Cataluña y la autodestrucción de esta generación
Quienes no tengan como objetivo priorizar la autoliberación de la clase trabajadora y de la Humanidad, del capitalismo y sus estados, y se muevan en el terreno de la ideología nacionalista y las fantasías sobre derechos y libertades, pueden ahorrarse la lectura de este artículo, pues lo que plantea está en un universo mental al que no pueden acceder desde su ideología pequeño-burguesa o burguesa.
Desde julio no he vuelto a escribir ningún artículo y quizás éste sea de los últimos que escriba en mi vida, así que quienes lo deseen tienen aquí una oportunidad para saber lo que pienso, el análisis de las causas de fondo (desde nuestros intereses) de por qué hemos llegado aquí (ni el relato españolista, ni independentista, ni podemita…), y de lo que propongo por si alguien quisiese tomar el relevo ¡que ya va siendo hora, generación irresponsable!.
Este artículo terminé de redactarlo en la noche del lunes 23 al martes 24 de octubre.
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Antes de profundizar en la cuestión, expondré mi opinión ante lo más urgente, en evitación de males mayores.
¡CONVOCATORIA de ELECCIONES AUTONÓMICAS en Cataluña, YA!
Todo esto ha ido demasiado lejos por culpa de unos y otros burgueses nacionalistas, independentistas y españolistas, y sus respectivos gobiernos. Estamos a muy pocos pasos de la represión desenfrenada, del enfrentamiento civil y del derramamiento incontrolado de sangre. Quien no se lo crea, que eche un vistazo a cómo se aceleraron los procesos y rápidamente se bestializaron en otros casos, como Yugoslavia en los años 90 del siglo pasado, donde vecinos de toda la vida acabaron matándose entre sí. Cataluña supone casi el 19% del PIB español y es un motor industrial y turístico de primera importancia, aporta buena parte de los impuestos necesarios para el sostenimiento de las comunidades más atrasadas y del aparato de Estado (incluidos los altos costes militares), y su territorio está localizado en una parte crucial por su fácil comunicación por tierra con Francia y control marítimo. En estas condiciones en las que el independentismo no consigue el apoyo de la abrumadora mayoría de la población, Cataluña es irrenunciable para el Estado español que, llegado el caso, estará dispuesto hasta el derramamiento masivo de sangre, mientras la Europa democrático-burguesa del Capital mirará para otro lado como en tantas ocasiones viene haciendo del modo más vergonzoso. Quien crea que eso no puede llegar a ocurrir en la Europa del siglo XXI es un iluso pequeño-burgués que se traga los discursos de la libertad, la democracia y bla, bla, bla, no entiende nada de la verdadera naturaleza del capitalismo, sus Estados y la “democracia” burguesa, y que el futuro del capitalismo es capaz de depararnos cosas todavía muchísimo peores.
Llegados a este punto, el President Carles Puigdemont de inmediato debiera convocar elecciones autonómicas. De esta manera desactivaría la entrada en vigor por el Senado de las medidas al amparo del artículo 155 de la Constitución que puede tener consecuencias nefastas en Cataluña y sentar un pésimo precedente para otras partes de España (como Euskadi). Los resultados del referéndum del 1-O, por mucho que pretendan lo contrario, no son suficientes para legitimar la proclamación de la independencia, y por tanto no obligan al cumplimiento de ningún mandato en ese sentido. La independencia no sólo sería inútil, pues no contaría con reconocimiento internacional y no dispondrían de los medios para hacerla realidad (Hacienda que efectivamente cobre los impuestos, suficiente policía para controlar el territorio y expulsar las fuerzas del Estado español, fuerzas armadas propias para controlar tierra, mar, aire y fronteras e impedir que las dominen el ejército español…), sino que exacerbaría hasta el paroxismo el nacionalismo español muy presente en Cataluña e imperante en el resto de España (salvo en Euskadi) e invitaría a la aplicación más brutal del artículo 155, de la Ley de Seguridad Nacional, del artículo 116 (estados de excepción y de guerra) y hasta del ejército. A partir de ahí, pueden llenarse las cárceles por muchos años con mucha gente, y hasta correr la sangre a raudales. Sería una total frivolidad, irresponsabilidad, temeridad y aventurerismo, hasta lo criminal, porque llevaría además a una definitiva fractura entre los catalanes, no por intereses de clase conscientes (entre clase trabajadora y capitalista), sino transversalmente por identidad o preferencia nacional ante todo, afectando también a la clase trabajadora e intoxicándola con ese veneno, lo que la debilitaría para asumir lo que es su verdadera lucha unida contra el capitalismo y todo Estado burgués (catalán, español, la Unión Europea…). ¡No queremos otro Ulster (Irlanda del Norte)!
Lo que no se puede es pedir que los trabajadores/as y estudiantes hagan huelga general contra la represión, por la libertad de detenidos y presos, contra el artículo 155, y además por la defensa del Estado burgués autonómico, para encima llevarles a un escenario de una represión desatada y sangrienta por una independencia irreal y unos objetivos burgueses como son los de levantar un nuevo Estado burgués, aunque sea exclusivo catalán, buscando la integración en el club capitalista de la Unión Europea.
No hacen falta movilizaciones más que por la libertad de presos y detenidos, y que Puigdemont convoque de inmediato elecciones autonómicas, es decir, dentro de la ley española y autonómica, sin ir más lejos, es decir, nada de proclamar la independencia y convocar elecciones constituyentes.
Si convocadas elecciones autonómicas, el Estado persiste en aplicar en alguna medida el artículo 155, podría ser legítima cierta resistencia y crearía contradicciones en el conjunto de España y sus fuerzas políticas, provocando el aumento de la solidaridad con Cataluña.
Esta es la vía más inteligente para deslegitimar la actual legalidad estatal.
En la guerra, un estratega sabio y responsable, valora bien la realidad, la correlación de fuerzas, los tiempos y las posibilidades que tiene, equilibra el realismo con la prudencia y el arrojo, sabe cuándo toca pasar a la ofensiva, la defensiva, la retirada y hasta la rendición evitando así la aniquilación de sus fuerzas y males mayores, en lugar de persistir en un planteamiento equivocado.
¡El suicidio político no es de valientes, sino de idiotas! ¡No a la utilización de estudiantes y trabajadores/as como masa de maniobra y carne de cañón por una independencia inconveniente y por ahora totalmente imposible! ¡Por querer lo que ahora es imposible, no se puede sacrificar lo que se tiene ni dar pretextos y alas a una ofensiva general reaccionaria del españolismo y de las tendencias neofranquistas o directamente fascistas!
La debilidad de la clase trabajadora es extrema, y no está en condiciones de imponer su alternativa, por lo que debería luchar porque no la arrastren a escenarios de los que difícilmente pueda salir indemne o reforzada y sí extremadamente perjudicada, como es el del enfrentamiento institucional burgués y civil a causa de la proclamación de la independencia.
Estamos ya al borde del abismo y hay que recurrir al freno de mano.
I.- REFLEXIÓN, no desde la Nación (ni catalana ni española), sino desde los intereses históricos, socialistas-comunistas, de la clase trabajadora, y de la Humanidad
Vuelvo a repetir, para quienes no lo sepan o recuerden. Yo estaba a favor de un referéndum, unilateral si no era posible pactado, pero con unos criterios y garantías para validar el resultado, como establecer un mínimo de participación del censo electoral y un porcentaje mayoritario (no la mayoría simple más 1). Mi criterio, que no era inflexible sino mi ideal, era el de reunir dos condiciones para que la victoria del Sí reflejase un posicionamiento firme, no volátil, y muy difícilmente reversible de los catalanes a la hora de tomar una decisión de semejante trascendencia histórica y complicado proceso, cuya legitimidad no pudiese ser cuestionada por el resto de España ni por los perdedores y que por tanto no llevase a una ruptura por la mitad y enfrentamiento interno traumático con consecuencias incluso violentas. Mi criterio ideal era y es que la victoria del Sí debería representar al menos el 51% del censo, y al menos el 60% de los votos. Como la ley de referéndum no cumplía de ninguna manera ni de muy lejos con estos criterios, sino todo lo contrario (ningún suelo de participación, y mayoría simple, la mitad más 1, dejándolo todo al criterio de los independentistas con mayoría de escaños en el Parlament, ni siquiera de votos), mi posición era la de llamar a la abstención, porque los criterios tramposos de la ley tenían claramente una motivación política de clase burguesa: librarse de la oposición a la independencia que un importante sector de la clase trabajadora tradicional (ligada a la industria) tiene y que la llevaría a la abstención sobre todo ante un referéndum ilegal para el Estado central y previsiblemente reprimido incluso en el momento de votar, como así ocurrió.
Para conocer todos los detalles, podéis leer el artículo y mis respuestas a los comentarios “No al referéndum-pucherazo del 1-Oct en Cataluña” (6-7-2017), con el enlace al final.
Lo que está sucediendo con Cataluña y España es ciertamente un retroceso histórico gigantesco. Lo es porque en lugar de afrontar el problema catalán del modo más democrático, justo y pacífico posible (referéndum en Cataluña pactado y con garantías), se ha optado por la represión pura y dura al más alto nivel y la suspensión de la autonomía catalana con toda la regresión que eso supone y a lo que apunta en el campo de los derechos y libertades, no sólo guillotinando los de los catalanes, decapitando el Govern y constriñendo al Parlament, sino potencialmente para toda España (empezando por Euskadi), y porque la reforma constitucional de la que hablan PSOE, Ciudadanos y PP, será todo menos realmente progresista.
El duro trato que da el Estado español a lo que esencialmente es un movimiento burgués que hipotéticamente beneficiaría sobre todo a un sector de la burguesía media catalana, y a lo que es parte de los aparatos del mismo Estado, solo que en la autonomía, nos ayuda a imaginar el arsenal que sería capaz de movilizar contra un movimiento obrero y popular que sí cuestionase el capitalismo y su Estado burgués, y levantase a partir de sus asambleas, sus órganos de poder, los Soviets o Consejos Obreros, contra ese Estado.
Pero es un retroceso histórico sobre todo porque el hecho de que sea ésta la problemática que domina absolutamente todo el panorama político, y la dinámica de sucesos futuros a la que apunta, ya es una enorme regresión política dados los retos que hace mucho debiéramos estar abordando a tope y que llevarán al mundo, muy probablemente, a su autodestrucción. Un asunto nacional cuyo tiempo en realidad se sitúa en el siglo XIX y principios del XX, con el capitalismo ascendente y sus revoluciones democrático-burguesas antifeudales y antimonarquías absolutas, se ha impuesto en el siglo XXI del capitalismo decadente y dirigiéndose hacia colapso y descomposición arrastrando con él a toda la Humanidad, por tanto a destiempo y robando el protagonismo a los problemas sociales, etc., y sujetos políticos (clase trabajadora) que debieran tenerlo. De ahí que aunque quieran revestirlo de drama histórico y de cierta épica, tenga sobre todo carácter histórico de farsa, como se traduce en muchos de sus hechos.
Los acontecimientos de Cataluña y España, su imposición brutal en la agenda política, y la intoxicación nacionalista (catalana o española) de las conciencias que implica, suponen o supondrán probablemente (no dispongo de una encuesta al respecto sobre el momento actual y las tendencias a las que apuntan) un salto cualitativo por parte de la clase trabajadora (proletariado-precariado) en el proceso de pérdida de su norte político, de su política independiente de cualquier fracción de la burguesía y de sus aparatos estatales (España) o proto-estatales (Cataluña), la subordinación de un sector a las fantasías y aventurerismo de la pequeña burguesía (“clase media”, especialmente por el papel de la CUP), y por consiguiente, un gran salto adelante de esta ya de antes Generación Políticamente Suicida (GPS) en su marcha a la autodestrucción a manos de un capitalismo mundial, europeo, español, catalán, condenado al colapso civilizacional, la descomposición y la aniquilación de la Humanidad.
Ya he explicado extensamente en un artículo las múltiples causas de todo orden por las que considero a esta generación obrero-popular, una generación políticamente suicida, así que os remito a él: “Jóvenes, sois la generación PS, de políticamente suicida” (6-5-2017), con enlace a final.
Todas las ilusiones y fanatismos independentistas y nacionalistas gran españoles, y las fantasías progres-radicales-izquierdistas en torno al supuesto papel progresista que supondría para Cataluña la independencia y la provocación de un proceso constituyente en España, llevan a ocultar esta realidad profunda, estratégica e históricamente mil veces más significativa.
La movida nacionalista catalana y españolista, supone un desvío, un gigantesco retroceso y una pérdida irremediable de energías y de tiempo histórico escaso y crucial en la que ya desde hace mucho debiera ser la marcha hacia una Revolución Socialista-Comunista de la clase trabajadora que nos libre del futuro apocalíptico al que conduce a la Humanidad el capitalismo mundial.
Si perdemos esto de vista, lo habremos perdido TODO.
Dentro de este marco teórico-político e histórico, debemos analizar a grandes rasgos lo que está ocurriendo. Obvio el relato de hechos de sobra conocidos o fáciles de conocer por existir mil fuentes de información para ello.
Iré planteando los asuntos desde los más empíricos y superficiales a los más profundos y trascendentes.
II.-Y CAYERON en su PROPIA TRAMPA, pero nos pueden arrastrar a todos
El día 6 de julio publiqué en Kaos en la red un artículo de denuncia de la ley del referéndum que se convirtió en todo un escándalo y un dolor de cabeza para Kaos por la reacción hostil de muchos de sus lectores y subscriptores. Me gané toda clase de descalificaciones e insultos, a cuál más injusto, por parte de los independentistas más hooligans. Pero los hechos, desgraciadamente para todas/os, han confirmado lo que dije y me temía.
Que en la ley del referéndum no se previese para la validez de sus resultados ni un mínimo de participación del censo ni un porcentaje de votos, siendo suficiente con sólo la mayoría simple (en sentido estricto, podría ser la mitad más uno), tenía como objetivo burlar el hecho de que buena parte de la clase trabajadora, sobre todo la más ligada a los sectores industriales, no era favorable a la independencia, y que buena parte de los no independentistas no se movilizarían en un referéndum ilegal y hasta reprimido por el Estado central, y así ganar el referéndum de modo ventajista contra la clase trabajadora.
Pero al obligarse por ley a proclamar la república independiente si se ganaba en el referéndum, los independentistas se han metido en un gravísimo problema. Es cierto que hubo una importante participación, valiente frente a la prohibición, amenazas y represión del Estado, contrario a cualquier consulta aunque no fuese vinculante. Pero ni la forma en que hubo de realizarse el referéndum, ni sus resultados de participación, lo pueden validar para que sea vinculante, y menos para algo tan trascendental como la independencia, con todos sus graves problemas, el principal, el de partir a la población aproximadamente por su mitad en una cuestión tan sensible como el sentimiento de pertenencia nacional o el marco estatal en el que quieren vivir.
De esta manera, digan lo que digan los independentistas (PDeCAT y ERC en Junts pel Sí, la CUP, etc.) y el Govern, este referéndum no goza de legitimidad por parte de la mayoría de la población catalana, menos aun por la española, y menos incluso por la europea y mundial. Así es imposible el reconocimiento internacional, ni siquiera la mediación para unas negociaciones. Pueden querer seguir engañándose todo lo que quieran pero las declaraciones y el comportamiento de los jefes de estado y de los grandes medios de comunicación mundiales, así lo demuestran. Y sin reconocimiento internacional, no hay Estado Catalán independiente que valga. Punto.
Como ya dije en mi artículo, más les habría valido una ley de referéndum que dejase claro el porcentaje mínimo del censo y un voto cualificado (60% por ejemplo) a favor de la independencia. Si eso hubiese sido razonable, al menos podrían ir con la cabeza bien alta diciendo que su referéndum era de lo más legítimo pero que fue saboteado por la prohibición y represión del Estado español. Y como los resultados no habrían dado para una independencia, podrían haberse echado atrás, sin verse impelidos por el “cumplimiento del mandato ciudadano” a una vía sin sentido, pero habiendo acumulado fuerzas y legitimidad para un referéndum, esta vez sí concertado, apoyado internacionalmente y con todas las garantías.
Se alegará que el Código de Venecia de Buenas Prácticas sobre referendos, de 2009, no exige esos mínimos de participación, pues premian a quienes están por el No, la abstención y el boicot al referéndum, y ni siquiera un mínimo de porcentaje en los votos afirmativos.
Dice así: “no es recomendable estipular un quórum de participación mínima (umbral de representación, porcentaje mínimo) porque asemeja a los votantes que se abstienen a aquellos que votan contra la propuesta” y “un quórum de aprobación (aprobación por un mínimo porcentaje del registro electoral) supone el riesgo de provocar una situación política compleja, si el proyecto es apoyado por una mayoría simple menor al umbral de representación necesaria”.
Esto, cuando se aplica a un referéndum de independencia como el del 1-O, es una solemne gilipollez. Primero: ante la convocatoria de un referéndum, llamar a la abstención (evidentemente, por oposición, no por indiferencia) o al boicot (abstención acompañada de manifestaciones, incluso asalto a los centros electorales, rotura de urnas, etc.) puede ser, según el caso, políticamente tan legítimo para desenmascarar y rechazar un referéndum considerado ilegítimo, como con respecto a unas elecciones, y tenemos de esto ejemplos en la historia. Segundo: no es lo mismo un referéndum por cualquier asunto menor como cada dos por tres se celebra en Suiza, en sus cantones o ciudades, donde ese criterio puede ser válido, porque la abstención representa indiferencia por el asunto o no saber por qué decidirse, que un referéndum de una trascendencia y consecuencias tan enormes como la de la independencia, no digamos de una parte del territorio nacional (no hablamos de una colonia lejana), evidentes para todos, con posiciones muy encontradas, en el que difícilmente se puede interpretar una abstención grande como indiferencia al resultado, y donde el no saber por qué decidirse entre las preguntas planteadas puede significar que la opción de un sector importante de la población no está representada en el referéndum (entre la independencia o permanecer igual, pueden estar por una federación, confederación o lo que sea), y cuyos resultados, si no son por una mayoría bien cualificada (porcentaje del 55 o 60% votos, no la mitad mas 1) pueden conducir a una total fractura civil que lleve incluso en los casos más extremos a una guerra civil. Esto es de sentido común político, y más en un caso como el catalán y con el Estado español, y sólo los políticos con objetivos antidemocráticos y métodos tramposos se pueden agarrar a un criterio leguleyo tan absurdo, dejando la decisión de validar o no como vinculantes los resultados de una consulta, en manos del criterio que pueda tener un gobierno o mayoría parlamentaria, que ya de entrada puede no representar a la mayoría de la población, criterio que para colmo puede variar entre antes y después de la votación, y que puede que ni siquiera sea homogéneo. Esto no ofrece ninguna seguridad jurídica, ni garantía democrática a semejante referéndum.
Y los hechos lo demuestran: rechazo a que el referéndum del 1-O tenga carácter vinculante por lo que bien puede ser la mitad de la población catalana a la que se echa en brazos del españolismo y del Estado español para que se sienta respetada y defendida; rechazo por la inmensa mayoría de la población española con reforzamiento de las tendencias más nacionalistas españolas (sean versión PP, Ciudadanos, PSOE…), chovinistas, semi-fastistoides y hasta fascistas; rechazo internacional, sobre todo por parte de la burguesía y sus estados, en particular lo más importantes: EEUU, Unión Europa (Francia, Alemania, Italia…).
De ahí que el empeño de los independentistas y en particular de la CUP (un “anticapitalismo” pequeñoburgués a todas luces) de lanzarse a la proclamación de la independencia, no sea ya más que una forma de aventurerismo político que sólo puede tener consecuencias negativas para el progreso político-ideológico de la clase trabajadora catalana, española, europea, y el desarrollo de una política independiente por sus propios intereses de clase e históricos frente a cualquier fracción de la burguesía (grande, mediana, española, vasca, catalana, europea…) y pequeña burguesía (tradicional o moderna, españolista o independentista…).
Pero aunque todo esto debiera haber sido evidente, la reacción a mi artículo, y al de un independentista bastante sensato que pedía fijar unos mínimos (para mí, demasiado bajos), demuestran el grado de actitud tramposa e impositiva del independentismo en general, y su escasa inteligencia política, pese a que alardean de astucia.
Leed el artículo de Jordi Muñoz, Convendría fijar un umbral de participación del 1-O? en el periódico Ara, el 2 de agosto de 2017, http://www.ara.cat/opinio/Jordi-Munoz-Convindria-fixar-llindar-participacio-1-O_0_1844215577.html
El caso es que, debido a la prohibición y represión del Estado y a la abstención de muchísimos por rechazo al referéndum tal y como estaba planteado, si creemos los datos presentados por el Govern, la participación fue del 43% del censo electoral, y el mayoritario voto Sí (90,18%), representa el 38,5% del censo. Esto no puede legitimar la proclamación de la independencia. Sí, la exigencia de un referéndum con las suficientes garantías, con reconocimiento español e internacional.
Como el asunto se ha llevado de una manera tan antidemocrática, sobre todo por parte del Estado español (negativa a cualquier consulta, aunque no fuese vinculante), pero también por el Govern y la mayoría parlamentaria independentista, nos hemos encontrado en la situación de que quienes votaron Sí en el referéndum creen que toca la declaración de la independencia, pero quienes tienen un mayor sentido de la realidad, entienden que se han metido en un buen lío si son consecuentes con las leyes de referéndum y de transitoriedad que ellos mismos han impulsado y aprobado. Se hacen evidentes su debilidad interna en Cataluña (más acusada cuando masas no independentistas y sobre todo nacionalistas españolas, han acabado saliendo a la calle en lugar de quedarse en casa), sus muy débiles apoyos a escala española, y ningún reconocimiento internacional, en particular en la Unión Europea y EEUU. De ahí las vacilaciones, querer jugar con los tiempos, prorrogar, alargar plazos, saltarse su propia legalidad independentista poniéndola en suspenso, llamar al diálogo y pedir la intervención internacional con carácter mediador, explícito o al menos implícito.
III.- ESTRATEGIA de parchís, y APRENDICES de BRUJO
Los independentistas, desde el Govern, Junts pel Sí y la CUP, además de la ANC y Òmnium Cultural etc., venían a decir que tenían el proceso bien calculado, incluidas sus astucias para sortear los obstáculos legales y represivos del Estado central, y que sólo bastaría con un poco de desobediencia y coraje cívico, manifestaciones semi-festivas y voto en las urnas.
Pero si algo debiera ser evidente es que no han sabido calcular la correlación de fuerzas tanto al interior de Cataluña como con respeto al Estado español, y dentro de ambos, de las clases sociales, y menos todavía la correlación de fuerzas a escala internacional, pues no han conseguido ni la complicidad de un sólo Estado importante, y sin eso no hay Estado catalán independiente viable.
El Estado español ha mostrado una vez más cómo las gasta al suspender de hecho la autonomía catalana aplicando del modo más extremo el artículo 155 de la Constitución. Y que nadie se engañe, pues en pro de lograr “la normalidad”, si lo juzgan pertinente, aplicarán a tope la Ley de Seguridad Nacional, el artículo 116 de la Constitución (estado de excepción) y hasta la intervención del ejército si las policías se viesen desbordadas. Aunque en principio no sea su intención llegar tan lejos, si lo creen necesario para impedir un proceso independentista efectivo y aplastar una gran resistencia de masas que les desborde, lo harán. Que nadie se confunda creyendo que es imposible llegar a eso en la Europa “democrática” del capital, pues supondría desconocer la verdadera naturaleza de clase de la burguesía y de su Estado que, llegado el caso, siempre han sido capaces de aplicar en la metrópoli los métodos en principio reservados para las colonias o los países sometidos a su imperialismo.
Y no será porque los independentistas no tuviesen medios para evaluar bien la situación. El problema de fondo para sus cálculos erróneos es que los sectores de la burguesía media sobre todo, y el sector de la pequeña burguesía pro-independentistas, son de lo más proclives a hacerse todo tipo de fantasías e ilusiones, y sobre todo a venderlas así a las masas populares, en particular de la pequeña burguesía tradicional (pequeños propietarios rurales y urbanos) y nueva pequeña burguesía (profesionales liberales, técnicos, cuadros, funcionarios…).
La pequeña burguesía que sueña con resolver sus problemas y encontrarse más protegida en su pequeño “propio” Estado, como no cuestiona la existencia del capitalismo o cuenta con él, no puede hacer real un Estado catalán independiente sin la participación de un sector muy importante de la burguesía media, pues ésta tiene que ver con buenos ojos para sus negocios y perspectivas de beneficio, el realizarlos en el marco de ese Estado.
Pero es que hoy en día no estamos a mediados o finales del siglo XIX, sino en el XXI, y quien lleva las riendas del capitalismo, y quien de verdad tiene la última palabra porque vota con el dinero, sus inversiones, capacidad de obtener y dar crédito, determinar sus proveedores, etc., no es ni esa pequeña burguesía, ni siquiera la burguesía media, sino los sectores más importantes del capital, el gran capital financiero y el capital internacional que invierte en Cataluña. Y si estos no quieren la independencia, acabarán por hacer sentir sus intereses, poniéndole todo tipo de obstáculos.
La pequeña burguesía, en su cretinismo político, se cree que “la democracia” puede mandar sobre el capital, como si valiese lo mismo el voto del tendero que del financiero, cuando el tendero depende totalmente del segundo, cuando en realidad “la democracia” (burguesa) es el instrumento del gran capital sobre todo, para imponer su dominio, en primer lugar a las masas de la clase trabajadora, en segundo a las masas de las diversas fracciones de la pequeña burguesía (tradicional o nueva), y también a los diversos sectores de la burguesía media.
Pero hay todavía una razón más de fondo para este aventurerismo de la pequeña burguesía y burguesía media.
Porque este movimiento, aunque tenga un gran apoyo popular, y en él jueguen los sectores pequeñoburgueses un importante papel de avanzadilla o de empuje sobre todo en algunos momentos, es un movimiento burgués. No sólo porque la hegemonía política la tiene el PDeCat, partido continuador de CiU, de innegable carácter burgués neoliberal, y el Govern, que lo es del aparato de Estado burgués de una autonomía, y a través de todo esto, cuando menos, sectores muy importantes de la burguesía media sobre todo, sino porque todo el movimiento, en ningún momento, se plantea más objetivos que los de construir un nuevo Estado burgués a partir del semi-Estado catalán autonómico (que cuenta con sus funcionarios y cuerpo de policía, los Mossos d´Esquadra), que además (salvo la CUP) aspira a seguir plenamente integrados en la Unión Europea y la zona euro, es decir en el capitalismo globalizado e imperialista y su actual marco de relaciones estatales en Europa. El movimiento independentista no supone el menor cuestionamiento del trabajo bajo el régimen asalariado, del capitalismo, de los recortes sociales, del Estado burgués, de la Europa del Capital y su régimen cada vez más antiobrero, antipopular y antidemocrático.
Pretender definir la naturaleza de clase de un movimiento por sus participantes populares o sus integrantes políticos y no por sus objetivos, es sociología burguesa barata. Por muchos trabajadores/as que se integren en el PSOE, no dejará de ser un partido burgués con base electoral parcialmente obrera. Inicialmente el fascismo y el nazismo fueron ante todo la rebelión “revolucionaria” reaccionaria de importantes sectores de la pequeña burguesía, opuestas a todos los partidos tradicionales de derecha a izquierda e incluso con relativos discursos demagógicos “anticapitalistas” (de ahí lo de nacional-socialistas). Pero sólo el más reaccionario o el más necio puede seguir negando hoy que sus objetivos venían como anillo al dedo a los intereses del conjunto de la burguesía y muy especialmente del gran capital imperialista, y que su oposición al Estado democrático-burgués existente para nada era un cuestionamiento de lo que hay en el fondo de la forma, esto es, del Estado burgués, sino su reforzamiento con medios excepcionales, dictatoriales, criminales y genocidas, contra la propia clase trabajadora y sectores populares, y los pueblos del resto del mundo. De ahí que el capital y el Estado tolerasen, apoyasen y terminasen por aupar a los fascistas y a los nazis al poder.
Pues bien. La estrategia burguesa independentista no puede ser sino mediocre y fracasada cuando el independentismo, la construcción de Estados nacionales burgueses, ya no es la tarea de este tiempo. La construcción de estados nacionales tuvo un carácter históricamente progresista cuando formaba parte de las revoluciones burguesas contra los restos del feudalismo y de las monarquías absolutas, cuando se trataba de conformar el mercado nacional y su protección por un Estado burgués que mantuviese también sometidas a las clases subalternas, empezando por la clase trabajadora. Y eso es lo que hizo la burguesía catalana (y vasca) en el siglo XIX y XX: construir su nación-estado ESPAÑOL, no un Estado catalán. Hoy, la creación de nuevos estados burgueses nacionales no es más que una forma de dividir más a los trabajadores y repartirse los frutos de la explotación del trabajo, de que los impuestos no vayan a regiones atrasadas que no suponen ya una ventaja para el propio capital, pues ni siquiera son un recurso de mano de obra barata como lo fueron en otros tiempos, o no hace falta protegerlas, como los mercados, porque hoy el capitalismo está globalizado y desapareciendo las barreras arancelarias aduaneras. La burguesía catalana desde el siglo XIX no ha construido su propio Estado al margen de España sobre todo porque le interesó construir la nación española, participar en su Estado, al facilitarle un gran mercado, fuerza de trabajo, y cuerpos represivos para mantener disciplinados a los trabajadores/as. Es ahora, cuando en el capitalismo globalizado y en la Unión Europea, con un sector exportador importante que ya no depende tanto del mercado español, cuando estiman que puede irles mejor con su propio estado. Pero todas las fracciones burguesas no comporten este mismo interés, y menos las burguesía europeas a las que no les interesa sentar con Cataluña el precedente que puede hacer saltar sus propias costuras internas, en particular Francia. Así que para ellas, la ventaja que supondría levantar nuevas fronteras para aislar todavía más a los trabajadores/as, dividirnos y acabar de derrotarnos, es una ventaja menor en importancia, sobre todo teniendo en cuenta que nos están venciendo ya sin necesidad de eso.
El resultado real, efectivo, de este proceso, es la exacerbación del nacionalismo español y la unidad de todas las fuerzas que lo representan. Y este nacionalismo nunca puede expresarse en términos de políticas de izquierda favorables a la clase trabajadora y sectores populares, cuyos verdaderos intereses chocan y chocarán siempre con los límites nacionales y de su Estado burgués, sea español, catalán, vasco, gallego…
Pero la onda expansiva de esta reacción gran nacionalista española no afectará sólo a la autonomía catalana, sino que sienta un gravísimo precedente que también tendrá consecuencias negativas para la autonomía vasca, tal vez la navarra y la gallega. Este es el resultado de jugar a aprendices de brujo desde el rincón de tu pequeña nación sin mayores consideraciones más que las de mirar a tu ombligo ¡acabas jodiendo a todos!
Dejado todo esto bien en claro, también debo decir que la unidad que busco no es la impuesta por el Estado español, su Gobierno, policías y tribunales, y que considero totalmente injustas la represión policial, de la fiscalía, de los tribunales, las evidentes violaciones de derechos y el encarcelamiento para colmo por el delito de sedición de los dirigentes de la ANC y Òmnium Cultural “los Jordi” para quienes hay que exigir la libertad.
La clase trabajadora no puede servirse del Estado burgués para “resolver” los problemas políticos que ella debe resolver con su perspectiva y medios (manifestaciones, huelgas…), porque las “soluciones” del Estado burgués sólo pueden ir en la dirección de reforzar todavía más la opresión y también el dominio sobre nuestra clase. Pero esta solidaridad antirrepresiva para nada es complicidad con los objetivos políticos de los represaliados, contrarios a los de la clase trabajadora, pues no han puesto tampoco ninguna objeción a un referéndum tramposo en su procedimiento ya desde su planteamiento (sin porcentaje mínimo de participación ni de votos Sí), y sin las garantías suficientes en su ejecución, y porque ANC y Òmnium Cultural estaban por la proclamación de la independencia con una participación mínima y simple mayoría de votos, y por proclamarla ya.
IV.- CUENTO de la LECHERA
Las masas independentistas han venido creyendo que el camino a la independencia iba a resultar bastante fácil, casi festivo, como las manifestaciones de las Diadas. Y se está revelando mucho más complicado e incluso peligroso. Y si proclamasen la independencia, verían lo cuesta arriba e imposible que se les pone. La cruda realidad se impondrá y se vendrán abajo las ensoñaciones “anticapitalistas” de gente como la CUP, que ya desde un punto de vista teórico y de principios, no se sostiene. Cataluña no tiene más futuro que la mediocridad del capitalismo, cada vez más explotador y opresor. Y cuanto más idiotizada esté su clase trabajadora con la identidad nacional y supuesta comunidad de intereses con su burguesía, más se entregará pasivamente a su explotación y la del capitalismo internacional, en particular el de la Unión Europea, y más aislados de sus únicos compañeros de lucha posible: los trabajadores/as españoles, portugueses, franceses…
En España, toda clase de gentes izquierdistas y “revolucionarios” han soñado con que la cuestión catalana podría ser un gran impulso para que el Régimen del 78 entrase en crisis, y se desembocase en un proceso constituyente y republicano progresista que favoreciese a la clase trabajadora y sectores populares.
Esto no sucederá porque ni el gran, ni el medio capital español, ni la burguesía norteamericana y europea lo quieren, y no existe tal fuerza en la pequeña burguesía española, y la clase trabajadora está extremadamente debilitada.
A lo que en realidad asistiremos, como estamos viendo y era muy previsible, y yo preví, es a un reforzamiento de la reacción nacionalista españolista, incluso de los fascistas. Porque situarnos en el terreno de lucha entre nacionalismos, es situarnos en un terreno de lucha propio de la burguesía y pequeña burguesía y favorable a ella, en el que los nacionalismos se retroalimentan y gane quien gane, siempre gana una burguesía y un Estado, y pierde la clase trabajadora en clarificación político-ideológica unidad e independencia de clase, y por tanto se debilita para hacer frente a la explotación, opresión política, agresiones y ofensivas de su clase enemiga y sus aparatos de Estado.
A ver si lo digo más claramente: el enfoque nacionalista de los problemas es la forma más segura de que el capital y su Estado burgués salgan ganando y que la clase trabajadora y amplios sectores populares, salgan perdiendo. Es jugar en el campo contrario, en el del enemigo, y con sus reglas del juego.
En el mejor de los casos, si se desembocase en un proceso constituyente español, lo que tendríamos es una Republica dentro de la Unión Europea, reaccionaria, autoritaria, presidencialista, como el segundo bienio de la II República española, el “bienio negro”, para nada como la república del Frente Popular (también burguesa) y ni siquiera la que sucedió inmediatamente a la monarquía. Porque lo que determina todo, no es “la lucha por la democracia”, etc., sino la correlación de fuerzas entre la clase trabajadora y la capitalista, que se mide sobre todo en las empresas y en la calle. Con una clase trabajadora debilitada al extremo, no puede haber más que una dictadura de hecho todavía más feroz del poder burgués, aunque sus apariencias sean las de la democracia burguesa. ¿De qué nos sirve una “crisis del régimen” e incluso una república si se debe ante todo a conflictos inter-burgueses y no supone una modificación a mejor de la correlación de fuerzas entre la clase trabajadora y la capitalista y un debilitamiento del Estado como órgano de opresión política de la clase burguesa? También el ascenso del fascismo y del nazismo fascismo fue una “crisis del régimen” pero no supuso el menor avance, sino la aniquilación del movimiento obrero y popular. Esto es el abc de la lucha de clases, y del análisis marxista que tantos han olvidado aunque digan que no.
V.- ATAJO…al abismo
Si hay algo común a catalanes y españoles (vascos y gallegos incluidos) a la izquierda del PSOE, es que nadie ha hecho los deberes desde 2012, y han buscado con el supuesto atajo del independentismo conseguir aquello por lo que no quisieron luchar cuando debían, perdiendo la oportunidad extraordinaria que entonces tuvimos.
Lo he explicado en Kaos en la red, aproximadamente 1.472.369 veces, y lo habré advertido casi otras tantas, sin que probablemente menos personas que dedos tiene una mano me hayan querido hacer caso ni en las predicciones, ni las advertencias, las propuestas elementales y de largo alcance, ni los balances. Y aunque lo repita otras tantas veces, seguramente no se querrá reconocer, porque supondría ¡morirse de vergüenza! por el grado de complicidad, capitulación y cobardía política al que se ha llegado esta generación, además de imbecilidad táctico-estratégica. Si la nuestra fuese la cultura japonesa, lo que ha ocurrido supondría tal deshonor, que miles de políticos y activistas de izquierda no podrían vivir con tanta vergüenza y no verían más salida que suicidarse haciéndose el harakiri. Pero desgraciadamente nuestra cultura es la de la siesta teórico-política y la pretensión de que la lucha sea siempre una fiesta.
Y esto es así cuando se desaprovechó escandalosamente la enorme oportunidad de la Huelga General del 14-N de 2012 pese a mis advertencias, cuando incluso se ha sido y sigue siendo incapaces de denunciar algo tan escandaloso y elemental como el plazo de 1-1-2020 para que la deuda pública baje al 60% del PIB tal como dice la superley austericida, la Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril, de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera (LOEPSF), ni en las “mareas”, ni en los “rodea el Congreso”, ni en las sucesivas Marchas de la Dignidad, ni en las elecciones, ni en absolutamente nada de nada (ni webs ni blogs…), pese a que en cada momento lo haya avisado y requerido yo repetidamente y de las formas más llamativas posibles (sólo me ha faltado hacer un desnudo integral ante la prensa).
Pero me niego a volver a explicarlo. Sólo decir una vez más, que si se hubiese desarrollado esa lucha en los términos que tantísimas veces he planteado al detalle desde 2012, y hubiésemos enganchado con la lucha contra el TSCG (o TECG o “Pacto Fiscal Europeo”) que ya encabezaban los trabajadores/as franceses, es muy probable que hubiésemos provocado la caída del gobierno del PP, y de su equivalente catalán (CiU), y las luchas hubiesen tenido un más claro contenido clasista trabajador y popular contra la explotación y el austericidio, uniendo a españoles de todos los territorios, portugueses, franceses…, hundiendo la estrategia austericida europea a través del TSCG y modificado a nuestro favor la correlación de fuerzas en Europa. Era posible, pero nadie quiso apuntar por ahí ¡panda de cómplices, cobardes, inútiles y fracasados!.
Ahora estaríamos viviendo una historia muy distinta, y las perspectivas de futuro serían muchísimo mejores. Pero cuando no se lucha cuando se debe, cuando se dejan pasar las oportunidades que se nos ponen a huevo (como la denuncia de ese plazo), la lucha de clases acaba pasando su factura, y esto es lo que cosechamos. Y como no se ha hecho, lo que estamos cosechando es esto y mucho peor que vendrá que vosotros ¡os estáis ganando a pulso aunque se cometa una injusticia!. Si dejas abiertas la puerta y ventanas de tu casa y es una planta baja, no te extrañe que te organicen una “mudanza” indeseada, por mucho que te asista el derecho a denunciarlo.
Y esto que digo que se podía conseguir no es una fantasía, sino algo perfectamente posible, sobre todo a partir de España con su escandalosa e impresentable LOEPSF, denunciando su plazo 1-1-2020, y ligándolo con su “padre” el TSCG de la UE. Se podía haber hecho desde 2012, para toda la península ibérica, incluido Portugal, para Francia y de ahí, Italia, y hasta Alemania. Pero la miopía de “nuestros estrategas” es incapaz de verlo. Y vosotros tampoco lo veréis si sois tan irresponsables como me temo, porque en este tiempo ABSOLUTAMENTE NADIE ha sido capaz de acompañarme en esta denuncia tan elemental y provechosa, demostrando que esta generación es políticamente IMBÉCIL, e irresponsablemente CRIMINAL y SUICIDA. Esto es algo que merecería toda la atención de los analistas del futuro, y hasta de los psiquiatras, para poder explicar cómo se ha podido dejar pasar esta extraordinaria oportunidad ya durante ¡5 años!, lucha tras lucha, y convocatoria electoral tras convocatoria electoral, y en ninguna web, salvo mis artículos en Kaos en la red ¡como para abandonar toda esperanza en esta generación y pegarse un tiro en la sien!. Y con esto que digo, que no es un insulto, sino un diagnóstico, te estoy testeando también ahora mismo a ti, lector/a. Y el hecho de que pese a esta mención una vez más seguirá sin recogerse esta denuncia solo confirmará mi diagnóstico de que esta generación es vocacionalmente perdedora, pese a su discurso de “indignados”.
En lugar de llevar esta lucha muy ambiciosa, pero realista, se prefiere la opción históricamente reaccionaria y condenada al fracaso, pues ni la burguesía europea la quiere, de crear un nuevo pequeño Estado burgués, que en el proceso ya lleva a la dispersión de nuestros esfuerzos y objetivos, y para un futuro, de imponerse la independencia, un aislamiento todavía mayor.
Este supuesto “realismo” de lucha en el “seguro” rincón nacional, a lo único que conducirá es a vernos arrinconados y noqueados.
La única manera de luchar contra el capitalismo y el poder estatal de la burguesía y vencerles, es unir al máximo posible de la clase trabajadora por encima de cualquier diferencia, separación y frontera, por tanto, llevar una estrategia no para una nacionalidad o nación como Cataluña (o Euskadi o Galicia) buscando la falsa salida de la independencia para ¡entonces sí! luchar contra el capital (internacional) en ese rincón, sino una estrategia para todo el Estado español, y ya no sólo eso, sino en grandes líneas, para toda Europa. Y esto, basado en la concepción de que la clase trabajadora constituimos objetivamente una SOLA clase internacional (por muchas diferencias menores que existan entre ella), y en el verdadero internacionalismo proletario, está en oposición radical a todo nacionalismo (español, catalán, vasco, gallego, francés, corso, etc.) por muy “anticapitalista” y “revolucionario” que se presente y cualquier conciliación con el mismo. Pues no es igual la lucha contra la opresión nacional –a la que obliga el internacionalismo proletario para propiciar la confianza y unidad entre los trabajadores y su liderazgo ante el pueblo- que la lucha con una orientación nacionalista que SIEMPRE acaba con la independencia ideológico-política de la clase trabajadora con respecto a las demás clases, subordinándola a ellas, y en última instancia siempre, a alguna fracción de la burguesía, la verdaderamente abanderada y capaz de gestionar y dominar la nación burguesa a través de su aparato de Estado burgués.
Cualquier otro planteamiento estratégico es más propio del siglo XIX que de la realidad del XXI y las necesidades que nos impone si queremos ser mínimamente efectivos. Cualquier otro planteamiento de lucha, como la realidad viene demostrando dolorosamente desde Grecia, nos condena a la división, aislamiento y derrota.
El caso catalán ha vuelto a demostrar una vez hasta la saciedad lo que debiera resultar evidente a poco que se conozca la realidad del capitalismo, sus estados y lo que es la lucha de clases. Es profundamente erróneo establecer una estrategia contra la opresión nacional -y no digamos el capitalismo y su Estado-, limitada al propio marco de la pequeña nacionalidad o nación (Cataluña, Euskadi, Galicia…), pues la correlación de fuerzas que debe modificarse no es sólo la interna (en Cataluña, antes en Euskadi, los independentistas ni siquiera se han preocupado por conseguir previamente una mayoría cualificada para imponer la independencia), sino a escala de todo el Estado, e incluso más allá, cuando ahora estamos integrados en la Unión Europea y el euro, o sin estos, sin duda en el capitalismo globalizado.
Esto existe acabar de una puñetera vez con las estrategias localistas, de las nacionales (o naciones si preferís, me da igual, no es más que un constructo ideoógico burgués), y comprender que la lucha contra el Régimen del 78, contra el Régimen de la Unión Europea (el que se ha impuesto en España y la mayoría de los independentistas catalanes quiere que continúe en Cataluña), contra el capitalismo, contra su Estado, exige la máxima unidad, solidaridad y CENTRALIZACIÓN de esfuerzos en organizaciones no de escala catalana, vasca, o gallega…, sino del conjunto de España y cuanto más allá, MEJOR. Lo contrario es seguir con esquemas políticos estratégicos propios del siglo XIX o principios del siglo XX, que ya no funcionan para sociedades capitalistas tan evolucionadas e integradas en el capitalismo mundial y globalizado como la nuestra, salvo que el movimiento nacional sea de hecho una marioneta en manos de otra gran potencia que acabaría “neocolonizando” el nuevo Estado independiente.
Dicho esto, estimo que seréis poquísimas/os (o ninguno) quienes sentiréis curiosidad por leer los textos en los que lo explico a fondo, y aprender una verdadera lección sobre cómo hay que luchar y establecer una estrategia a medio y largo plazo en la actual realidad europea. Eso ya os retrata a los demás: sois perdedores vocacionales, vivís para ser explotados, oprimidos, aplastados y masacrados, fracasados políticos por vocación.
VI.- El MONSTRUO de dos CABEZAS riñe por la presa que irá a parar al MISMO ESTÓMAGO
En la actual lucha no se están confrontando los intereses de la clase trabajadora contra la explotación capitalista, el régimen asalariado del trabajo, el trabajo precarizado, los recortes sociales a través de la LOEPSF-TSCG, los recortes de las libertades (ley mordaza, etc.), el Nuevo Régimen de la Unión Europea, etc. No.
Lo que se está enfrentando es la adhesión popular a dos formas de la democracia burguesas, la española constitucionalista y la catalana independentista que son, ambas, substancialmente, dos formas de Estado burgués, de dominación del Capital, ante todo sobre la clase trabajadora.
El legítimo deseo de la gente por votar, por decidir, en un referéndum, aunque es la forma menos costosa y más civilizada para resolver este conflicto, también oculta el hecho de que se decida lo que se decida, es poco más que el marco de explotación y opresión de clase burguesa y su Estado que preferimos, que nos parece menos gravoso, perjudicial, el menos malo, no el mejor. Sin embargo, muchísima de esa misma gente, no se preocupa igual porque de hecho no tenga la menor capacidad de decisión sobre cuestiones más vitales de su existencia, como es el propio régimen de trabajo (asalariado y precarizado), la existencia del capitalismo y del Estado burgués, que ni siquiera se derogue la “ley mordaza”, tal vez porque en buena parte de los casos, ni siquiera formen parten de la clase trabajadora, sino de la pequeña burguesía tradicional o nueva. De hecho, donde más participación y voto independentista ha habido es en la provincias menos industrializadas, más rurales (Gerona, Lérida). La inmensa mayoría de los votantes no ha sido capaz de cuestionar el carácter tramposo, antidemocrático por ir orientado sobre todo para burlar la oposición de gran parte de la clase trabajadora a la independencia, que merecía una abstención, como propugné en mi artículo. Y aunque el corazón pidiese ir a votar en blanco o nulo vista la represión que se desató, la razón llamaba a no contribuir a legitimar un referéndum tramposo, aunque se pudiese protestar contra la represión con manifestaciones desde fuera. Participar era hacer el juego a la utilización de los resultados de la votación para legitimar indebidamente una proclamación de independencia.
Se confronta dos formas de entender la soberanía. La española y la independentista catalana. Ambas se dicen nacionales o populares (porque la soberanía nacional española también reside supuestamente en el pueblo español). Pero en realidad no existe tal soberanía nacional ni popular. La clase trabajadora no puede ser soberana, decidir sobre lo fundamental de la vida económica, social, política, militar, etc., pues al estar sometida al régimen asalariado del trabajo lo está también a quien asegura esto, el Estado burgués. Y a partir de ahí se deriva todo. Sólo puede decidir algo sobre asuntos muy menores y dejar sentir su influencia en otros, sobre todo mediante su lucha recurriendo a las huelgas y manifestaciones. Incluso el derecho a la independencia, pese a su enorme importancia y trascendencia, supone decidir sobre el marco estatal en el que no podrá decidir apenas nada, pues seguirá siendo un Estado burgués. ¿Cuál quieres que sea tu celda? ¿Qué detalles quiere que tenga? ¿Alguna comodidad o algo de tu gusto en especial? ¿Prefieres compartirla con alguien o estar solo? Estar con alguien puede ser mejor que estar en una celda de aislamiento.Y punto.
No hay el menor cuestionamiento de lo que es el Estado burgués y sus aparatos represivos, pues gracias al 1-O y la actuación mesurada de la policía catalana (los mossos d´escuadra) en comparación con la Guardia Civil y la Policía Nacional, hemos visto cómo se les ha lavado la cara, presentándolos casi como una policía del pueblo, cuando han venido dado muestras más que sobradas de su papel represivo contra las luchas populares, con asuntos de especial brutalidad y escándalo. Y por el otro lado, se jalea a la Guardia Civil con el “¡a por ellos!” y vemos comportamientos de ambos cuerpos españoles más propios de hooligans que de las supuestas fuerzas garantes del orden público y de nuestras libertades del siempre idealizado Estado de derecho burgués.
En lugar de debilitar la cohesión de los cuerpos represivos luchando contra los recortes sociales que también les afectan a ellos cuando se procede a la congelación del sueldo de los funcionarios, se plantea la lucha en unos términos nacionalistas que sólo puede reforzar su identificación con el Estado, ya que cuestionar “la indisoluble unidad de la patria” es para ellos, dada su formación ideológica, disciplina interiorizada y espíritu de cuerpo, como mentar ofensivamente a la santa madre de cualquiera (perdónese la metáfora), pero de ahí también lo de la “madre Patria”.
Lo que en el fondo se está enfrentando no es la opresión y la libertad, el autoritatismo y la democracia, sino dos formas de nacionalismo, es decir de “Unión Sagrada”, esto es, de identificación de los intereses de la clase trabajadora y sectores populares, con los de al menos alguna fracción de su burguesía “nacional”. Porque aquí nadie está planteando ni por asomo la democracia y libertad en el trabajo ante la explotación capitalista, ni siquiera la derogación de la última reforma laboral, ni siquiera cuestionando la existencia de determinados aparatos represivos del Estado (no se reclama ni la abolición de la Audiencia Nacional, ni la disolución de la Guardia Civil, ni de la Policía Nacional, menos de los mossos…).
Una y otra democracia y nacionalismo y de aparatos de Estado, pelean entre sí por ver quien se come y saborea la presa, y la presa cae en la trampa de andar decidiéndose por unas u otras mandíbulas, pero sea quien sea quien nos devore, acabaremos en el estómago del mismo sistema capitalista y sus estados.
En ambos casos, se acaba idealizando una u otra versión de la democracia burguesa y de su Estado, en suma, la “democracia” burguesa y el Estado burgués, común a ambas.
Creemos pelear por nuestros intereses pero quienes se retroalimentan son ellos y nosotros en medio haciendo el papel de tontos útiles y de “carne de cañón”.
En esto en realidad no hay nada de progresista, pues ya no lo es “la liberación nacional” mediante el Estado burgués. Lo realmente progresista y urgente en este momento histórico es la denuncia de la democracia burguesa, de la supuesta comunidad de intereses entre burguesía y clase trabajadora, el Estado burgués, y el sistema capitalismo mismo basado en la explotación del trabajo gracia al régimen asalariado del trabajo, apuntar a la revolución socialista-comunista. Y nada de esto ¡ni por la más remota aproximación! se está planteando en toda esta pelea. Al contrario, el conflicto sirve para taparlo todo bajo la bandera nacional y para que sectores populares se alisten tras su burguesía y Estado o proto-Estado, con riegos de enfrentamiento civil.
Sin embargo, no se puede mirar para otro lado ante este problema. Hay que eliminar cualquier factor de opresión nacional y a la vez evitar los riegos de división y enfrentamiento motivados por identidades nacionalistas. Ante esto la mejor solución es luchar en toda España por reconocer el derecho a la independencia de Cataluña si así la deciden en ella (no en el conjunto de España) y en Cataluña luchar por la unidad voluntaria en un mismo Estado, con las reformas pertinentes al caso. Y esto debe expresarse a través de un referéndum en Cataluña, con garantías, y porcentajes mínimos de participación y mayoría cualificada para el Sí, que asegure una mayoría suficiente, estable, que pueda ser asumida por la minoría como un hecho incuestionable e irreversible.
VII.- El GATO de las botas de SALTOS de SIETE LEGUAS
Así que el proyecto nacionalista no tiene nada realmente nuevo y valioso que ofrecer, ni a los catalanes ni a los españoles. Se podría decir que en ese sentido sus promesas y realidades son como darnos gato por liebre.
Pero además comprar este gato no es adquirir uno más entre tantos como se nos ofrecen por ejemplo en las campañas electorales, sino que tiene una especial trascendencia histórica. Supone, desde el punto de vista de los intereses históricos de la clase trabajadora y de la liberación de la Humanidad, una enorme pérdida de tiempo y de energías, y un desvió y marcha atrás, pues en lugar de profundizar en la crítica y denuncia del régimen asalariado del trabajo (capitalismo) y su Estado, que es lo que necesitamos para poder dar una salida a las amenazas terribles que se ciernen sobre la Humanidad en este siglo, nos lleva a subordinarnos a la construcción o apoyo al Estado burgués, garante de la explotación capitalista, que en este período histórico conducirá a la autodestrucción de la Humanidad (colapso civilización industrial, desastre ecológico-alimentario, guerras…).
En este sentido, este conflicto es como el gato con botas del cuento, botas que permiten dar saltos de siete leguas. Pues esta dinámica nacionalista, nos conduce aceleradamente a una mayor división y aislamiento de nuestra clase, a una desorientación ideológico-política muchísimo mayor y más peligrosa, y a altos riegos de enfrentamiento bajo identidades y banderas nacionales.
La dinámica hacia la derrota total de nuestra clase y su aplastamiento, de la que vengo advirtiendo desde hace tiempo, y que se va cumpliendo, con esto está dando ya un salto cualitativo.
Una cosa es que seamos incapaces de abordar las cuestiones que llevan ya demasiado retraso, que no demos las batallas que inevitablemente debieran darse, etc., y otra es que nos estemos ya peleando por lo que ni siquiera es nuestra batalla, y por asuntos más propios del siglo XIX que del XXI.
Jóvenes de hoy de la clase trabajadora y sectores populares: Habéis llegado hasta aquí porque os lo habéis ganado a pulso con vuestra irresponsabilidad. Y a pulso os estáis ganando vuestra destrucción.
En tanto no comprendáis esto, será imposible cambiar el curso histórico, de por sí, ya tarea harto difícil.
VIII.- BANCARROTA de “anticapitalistas” y “revolucionarios”
En esta situación histórica clave, como en tantísimas otras ocasiones, una vez más, toda una retahíla de organizaciones, asociaciones, colectivos, etc., autoproclamados “anticapitalistas”, “revolucionarios”, “comunistas”, “marxistas revolucionarios”, “marxistas-leninistas”, al posicionarse del lado del españolismo o del independentismo o ni lo uno ni lo otro, pero sin colocarse fírmemente desde los intereses estratégicos de la clase trabajadora, con una táctica y estrategia errónea incluso desde 2012, han demostrado una vez más su bancarrota política, su incapacidad teórica para comprender lo que está sucediendo y su trascendencia histórica, y por tanto, para aportar algo de verdad serio que contrarreste la marcha de nuestra clase a su total y definitiva derrota histórica, y no digamos, para vencer al capitalismo mundial y sus estados. No son capaces más que de ofrecer “teorías”, discurso y objetivos desviados o cortoplacistas, y una profunda desorientación histórica, haciendo por consiguiente el juego a una u otra fracción del capital y su Estado, yendo a remolque de la pequeña burguesía.
La tradición marxista revolucionaria (no revisionista u oportunista) no hace del derecho a la autodeterminación de las naciones un absoluto, un principio como el nacionalista de “un estado para cada nación”, ni como el wilsonismo yanky de la Primera Guerra Mundial que conduce a la disgregación de estados a mayor provecho de las grandes potencias vencedoras. El derecho a la autodeterminación, debe subordinarse a otras consideraciones más importantes, como son que no favorezca a la reacción contrarrevolucionaria, que favorezca la unidad (voluntaria) de la clase trabajadora internacional, las necesidades de la revolución socialista y del comunismo, los intereses generales de la Humanidad (si la independencia de una nación-estado puede provocar una guerra mundial ¡que le den morcilla a su independencia!). Y cuando admite ese derecho a la independencia, necesariamente no se pronuncia por la separación, y en general considera que lo más positivo puede ser defender ese derecho en la nación opresora y en la oprimida pronunciarse por la unidad voluntaria, neutralizando así el nacionalismo en ambos bandos y favoreciendo al máximo la unidad voluntaria o, de no ser posible, la separación pacífica. El derecho a la independencia puede ser además la última baza de la burguesía para dividir y aislar al proletariado e imponer su contrarrevolución, incluso con la ayuda militar de una potencia extranjera, como se vio en Finlandia en 1917-18. Sobre todo, porque no hay socialismo nacional. La victoria sobre el capitalismo sólo puede internacional, mundial, y por algo el eslogan es ¡Proletarios del mundo, uníos!. Eso implica que tanto durante la lucha revolucionaria por acabar con el Estado burgués y el poder de la clase capitalista como durante el proceso de desmontaje del capitalismo y construcción del socialismo-comunismo, es IMPRESCINDIBLE conseguir la mayor unidad y centralización democrática y voluntaria posibles, pues la división, la dispersión, el aislamiento, sólo juegan a favor de las clases explotadoras y su opresión, pues cuando se trata de aplastar a la clase trabajadora, los capitalistas y estados del mundo procuran dejar en un segundo plano sus divergencias y conflictos. Esto debiera resultar tantísimo más evidente en el capitalismo actual globalizado. Quienes citan a los clásicos pretendiendo demostrar lo contrario de lo que estoy diciendo, hacen una lectura descontextualizada y sin entender en contexto histórico, oportunista y nacionalista, o directamente falsificadora.
Para comprender más a fondo cuál debe ser la posición comunista ante la cuestión nacional os invito a leer el capítulo X La INTERVENCIÓN COMUNISTA en la CUESTIÓN NACIONAL o el derecho de autodeterminación nacional o el ahora llamado “derecho a decidir” de mi libro “Capitalismo: modo de vida decadente. Notas sobre estrategia y táctica” (20-10-2016), con enlace al final.
No me ha dado tiempo a leer completo ninguno, pero me parece que el argentino Rolando Astarita ha escrito últimamente varios artículos que me merecen leerse, dedicados al tema catalán y de la cuestión nacional, en su blog https://rolandoastarita.blog/ Sospecho que de un nivel muy superior a lo que estamos habituados a leer en los “anticapitalistas”, “revolucionarios” y “marxistas” españoles.
Es especialmente nefasto el papel que viene jugando la CUP, con su “anticapitalismo” pequeño burgués, su radicalismo independentista aventurero que le lleva a la unidad con la burguesía independentista y su proyecto de Estado, la total complicidad con la ley del referéndum, y la pretensión de proclamación de la independencia en la actual correlación de fuerzas en Cataluña, España y Europa, pese a sus negativas consecuencias políticas (por no hablar de las económicas) tanto para las masas trabajadoras y populares de Cataluña como del resto de España y de Europa. Si bien es cierto que la CUP consiguió que se pasase de la pretensión de la Declaración Unilateral de Independencia -para la que no había el suficiente apoyo electoral con los resultados del 27-S-, a la convocatoria de un referéndum, también lo es que no ha estado interesada en darle las garantías más elementales del mínimo de participación del censo y porcentaje cualificado de votos.
La CUP, en vez de buscar los objetivos que pueden unificar al máximo de la clase trabajadora y sectores populares, contra la explotación capitalista y el austericidio público (contra la ley de estabilidad catalana, y la española), e impulsar sí la extensión de esa lucha al resto del Estado para así debilitarlo (empezando por echar al PP del Gobierno), se ha dedicado a centrarse durante varios años en el tema nacional creando falsas ilusiones en un proceso constituyente y en una república burguesa, que lleva definitivamente a la supeditación a la burguesía y su aparato de Estado, a la división, fractura, y esperemos que no enfrentamiento, dentro de la clase trabajadora y sectores populares, todo siempre a mayor provecho de la burguesía y su estados. El lugar de orientar el descontento catalán por la política de recortes contra la política general de la burguesía, tanto española, como catalana, como europea, buscando la máxima unidad en España y Europa, ha preferido dar pábulo a la orientación nacionalista, a la “salida” independentista para resolver ese problema (los impuestos se quedarían en Cataluña, pero de hecho con una política neoliberal, de ventajas fiscales para el capital y de recortes sociales también para cumplir con el TSCG de la UE), con este resultado de división para toda España y dentro de Cataluña. Y esta orientación se la pedí expresamente a la CUP en numerosos artículos en Kaos en la red, para evitar terminar donde estamos, pero claro está ¡ni puto caso!
Deseo que en el próximo futuro los comunistas de verdad la juzguen con la severidad que se merece y quede desacreditada completamente ante las masas trabajadoras.
En cuanto a los demás, lo que como decía no habéis hecho los deberes que debíais desde 2012, y que ni siquiera habéis tenido ni la lucidez ni el coraje de denunciar el plazo 1-1-2020, deuda al 60% PIB de la LOEPSF, quiero dedicaros otras palabras.
Pocas veces en la Historia algo que está a la vista de cualquiera se habrá convertido en semejante TABÚ haciendo así un enorme regalo al PP, PSOE, Ciudadanos, etc., permitiéndoles ganar holgadamente las elecciones. Creo que me moriré sin saber cómo se ha podido llegar a semejante grado de imbecilidad colectiva cuando esta generación joven ya no es la de la España semi-analfabeta, sino la mejor preparada académicamente de la historia de España (la mía lo era muchísimo menos pero fue capaz de dar trabajadores autodidactas y viejas como yo, que os superan con creces), y cómo tú que me estás leyendo tampoco te sientes escandalizado ni motivado a investigar esto a fondo. ¡Y vosotros os creéis capaces de acabar con el Régimen del 78, con la dominación del PP-Ciudadanos-PSOE, o de hacer alguna clase de revolución cuando no sois capaces ni de lo que os estoy diciendo! ¡Venga ya!
Vuelvo a repetirlo. No hacer lo que se debía desde 2012, y que era extremadamente fácil, ha impedido debilitar más y acabar con el dominio del PP-Ciudadanos-PSOE y CiU, lo que nos ha llevado a esto, a pretender empeñarse en un imposible y una locura que no resuelve nada a la clase trabajadora y sectores populares. Así que objetivamente, todos vosotros tenéis una responsabilidad política en lo que ahora ocurra en Cataluña y España, si se da un encarcelamiento masivo de gente y derramamiento de sangre. Sí, la vida política y hacer o no Historia, es así de serio, exigente, crudo y hasta cruel ¿O qué os creíais?
IX.- ¿Mi despedida?
Me siento tan descorazonada por lo que viene ocurriendo desde hace años, lo que está pasando y lo que puede suceder, desilusionada por esta generación, por la inutilidad política de esta juventud (una mierda comparada con la mía del anti-franquismo revolucionario, pese a estar cargada de defectos), por el nulo caso que me hacen incluso gente que al menos debiera acusar recibo de mis envíos, que si me he decidido a escribir este artículo, el primero desde el mes de julio, es porque quiero creer que todavía hay alguien ahí fuera a quien mi opinión pueda interesar y aporte algo de luz. Pero no aseguro que vuelva a escribir más y que no me retire definitivamente de la vida política para vivir más tranquila los últimos pocos años de vida que me quedan, y antes de que todo empiece a irse a la mierda definitivamente.
Yo moriré relativamente pronto. Pero los jóvenes de hoy lo pasaréis seguramente peor que cualquier otra generación de la historia de la Humanidad, aunque ocurra cuando seáis bastante mayores. Nunca diré que os lo merezcáis, pero sí que os lo habréis ganado a pulso por la irresponsabilidad que venís demostrando, vuestra nula inteligencia política y ganas de profundizar en el verdadero conocimiento de la realidad y de cómo transformarla. Tal vez ahora os toque empezar a conocer a qué puede saber ese futuro amargo, de metal, hambre y fuego. ¡Aprovechad bien la lección!
Como éste es mi estado de ánimo, no me molestaré en leer los comentarios (ni los insultantes, ni los calumniadores, ni los falsificadores, ni los cretinos, ni los críticos, ni los de apoyo –si es que los hubiere-). Lo siento, pero ya estoy harta de todo y de casi todos.
PARA PROFUNDIZAR: algunos de mis artículos más relacionados con éste. CÓPIALO para ir accediendo con tiempo a los enlaces.
“No al referéndum-pucherazo del 1-Oct en Cataluña” (6-7-2017) – comentarios y respuestas importantes — https://archivo.kaosenlared.net/no-al-referendum-pucherazo-del-1-oct-cataluna/
“Cuenta atrás hacia el colapso, y nosotros ¡en Babia!” (23-6-2017) —- https://archivo.kaosenlared.net/cuenta-atras-hacia-colapso-babia/
“Unidos Podemos y su moción de censura castrada” (16-6-2017) — https://archivo.kaosenlared.net/unidos-podemos-mocion-censura-castrada/
“Su Talón de Aquiles que no atacamos. Confirmado desde la derecha” (13-6-2017) — https://archivo.kaosenlared.net/talon-aquiles-no-atacamos-confirmado-desde-la-derecha/
“Jóvenes, sois la generación PS, de políticamente suicida” (6-5-2017) —- https://archivo.kaosenlared.net/jovenes-sois-la-generacion-ps-politicamente-suicida/
“Fósforo y fosfatos ¿moriremos por hambre o guerra? Investigarlo ya” (19-4-2017) — Llamamiento e informe para la investigación del asunto de los fertilizantes de fosfato de roca que puede ser crucial para la Humanidad en las próximas décadas. Documento completo con gráficos, cuadros, etc., en el archivo PDF de 30 páginas. En la web https://archivo.kaosenlared.net/fosforo-y-fosfatos-moriremos-por-hambre-o-guerra-investigarlo-ya/ —– Para la descarga directa del archivo PDF https://archivo.kaosenlared.net/wp-content/uploads/2017/04/Fosforo-y-fosfatos-Investigar-PDF.pdf . También incluido en http://plataformadistritocero.blogspot.com.es/2017/04/fosforo-y-fosfatos-moriremos-por-hambre.html
“Programa político. Más allá del electoral, de mínimos-máximos y de transición” (14-3-2017) — la crítica que ya hace un siglo necesitábamos — https://archivo.kaosenlared.net/programa-politico-mas-alla-del-electoral-de-minimos-maximos-y-de-transicion/
«“La izquierda ante el colapso de la civilización industrial” de M. Casal. Debatiendo» (18-2-2017) — libro debatiendo el de Manuel Casal Lodeiro e investigando por mi cuenta — https://archivo.kaosenlared.net/la-izquierda-ante-el-colapso-de-la-civilizacion-industrial-de-m-casal-debatiendo/ — ERRATAS: En la página 100 del documento en pdf, o punto 13 del capítulo XIX.- ¿QUÉ SÍ HACER?”, dice:“porque el pico del petróleo ya se habría alcanzado en 2015”, y debe decir: “porque el pico del petróleo ya se habría alcanzado en 2006”. Y un poco más adelante, donde dice: “la culpa al capitalismo (a la gente por su consumismo, etc.)”, debe decir: “la culpa al capitalismo (no a la gente por su consumismo, etc.)” — Para descargar directamente el documento completo en archivo PDF — https://archivo.kaosenlared.net/wp-content/uploads/2017/02/Colapso-libro-debatiendo-PDF.pdf
RECOMIENDO:
Un sitio importante un “espacio de encuentro, de conocimiento, de análisis, de discusión, de producción y de divulgación.” Para hacer un estudio-balance de nuestro pasado, análisis y propuestas para el presente, y poder salir del pozo en el que nos encontramos. Publican una revista y editan libros digitales. La web de Debates. Teoría y praxis en esta dirección http://www.debates.teoriaypraxis.org/ — o http://www.debates.teoriaypraxis.org/index.php/es/
En el momento en que publico esto, esta web lleva unos días que no funciona. No sé lo que habrá pasado. Por si ha desaparecido definitivamente hago un LLAMAMIENTO. Quienes os hayáis descargado sus documentos, revistas y libros, y podáis subirlos a la red como archivos pdf (del modo más accesible, libre, no exclusivo, no esas rarezas que hay que inscribirse, dar número de teléfono o correo, o sólo la posibilidad de verlo on-line, etc.), de forma individualizada o en bloque como archivo de Debates.Teoría y praxis, hacedlo. Sería una pérdida política muy grande que no se pudiese volver a acceder a ellos.
Libro “Crítica a los Programas de Mínima y de Máxima (Sobre la problemática del programa revolucionario)” de Raúl Novello y Aníbal Prado. Lo podéis encontrar en Debates. Teoría y praxis en esta dirección http://www.debates.teoriaypraxis.org/index.php/es/ —- Y el archivo pdf os lo podéis descargar directamente en https://drive.google.com/file/d/0BydHI1oNjF0kS21yVndZdmVndkE/view
Libro: “Critica al Programa de Transición de Leon Trotsky”.- Raúl Novello y Pandy Suárez, os lo podéis descargar en http://www.rebelion.org/docs/203943.pdf
Libro “La revolución socialista y la cuestión democrática Argentina (1972). La «biblia» pro parlamentarista contra el marxismo revolucionario «El izquierdismo enfermedad infantil del comunismo»(1982)”, es decir, crítica a los planteamientos de Lenin, os lo podéis descargar en https://drive.google.com/file/d/0B7QC4UxZIVgDQ183TFVvNDBXcDA/view
Un mina donde encontrar materiales muy diversos y de gran valor, la BIBLIOTECA de INTER-COMUNISTAS de Inter-Comunistas Blog (antes Comunistas Internacionales; no es una organización, sino un grupo abierto de participación y debate) https://www.facebook.com/comunistasinternacionales
Aquí va el enlace de descarga para el archivo ZIP http://www.mediafire.com/file/bseur3id25j9loq/Intercomunistas+-+Biblioteca.zip
Y una actualización complementaria para archivos nuevos http://www.mediafire.com/file/ddfxyuc1co7d56o/Intercomunistas_actualizacion_%2824-03-17%29.zip
En la sección de Recomendados del documento pdf del libro “Capitalismo: modo de vida decadente. Notas sobre estrategia y táctica” (20-10-2016) [enlace al final], explico el contenido del primer zip y el modo de moverse en él.
Un texto poderoso, titulado “La política comunista y Podemos. Discusiones con un oportunista “de izquierda” y reflexiones adicionales” de Roi Ferreiro, publicado el 16 de octubre de 2015 en el blog de Inter-Comunistas Blog (antes Comunistas Internacionales; no es una organización, sino un grupo abierto de participación y debate) https://www.facebook.com/comunistasinternacionales (acceded al blog desde este enlace -o la dirección URL que en el navegador viene debajo de su nombre- y así Facebook no os pedirá que os registréis en esa red) y el texto os lo podéis descargar directamente en http://www.mediafire.com/download/3ptaa5gg5c5bxd2/RF_-_La_politica_comunista_y_Podemos_15-10-2015.pdf
También de Roi Ferreiro “¿Apoyar a la izquierda o romper con la izquierda? Síntesis de discusiones (2015)” en el mismo blog y acceso directo al pdf en http://www.mediafire.com/download/33ibsytnx4vt3b3/RF_-_Apoyar_o_romper_izquierda_2015.pdf
En el mismo blog, para un balance crítico imprescindible de las Marchas de la Dignidad os remito a “El 22M y más allá. Por la unidad de los trabajadores y trabajadoras europeos contra la legislación austericida”. Podéis descargaros el documento (segunda edición actualizada) http://www.mediafire.com/download/ngk12arzp1qdkdm/2CI_-_El_22M_y_mas_alla_2a_ed_%282015%29.pdf
Para acceder a mis artículos, informes y libros. Los artículos a partir de 2015, los podéis encontrar poniendo https://archivo.kaosenlared.net/author/aurora-despierta/ o escribiendo en Google: Aurora Despierta. Kaos en la red, y cogiendo la primera que aparece, o lo mismo poniendo “Aurora Despierta” site:kaosenlared.net . Te sugiero que la trates en tu navegador como Favorito o Marcador. Podrás acceder desde este artículo, si mi nombre está en azul, haciendo clic en él.
ADVERTENCIA. Si visitáis alguno de los artículos previos a 2015, tened en cuenta que las direcciones URL de Kaos cambiaron posteriormente (a raíz del nuevo Kaos) y por eso no funcionarán los enlaces que yo incluía en los artículos del viejo Kaos. Los artículos anteriores al 11 de diciembre de 2011, correspondientes al viejo Old Kaos en la red, están desactivados. Para conocer los más importantes, “Recopilación textos de Aurora Despierta en el viejo old.kaos” (29-5-2017) —- Recopilación selección documentos de diciembre 2007 a diciembre 2011 en el viejo Kaos en la red, en archivo PDF — https://archivo.kaosenlared.net/recopilacion-textos-aurora-despierta-viejo-old-kaos-2/ — y descarga directa del archivo PDF en https://archivo.kaosenlared.net/wp-content/uploads/2017/05/Recopilacion-textos-de-Aurora-Despierta-en-OLD-KAOS-PDF.pdf –. Y para el resto de Kaos tengo la solución.
PARA NO TENER NINGUNA DUDA, disponer de la relación completa de mis documentos en Kaos en la red, hasta el 22-7-2016, con todos los enlaces actualizados y correctos, lo mejor, descárgate el PDF de “Capitalismo: modo de vida decadente. Notas sobre estrategia y táctica” (20-10-2016) – Libro, archivo PDF de 200 páginas — https://archivo.kaosenlared.net/capitalismo-modo-de-vida-decadente-notas-sobre-estrategia-y-tactica/ —- Ahí está un breve artículo de presentación y el enlace al archivo pdf. Para descargar directamente el archivo pdf — https://archivo.kaosenlared.net/wp-content/uploads/2016/10/Decad-capit-estra-tact-EN-PDF1.pdf —– Quienes queráis comentar y discutir este libro, lo podéis hacer a través del blog de Inter Comunistas (antes Comunistas Internacionales) del que he puesto arriba la dirección, en Facebook. Allí, donde está inserta la imagen de libro, en Ver más, se explica cómo hacerlo, a través del correo comunistas.internacionales.fb@gmail.com