Chile. Zonas de sacrificio: El dramático SOS que dirigentes de Mejillones lanzaron en el Congreso
Este jueves, representantes de diversas organizaciones sociales y ambientales agrupados en la Coordinadora Despierta Mejillones, llegaron Santiago primero y Valparaíso después, con el objetivo de dar cuenta de la estremecedora realidad que viven los habitantes de comuna nortina en la Región de Antofagasta. En palabras simples, viajaron 1.400 kilómetros para poder contarles a las autoridades cómo es vivir en una zona de sacrificio.
La primera parada fue en el Ministerio de Medio Ambiente, donde le entregaron a la ministra Carolina Schmidt los informes científicos en los que se apoyan y avalan sus exigencias para que la ciudad deje de ser una “zona de sacrificio ambiental”. En Valparaíso hicieron lo mismo, pero tuvieron además la oportunidad de explicarles a los parlamentarios de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados cuál es la dimensión de la crisis socio-ambiental por la que atraviesan los mejilloninos. Y sus relatos fueron simplemente dramáticos.
En Mejillones se emplazan 33 industrias que prestan servicios a la minería, 8 termoeléctricas a carbón y 6 a ciclo combinado, además de la planta de explosivos más grande del mundo perteneciente a ENAEX, entre otras industrias altamente contaminantes.
“Hemos perdido a amigos y familiares por culpa del cáncer que provoca la contaminación”
Jonathan Mena, representante de la Coordinadora Despierta Mejillones, comenzó explicando que en la comuna “el crecimiento industrial ha sido devastador”. Por eso -dijo- “necesitamos el cierre inmediato de las termoeléctricas a carbón más antiguas, pues todos sabemos el impacto que genera el material particulado en el ambiente y la salud de las personas”.
Luego de eso, el dirigente graficó de forma lapidaria la gravedad del escenario que enfrentan permanentemente los habitantes de Mejillones. “La contaminación mató una tradición familiar de pesca, se nos impuso un tipo de economía que no es sostenible. La explotación responsable de los recursos marinos podría haber sido una vía de sustento para el país y para muchas generaciones de mejilloninos, pero lamentablemente el Estado es un laboratorio de conejillos de indias del empresariado que termina haciendo lo que quiere. Hemos perdido a amigos y familiares por culpa del cáncer que provoca la contaminación, porque el Estado hace la vista gorda y porque generalmente las luchas que llevamos adelante, las gana el empresariado”, espetó.
A su turno, Claudio Rojas Caviares, de la Agrupación Axe Timbaue, entregó un impactante antecedente: el sobrepoblamiento industrial en la costa es prácticamente siete veces mayor que la extensión del mismo Mejillones. En ese contexto, añadió, “hemos pasado del agotamiento de los recursos naturales provocados por la sobreexplotación de las pesqueras, a tener una planta de nitrato de amonio de ENAEX, que es la más grande del mundo”.
El dirigente Jonathan Mena, en tanto, aludió al riesgo al que están expuestos los más pequeños de la población, relatando por ejemplo que en los techos del Liceo Juan José Latorre se ha encontrado la presencia de 15 metales pesados. “Nadie se ha hecho cargo de lo que está pasando, la bahía está muerta, la gente se está intoxicando, está muriendo por el cáncer y el proceso industrial no ha sido beneficioso para Mejillones que hoy se encuentra hundido y contaminado”, sentenció.