Catalunya: Redes metálicas y drones, nuevas técnicas de control de las manifestaciones
Una treintena de agentes forman parte del grupo de búsqueda e investigación, que tiene como principal función experimentar y construir nuevos artefactos que faciliten la labor de la Brigada Móvil.
Tras la prohibición de las balas de goma Interior compró 110 subfusiles GL-06, más conocidos como lanzaderas de proyectiles viscoelásticos. También ha adquirido dos cañones de sonido LRAD 100X y, más recientemente, un cañón LRAD 300X, con una potencia de 149 decibelios y un alcance de dos kilómetros. Los cambios más importantes, sin embargo, han llegado desde el área de información e investigación. Un equipo de una decena de agentes rastrea permanentemente la red para conocer las intenciones de los manifestantes, los cambios de última hora en el recorrido de las marchas y cualquier dato que pueda ser relevante para disposición de los efectivos policiales sobre el terreno. Las grandes novedades llegarán pronto de manos del grupo de búsqueda e investigación, con una treintena de agentes especializados en la mejora de las herramientas represivas, son la verdadera I + D de la Brigada Móvil.
Hace meses que trabajan en la construcción de drones adaptados a las tareas de control de manifestaciones, equipados con cámaras y con un vuelo silencioso y discreto. El desarrollo técnico de los artefactos ya se ha completado, pero el problema ahora se encuentra en el marco legal que permita que estos aparatos sobrevuelen las calles de nuestras ciudades. El Gobierno quiere resolver en unos meses este callejón jurídico y permitir, así, que los antidisturbios tengan siempre esta visión privilegiada desde el aire. También estamos hablando de una medida de ahorro; si tenemos en cuenta que cada hora de vuelo de un helicóptero tiene un coste de 3.000 euros. A modo de ejemplo, en el dispositivo policial del efecto Can Vies se invirtieron 192.000 euros de las arcas públicas sólo en helicópteros que sobrevolaban Santos y el resto de la ciudad de Barcelona. Otro experimento del grupo de investigación se ha centrado en conseguir que las ruedas de los furgones policiales no puedan sabotear con punzones o «miguelitos». En relación a ello han ideado un líquido que se introduce bajo el neumático y que sella los agujeros en un tiempo récord. Se encuentra en fase de pruebas. Un tercer encargo, que pronto se empezará a utilizar, son las redes y las vallas metálicas. Habrá de tres tipos. Un modelo de red metálica de metro y medio de altura que tendrá como función sustituir los agentes que hacen cordones policiales para impedir el paso de una manifestación en una determinada zona. Se evitará de esta manera el cuerpo a cuerpo. Un segundo modelo, de más altura, tendrá como función principal interceptar los objetos lanzados contra la línea policial. Ambos artefactos contarán con un mecanismo de desarrollo muy rápido. El factor sorpresa será fundamental. En tercer lugar también trabajan en unas nuevas vallas metálicas rígidas y estáticas, como las que utilizan las policías alemana e italiana, con el objetivo de bloquear calles, construir checkpoints temporales y delimitar ciertas zonas de seguridad.
Hace meses que trabajan en la construcción de drones adaptados a las tareas de control de manifestaciones, equipados con cámaras y con un vuelo silencioso y discreto. El desarrollo técnico de los artefactos ya se ha completado, pero el problema ahora se encuentra en el marco legal que permita que estos aparatos sobrevuelen las calles de nuestras ciudades. El Gobierno quiere resolver en unos meses este callejón jurídico y permitir, así, que los antidisturbios tengan siempre esta visión privilegiada desde el aire. También estamos hablando de una medida de ahorro; si tenemos en cuenta que cada hora de vuelo de un helicóptero tiene un coste de 3.000 euros. A modo de ejemplo, en el dispositivo policial del efecto Can Vies se invirtieron 192.000 euros de las arcas públicas sólo en helicópteros que sobrevolaban Santos y el resto de la ciudad de Barcelona. Otro experimento del grupo de investigación se ha centrado en conseguir que las ruedas de los furgones policiales no puedan sabotear con punzones o «miguelitos». En relación a ello han ideado un líquido que se introduce bajo el neumático y que sella los agujeros en un tiempo récord. Se encuentra en fase de pruebas. Un tercer encargo, que pronto se empezará a utilizar, son las redes y las vallas metálicas. Habrá de tres tipos. Un modelo de red metálica de metro y medio de altura que tendrá como función sustituir los agentes que hacen cordones policiales para impedir el paso de una manifestación en una determinada zona. Se evitará de esta manera el cuerpo a cuerpo. Un segundo modelo, de más altura, tendrá como función principal interceptar los objetos lanzados contra la línea policial. Ambos artefactos contarán con un mecanismo de desarrollo muy rápido. El factor sorpresa será fundamental. En tercer lugar también trabajan en unas nuevas vallas metálicas rígidas y estáticas, como las que utilizan las policías alemana e italiana, con el objetivo de bloquear calles, construir checkpoints temporales y delimitar ciertas zonas de seguridad.
FOTO DE PORTADA: Armament actual i nous artefactes de la Brigada Mòbil – Pau Fabregat
https://directa.cat/xarxes-metalliques-drones-noves-tecniques-de-control-de-manifestacions