Cesare Battisti, la huida permanente
Por Iñaki Urdanibia
Leo la noticia, en el vespertino Le Monde de este viernes 15 de diciembre, de que un juez brasileño ha ordenado, el jueves 13 de este mes, la detención del antiguo militante de extrema izquierda con el fin de ser extraditado a Italia. Juzgado en rebeldía en 1993 y condenado a perpetuidad por su participación en cuatro homicidios, cometidos a finales de los setenta. Desde entonces él ha reivindicado su inocencia, denunciando que las acusaciones habían tomado como base las declaraciones de algunos arrepentidos, testimonios que hacían agua por todos los costados ya que poco menos que hacían ver el don de la ubicuidad del denunciado. Huido de la prisión en 1981, huyó a México para trasladarse posteriormente a Francia en donde normalizó su vida, dedicándose a la escritura de novelas negras; bajo la presidencia de François Mitterrand , éste se comprometió a no entregar a ningún militante de extrema izquierda que hubiese renunciado a la lucha armada. El que sustituyó a Mitterrand en el Elíseo, Jacques Chirac, mostró a las claras que no iba a mantener la promesa de su antecesor lo que hizo que Cesare Battisti escapase a Brasil en 2004. Tras un largo proceso de extradición y una estancia no breve en prisión, el presidente Luiz Inacio da Silva tomó la decisión , en 2010, de no entregar a Battisti a los jueces italianos, lo que supuso que desde entonces éste gozase de plena libertad en el país carioca.
Este cambio que ahora asoma no hace sino poner en práctica algunas de las promesas del nuevo presidente brasileño, el derechista Jair Bolsonaro, que declaró que demostrarían al mundo entero su compromiso con la lucha contra el terrorismo, señalando sin tapujos, y hasta nombrando el nombre de Cesare Battisti que es una persona que goza de la estima de amplios sectores de la izquierda. Las declaraciones del entonces candidato, Bolsonaro, contaron con el aplauso del también derechista primer ministro italiano Matteo Salvini.
Esta es la amenazante situación actual que pesa sobre la suerte del sujeto del que hablo; anteriormente había dedicado algunos artículos a las andanzas de este escritor y a algunas de sus obras, escritor en fuga permanente, acusado de acciones terroristas en base a las acusaciones de varios arrepentidos, escritos que me permito recuperar pensando que pueden servir para hacer luz sobre este caso, de persecución, que dura desde los años de plomo, de finales de los años setenta del siglo pasado :
En esta misma red:
( artículo que recoge en gran parte lo escrito en los dos primeros )
http://ftp.kaosenlared.net/kaos-antiguo/buscador-web-antigua/14158-el-fugitivo-cesare-battisti
En otros medios:
L´affaire Cesare Battisti
+ Fred Vargas ( textes et documents rassemblés par)
<<La vérité sur Cesare Battisti>>
Viviane Hamy, 2004.
239 pages / 7 €.
Desde hace medio año aproximadamente un nombre ha cobrado polémica relevancia en la prensa del país vecino; Cesare Battisti arriba, Cesare Battisti abajo.
Las muestras de solidaridad en los ambientes parisinos no se han hecho esperar, entre intelectuales y escritores especialmente, la respuesta de la prensa italiana tampoco, al atacar a dichos solidarios por apoyar a un <<sanguinario terrorista>>, así como por dejarse llevar por cierto <<espíritu gremialista>> (Battisti ha adquirido amplia notoriedad en el campo de la novela negra), y por pretender <<dar lecciones de democracia>> a otro país europeo, perteneciente al espacio único de la UE. Así pues, las opiniones encontradas dentro del propio Hexágono, reflejan en muchas ocasiones las posturas italianas, las más de las veces favorables a que Cesare Battisti sea entregado a la justicia italiana por la que fue castigado a cumplir una condena a perpetuidad por sus supuestos crímenes; el peso de las argumentaciones italianas han jugado tan fuerte que hasta la pretendida prensa prestigiosa por su supuesta imparcialidad (véase en especial el vespertino parisino Le Monde) se ha dejado llegar por la vía marcada por la opinión pública italiana.
Cesare Battisti fue detenido en 1979 por pertenecer a un grupo que había practicado la lucha armada , en aquellos<<años de plomo>>, los PAC (Proletarios Armados por el Comunismo); dos años después consiguió huir de prisión trasladándose a México y posteriormente fue a parar a París , en donde formó una familia y se integró en tal país de acogida. La <<doctrina Mitterand>>, que hasta la actualidad ha sido sostenida por todos los gobernantes del estado francés independientemente del color político, aseguraba la negativa absoluta a extraditar a los italianos llegados a tal estado siempre que hubiesen demostrado con su vida que habían roto con su anterior opción de lucha armada y se hubiesen integrado en el país de acogida. En tal situación se hallaba Battisti que había llegado a la capital del Sena en 1990. Al año siguiente su caso fue estudiado -en dos ocasiones- por los jueces franceses que decidieron que Battisti no era extraditable. Pues bien, en febrero del presente año fue detenido por haber <<amenazado de muerte>> a un vecino, mas curiosamente fue detenido por miembros de la división antiterrorista de la policía francesa. Fue tal la señal de salida para el vaivén de opiniones contrapuestas y para la revisión judicial de su caso, que vino a suponer que los jueces dictaminasen, tras varios recesiones, que Cesare Battisti sí debía ser entregado a la justicia del país vecino para que cumpliese la condena que en su día habían dictaminado los jueces italianos. Nada más normal-¡ay!- entre países democráticos, dirigidos por demócratas tan preclaros como Chirac y Berluscconi.
La puesta en práctica de tal decisión supondría: la negación de la palabra dada por un jefe del Estado francés, una mentira estatal que empañaría el derecho de asilo otorgado por tal (la France terre d´asile)…supondría además el hacer tabla rasa de las circunstancias de la detención y del juicio de Battisti, y de numerosos jóvenes de la época que vieron sus vidas arrastradas al torbellino violento italiano.
Clarificador a todas luces resulta el libro que traigo a esta página, libro que contiene cronologías de los <<años de plomo>> (torturas, leyes de excepción, juicios-farsa, delaciones a cambio de rebajas de condena) en los que la violencia desatada-por la extrema derecha- contaba muchas veces con el apoyo de cuerpos uniformados, o no, del Estado italiano…libro que desvela el papel esencial de la prensa(casi en su totalidad en manos del actual jefe de gobierno de Roma) y de algunos jueces supuestamente progresistas (cercanos al PCI) que en su momento aplicaron las infames leyes y hoy miran para otro lado como que todo hubiese funcionado en una absoluta normalidad armoniosa democrática.¡Recopilación de textos y documentos esenciales para alcanzar la verdad, de la mano de una novelista de excepción !
Battisti, la excepción francesa
+ Guillaume Perrault
<<Génération Battisti>>
Plon, 2005.
213 p.p. / 18€.
+Cesare Battisti
<<Ma cavale>>
Graset / Rivages, 2006.
378 pp. / 18,50 €.
Hace como algo más de un año que traje a estas mismas páginas un libro sobre el entonces candente affaire Battisti, una obra-dossier que era debida a una certera escritora, especialmente de novelas negras, Fred Vargas, como también lo era el italiano al que se trataba de extraditar a su país de origen, por supuestos delitos de sangre cometidos en los años de plomo, es decir, casi una treintena de años ya. El caso -como el de bastantes otros en su misma situación-estaba asentado sobre testimonios de arrepentidos, tribunales de excepción, torturas, y violencia desatada tanto por algunos grupos de la extrema izquierda como por los de la extrema derecha; una pequeña diferencia con respecto a estos últimos es que contaban con el apoyo de notorios miembros de los aparatos del Estado italiano por lo que, casualidades de la vida, los casos no podían ser juzgados ya que era habitual que las pruebas y los informes archivados en los juzgados desaparecían por arte de birlibirloque. El <<derecho al perdón>> solo funciona para el Poder, y sus cloacas.
A los días de aparecer el comentario al que aludo, Battisti tomó las de Villadiego, para evitar la más que probable entrega a las autoridades italianas. Ciertamente los tribunales franceses que deliberaban sobre el asunto -agobiados por las autoridades del país vecino y por la prensa, además de por la cantinela de la debida colaboración entre países democráticos en la lucha contra el terrorismo- decidían la entrega del ciudadano ya integrado, casado y con hijas, y viviendo de su trabajo como escritor (¿no es la finalidad de la cárcel la reinserción según se nos cuenta por activa y por pasiva?). Ahora, no me resisto a leer otro libro que trata del asunto desde otra óptica absolutamente contrapuesta. Ya desde las líneas preliminaries de presentación de un caballero que además de haber sido miembro fundador del PSU, también fue embajador del gobierno de Mitterrand en tierras italianas, se deja claro por donde van a ir las cosas: por medio de una tergiversadora inclusión de todos los militantes italianos exiliados en las Brigadas Rojas, e implicados en delitos de sangre. Cualquiera que haya seguido aunque sea mínimamente la cosa puede afirmar que: la democracia italiana de aquellos tiempos era una democracia de excepción, con unos policías, jueces y demás absolutamente centrados en descabezar cualquier disidencia (no solamente la armada) que pudiese suponer una puesta en duda seria del estado de cosas (mangoneado por los intentos de asentar un <<compromiso histórico>> -proyecto caro al entonces líder eurocomunista Enrico Berlinguer- que supusiese la paz social firmada entre la democracia cristiana y el partido eurocomunista italiano); cualquiera sabe también que Battisti no pertenecía a Las Brigadas Rojas, al igual que tampoco los Antonio Negri, Mario Trotti, Paulo Virno…y tutti quanti!
Dos lecciones, al menos, se pueden sacar de la lectura de este libro: una, que nunca la afirmación nietzscheanaa de que todo es interpretación parece tener mayor pertinencia (ya se sabe que todo depende del cristal con que se mire), y dos, que la <<excepción francesa>> de la que hablan el autor y su prefaciador, en el sentido de que solo los franceses pueden hacer lo que hicieron (defender o hacer la vista gorda ante algunos casos que clamaban al cielo por el claro carácter de <<montaje>>) , puede considerarse-según mi opinión- como algo defendible en vez de como algo denunciable. Por lo demás, en estos tiempos de retour à l´ordre, quede claro que cualquier vestigio de las fiebres sesentayochescas ha de ser combatido a sangre y fuego (o a espadazos y balanzazos, por hablar en términos más propios de la llamada Justicia).
Confesión y ficción
Necesario a todas luces resulta leer la confesión del propio <<condenado>>, quien, en un libro arropado por Bernard-Henry Lévy y por Fred Vargas, desvela su caso: empezando desde su juventud, y siguiendo por su militancia, sus detenciones, su huida y sus andanzas por México, por París, y en la prisión parisina de La Santé (¡qué paradójico nombre!), y su huida ante el negro panorama que se avecinaba, urdido por un comando intoxicador de la embajada italiana y otros fieles perros guardianes de la prensa…del tipo del autor del libro que ocupa la mayor parte de este comentario. Y el retrato que de él se hizo presentándolo como un monstruo sanguinario desmontado, usando la escritura no tanto como terapia sino como agarradero o tabla de salvación para evitar el naufragio ante el marasmo provocado en torno a él. Un logrado diario íntimo…que presenta a este perseguido de la dicha justicia en su propio auto-análisis.
Lo primero y lo último de un escritor llamado Cesar Battisti
Hay vidas que marcan a quienes se dedican a escribir, y así la existencia se convierte, de uno u otro modo, en columna vertebral de lo escritor. Es el caso de este italiano que huyendo de la cárcel , en 1981, en donde estaba cumpliendo la condena a perpetuidad a que había sido condenado: su primer destino fue México para luego ir a parar a Francia, en donde se estrenó como escritor.
Su primera novela, publicada en la colección de Série noir de Gallimard, en 1993: « Les habits d´ombre» trata de aquellos seres, como él, que tienen su vida marcada por una condena judicial, que pesa como una losa y que hace que quienes en tal situación se hayan, viven en una prisión a cielo abierto que es el mundo, un mundo en el que la omnipresencia de diferentes fuerzas de orden, legales e ilegales, no cesan en el empeño de capturarles para ponerlos en mano de la justicia o para tomarse, en algunos casos, la justicia por su mano: los servicios secretos, la mafia, la logia P2 y los polis de todos los lugares no hacen sino planear sobre las vidas de quienes quieren recomponerla por diferente vía a la que habían seguido en años pretéritos. Los perseguidos en esta novela que trata de lo que vengo señalando han pertenecido a las Brigadas Rojas; organización a la que por cierto no perteneció Cesare Battisti, a pesar de que los amantes de las amalgamas le metieran en tal saco.
Si esta de la que he dado somera cuenta, ya ha adoptado cierto color amarillento, furto del paso del tiempo, ahora tengo en mis manos una obra, novela también que acaba de salir a las librerías del norte de los Pirineos: « Face au mur» ( Flammarion, 2012), si en la anterior veíamos a unos personajes viviendo en la sombra, del disimulo y de la clandestinidad y la de sus perseguidores, auí vemos al protagonista en la sombra de dentro de los muros carcelarios. La novela fue escrita en la prisión del Mato Grosso de Río de Janeiro en donde estuvo encerrado el autor del libro, a la espera de se la decisión de si era extraditable o no. Augusto que es el nombre del protagonista prisionero, mira el cielo por el cuadrado que forma la ventana, o los límites del patio carcelario, y allá sigue el vuelo de un pájaro libre que le recuerda, con añoranza, la historia de amor imposible con Janaïna, que pensaba que no hacía otra cosa que vigilarle, por encargo de la policía y hasta pensó que intentaría envenenarle; a pesar de estas sospechas él seguía tratando de conquistarla.
La novela rezuma amor y el deseo de yacer en los brazos de una mujer como salida al la confusión de razones que le asaltan, al tiempo que las páginas describen un colorido Brasil en el que entreveran tradición, sentimientos y violencia que responden a la exuberancia de la vegetación amazónica.
Se preguntaba Fred Vargas : «¿ cómo Battisti ha logrado escribir, en prisión, una novela tan fraternal?», a lo que cabría añadir que el resentimiento y el rencor por la falta de libertad padecida no asoma de ninguna de las maneras en ese canto al amor y a la tierra que fue de asilo desde 2004, cuando hubo de escapar de Francia coincidiendo con la llegada a la presidencia de la République de Jacques Chirac, y los previsibles cambios de política con respecto a su suerte.