Por el Comando Central del Ejército de Liberación Nacional de Colombia
Con una mayoría del 60 por ciento el Congreso aprobó el Artículo 68 de una Ley con que penalizan a quienes denuncien funcionarios corruptos o violadores de Derechos Humanos, Ley Mordaza propia de una dictadura con la que atentan contra la libertad de prensa.
A este grave atentado contra la libertad de expresión se suma el allanamiento que pretendía hacer esta semana la Fiscalía al medio independiente Noticias Uno, caracterizado por denunciar las arbitrariedades del régimen y ser fuente noticiosa veraz para los colombianos, conducta distinta a la de las grandes empresas de desinformación que sólo difunden el libreto oficial.
Este Gobierno se ha caracterizado por ser una dictadura de origen mafioso que obtiene su poder económico y militar de las alianzas con el narcotráfico, capta todos los entes de control para imponer la política de la élite, además de violar permanentemente la separación de poderes y desacatar las instancias judiciales, tropelías que sostiene con fuerza militar y persecución violenta contra quien le contradiga.
Detrás de la camarilla que detenta el poder absoluto sigue el caudillo para quien la lealtad hacia él es el criterio obligado de pertenencia al régimen, sea en los partidos de sus seguidores o en las castas militares que los resguardan, los que desprecian el Estado Social de Derecho, las libertades civiles y los Derechos Humanos.
Régimen que en esta coyuntura afila su maquinaria para aparentar que prepara unas elecciones competitivas en 2022, pero como hicieron en 2018, 2010 y 2002, tiene listos los distintos carteles mafiosos para presionar y comprar el voto de los electores, al tiempo que recrudece la persecución y ejecución selectiva de opositores, además de haber hecho a un lado la Ley de Garantías Electorales para manejar el erario a su antojo como dinero disponible para su campaña.
El régimen de los narcopolíticos y del ‘todo vale’ tiene marcado su fin, porque la sociedad colombiana movilizada lucha para remontar esta sombría fase de la historia del país, para abrirle paso a los cambios de fondo que exige la gran mayoría que busca hacer de Colombia una nación digna, soberana, democrática y en paz.