado”.
Retomando el hilo, se considera que el 28 de junio de aquel suceso ocurrido en el bar conocido como Stonewall Inn, es que la comunidad homosexual se organiza en grupos de activistas para manifestar abiertamente su orientación sexual, pese a que es el 28 de junio del año 1970, cuando tienen lugar las primeras marchas del orgullo gay, en Nueva York y los Ángeles.
Comentarios burlescos, pero serios cometarios también, de parte de los espectadores, mientras se desenlazan “cuadros” que, en voces varoniles, cuasi desnudos imitan la mujer, besos apasionados de mujeres burlándose del machismo falócrata y toda una gama de vestimentas y atuendos, peluqueados y peinados, pareciera desbordar el espacio de encuentro, en mero escenario de consumo donde lo que prima no son los valores de intercambio simbólico, sino los valores del mercado.
Desbordando el espacio de ambiente y comunidad, de sociabilidad, se va configurando un nuevo espacio de consumismo, hacia donde marcha ese orgullo gay, promoviendo la homogeneidad en donde todos querrán vivir de igual manera, aunque en realidad borre aparentemente las diferencias, para seguir siendo de clase, género y étnicas.
De entre los espectadores, alguien señalo: “son las intencionalidades del nuevo dios mercado, que en muchos casos tiene rostro de ONG, marchando con un discurso enreversado, que pretende hacer del homosexualismo una simple moda, para ponerlo al servicio del consumo”.
En tono de burla, otro de los espectadores, señalando a los miembros de la policía que se hallaban presentes, dijo: “la comunidad del anillo, también marcha, aunque encerrada en su armario color verde”.