Colombia. Los agradecimientos a la solidaridad internacional que tuvo el paro general y la Minga Nacional
A las organizaciones y movimientos sociales, a los organismos internacionales para la defensa de los derechos humanos, a todos los hombres y mujeres que en todo el mundo se han solidarizado y apoyado a la Minga y a la Cumbre Agraria Campesina, Étnica y Popular, a los y las integrantes del Congreso de los Pueblos en Europa y en Nuestra América.
Señoras y señores ¡Pararse duro sirvió, la Minga Nacional avanzó!
Organizaciones y procesos, que en todo el territorio colombiano hemos participado de la Minga “Sembremos Esperanza, Cosechemos País», nos dirigimos a ustedes para agradecerles el apoyo y la solidaridad que nos han brindado.
En momentos tan difíciles, en los que la violencia institucional, las detenciones, la represión y las estigmatizaciones se centraron en la Cumbre Agraria Campesina, Étnica y Popular para desactivarla, sus múltiples mensajes de apoyo y las acciones realizadas en el extranjero reforzaron nuestra decisión de lucha y enviaron un mensaje claro al gobierno para que respete nuestros derechos.
Las mujeres, los y las indígenas, afros, urbanos e internacionalistas estamos convencidos que parar y decir ¡BASTA! a los incumplimientos y atropellos sirve y ello se comprobó cuando después de 15 días de movilizaciones en carreteras, calles, de voces y gritos, de argumentos y evidencias, el gobierno de Juan Manuel Santos tuvo que sentarse el 12 de junio a negociar.
Entre los acuerdos destacamos que: El gobierno colombiano reconoce la legitimidad de la protesta social y se compromete a “brindar plenas garantías para su ejercicio en todo el país”. En el marco de estos acuerdo se establece que “la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos -OACNUDH- y la Defensoría del Pueblo harán el proceso de seguimiento, monitoreo y verificación a las garantías de seguridad y protección a las comunidades (…) movilizadas en el territorio nacional”.
En materia de derechos humanos se van a implementar medidas de protección individual y colectiva para los movimientos sociales. El gobierno se compromete a garantizar la movilización, a terminar con los señalamientos que vinculan a la Cumbre con grupos armados y a trabajar para el establecimiento de protocolos para la actuación de la fuerza pública frente a los y las manifestantes.
Así mismo el gobierno se compromete a combatir y judicializar las estructuras paramilitares, a proteger a las y los líderes sociales y a impulsar investigaciones efectivas que terminen con la impunidad.
Construcción de apuestas de Paz y autonomías de control social – territorial
Se pacta construir un mecanismo concertado de participación efectiva y directa de los sectores y movimientos sociales en la construcción de paz, uno de cuyos pasos principales es el de iniciar una política pública de comunicaciones para la paz entre la Cumbre y el gobierno nacional.
Se acuerda avanzar en el reconocimiento de las competencias de las guardias indígenas como instituciones autónomas de control social y territorial. La Cumbre Agraria deja la constancia que seguirá exigiendo un reconocimiento similar para las guardias cimarrona y campesina
Derechos sociales, económicos y culturales
Se establece una ruta para abordar su seguimiento y cumplimiento, una de cuyas tareas es la realización de una Audiencia Pública en el Congreso para abordar la reforma tributaria y seguir con audiencias regulares para presentar la Agenda de País desde el movimiento social.
Avances para el reconocimiento de los Territorios Campesinos Agroalimentarios – TCA-.
Se trabajará para el reconocimiento del campesinado como sujeto de derechos. El gobierno se compromete a explorar la “viabilidad jurídica del reconocimiento de otras figuras territoriales campesinas” no incluidas en la ley 160 de 1994, que solo reconoce las Zonas de Reserva Campesinas. Del mismo modo a identificar física y jurídicamente las tierras productivas (…) con fines de redistribución a campesinos sin tierra y poca tierra”.
Las partes se comprometen a la “realización de una revisión conjunta de las licencias, permisos y concesiones en materia ambiental y minero-energética” para constatar su legalidad o proceder a su revocatoria. Se acuerda también la realización de un gran Diálogo Nacional Minero-Energético, que produzca insumos para una política pública en la materia.
La hora cero para las movilizaciones la fija el gobierno si no cumple con los acuerdos.
Quienes nos hemos movilizado nos reafirmamos en nuestro propósito de construir los cambios que Colombia necesita para tener un país en paz con una democracia real. El movimiento social exige que el derecho a una vida digna, con garantías para la participación, la libre expresión y el ejercicio de la oposición política no se siga pagando con las vidas de colombianos y colombianas. Es inaceptable que reclamar techo, comida, trabajo y territorios libres de miedo y contaminación o exigir el cumplimiento de los acuerdos, esté precedido por el asesinato de nuestros líderes y lideresas, como ha sido el modelo histórico de respuesta del Estado colombiano cuando ejercemos el derecho a la protesta social.
A través de esta carta queremos pedirles que nos acompañen en estas luchas y en el seguimiento de estos acuerdos. Insistimos que no deben quedar en la impunidad las violaciones a los derechos humanos realizados por la policía antidisturbios – ESMAD – los asesinatos de los indígenas Willington Quibarecama Niquirucama del resguardo Dachini, Gersaín Cerón del Resguardo Las Mercedes, de Marco Aurelio Díaz de la Aguada y en días anteriores al paro del estudiante universitario Miguel Ángel Barbosa, que luchaba contra las privatizaciones.
Les invitamos a participar de iniciativas hacia la concreción en Colombia de un proceso de paz en el que se resuelva con nuestra participación activa, directa y protagónica las causas que están en el origen del conflicto.
Entendemos esta Minga como Nuestra Americana. La Minga, expresión de toda la diversidad de las luchas en Colombia, se une a las distintas luchas en el resto del continente por la paz, la justicia social y la defensa de los bienes comunes.
Congreso de los Pueblos
La solidaridad es la ternura de los pueblos