Colombia: El Polo, ciego y sordo
Los errores del PDA frente a la “oleada verde”
EL POLO: CIEGO Y SORDO
Popayán, 1º de mayo de 2010
No había querido insistir en el debate sobre la estrategia del Polo en esta coyuntura, pero es tal la gravedad de los errores que viene cometiendo nuestra dirigencia, que no es coherente permanecer callados. Desde la base podemos hablar.
Quienes me conocen saben que no he tenido temor de enfrentar a la oligarquía de mi región y, que así sea desde la absoluta minoría, doy las batallas por lo que considero justo y en contra de lo que creo está errado.   
Debo recordar que realizadas las elecciones de marzo 14, desde diversas miradas y perspectivas, se intentó abrir el debate sobre la estrategia a seguir hacia el futuro. No fue posible. Se nos dio un portazo. Un dirigente nacional me dijo: “No moleste, estamos en campaña”.
En el balance se hizo notar – con respeto y consideración – la estruendosa derrota de los sectores burocráticos del partido y que el Polo en su conjunto había sufrido un duro traspié. Además, que gente nueva estaba pidiendo pista.[1]
Mientras las cifras indicaban que el electorado había crecido en 3 millones de personas, el Polo escasamente sostuvo su votación. La respuesta inmediata fue negar esa realidad. El senador Robledo suavizaba los hechos diciendo: “Es cierto que el Polo perdió unas curules, pero es falso que redujera su votación”.[2]
Días después comprendimos que nuestro candidato había quedado preso de acuerdos internos en el Polo, que justificaban su sacrificio y el del partido, al llevarlo a un desastroso (suicida) ejercicio electoral hasta la primera vuelta.
Ello obligó a Petro a cambiar la política con la cual salió elegido en la consulta. De la “derrota de la mafia uribista” se pasó  a colocar  – sin ninguna explicación -, la “equidad social” como prioridad. De allí en adelante los errores han sido uno tras otro.
Primer error: identificar el movimiento democrático que al calor de la “ola verde” ha empezado a construir el pueblo colombiano, como un fenómeno mediático. “Es cuestión de momento, los medios inflan la candidatura de Mockus, y faltando unos días lo dejan caer” me decía un compañero. 
Es importante anotar que ese mismo argumento se utilizaba para demeritar las marchas contra las FARC. Es cierto que los medios influían, pero no podemos ocultar que esas manifestaciones también eran una expresión espontánea de amplios sectores de nuestro pueblo contra un factor de la antidemocracia violenta que vive nuestro país. Hoy, ese mismo movimiento se ha empezado a mostrar frente al factor que lo complementa desde el otro extremo: el autoritarismo uribista.   
Segundo error: identificar el espíritu (sentimiento, esperanza) de ese movimiento democrático que quiere derrotar el clientelismo y la corrupción de la clase política tradicional, con el pensamiento supuestamente “neoliberal y privatizador” del candidato Mockus del Partido Verde. Tal identificación olvida que el electorado tiende a centrarse en el aspecto principal que mueve sus intereses, fibras, emociones.
Ese error de la dirigencia del Polo (que raya en el sectarismo), le impide entender que la gran “masa uribista”, que hasta hace poco era la mayoría de los colombianos,   – en el fragor de la batalla política y gracias a los errores del mismo Uribe – ha empezado a descubrir que la lucha de Petro y del Polo contra las ilegalidades de ese gobierno (parapolítica, crímenes, ocultaciones, cohechos, robos descarados) no sólo eran ciertas sino que la percepción sobre el PDA había estado manipulada todo el tiempo.
Por ello, mucha gente no entiende por qué, en el momento justo en que eso está ocurriendo, los del Polo intentan por todos los medios desinflar la “ola verde”, en vez de estimular su desarrollo y avance.
Tercer error: creer que si se apoya ese movimiento democrático (“ola verde”) – que ya es una verdadera avalancha de renovación en nuestro país – no se pueda señalar y hacer notar nuestras reservas con ciertas políticas, opiniones, tendencias (en lo económico y social), que el candidato Mockus y muchos de los dirigentes verdes han expresado o han aplicado en el pasado en sus administraciones distritales.
Otros creemos que, por el contrario, si nos colocamos al lado de esta gran cantidad de personas que día a día se suman al movimiento verde, podremos – con paciencia y mentalidad democrática – hacer conocer nuestras propuestas y puntos de vista. El Polo no va a desaparecer, ni a diluirse. Tiene una cualificada bancada parlamentaria y miles de militantes formados que hacen parte de importantes procesos sociales y democráticos a lo largo y ancho del país, que garantizan su permanencia hacia el futuro.     
Cuarto error: no entender la peligrosidad del momento. Se menosprecia al enemigo mafioso y oligárquico. La ceguera sectaria es mala consejera. No se visualiza con objetividad lo que puede significar la derrota del “uribismo mafioso” que va más allá de la problemática interna de Colombia. Hay grandes intereses detrás de la alianza mafiosa que quiere eternizar el conflicto interno y mantener el papel desestabilizador de Colombia en la región latinoamericana. Grandes intereses geopolíticos del imperio – de carácter estratégico -, se están jugando en esta elección.
Quinto error: creer que para sumarnos a ese movimiento democrático debemos pedirle permiso a la dirigencia verde, llegar a acuerdos programáticos y/o burocráticos, o cosas parecidas. Hacer eso sería ir contra lo que ya está en la mente de la mayoría de quienes apoyan a la “marea verde”, ya que existe una fuerte resistencia a cualquier clase de “componenda”. Y tal rechazo tiene justificadas razones.
Por el contrario, para hacer política grande (política de verdad), en este momento en que el uribismo mafioso hace todos los esfuerzos por debilitar y atacar la “oleada verde”, cuando toda la clase política y lo más gramado de la derecha se unifica en torno a una “santa alianza” o “cruzada politiquera” contra Mockus, es cuando más hay que colocarse a su lado en forma generosa y desinteresada.
Es nuestro deber ayudar a ganar en primera vuelta.[3] Es fundamental que ese triunfo sea contundente para que el nuevo gobierno pueda avanzar sin mayores obstáculos en el fortalecimiento de nuestra débil  y precaria  democracia.     
[1] “La nueva situación del Polo”. http://gustavopetro.ning.com/profiles/blogs/la-nueva-situacion-del-pol
[2] Robledo, Jorge E. “Hay luz en las tinieblas”. http://www.moir.org.co/Hay-luz-en-las-tinieblas.html
[3] Ver: artículo de Gloria Gaitán en respuesta a Mauricio Trujillo. http://www.kaosenlared.net/noticia/colombia-trampa-segunda-vuelta