Colombia. Debió haber sido una iniciativa de la izquierda
A propósito de la iniciativa legislativa del ejecutivo, en cabeza del actual presidente de Colombia, por ante la Ministra del Interior y de Justicia y del Derecho, en el sentido de promover una reforma constitucional, con el fin de impdedir la conexidad de delitos de delincuencia común (secuestro y conductas relacionadas con el narcotráfico), con el delito polîtico de rebelión, consideramos que, esta iniciativa debió haber surgido de la propia izquierda, como una de sus banderas por la restauraciôn moral y democrática del país.
Desde ya es necesario manifestar que, el derecho a que tienen los pueblos de rebelarse contra la opresiôn, es un derecho de carácter universal, reconocido en la carta constitutiva de la ONU Y EN LA DECLARACION UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS de la misma.
Mientras la extrema derecha, considera que no existe un conflicto civil y político de carácter militar, sino una amenaza terrorista, la derecha considera que si, por eso las negociaciones de paz. En lo que si coinciden es en adelantar una paz sin justicia social. Es ante todo una plutocracia santanderista.
Si bien es cierto, por cuestiones de ética política y de dignidad, el delito de secuestro y los relacionados con el narcotráfico, no deben guardar ninguna relaciôn con el delito polîtico de rebelión, llevado a cabo por los alzados en armas, también es cierto que, lo que se busca al parecer desde el punto de vista legal en materia penal, es declarar la retroactividad de una ley posterior en ese sentido e incidir en el proceso de paz ya finalizado y el que se adelanta actualmente con el prôscrito Ejército de Liberaciôn Nacional (Eln).
Si, las leyes rigen hacia el futuro como principio universal del derecho, queriendo esto decir que no tienen efectos retroactivos, sino en casos excepcionales, pero nos preguntamos, quiên la va a impedir al Centro Democrâtico y otros partidos polîticos, sacar adelante esta propuesta legislativa?
La extrema derecha y la derecha, tratan de esta manera desde el marco constitucional y legal, de incidir en las negociaciones de paz ya finalizadas formalmente entre el Estado y las otroras Farc-Ep.
Creemos que vendrân ajustes, por más que se haya depositado el acuerdo ante el gobierno suizo, con el pretexto jurídico de ampararlo bajo los convenios de ginebra. Esto por iniciativa de un chapetón español que fungiera de asesor jurídico y, que no conociera la idiosincracia de la clase dirigente colombiana, para mamarle gallo a todo. Con tanto abogado suelto en Colombia y tenían que haber fletado uno de España.
No olvidar que tiempo atrás y, en relación al proceso de paz que se adelantara entre el Estado y las Farc-Ep, se llevara acabo un plebiscito por el Si o por el No, respecto de lo acordado, con las consecuencias que esto traería.
No olvidar que el Centro Democrático, así nos guste o no nos guste, es decir URIBE VELEZ, ganó esa consulta popular, con el No.
Creemos y estamos convencidos que, por razones de democracia directa, la izquierda debió haber aceptado esa decisión del constituyente primario, así no fuera la que se esperara y haberse apartado de esa lucha a muerte entre la burguesîa tradicional y/o emergente.
Creemos que el Centro Democrâtico, estaba en su derecho de haber incidido en sus propuestas, una vez ganara el plebiscito. Propuestas estas que a propôsito empiezan a adelantarse, con la reforma constitucional, que se radicara ante el congreso de la rex pública.
Creemos que una vez salga adelante esta propusta legislativa, lo que se viene posteriormente es, terminar los buenos oficios de la jurisdicciôn especial de paz. No habrán más aportes de los actores de la guerra, para seguir conociendo la verdad histórica y aportes en consecuencia a la verdad procesal, menos de la intervención de los terceros estratégicos que coadyuvaron la guerra.
Creemos igualmente que, continuarân con la extradiciôn de miembros de las Farc-Ep, de los que hicierton parte del secretariado, del estado mayor y de mandos de bloques, compañîas, frentes y hasta de escuadras. Las bases, ya lo han dicho, no es el problema.
Ahora bien, en relación al proceso de paz que se adelanta con el Eln, pareciera que esta insurgencia, si ha venido entendiendo el momentus político. Ha venido pronunciândose respecto de su accionar, por fuera del narcotráfico, aunque todavía falta respecto del secuestro, como expresión de conducta delictiva común.
En ese orden de ideas, la izquierda debe contribuir a legitimar la polîtica y, aún más, en dignificar el accionar de los pueblos, cuando decidan levantarse en rebelión.
En fin, es cuestión de ética, es cuestiôn de dignidad y, es cuestiôn de legitimidad.
Desde Barranca-Lyon y con olor a petróelo,
Luis Manuel CARRERO GOMEZ