Biografías anarquistas: Virginia Bolten
Por Laura Fernández Cordero, Agustina Prieto y Pascual Muñoz
El dossier que aquí comienza presenta un trabajo en construcción. Se trata de la biografía política e intelectual de Virginia Bolten, una de las anarquistas más reconocidas en la historia del movimiento obrero de Argentina y Uruguay. Tanto en la memoria militante como en el relato historiográfico, la vida de Bolten surge como un conjunto de imágenes poderosas e insistentes. La audaz que arengó a las masas en 1890. La feminista redomada que concibió el periódico La Voz de la Mujer. La joven llamativa que descubrió Bialet Massé en su informe de 1904. La militante mujer detenida y deportada. Sobre esas imágenes sueltas trabajaron los autores de este artículo, con el objetivo de revisarlas y establecer puntos de referencia para dar cuenta de los tramos más significativos de la actuación de Bolten en la primera parte de su vida.
Agustina Prieto es investigadora del Consejo de Investigaciones de la Universidad Nacional de Rosario y docente de la Facultad de Ciencia Política de la misma universidad. Laura Fernández Cordero es investigadora asistente del CONICET, docente de la Universidad de Buenos Aires y forma parte del área académica del CeDInCI. Pascual Muñoz es Licenciado en Sociología (Universidad de la República, Uruguay) e investigador independiente del anarquismo en la región uruguaya. Para esta edición de Políticas de la Memoria han recuperado veinte intervenciones de Bolten en la prensa durante las primeras décadas de su militancia. Se incluyen, también, algunas fotos provenientes del archivo familiar y el acta de bautismo de 1880.1
Agustina Prieto
Laura Fernández Cordero
Pascual Muñoz
Tras los pasos de Virginia Bolten
Desde el comienzo, este proyecto se perfiló como una historia de tres ciudades, las tres en las que sin contar San Luis, donde habría nacido, Virginia Bolten dejó sus huellas. Así, Agustina Prieto comenzó en Rosario a releer sus innumerables notas y apuntes, además de rastrear pacientemente cada referencia a Bolten en la prensa. Pascual Muñoz volvió a escuchar en Montevideo las entrevistas que realizó con los descendientes de la familia Bolten-Manrique. Mientras que Laura Fernández Cordero revisó su relación con otras mujeres anarquistas.
Muy pronto comenzaron a surgir nuevas preguntas y crecientes dudas. Según íbamos avanzando, descubríamos que algunos datos que se tenían por ciertos necesitaban ser revisados. De hecho hasta su año de nacimiento, 1870, dejó de ser seguro, y con ese dato tambaleaba también la evidencia de sus primeras acciones. Las huellas que rastreó Prieto nos llevaron a la Capilla Santiago Apóstol de la ciudad de Baradero donde se guarda el acta de bautismo que indica como fecha de nacimiento de Virginia Bolten el 26 de diciembre de 1876. Según ese documento, su padre, Enrique Bolten, era alemán y tenía cincuenta años; su madre, María Dominga Sánchez, era natural de San Luis y contaba con cuarenta y cinco. El día del bautismo, 29 de diciembre de 1880, declararon estar domiciliados en Baradero al igual que su padrino Federico Hartz y su madrina, Luisa Marman, ambos alemanes.
Más allá de las dudas, una certeza: Virginia Bolten es un mito potente. Y no vendrá este trabajo colectivo a discutirlo. Queremos, sí, desandar algunos pasos en la construcción de aquellas imágenes míticas para recuperar otras dimensiones de la biografía política de Bolten. Un recorrido que rescate, también, su participación en la prensa y sus escritos.2
La Barcelona argentina
La primera referencia fehaciente a la presencia de Virginia Bolten en Rosario proviene del Segundo Censo Nacional, realizado en mayo de 1895. Manuel Manrique y Virginia de Manrique fueron censados en un inquilinato de la calle Mendoza a la altura del 1400. Manuel, nacido en España, tenía 21 años y dijo ser aparador. Virginia, nacida en San Luis, tenía 19 años y no declaró ocupación. Sabían leer y escribir, llevaban un año de casados y no tenían hijos.
El casillero con la pregunta “si no es católico, ¿qué religión tiene?” fue dejado en blanco. Las instrucciones operativas del censo establecían que “el censista sólo hará la pregunta sobre religión cuando tenga motivo para creer que el censado no es católico, en cuyo caso anotará con una sola palabra, el nombre de la religión que le digan, por ejemplo, protestante, israelita, etc. Si el censado es católico, dejará la línea en blanco” (Segundo Censo de la República Argentina, 1898: XVI). En el casillero de algunos anarquistas dice “ateo” o “librepensador” ¿el casillero en blanco de Virginia y Manuel indica que fueron tomados por tales por el censista o que declararon serlo? Podemos colegir lo segundo: su primera hija, María Milagra Zulema, fue bautizada en la fe católica en la localidad santafesina de Cayastá el 23 de octubre de ese mismo año.3
Aunque Virginia, en el recuerdo de su nieto, festejaba su cumpleaños en el mes de noviembre, la edad y el lugar de nacimiento que figuran en el Censo de 1895 coinciden con los datos provistos por las respectivas actas parroquiales.4 Esta información pone en duda la participación protagónica de Bolten en el acto conmemorativo del 1º de mayo de 1890 de Rosario. Hasta donde fue posible rastrear, esa presencia fue consignada por Plácido Grela (1971, 1990 y 1992), probablemente a partir de testimonios orales. Por su parte, Arturo Lozza (1985) señala a “Virginia Bolthen” como oradora en el acto, pero no cita la fuente que confirme su presencia en el acto. En principio, no hemos podido encontrar referencias directas en la prensa, ni tampoco indicios que podrían llevarnos a inferir su participación efectiva. Las notas que dedicaron al acto los diarios La Capital y El Municipio, no la nombran, ni hacen mención de una mujer portando una bandera (La Capital 02/05/1890 y El Municipio 02/05/1890). De todos modos, es posible que participase aunque, según el acta de bautismo y el censo, tenía entonces sólo 14 años. Tampoco hay pruebas de su pertenencia al anarquismo en ese momento; incluso, como decíamos anteriormente, sabemos que bautizaron en la fe católica a su primera hija. Es probable que su identificación con el anarquismo haya tenido lugar en algún momento del lapso de tiempo que medió entre el nacimiento de su primogénita y el de Urano Líber, nacido en Montevideo en noviembre de 1898, o el de Acracia, en fecha no precisada.
A principios de 1899 Virginia y Manuel estaban nuevamente en Rosario. El anarquismo y el movimiento obrero rosarinos salían por entonces de la etapa de letargo impuesta por la represión de la “huelga grande” de agosto de 1896, pero también por el propio fracaso de la primera huelga general declarada en la Argentina. Cuando la dejaron, a fines de 1902, Rosario era “la Meca del anarquismo” o “la Barcelona argentina”, como la llamaron los socialistas Enrique Dickman y Adrián Patroni, quien también dijo que era “el cuartel general de la propaganda anarquista”.
La construcción material y simbólica de la Barcelona argentina fue obra de muchos hombres y mujeres cuyos nombres quedaron en el anonimato y de un puñado de figuras como Emilio Z. de Arana, Rómulo Ovidi, Virginia Bolten, Manuel Manrique, Nicolás Rodríguez Blanco, Enrique Garea, María Calvia, Florencio Sánchez, Teresa Marchisio, Domingo Lodi, Blas Daniel Pérez, Antonio Marí, Lorenzo Baudracco o Domingo Alloco. Entre los episodios que jalonaron, en 1899, la emergencia de la Barcelona argentina, sobresalen el éxito de público y de crítica de las conferencias de Pietro Gori; la creación de varios grupos libertarios, de un Centro Obrero de Estudios Sociales y de dos escuelas libertarias así como la salida del primer número de La Voz de la Mujer, de los siete números de La Nueva Humanidad, y de un nuevo folleto de la serie que la Biblioteca Libertaria Ciencia y Progreso dedicó a la obra de Emilio Z. de Arana. En 1900, la apertura de la Casa del Pueblo más activa de la región, una huelga portuaria y el asesinato de Humberto I convirtieron al anarquismo en un tema de interés social y político, aunque el “descubrimiento” definitivo de la Barcelona argentina llegará en octubre del 1901 de la mano de la huelga general y el multitudinario acto convocados para repudiar la muerte del obrero Cosme Budislavich, asesinado por la policía [Ver documento nº 2].
La promulgación a fines de 1902 de la Ley de Residencia, puso en situación de expulsados, prófugos o vigilados prácticamente a la totalidad de las figuras del mencionado grupo de artífices de la Meca del anarquismo argentino. El informe policial con el listado de los afectados por dicha ley menciona entre los “anarquistas y agitadores que deben ser vigilados” de la ciudad de Rosario a “V. M. Manrique”, de la calle General Mitre 1321 (Policía de Rosario, 1903). Virginia y Manuel Manrique dejaron la ciudad para esa fecha. La “Luisa Michel” rosarina, esa “joven puntana de palabra enérgica y dominante” que llamó la atención de Bialet Massé, había conquistado, en el camino, una voz (Bialet Massé, 1986: 668).
La conquista de esa voz impone detenerse un momento en la cuestión de la mujer. El anarquismo del Río de la Plata y alrededores se caracterizó por su temprana e intensa campaña a favor de la emancipación de las mujeres (Barrancos, 1990; Fernández Cordero, 2011). Uno de los primeros folletos puestos en circulación por este territorio se tituló La Mujer (Nettlau, 1927), y Emilio Z. de Arana se ocupó de la cuestión en La mujer y la familia en 1897. Muy pronto comenzaron a organizarse grupos “femeninos” y “feministas” en un momento en que esas etiquetas estaban en franca disputa. Las anarquistas tendían a identificar al feminismo con la burguesía y los derechos políticos que buscaban ampliar; por tanto, muchas de ellas renegaron de ese apelativo. Por su parte, el anarquismo en general, a pesar de su heterogeneidad, era reacio a separar la “emancipación de las mujeres” de la lucha por la emancipación de la humanidad, así que las dos luchas se entrelazaban con previsibles tensiones, sobre todo cuando las mujeres tomaban la palabra.5 En este marco es necesario dedicar unas líneas a la actuación de Virginia Bolten, una militante integral que probablemente rechazaría una reivindicación “mujeril” y buscaría, al contrario, dar a la emancipación de sus compañeras de trabajo, de vida, de género, un espacio central en el ideario libertario.
En los siete números que salieron a lo largo de 1899 de La Nueva Humanidad, periódico mensual editado por el grupo del mismo nombre y por la Biblioteca Libertaria Ciencia y Progreso de Rosario, las mujeres anarquistas están presentes pero son anónimas. En el periódico del grupo reunido en torno a la figura del médico español Emilio Z. Arana, motor de una de las empresas culturales más importantes del Río de la Plata y autor de la mencionada conferencia La Mujer y la Familia que denuncia el sojuzgamiento femenino a lo largo de la historia, las mujeres no tienen nombre propio. Pero es posible reconocer a Virginia Bolten y a María Calvia en ciertas referencias, como en la mención a la aplaudida disertación de “la compañera de nuestro amigo M. González” del día 16 de abril sobre el estado social actual de la mujer y la necesidad de su emancipación (La Nueva Humanidad, nº 2, 01/05/1899). La ausencia de un González entre los amigos del grupo reunido en torno al Dr. Emilio Z. de Arana permite pensar que se trataba, probablemente, de Manuel Manrique González y de su compañera Virginia Bolten. Una de las notas dedicadas por el periódico a las conferencias de Pietro Gori dice que al finalizar las mismas hablaron varias personas, “entre ellas una compañera que, porque leyó un discurso bueno o malo, pero que suponemos sea suyo, mereció del diario La República el epíteto de nueva Luisa Michel, lo que lejos de ridiculizarla, como se propuso el diario, la ha enaltecido. Ojalá que la comparación fuese exacta, ya que nos haría falta aquí para el elemento femenino una Luisa Michel” (La Nueva Humanidad, nº 3, 01/06/1899).
Es ya un lugar común mencionarla como una de las fundadoras de La Voz de la Mujer de Buenos Aires (1896-1897). Sin embargo, no hay indicios de su participación concreta, ni firma ninguna de notas con su nombre. En cambio, las iniciales de Virginia Bolten rubrican en El Rebelde el aviso que da cuenta de la aparición, en agosto de 1899, de la hasta hoy inhallable versión rosarina de La Voz de la Mujer (El Rebelde nº 20, 03/09/1899). En el mismo sentido, La Nueva Humanidad informa que el grupo Las Proletarias, referenciado en “María C.”, trabaja activamente para dar a luz La Voz de la Mujer. “Bienvenido sea el femenil colega”, dice la breve nota, “si viene a difundir las ideas y a instruir a las personas de su sexo” (La Nueva Humanidad, nº 5, 01/08/1899). Otro número de la publicación impulsada por Arana anuncia la recepción de La Voz de la Mujer, “pequeño periódico dedicado a las mujeres y por ellas escrito, según lo asegura” que deberá demostrar la grandeza de ideales que pregona (La Nueva Humanidad, nº 7, 10 y 11/1899).
La Protesta Humana da cuenta de las actividades desplegadas por el Grupo Las Proletarias. En el periódico libertario de Buenos Aires, las mujeres tienen nombre propio y el de Virginia Bolten, en particular, una presencia destacada. Escribe doctrina, actúa como corresponsal y aparece como protagonista de varios de los sucesos que jalonan la construcción de la Barcelona argentina. Se la menciona en la edición del 10 de diciembre de ese año, en una pequeña nota donde se felicita al grupo editor del segundo número de La Voz de la Mujer (La Protesta Humana, nº64, 10/12/1899). En la nota dedicada a la apertura de la Casa del Pueblo de Rosario es mencionada entre los oradores que participaron del acto de inauguración (La Protesta Humana, nº 76, 21/01/1900). Aparece nuevamente en una nota dedicada la conferencia sobre la situación de la mujer organizada por el grupo Las Proletarias en la Casa del Pueblo rosarina, en la que la “estimada compañera” Virginia Bolten habló “con la soltura de frase que la caracteriza” (La Protesta Humana, nº 81, 01/04/1900). El número siguiente informa que La Voz de la Mujer, redactada por “la activa amiga” Virginia Bolten, no sale por falta de recursos (La Protesta Humana, nº 82,15/04/1900).
En la edición del 13 de mayo de La Protesta Humana se la menciona entre los anarquistas que resisten la orden policial de arriar la bandera roja en la desconcentración del acto del 1º de mayo (nº 84, 13/05/1900). En el número del 8 de julio, en polémica con la versión de L´Avvenire sobre ese episodio, Bolten afirma ser la autora de esa nota [Ver documentos nº 3 y 4]. L´Avvenire, a su vez, informa en su edición del 1º de diciembre la detención de Virginia Bolten, Teresa Marchisio y otros cuatro anarquistas por irrumpir en la procesión de la Virgen de la Roca realizada en Rosario arrojando piedras a la imagen con vivas a la anarquía y a la revolución social.
En la edición del 24 de abril Virginia firma una nota de carácter doctrinario, “Preguntas y respuestas”, donde se muestra decidida a responder una pregunta clásica en la retórica libertaria: ¿qué quieren los anarquistas? (La Protesta Humana, nº 96, 28/10/1900). Allí, Bolten incluye sin separación alguna la emancipación de las mujeres, insistiendo en que los anarquistas las quieren libres porque esa “es la base de una sociedad justa”. Al mismo tiempo, repite la propuesta de destruir la familia para construir otra basada en “el amor espontáneo y no convencional”. Luego, la nota continúa denunciando el gobierno y la religión, como es usual en este tipo de intervenciones [Ver documento nº 1].
La edición del 28 de septiembre de 1901 de La Protesta Humana menciona su participación como oradora en el meeting de protesta contra los hechos de La Coruña realizado en Rosario el día 22. Todos los oradores fueron calurosamente aplaudidos, especialmente “Virginia y Ovidi”, dice la nota que se explaya, seguidamente, en el relato del enfrentamiento con el escuadrón de seguridad a “tiros, sablazos, garrotazos, puñetazos y la mar, llevando la peor parte la policía”, cuando los manifestantes se dirigían a la Casa del Pueblo.
La primera mención a Virginia Bolten en medios no anarquistas es, probablemente, la del número —no hallado— del diario La República mencionado por La Nueva Humanidad (nº 3, 01/06/1899). La Capital, el diario más antiguo e influyente de la ciudad, la menciona el 20 de febrero de 1900.6 En la nota que dedica a un acto obrero realizado en la plaza Santa Rosa en el que seis oradores anarquistas reclamaron aumentos salariales y el mejoramiento de las condiciones laborales. Se afirma que “en nombre de las obreras hicieron uso de la palabra en representación del gremio, dos de ellas, llamada una Virginia Bollen; de la otra no pudimos saber el nombre” (sic). Una pequeña mención, ciertamente, pero un gran paso en el camino a la visibilización política de las mujeres. Y en la nota que Caras y Caretas dedica en agosto de ese año a “El anarquismo en el Río de la Plata”, Virginia Bouten (Bolten en el epígrafe de la fotografía), Teresa Marchisio y María Calvia figuran como directora, compañera de redacción y colaboradora, respectivamente, de La Voz de la Mujer (Caras y Caretas, nº 97, 11/08/1900).
En 1901 las referencias de la prensa comercial a Virginia Bolten remiten básicamente a su participación en los llamados “sucesos de la Refinería”, donde cae asesinado Cosme Budislavich. Ella es oradora en el acto de repudio. El diario radical alemista El Municipio transcribe buena parte del discurso de Virginia Bolthem (sic) (El Municipio, 25/10/1901) [Ver documento nº 2].
La Capital no lo hace, pero menciona que un pequeño tumulto interrumpió brevemente la alocución de “Virginia Volta” (La Capital, 25/10/1901). En ambos casos, el nombre, en negrita, funciona como subtítulo de la nota. La visibilidad de Virginia tiene su expresión más alta, sin embargo, en el diario El País, de Buenos Aires. El corresponsal del diario identificado con Carlos Pellegrini investiga el episodio en el que muere Budislavich: la versión de unos genéricos “huelguistas” se completa con el testimonio de la “señorita Virginia Volter” (El País, 21/10/1901).
En el acto del 1º de mayo de 1902 hablan, en nombre de los centros convocantes, Lorenzo Baudracco, Manuel Manrique y Lucio Giménez. La crónica de La Capital señala que “la señora Virginia Volti” abrió seguidamente la tribuna libre de oradores en nombre de las obreras en general, “batallando con la virilidad y gracia características de las mujeres españolas” y exhortando a la lucha por el bienestar obrero “con una fogosidad digna de notarse”. Su alocución concluyó “poco más o menos con estas palabras: luchemos hasta conseguir que no existan más leyes que la libertad, más jueces que la conciencia, ni más vínculo que el amor” (La Capital, 02/05/1902).
Desde ambas márgenes del Plata
En la autobiografía que la española-argentina Juana Rouco edita en 1964, al recordar a Bolten como compañera en el exilio montevideano, afirma que era uruguaya. No lo era, en sentido estricto, pero es cierto que la mayor parte de su vida transcurrió en Montevideo, ciudad en la que, mucho antes de su encuentro con el anarquismo, nació su hermano Manuel y en la que también nació, antes de la decisiva etapa rosarina, su hijo Urano Líber Manrique Bolten.
Montevideo tampoco fue ajena a Virginia durante los años de residencia en Rosario, en los que mantuvo contacto con numerosos anarquistas provenientes de la capital uruguaya. Con Florencio Sánchez, por ejemplo, quien tras participar activamente en el Centro Internacional de Estudios Sociales montevideano militará intensamente en el anarquismo rosarino. También con el carismático Pietro Gori, quien había estado en varias ocasiones en Montevideo, y con Pascual Guaglianone, el más relevante de los conferenciantes que tuvo esa ciudad entre 1900 y 1901, cuya llegada a Rosario fue saludada por la propia Virginia Bolten en La Protesta Humana: “La llegada de nuestro compañero Guaglianone ha venido a retemplar nuestras fibras de luchadores” (n° 170, 19-04-02).
A su vez, el anarquismo montevideano estaba vinculado al movimiento de Rosario (como con otras ciudades) desde hacía varios años. El Derecho a la Vida, periódico que se editó en Montevideo entre 1893 y 1900, mantenía fluida correspondencia con Rosario, y en particular con el periódico La Nueva Humanidad. La misma Virginia Bolten, en una circular enviada a varios periódicos anarquistas (como La Protesta Humana y El Rebelde de Buenos Aires), remite una nota al periódico anarquista La Aurora de Montevideo, anunciando la edición de La Voz de la Mujer de Rosario (n° 3, 09-1899).
La primera noticia que tenemos de Bolten en Montevideo posterior a su inclusión en la mencionada lista de “anarquistas y agitadores que deben ser vigilados”, data del 27 de diciembre de 1902, cuando participa de la inauguración del Centro de Estudios Sociales del Cerro, ubicado en el Salón Silva, calle Inglaterra n° 5. Compartirá tribuna con Joaquín D. Barbarena (vinculado al Centro de Estudios Sociales Aurora) y Orestes Ristori (expulsado por la Ley de Residencia). La Rebelión comentó: “fueron muy aplaudidos por los asistentes que se retiraron satisfechos. Fue un buen día de propaganda” (n°14, 18-01-1903).
Es posible, incluso, que Bolten se haya alojado en el Cerro, o cerca de ese barrio, ya que todas las noticias que tenemos de ella en 1903, salvo en el 1° de mayo, son de dicho barrio. El 18 de enero, por ejemplo, se realiza una nueva reunión de propaganda, en el Centro de Estudios Sociales del Cerro, donde hablarán Virginia Bolten, Joaquín D. Barbarena y Campos.
El 1º de mayo de 1903, en un concurrido acto convocado por diversas Sociedades de Resistencia Obreras y varios Círculos anarquistas de la ciudad, se levanta la consigna “Protesta contra el gobierno reaccionario argentino”. Habiendo cumplido el mismo recorrido que en años anteriores, se puede oír en voz de uno de los oradores: “Miles de obreros reunidos para festejar el 1º de Mayo envían saludos a los trabajadores del mundo y protestan enérgicamente contra la despótica República Argentina y sus leyes liberticidas”. Compartieron la tribuna Virginia Bolten y Pascual Guaglianone (Justicia, nº 4365, 29-04-1940).
El 2 de agosto se realiza una conferencia en el local de los carboneros de la Villa del Cerro. Así lo relata La Verdad, el periódico editado por Joaquín D. Barbarena:
(…) durante dos horas habló la compañera Virginia Volten (sic) sobre la cuestión social, siendo escuchada y aplaudida por la numerosa concurrencia que había asistido. En valde atacó con razones profundas a los socialistas, pero éstos, lejos de controvertir para demostrar la verdad de sus doctrinas, esquivaron todo acto de presencia (sic). Más vale así. La propaganda socialista debe ser a puerta cerrada. Entre ellos y los católicos muy corta es la diferencia (n° 5, 09-08-1903).
El 9 de agosto habla sobre “La emancipación de la mujer” en el “Nuovo Círcolo Napolitano” de la ciudad de La Plata (Nosotras, nº 38, 15/08/1903). La nota elogia a Bolten de una manera poco común para una anarquista en una publicación feminista como la revista Nosotras de la ciudad de La Plata, dirigida por la uruguaya María Abella.
Para el domingo 16 se anuncia una nueva conferencia en Montevideo, con la participación de Ristori, Campos, Barbarena y Virginia Bolten. El título de la conferencia es “Cómo luchan los socialistas” y se desarrollará al aire libre y con tribuna libre. La anunciada actividad fue convocada por la Sociedad de Obreros en Carbón orientada por los anarquistas y tendrá consecuencias importantes. Los anarquistas venían sosteniendo una intensa agitación en el Cerro, habían fundado su Centro de Estudios Sociales y también editaban el periódico Resistencia Gremial. A su vez, existía en el Cerro la Sociedad de Mutuo y Mejoramiento de Obreros Varaleros y Anexos, orientada por los socialistas. Como se ve en el título de la conferencia, el eje del asunto era la confrontación ideológica con los socialistas. Aparentemente tanto Barbarena como Bolten se dirigieron duramente hacia los socialistas, y éstos, lejos de responder en la réplica directa de la tribuna, iniciaron una denuncia judicial que resultó en la citación de Barbarena y Bolten ante el Juez de Paz de la 6ta. Sección. Barbarena declaró no haber participado de dicha reunión y Virginia, representada por Manuel Manrique, remitió desde la localidad argentina de Santa Fe una carta a la Sociedad de Varaleros negando haber denigrado a sus directivos (Zubillaga, 1996: 62).
Bolten estaba realizando, en ese momento, una extensa gira de propaganda impulsada por el Comité Federal de la Federación Obrera Argentina que la llevó, de acuerdo al relevamiento de Horacio Tarcus, por San Nicolás, Campana, Tandil, Mendoza, Villa Constitución, Santa Fe, Rafaela y Rosario, para concluir con una participación en la celebración del segundo aniversario de la fundación del sindicato de portuarios que tuvo lugar en la ciudad Buenos Aires (2007: 77). En Zárate, por ejemplo, el 8 de agosto hizo una presentación bajo el título “Violencia justificada”; y en La Plata ofreció una conferencia en el salón del Círculo Napolitano con temáticas relacionadas con la mujer y a favor de la huelga general de los productores (La Protesta Humana, nº 226, 15-08-1903). Una nota firmada por Ernesto Brestain, desde San Nicolás el día 18, refiere que Virginia Bolten dio tres conferencias en el salón del Centro de Estudios Sociales de esa localidad, con mucha asistencia femenina. La última, de 2 horas y media, mereció un comentario del cronista:
La mujer proletaria esclava del hombre, esclava del esclavo mismo, se halla hoy gracias a la civilización salvaje de que tanto alardean las clases cultas relegada a la categoría de un mueble que se arroja al montón de lo inservible, cuando nos cansamos de su uso; pero ella debe luchar a la par del hombre y reclamar imperiosamente sus derechos; sí! la mujer, cuya misión más sublime en la vida es la de ser madre; pero hasta eso muchas veces se le niega: también se ve en la horrible necesidad, para no morirse de hambre, de amamantar los hijos de las prostitutas de la aristocracia y abandonar los suyos propios, ¡oh, dolor! ¡oh, aberración de la conciencia! Pasto la mujer proletaria del libidinoso burgués que no se contenta con la que posee, pasto del hijo del burgués que la prostituye torpemente para arrojarla a patadas el día de la prueba, el día que la pobre mujer siente en su vientre un nuevo ser! (La Protesta Humana, nº 226 bis, 22-08-1903).
La crónica de Brestain también contiene un fragmento probablemente textual de alguna de sus conferencias en San Nicolás.
Ese pedestal [sobre el que se alza la canalla burguesa] –decía nuestra compañera– caerá en mil pedazos el día en que el proletariado universal, consciente de sus deberes y derechos, unido y compacto como un solo hombre, sepa asumir la actitud decisiva que le corresponde y empuñando la piqueta demoledora de la ciencia y la antorcha brillante de la Anarquía que ha de iluminar el mundo con fulgores de incendio, reduzca a escombros las débiles columnas que aún sostienen la ignominia imperante (La Protesta Humana, nº 226 bis, 22-8-1903).
En la página siguiente del mismo número, se informa de la presencia de Bolten en Villa Constitución el lunes 17 de agosto donde habló sobre los ideales emancipadores libertarios junto a otros compañeros. También se anuncia la conferencia que tendría lugar en el programa de la “Gran Velada de Arte Social” a realizarse en el Centro de Estudios Sociales de Santa Fe el sábado 22 de agosto de 1903. Efectivamente, se registra su presencia en ese centro con un público de 500 personas (la mitad de ellas, mujeres) ante las que habló durante dos horas rodeada por un núcleo de compañeras. El tema de la conferencia fue “La inutilidad de las Reformas”, y se describe a la oradora como “infatigable”, con “enérgica voz”, “palabra fácil” y merecedora de fuertes aplausos. El domingo 23 da su segunda conferencia en Santa Fe sobre la “Emancipación de la mujer”. El martes 25 parte a Rafaela para seguir con otras conferencias y de allí va a Rosario, desde donde sigue viaje a Buenos Aires para llegar el 31 de agosto (La Protesta Humana, nº 227, 29-08-1903).
En el número siguiente, se hace referencia a su participación en la “Velada del Teatro San Martín” del 31 de agosto organizada por los obreros del puerto. Según la nota, con un teatro que desbordaba su capacidad para 5000 personas, Bolten cerró el acto, luego de que hablara el secretario de la asociación de estibadores y otros compañeros (La Protesta Humana, nº 228, 05-09-1903). En la siguiente página del mismo número se hace mención a su conferencia en Rafaela el 26 de agosto; allí habría sido escuchada por más de 500 personas de ambos sexos. En la última página, se hace referencia a la conferencia del 29 de agosto en el local de la “Aurora del Porvenir”, sociedad femenina de Oficios Varios, de Barracas al Sud (Buenos Aires). El tema fue “El verdadero feminismo” y se mencionan las interrupciones a causa de los aplausos. En esa ocasión habló, también, el compañero Hucha.
[Virginia Bolten] Habló de las condiciones tanto económicas como morales que hoy soporta la mujer; recomendó la unión para poder rechazar las imposiciones que se pretenden (sic) ejercer sobre ellas; insinuó la instrucción; demostró la necesidad de organizarse para la lucha económica en sociedades de resistencia, por qué (sic), decía la oradora, los oficios a que se dedica la mujer son tan fatigosos como los de los hombres, a pesar de que su trabajo se recompensa con menor jornal. Respecto en lo que han dado en llamar “feminismo”, dijo que ese sistema no es otra cosa que un paliativo, al fin contraproducente y que no conduce a ningún resultado práctico (La Protesta Humana, nº 228, 05-09-1903).
Unos meses más tarde, el 15 de diciembre, se presenta en el teatro Stella d´Italia de Montevideo invitada por la sociedad de obreros panaderos, al tiempo que La Protesta comunica que ha fijado nuevo domicilio en la capital uruguaya, en calle Mini (¿quizás Minas?) nº 15, y agrega, con ironía: “nos hace saber que la policía la quiere mucho, tanto que trata de tenerla oculta, incomunicada y con guardias de vista en un lindo chiquero policial: Son estos cariños que matan” (nº 244, 26/12/1903).7
En enero de 1904, la incansable Bolten pronuncia dos conferencias en Mar del Plata, retorna a Montevideo y cruza, una vez más, el Río de la Plata en marzo para actuar como oradora de una función a beneficio de La Protesta organizada por el Centro Caballeros del Ideal. Luego, participa de otra función a beneficio de la Unión Conductores de Vehículos y de otra más para la sociedad de Aserradores y anexos (La Protesta, nº 249, 30/01/1904; nº 253, 05/03/1904 y nº 255, 19/03/1904). El 15 de mayo, también en Buenos Aires, habla en un acto convocado por el Grupo Femenino Alcalá de Henares y el 12 de junio pronuncia dos conferencias, una para los Conductores de Carros y otra organizada por el Arte Textil (La Protesta, nº 295, 15/05/1904 y nº 319, 12/06/1904). El 24 de julio La Protesta informa:
(…) los compañeros que componen el grupo Filodramático “Germinal” nos piden repitamos la invitación hecha por ellos a todos los grupos libertarios y sociedades obreras para que alguno patrocine una función a beneficio de la compañera Virginia Bolten, que se encuentra en la sala 12, del Hospital San Roque, víctima de un lamentable accidente casual. Nosotros por nuestra parte, creemos que esta debe ser la última vez que se haga este llamado. Mas, creemos que cualquier sociedad puede patrocinarla porque a todas o casi todas, ha cooperado con su propaganda (nº 355, 24/07/1904).
No hay, en los primeros meses del año, menciones públicas a la presencia en Argentina de Manuel Manrique, pasible de ser expulsado por su origen extranjero. Recuperada del accidente, en octubre Bolten retoma, en Buenos Aires, la actividad propagandística en una coyuntura de expansión del asociacionismo gremial libertario. La agrupación libertaria Nueva Luz anuncia una conferencia sociológica en el Salón de Il Risorgimiento donde Virginia Bolten hablaría sobre algún tema de actualidad, junto a Joaquín Hucha y Antonio Loredo (La Protesta, nº 431, 23-10-1904).
Como puede observarse en este recorrido, ella domina las claves de esa “militancia de urgencia” con la que, advierte Juan Suriano, el anarquismo de la primera década del siglo XX pudo ofrecer respuestas inmediatas a las necesidades de los trabajadores (2001: 81). Entre octubre y noviembre participa como oradora en funciones de propaganda ideológica, pero interviene también en asambleas de sociedades que plantean reclamos gremiales (panaderos, carpinteros) y que se crean, o reorganizan, en función de estos reclamos, especialmente en el rubro de los oficios vinculados a la industria textil: planchadoras, sastres, modistas, tejedores. El 4 de noviembre, por ejemplo, participa de la reunión constitutiva de la sociedad de resistencia de las modistas a las que “con su palabra fácil y vibrante, les aconsejó unión, solidaridad y les demostró la grandiosa misión de la mujer, en las luchas emprendidas contra el capital opresor” (La Protesta, nº 442, 05/11/1904). El 12 habla en un acto dedicado a los Mártires de Chicago y en una velada organizada por la agrupación Hijos del Pueblo, y al día siguiente comparte tribuna con Gabriela L. de Coni en una asamblea de empleados de la Unión Telefónica (La Protesta, nº 447, 11/11 y nº 449, 13/11/1904).
En diciembre y enero la actividad de Bolten no decae: participa en asambleas gremiales y comparte tribuna con varias de las figuras que recalarán en Montevideo al ser expulsadas tras la fallida “revolución radical” del 4 de febrero del 1905, como Manuel Vázquez, Antonio Loredo, Joaquín Hucha, Francisco Corney y Francisco Jaquet. En esas conferencias el género no define los temas: en la función del 21 de enero organizada por el Grupo Iniciativa de Belgrano, por ejemplo, Bolten diserta sobre “La lucha entre el capital y el trabajo”, F. Jaquet sobre “La Mujer” y J. Hucha sobre “Quiénes somos y lo que queremos los libertarios” (La Protesta, nº 507, 20/01/1905).
Entre los deportados se encontrará Manuel Manrique, del gremio de los zapateros, pareja de Virginia Bolten, arrancado violentamente de su hogar, según cuenta Ghiraldo en su libro La tiranía del Frac (1905). A los dos días, Virginia Bolten, con 29 años de edad, será deportada junto a sus cuatro hijos. Así, recalarán en Montevideo unos 30 obreros, de los más destacados agitadores de las sociedades de resistencia orientadas por los anarquistas; Manuel Vázquez (administrador de La Protesta y cigarrero activo en la FORA), Constante Carballo (Secretario de la sociedad de Obreros del Puerto), José Telechea (Secretaría, Confederación de Ferrocarrileros), Francisco Jaquet (secretario de la FORA), Joaquín Hucha (panaderos), Bautista Fueyo (Editor, vinculado a La Protesta), Dante Silva, Francisco Corney, Antonio Loredo, y muchos otros (Oved, 1978: 390).
Los deportados son recibidos por los anarquistas de Montevideo. Las páginas de El Obrero se hacen eco de su llegada y rápidamente comienza la agitación contra la represión en Argentina. El 20 de febrero, en un Centro Internacional repleto hasta sus pasillos y oficinas, se realizó un mitin contra la represión. Alfonso Grijalvo, redactor de El Obrero, abrió el acto y tomó la palabra; a continuación, lo hizo Emilio Frugoni. Luego habló el deportado Juan Llorca quien “pronunció un discurso violentísimo, entusiasmando en grado sumo al auditorio que lo aplaudió con delirio”. Después habló Troitiño, y luego, en este orden, los deportados: Manrique, Manuel Vázquez, Francisco Corney, López y Hucha y Luis Rodríguez. Los concurrentes abandonaron el salón cantando “Hijos del Pueblo” (El Obrero, n° 18, 25-02-1905).
La agitación contra la represión en Argentina continuará en los siguientes meses, pero no tenemos noticias de Virginia ni de Manuel hasta comienzos de abril, cuando El Obrero publica una nota de Manuel Manrique titulada “Hacia la Cumbre” (n° 22, 01/04/1905). A partir de la semana siguiente, las colaboraciones son casi constantes, pero ahora, todas de la mano de Bolten quien, con artículos violentos e incendiarios, ataca al gobierno argentino y llama a la lucha frontal contra el mismo [Ver documentos nº 5 a 13].
En un clima de creciente agitación, intensas huelgas, y preparativos para la realización del primer Congreso Obrero que dará luz a la Federación Obrera Regional Uruguaya pocos meses más adelante, se realiza la manifestación del 1° de Mayo de 1905. Anarquistas y socialistas lo conmemoran por separado, siendo la manifestación orientada por los anarquistas imponente: según el periódico El Obrero se reúnen 10.000 personas (más de 5.000 para El Día). Ocupan la tribuna Francisco Jaquet, Alfonso Grijalbo, Fernando Balmelli, Luis Rodríguez, Virginia Bolten y Alberto Ghiraldo, quien leyó sus versos titulados “1° de Mayo” (El Obrero, n° 27, 06/05/1905).
A fines de mayo se produce una huelga de los trabajadores mecánicos y anexos del puerto de Montevideo. El conflicto derivó rápidamente en la paralización total del principal puerto de la ciudad. En La Teja, barrio donde se trabajaba para el puerto en construcción (y donde se encuentran varias areneras), cesó toda actividad. Joaquín Hucha y Adrián Troitiño, arengaron a los trabajadores a mantenerse firmes en la huelga. Se realizan constantes reuniones y asambleas en el local de la calle Colón n° 40 (cerca del puerto), y en el barrio de La Teja. Troitiño, Hucha, Juan Llorca, Prat, Oromí, Zaoldi, Uboni, Emilio Frugoni, y también Virginia Bolten, se encargan de disertar acerca del rumbo del conflicto y de diversos problemas sociales (El Obrero, n° 29, 20-05-1905).
La prédica violenta que tenía el movimiento en estos conflictos se ve reflejada en las páginas de El Obrero, que alientan constantemente la realización de sabotajes. La posición de Bolten respecto al tema también queda clara en sus artículos, los cuales seguramente contengan parte de lo que decía en las tribunas y asambleas [Ver documentos nº 5 a 13].
Sin embargo, luego de dos meses de huelga, viendo mermadas sus fuerzas, los obreros acordaron con la empresa volver al trabajo a cambio de mínimas concesiones (aumentos de salario y ajuste del horario). Aunque, de inmediato, se organizaron en una Sociedad de Resistencia, a la que se afiliaron la totalidad de los obreros de los talleres de La Teja. La empresa reaccionó despidiendo a los impulsores de la misma lo que dio origen a un segundo conflicto en el mes de julio. La incidencia de los anarquistas en la Sociedad de Resistencia de los obreros de La Teja es decisiva. La Sociedad envía una nota a El Obrero donde afirma: “hacemos pública nuestra adhesión a la Federación Obrera Regional declaramos que, nuestra organización societaria es netamente económica revolucionaria y que repudiamos toda política”. Ante la lectura de los estatutos de esa Sociedad de Resistencia, dirá El Obrero: “afirmamos que son de los que mejor encuadran con la organización económica revolucionaria que hoy se impone a la Gran Federación Internacional de Trabajadores. (…) estamos identificados en el espíritu revolucionario que los anima en la lucha” (nº 39, 05-08-1905).
Declarada la huelga, los obreros de La Teja realizan de forma coordinada y premeditada un violento sabotaje que destruye la maquinaria e imposibilita su utilización. El hecho fue reivindicado por las distintas sociedades de resistencia, pero la transmisión oral vincula directamente a Bolten con el sabotaje (LAG, s/f). Lo cierto es que el grupo de El Obrero en el que Bolten participaba activamente, seguía y alentaba paso a paso el conflicto, elogiaba la organización, y reconocía que eran los que “mejor encuadran con la organización económica revolucionaria” que ellos predicaban. De hecho, los oradores que habían participado en las asambleas del gremio eran los mismos agitadores afines a El Obrero, incluida ella.
Los realizadores del sabotaje elegirán las páginas de El Obrero para reivindicar la acción. También podemos ver cómo en los artículos de Bolten en El Obrero (un total de 8 notas), se incita constantemente al uso de la violencia como una forma de vencer en las luchas obreras. Pero a su vez, hay algo que refuerza la posibilidad de su involucramiento en el mismo, y es la constante reivindicación del hecho, como lo hizo un año después desde las páginas de Regeneración:
Todos los compañeros recordarán la huelga revolucionaria habida en La Teja de la cual el único triunfo obtenido por los obreros es el del orgullo de ser los primeros acaso en esta tierra, de marcar la verdadera senda para el camino de la emancipación económica: La destrucción de los talleres de la Empresa Construcción del Puerto fue un hecho saludable, único sendero para las reivindicaciones proletarias (Citado en López D´Alessandro, 1992:43).
En 1906, Bolten habría participado de la edición del periódico Regeneración, del cual se publican al menos tres números entre enero y marzo. A comienzos del 1908 colabora con el periódico La Acción Obrera, editado por Antonio Loredo, destacado militante que se había instalado en el Uruguay luego de la oleada de deportaciones de fines de 1902 y principios de 1903. Este periódico se edita en el Cerro de Montevideo y se hace eco de las luchas de los obreros de los frigoríficos y ramas afines en la villa cerrense (carboneros, desolladores, etc.). Desde sus páginas, Loredo y Troitiño polemizan con La Emancipación, órgano de la FORU, y La Protesta de Buenos Aires, sobre tópicos como la conveniencia o no de las luchas obreras por mejoras económicas o la necesidad de tener secretarios rentados. Bolten colaborará con la publicación en dos ocasiones con un texto antirreligioso dirigido a las obreras del Cerro y otro referente a cuestiones gremiales [Ver documentos nº 14 y 15].
Para 1909 la encontramos cercana al equipo redactor de La Nueva Senda. Contra toda forma de explotación y tiranía. Este periódico irrumpe en el campo de la propaganda anarquista con un lenguaje más combativo que el empleado por el resto de la prensa anarquista de ese momento. El nº 11 se publica con una nota de Bolten en la que insiste con que “La organización se impone” (05/03/1910) [Ver documento nº 19].
Tanto La Nueva Senda, como la misma Bolten, participan activamente en las manifestaciones en Montevideo del 13 y del 17 de octubre de 1909 en repudio del fusilamiento de Francisco Ferrer; también está presente en las veladas de repudio a la represión española organizadas por la sociedad de Obreros Curtidores donde compartió tribuna con Leoncio Lasso de la Vega para hablar sobre el tema “La emancipación de la mujer”, y en la organizada por la agrupación Educación Integral, donde comparte tribuna con Leoncio Lasso de la Vega, Máximo Lirio Silva y Martínez.
En la manifestación del 17 de octubre de 1909, recordada por su gran magnitud, varios reconocidos anarquistas improvisaron tribuna. Entre otros, Juana Buela, quien acusó a la Legación española por la represión, lo que generó un violento ataque a dicha institución. Por la persecución policial Juana Buela es declarada prófuga, y la dirección de La Nueva Senda pasa a manos de Bolten desde su tercer número. Bajo su tutela, y hasta su último número, el periódico se pondrá al frente de la campaña por la liberación de los presos del mitin pro-Ferrer (Rouco, 1964).
Unos meses después se desata en Buenos Aires la represión en torno al centenario argentino y la amenaza de huelga general decretada por la FORA. Rápidamente se crea en Montevideo un “Comité de Agitación”, integrado por las Sociedades de Resistencia, los grupos anarquistas, y los periódicos Adelante y La Nueva Senda. El 15 de mayo se realizó un acto público en la Plazoleta Saroldi, en donde hablaron Ángel Falco, F. Cornet, A. Troitiño, Ernesto Herrera, Reyes, M. Lirio Silva, Gambin y Blanc y Virginia Bolten, expresando su enérgica condena a la represión del gobierno argentino y convocando a los trabajadores a expresar su solidaridad “moral y materialmente” (El Día, 16-5-1910). Es por estas fechas que La Nueva Senda deja de existir, poniendo sus recursos a disposición para editar La Protesta desde Montevideo y llevarla a Buenos Aires.
El domingo 26 de marzo de 1911, luego de haber participado de una manifestación contra la carestía de la vida, más de cincuenta mujeres se reunieron en el local de la Sociedad de Obreros Confiteros y Pasteleros (en la calle Uruguay entre Yaguarón y Yí), y fundaron uno de los primeros centros feministas del Uruguay. La creación del centro debe entenderse dentro del proceso de reactivación del movimiento obrero, y la participación de las anarquistas Virginia Bolten, María Collazo, María Casal y Candas es fundamental.
En la asamblea del 2 de abril en el mismo local obrero, deciden denominar a su centro “Emancipación”. El día 23 aprobarán sus estatutos y señalarán:
(…) uno de los propósitos primordiales (…) será la emancipación de la mujer, la conquista de los derechos que legítimamente le corresponden (…) su labor será encaminada a fomentar la unión de las débiles y las solidaridad internacional del pensamiento libre, por medio de la prensa, asambleas públicas, conferencias teatros, etc. (…) esta asociación no pretende desligarse del movimiento progresista masculino; muy al contrario, su propósito es aunar fuerzas para llenar el vacío producido por la gran deficiencia femenina (…) Se propenderá a la educación física, moral e intelectual, fundándose escuelas racionalistas para la infancia y nocturnas para adultos y varones menores de doce años (El Día, 24-04-1911).
El grupo pone especial énfasis en el tema educativo, ya que se consideraba que el bajo nivel cultural de las mujeres y la influencia de la Iglesia Católica eran los principales obstáculos para la emancipación femenina. El centro comienza a cumplir la función de organizar a las mujeres dentro del movimiento obrero, un rol que antes tenía la agrupación femenina “Obreras de Oficios Varios”; de hecho la reunión fundacional fue convocada desde ese grupo y, a su vez, se disolvió tras la creación del Centro Emancipación.
La Federación Femenina Pan Americana solicitó la adhesión de “Emancipación” a dicha Federación, pero el grupo finalmente rechazó la invitación, ya que consideró su programa como “sufragista”, especialmente en el punto 14 que señalaba la necesidad de gestionar las reformas sociales que hicieran posible a la mujer “tomar parte en los negocios del Estado”. El perfil anarquista de “Emancipación” era claro: “No aspiramos al sufragio, no queremos ser diputados, no soñamos con una transformación de los códigos”, señaló una militante al diario El Día en su edición del 10 de abril de 1911 (Rodríguez, 1989: 98).
El 1º de mayo de 1911, Bolten participa activamente de la manifestación obrera compartiendo tribuna con José Castelli, Antonio Marinelli, Del Valle (FORA), Aníbal Miramar, Francisco Corney, Adrián Troitiño, Gino Fabbri y Adolfo Grijalbo. Los oradores reclamaron el reconocimiento del 1º de mayo como día de los trabajadores y la derogación de la Ley de Residencia en Argentina, entre otras cosas. A las seis de la tarde la manifestación se disolvió para seguir las vicisitudes del Tercer Congreso Obrero de la FORU que sesionaba en el Centro Internacional de Estudios Sociales. El diario La Razón dirá: “Tiempo hacía que actos de esta naturaleza no asumían proporciones tan extraordinarias entre nosotros.” (02/05/1911).
Las últimas pistas sobre su vida pública
El año 1912 encuentra a Virginia Bolten participando del 1° de mayo en un acto convocado conjuntamente por la Federación Obrera y el Partido Socialista, donde se dirigieron al público José Castelli (pescadores), Gino Fabbri (Centro Internacional de Estudios Sociales), Carlos Balsán (Centro Racionalista “Hacia el Futuro”), Emilio Frugoni y Vázquez Gómez (Partido Socialista), Antonio Zamboni (FORU), y Virginia Bolten por el centro femenino “Emancipación”. También hablaron Saloon y la niña Electra May, quien recitó una poesía. El diario El Día relata que “la señora Virginia Bolten pronunció un ardiente discurso, en el que reivindicó para la mujer el derecho de defender sus ideas. Afirmó que no quería aplausos sino conciencia”. Sus palabras en la ocasión exhiben lo difícil de la reivindicación femenina dentro del movimiento: “se nos llama machonas; y bien, si no sois capaces de luchar, os enseñaremos a ser hombres” (02-05-1912).
De aquí en más los pasos de Bolten se hacen difusos. Desde la historiografía existente se la vincula al batllismo, es decir, a ciertos sectores obreros que veían con simpatías las políticas obreristas impulsadas por José Batlle y Ordoñez (presidente uruguayo entre 1903-1907 y 1911-1916, y figura central de la política local hasta su muerte en 1929). Lo cierto es que, justamente en 1912, la tendencia que se ha denominado “anarco-batllista” parece estar en su apogeo. Conocidos agitadores anarquistas como Adrián Troitiño, Carlos Balsán, Gino Fabbri, Antonio Zamboni o Francisco Berri, defienden desde las tribunas las reformas del gobierno, e incluso en algunos casos llaman a defenderlas en las urnas.
Un acontecimiento marcará la tónica política del momento, y tendrá a Virginia Bolten como protagonista. Nos referimos a la velada organizada por el grupo La Nueva Senda —que Bolten, es de suponer, aún integra—, realizada el 25 de marzo de 1912 en los salones de la Sociedad Francesa “en pro de la jornada de 8 horas y sobre temas de actualidad”. Es justamente la imposición de la jornada de ocho horas a través de la lucha obrera y su posible consagración en una ley “burguesa” un tema palpitante que trascendía el ámbito anarquista y que generaba muy diversos puntos de vista desde las distintas tendencias ideológicas. La jornada comenzó a las 21 horas, y abrió el acto Aníbal Miramar presentando la jornada y ofreciendo su opinión sobre el tema. Luego habló el joven Jesús María Suárez, quien fue muy aplaudido ya que “fustigó acerbadamente a los políticos de todos los matices” (sic). Luego habló Gino Fabbri con gran elocuencia, siendo también muy aplaudido. A continuación fue el turno de Carlos Balsán quien, según su propia crónica, juzgó a los hombres y los acontecimientos “con un criterio diferente en absoluto a los partidos en lucha”. Por último, habló el Poeta Leoncio Lasso de la Vega. La misma crónica nos cuenta que “antes de que se organizara la columna callejera, pronunció breves palabras la vieja luchadora Virginia Bolten, que fue escuchada y aplaudida con gusto” (La Tribuna Popular, 26-03-1912). Más tarde, se desarrolló la manifestación hasta la plaza Independencia con Miramar, Rivas, Llorca, Varela, Andrade y Fabbri como oradores.
Hay dos datos que merecen resaltarse. El primero es que para 1912 Bolten ya es considerada una “vieja luchadora” dentro del movimiento; el segundo, la consolidación de un grupo de anarquistas que verán con buenos ojos las reformas del gobierno batllista, como veremos a continuación. El acto realizado levantó polvareda y generó el rechazo de parte de un grupo de anarquistas a las expresiones volcadas por Gino Fabbri y Carlos Balsán, convocándose a una controversia bajo el título de “Los anarquistas ante el momento político actual”.
El debate enfrentó a Antonio Loredo y José Borobio, quienes representaban la tendencia que criticaba duramente al batllismo, con Fabbri y Balsán, que sostenían una posición más conciliadora. La agitación de los anarquistas anti-batllistas, en especial de Loredo, Borobio, Suárez y Marzovillo, continuará en los meses siguientes en el periódico “El Anarquista” (9 números entre abril y septiembre de 1913). Por su parte, el grupo La Nueva Senda se había opuesto a la realización de dicha controversia.
(…) estos momentos deben aprovecharse para hacer agitación y levantar el espíritu caído de las organizaciones obreras para que así, dado que las circunstancias se presentasen, las clases proletarias se apresten a conquistar por su propio esfuerzo la jornada de ocho horas (…) en caso de un peligro conservador y retrógrado, no se pondrá en pro de unos, pero si las conquistas y aspiraciones nuestras corrieran peligro, se pondrá en condiciones de defender toda mejora que redunde en beneficio del pueblo y de los ideales progresistas que sustenta (La Tribuna Popular, 29-3-1912).
En junio de 1913, según Abad de Santillán, se edita en Montevideo La Idea Libre de tendencia anarco-batllista, en donde participarían A. Troitiño, A. Zamboni, E. Clerieir, F. Berri y Virginia Bolten (1927: 60). Según las crónicas de La Tribuna Popular (cuyo redactor de la columna sobre el movimiento obrero era Carlos Balsán), el grupo editor de La Idea Libre parece haber sido compuesto por integrantes del grupo La Nueva Senda.
Por otra parte, el grupo feminista Emancipación continúa activo durante este año, reuniéndose en el local de los electricistas, y habiendo manifestado la intención (sin aparente éxito) de realizar una nueva edición de La Voz de la Mujer en Montevideo.
Para abril de 1913 sabemos que La Nueva Senda saca a la calle una segunda época de su periódico, pero no podemos documentar el grado de involucramiento que tuvo Bolten en esta iniciativa, ya que los ejemplares de ese período por el momento están perdidos. Su administrador era José Castelli (La Tribuna Popular, 18-03-1913).
La participación pública de Virginia Bolten ya había mermado para esos años. Es posible explicarlo, en parte, por las apremiantes necesidades económicas de una familia con seis hijos.8 Pero, también, por el hecho de que la tendencia ideológica de los grupos que parece integrar Bolten, es decir, La Nueva Senda y La Idea Libre, no es compartida por una parte importante del movimiento. De hecho, para una reunión de grupos anarquistas en el Centro Internacional de Estudios Sociales, se convoca a casi todos los grupos anarquistas de la ciudad menos a La Nueva Senda y La Idea Libre (La Tribuna Popular, 09-08-1913).
El 1º de noviembre, sin embargo, se verifica la participación de Bolten en una velada patrocinada por la Sociedad de Obreros Panaderos, en el salón del Centro Internacional, a beneficio de los panaderos Pita y Nibelli, presos por los incidentes que habían ocurrido el 1º de mayo anterior. Además del concurso del cuadro filodramático “Germen” y del Orfeón Libertario, Emilio Frugoni disertó sobre “El Arte por la idea y por la vida” y Virginia Bolten lo hizo sobre “La Religión y la Cuestión Social” (El Día, 31-10-1913).
Su actividad pública continuará siendo esporádica en los años siguientes: el 1º de mayo de 1914, mientras en la tribuna principal hablaron Antonio Zamboni (secretario del Comité Obrero), Carlos Balsán, Joaquín Hucha, en otra lo hicieron Airoldi, Pérez, Corney, Fornos, Rodríguez y Virginia Bolten, entre otros. Para el mes de julio el sindicato de constructores de carruajes realiza una conferencia de propaganda en pro de la organización gremial, y Antonio Zamboni, A. Dormido, Virginia Volten (sic) y Emilio Frugoni serán los oradores (La Tribuna Popular, 07-07-1914). En 1915 participa nuevamente en las oratorias del 1° de mayo en el mitin convocado por las sociedades de resistencia orientadas por los anarquistas, junto a F. Croney, C. Balsán, R. Pampín, María Collazo, Celestino Mibelli y F. Cintora (El Día, 02-05-1915). Esta es la última noticia que tenemos de Virginia Bolten en relación con el movimiento anarquista en el actual estado de nuestra investigación.
Hay indicios de que en los años ´30 se vinculó al grupo batllista Avanzar. Luis Hierro Gambardella, perteneciente a esa corriente, recordará en su volumen de memorias de los años treinta El viento y la siembra:
Muchos de esos anarquistas se acercaron como es sabido a Batlle, y lo acompañaron después de su segunda presidencia en adelante. (…) siguiendo ese camino, doña Virginia se encontró en el Batllismo con Grauert y su grupo. Ya, naturalmente, no era la oradora de sus años jóvenes y prefería ejercer un magisterio coloquial, de muy pocas y dulces palabras (1981: 86).
Cabe aclarar que el grupo Avanzar, al cual tanto Bolten como Manuel Manrique se integraron, aunque formaba parte del Partido Colorado incluía propuestas avanzadas como la socialización de los medios de producción. Además difundía, en su órgano de prensa Avanzar, comunicados tanto de la Federación Obrera Regional Uruguaya (anarquista) y de la Unión Sindical Uruguaya (anarco-sindicalista), como de Diego Abad de Santillán y Simón Radowitzky (15-09-1930, 13-12-1930, 17-01-1931, 31-01-1931).
Virginia Bolten murió muchos años después, el 23 de julio de 1969; según sus familiares se despidió con la misma lucidez mental y rectitud moral que sostuvo durante toda su vida.
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Fuentes
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Publicaciones periódicas:
Avanzar (Montevideo)
Caras y Caretas (Buenos Aires)
El Día (Montevideo)
El Municipio (Rosario)
El Obrero (Montevideo)
El País (Buenos Aires)
Justicia (Montevideo)
La Acción Obrera (Montevideo)
La Aurora (Montevideo)
La Capital (Rosario)
La Nueva Humanidad (Rosario)
La Nueva Senda (Montevideo)
La Protesta Humana (Buenos Aires)
La Protesta (Buenos Aires)
La Tribuna Popular (Montevideo)
La Verdad (Montevideo)
La Voz de la Mujer (Buenos Aires)
Nosotras (La Plata)
Tiempos Nuevos (Montevideo)
Folletos
Arana, Emilio Z. de (1897), La mujer y la familia, Biblioteca Libertaria Ciencia y Progreso, Rosario.
Entrevistas y comunicaciones personales
Delia Bolten (Rosario, junio de 2009 y abril de 2013).
Heber Manrique (Montevideo, 12 de abril de 2011, 27 de septiembre de 2011 y 9 de mayo de 2013).
Escritos de Virginia Bolten9
1 – PREGUNTAS Y RESPUESTAS
La Protesta Humana, nº 96, 28/10/1900.10
Muchos se preguntan ¿qué quieren los anarquistas? ¿quieren acaso quitar á los ricos lo que poseen para ser ricos ellos a su vez? ¿Por qué dan tanta libertad a sus mujeres? ¿y ellas, quieren tal vez destruir la familia? ¿por qué odian al gobierno? ¿por qué no defienden la patria, “como todo buen hijo”? ¿por qué no abrazan ninguna religión? ¿por qué no cristianan sus hijos? [sic].
Nosotros les contestamos: Los anarquistas no quieren nada; señalan las necesidades que deben satisfacerse, las injusticias que deben suprimirse y las verdades que deben conocerse. Dentro de la evolución que nos ha presentado a nosotros, los anarquistas vamos a reconquistar nuestros derechos; vamos a ser libres de hecho, pues hasta aquí sólo lo hemos sido de dicho, vamos a que se nos reconozca como seres humanos.
No quitaremos a los ricos sus tesoros para ser ricos nosotros, los expropiaremos lo que han acaparado, para que en común todos disfruten del bienestar; odiamos la explotación del hombre por el hombre; nos rebelamos a seguir siendo por más tiempo el burro de carga; y es preciso que nadie viva a nuestras espaldas chupándonos la sangre y negándonos el derecho a la vida; nadie debe vivir sin trabajar; nuestro principio es: de cada uno según sus fuerzas; dése a cada uno según sus necesidades.
Los libertarios dejan en libertad a sus mujeres, porque saben que la mujer libre es la base de la sociedad justa; saben además, que si la mujer no es libre e instruida, no habrá paz en el hogar, pues sus ideas se volverían armas contra de ellos mismos; dejan en libertad a sus mujeres porque son libertarios, porque combaten por la libertad universal, que para conseguirla es necesario empezar por casa; les dejan en libertad de pensar y obrar porque es la única manera de tener mujeres liberales y francas; les dejan en libertad porque miran en ellas un ser, una amiga, una compañera, destinada por la ley de la naturaleza (única ley ante la cual me inclino gustosa) para formar el […] de la niñez. Si buscamos que la […] nueva sea libre, es preciso que sepa liberarse rebelándose; siendo la mujer libre educará sus hijos conscientes de sus derechos y tendrá valor y firmeza para reconquistarlos.
Nosotros, queriendo o sin querer destruiremos la familia, sí, la familia tal como es ahora; la destruiremos porque está basada en la corrupción y en el interés, pero la reconstruiremos más hermosa, basada en el amor espontáneo y no convencional.
Odiamos los gobiernos, porque nos oprimen y nos atan de pies y manos con sus leyes, entregándonos a la burguesía como si fuéramos carneros; y reservándonos el derecho de fusilarnos como a fieras si protestamos.
Odiamos la farsa que llaman patria; porque con ese nombre nos quitan nuestros hijos, para que les sirvan de escalera, a unos y de perros de presa a otros, nos embrutecen por la patria, nos matan por la patria, nos apalean por la patria; y si tenemos la temeridad de rebelarnos, ya sabemos lo que nos espera, bala rasa y sin consideración; jamás entienden el idioma del pueblo; si pedimos justicia o pan, nos dan plomo y cárceles: ¿qué es, pues, la patria? la corre, vé y dile de la burguesía, la ignominia del proletariado; por eso aborrecemos lo que ahora se llama patria, pues la nuestra es el mundo de donde resulta justa nuestra lucha por la Humanidad libre, libérrima.
No abracemos ninguna religión: porque sabemos que son todas ellas, la farsa inventada por los ambiciosos para embrutecernos. Al revés de Voltaire, que creía que la religión es buena para el pueblo ignorante, nosotros creemos porque sabemos que la religión es lo que hace ignorante al pueblo. Amamos la ciencia; que es la verdad: la religión es lo desconocido, la ilusión; por lo tanto somos sus enemigos mortales; la religión, siendo todo misterios, va contra la proclamación de nuestra luz.
Nuestros hijos tendrán la libertad de elegir religión, si alguna les gusta, después de estudiarlas todas, si tienen tiempo que perder. Entonces sabrán a qué atenerse: nos parece un absurdo dar al niño una religión al nacer, cuando no puede protestar; por eso le dejamos libre de prejuicios, dándoles la libertad en nombre de la nuestra.
He ahí lo que somos y lo que no somos.
Virginia Boltén (sic)
2 – Discurso pronunciado en el acto de repudio al asesinato de Cosme Budislavich, 24 de octubre de 1901.11
Transcripción sin firma en El Municipio, Rosario, 25/10/1901.12
Virginia Bolthen (sic)
“Queridos compañeros y apreciados adversarios –Si yo expresara los sentimientos [de] las proletarias, habría que decir que [va]mos sujetas eternamente al yugo: el yugo de la escuela que nos impone determinados estudios, el yugo de la religión que nos impone determinada creencia, el yugo de los patronos que consumen nuestras energías y absorben por un jornal miserable nuestra vida, el yugo del matrimonio que nos ata a un hombre a perpetuidad.
Es vergonzoso que haya tan pocas mujeres en esta manifestación. Tenemos m[iedo] de venir por las calles mezcladas entre [los] hombres y no lo tenemos de entregarno [s a] ellos ni de perecer en el trabajo […] las fábricas.
El suceso de la Refinería nos obliga […] nos para defendernos. Ayer cayó uno, [ma]ñana caerá otro, después otro más, si (ca)recemos de energía para imponernos […] asesinos que desean resolver el [pro]blema social con la eliminación de sus propios […] distas.
Uno de nuestros compañeros a caído […] llanamente asesinado. Otro nombre no […] darse a quien muere de un balazo [en la] nuca. ¡Y luego nos hablarán los as[esinos] del derecho de propia defensa! ¡Infa[mes]!
Como nos levantamos contra los ve[rdugos] de Chicago y los de la Coruña, de[bemos] levantarnos ahora contra los verdug[os] [de los] obreros del Rosario.
La justicia tarda pero llega.
(En este momento se produjo un tumulto que no tuvo importancia)
Nuestro libre pensamiento nos d[ice que] no debemos cejar, que debemos perserv[erar], que sin constancia y decisión es impo[sible] llegar al triunfo de nuestros ideales. P[or lo] tanto propaguémoslos por todo y todo[s]los medios, sin atacar individualmente a [los] que componen la sociedad, sino a la socie[dad] en conjunto que es la responsable de los c[rí]menes porque es la arma el brazo de los asesinos.
Somos libertarias, profesamos ideas avanzadas, vamos derechas a la emancipación.
Podemos dar consejos al hombre. Ol[vi]dad las copas que os embrutecen y pen[sad] en lo que sois y en lo que tenéis derech[o] a ser.
¿Qué queremos? La igualdad, para que no se dé al mundo el espectáculo vergonzoso de vivir pendientes del embarazo de una reina, mientras las proletarias nos vemos arrastradas a concurrir a las fábricas con la muerte en los labios.
Dicen por ahí que la ley nos concede d[e]rechos: sí, el de la prostitución legal p[or] medio del matrimonio, y el d[e] morirnos de hambre abrazadas a nuestros hijos.
¡Maldita sociedad!
Debemos rebelarnos, no contra una [per]sona, sino contra la sociedad, cont[ra] instituciones que empiezan a decaer p[orque] se asientan en cimientos podridos.
¡Compañeras! Ayudemos al derrumbe, [no] olvidando que los ideales de amor y justicia universal, son los que redimirán al pueblo esclavo.
Voy a hacer una declaración, pero primero miradme y ved si llevo bombas de dinamita ¡Soy anarquista! Y si alguno quiere controversia, indique el punto de reunión y acepto.
No terminaré sin hacer mención de la arbitrariedad cometida por la po[licía] [ordenando] la clausura de la Casa (del Pueblo). ¿Ha visto alguien bombas en el […] hecho algo que no sea justo y le […] ten los esbirros. ¿Por qué han […] [si] es porque nos reuníamos allí, que sean consecuentes y que cierren ahora estas cuatro cuadras.
Protesto en nombre de la clase trabajadora y de todos los presentes, del atropello. La Casa del Pueblo debe estar abierta, porque es la casa de los obreros y está vigente el derecho de reunión. Si el derecho se nos niega, si se clausura sin orden judicial de allanamiento, suprímase la constitución y deróguense las leyes.”
Se extendió en consideraciones sociales y religiosas, que le valieron nutridos aplausos y la impetuosa oradora fue objeto de vivas demostraciones de simpatía al térm[ino] de su peroración.
3 – VARIAS13
La Protesta Humana, nº 84, 13/05/1900.
Sucedió que… Narraremos despacio: pues sucedió que los anarquistas del Rosario de Santa Fe, en su linda Casa del Pueblo, festejaron el primero de mayo con una serie de discursos que historiaban la […] de los trabajadores. Al concluir de hablar el compañero Ovidi, la compañera Marquissio le siguió con la palabra y concluyó invitando a una manifestación callejera, simpática valentía que dio lugar a que el compañero Torti tomara una bandera roja que dice, en letras negras, ¡Viva la Revolución Social! –en cuyo centro está bordada la futura aurora, y con ella, trapo al aire, se largaron calles arriba “¡Viva la anarquía!” por aquí, “¡Muera la burguesía!” por allí, hasta llegar frente a los lujosos edificios de los diarios El Municipio y La Capital a los cuales saludaron simpática y atronadoramente: “¡abajo la prensa vendida el tanto por línea! ¡abajo la prensa prostituida! ¡abajo la prensa puerca!” y siguieron… Luego, por la calle Rioja a Corrientes y a la plaza Santa Rosa donde hablaron Torti, Alloco y Bartolano, todos estando en su punto demagógico, hasta que, vivando a la Revolución, al primero de Mayo, a la Anarquía y al Proletariado (todo esto en la tribuna improvisada que estaba frente a la Comisaría 3º), pensaron en volver, y volvieron, no sin que un oficial y luego un comisario quisieran arriar el trapo rojo, disolver la manifestación y hacer terminar el primero de Mayo, a lo que el compañero Manrique –que entonces llevaba la bandera– y las compañeras Virginia Bolten, Teresa Marquissio y otras más que le rodeaban y todos los manifestantes dijeron que nones, decimos mal, dijeron que no, y … siguieron.
Ya sabemos pues, los compañeros de aquí como se organiza, en un segundo, una manifestación, mitin o lo que sea. Basta decir que 200 más o menos que había en el local del Rosario, durante el paseo y al grito de ¡viva la Anarquía! La legión alcanzó a formar una columna respetable e imponente.
No, en la Argentina (a ti, oh, puerca Tribuna nos dirigimos) no hay anarquismo, no, no hay…
4 – COMUNICADO
La Protesta Humana, nº 88, 08/07/1900.
Compañeros de La Protesta Humana:
En el número 98 de L´Avvenire he leído en correspondencia dirigida al colega desde ésta un pretendido mentís que se intenta dar a lo por mí comunicado a este periódico, y que apareció en el número 84.
Yo creo que cuando se pretende negar lo por otro afirmado lo menos que se puede exigir es que el que se mete a comendar planas esté informado del asunto que trata.
Lo que comuniqué a La Protesta Humana referente al 1º de Mayo es fiel relación de lo que en el Rosario se realizó, y de esto pudiera informarse quien se hubiese tomado la molestia de leer el relato que hicieron los periódicos burgueses La Capital de esta y La Prensa de Buenos Aires.
En lo sucesivo esperamos no tener que rectificar negaciones que se hacen no sabemos con qué fin.
Todos los que deseen informarse de lo que dejo confirmado, afirmando lo que en mi correspondencia decía, pueden recurrir a “La Casa del Pueblo”.
Se dice vuestra y de la Anarquía
Virginia Bolten
Rosario de Santa Fe, julio 1900.
5 – LA MAZORCA.
El Obrero, n° 23, 08/4/1905.14
Los dolores despiertan los miembros entumecidos; las prisiones, la sed de libertad; las injusticias indignan y reclaman una protesta, cuando no una venganza (la palabra asusta pero es propia).
Las cárceles han sido las creadoras de las aspiraciones libertadoras: Montjuich gestó a Santa Agueda; la metralla de Milán un Monza, y así sucesivamente, ¿y la razzia de la Rusia Argentina qué gestará?
Es el momento de demostrar que nos estamos templando como los de allende los mares en el dolor y en el sacrificio. Las persecuciones no nos hacen temblar ni retroceder, hoy más que ayer, estamos aquí en la brecha, decididos más que nunca a conquistar nuestros derechos pese a quien pese y cueste lo que cueste.
Ayer se nos trataba de pacíficos; hoy se nos quiere humillar atropellando nuestras casas y sembrando la desolación en los hogares, tomando por pretexto nuestro revolucionarismo; cuando en realidad ellos son incapaces de creer que poseemos el verdadero ideal de rebelión, puesto que sus miserias morales se lo impiden, por lo que creen unirnos con el desprecio de los que luchan virilmente; quieren demostrar al mundo proletario que somos indignos de llamarnos luchadores; creen conseguirlo por el temor o por el martirio.
Nosotros nos hemos dispuesto a demostrar lo contrario. Veremos quién vence! ¿No se han dado cuenta los gobernantes ineptos y la jauría vil que los atropellos crean conciencias revolucionarias?
Ellos, los incapaces, los degenerados, no pueden engendrar que haya hombres y mujeres capaces de concebir ideas y de sustentarlas con toda la fuerza que da el conocimiento de la causa justa.
Estamos dispuestos a sacrificar nuestra libertad individual, por la colectiva.
Nuestras vidas son pequeños átomos que no significan nada, y pueden dar mucho, puesto que han de regar el camino del progreso con la sangre de los pensadores, la cual fecundará. El mayor abono en el campo de los principios de emancipación, es la sangre de los mártires y las lágrimas de la niñez, este llanto es el nuevo Jordán que ha de regenerar a la humanidad de los viejos principios que nos han atado tanto tiempo a la tradición y a la rutina. ¡Adelante puesto que la victoria es nuestra!
Hemos visto los lebreles lanzarse a la caza con un ardor digno de mejor causa, los que sólo se prestan para lo que denigra y humilla, los que encarna el oprobio de la especie siempre están dispuestos a seguir la pista de los verdaderos hombres. Han creído extinguir para siempre nuestras rebeldías, y la están despertando; han querido matar la propaganda y la hacen a costa de sus ridiculeces, y por cuenta del gobierno.
Seguid, señores mercaderes de conciencia, seguid reduciendo a prisión, seguid atropellando e insultando a indefensas mujeres y niños, seguid robando papeles y libros, estatutos y correspondencias y no haréis más que propaganda de vuestra ferocidad y de nuestra cultura. Sí, vosotros fieras disfrazadas de hombre civilizados, sólo demostráis vuestro salvajismo, lo que convencerá a los que creían a medias o que exagerábamos al llamaros ruines, egoístas, ignorantes y brutos; pero vosotros os habéis sacado la careta y os habéis cuidado de que se os reconozca, puesto que ponéis de manifiesto vuestros vicios y vuestra inutilidad para todo lo que sea bueno, justo o equitativo. Habéis planteado el problema social como en la vieja Europa, os cansaba nuestra propaganda de instrucción y evolución, pensasteis matarla y no sólo nos habéis dado una nueva experiencia y nos mostrasteis un nuevo camino; el de prepararnos en la sombra. Trabajábamos a la luz del día y no nos prestábamos a las ambiciones políticas; y en el momento en que nos reíamos de esas luchas de egoísmo, se toma el pretexto de nuestras ideas revolucionarias, para encarcelarnos y separarnos del centro donde desarrollábamos nuestra actividad, para dar pan a nuestros hijos y nos lanzan al destierro, es decir, se nos condena a la inactividad presentándonos este dilema: Roba o muere de hambre en un país desconocido y poco apropiado para poder emplear nuestras fuerzas productoras. Esto quiere decir que se nos arroja el guante… y nosotros lo recojemos.
La guerra está declarada, ¿somos pocos? ¡No importa! En las persecuciones se depura el ambiente, seremos pocos pero buenos, los débiles se quedan atrás; los fuertes siguen con más bríos.
¡Recordad! Hace pocos días se militarizó la ciudad de Buenos Aires por temor a la huelga general por 48 horas. ¿qué harán los que nos quieren infundir miedo cuando sea revolucionaria por tiempo indeterminado y se anuncie en los principales focos de corrupción a fuerza de explosivos?
¡Infundiremos miedo!… lo tenéis vosotros, perros de caza sin conciencia ni dignidad, hijos del látigo burgués y vendedores del pueblo.
VIRGINIA BOLTEN
6 – EN LA RUSIA AMERICANA
El Obrero, n° 24, 15/04/1905.
Buenos Aires no quiere desmentir que está a la vanguardia del salvajismo. Nos llegan noticias de fuente segura y con detalles irrefutables que en la cárcel se martirizan a los obreros detenidos (1) porque se niegan a hacer denuncias falsas, sometiéndolos a dolorosas torturas, maniatándolos con el chaleco de fuerza.
¿Hasta cuando ha de durar esta infamia? Los departamentos y prisiones están llenos de hombres que solo han cometido el delito de pensar libremente; se atropellan domicilios sin ninguna consideración; se condena a las familias al hambre y al dolor; se martiriza por todos los medios: y por todo eso y algo más ¿qué hace el pueblo? ¿Puede consentir esta ignominia? ¿Puede continuar en silencio? No, y mil veces no. La paciencia tiene su término y nosotros hemos tenido demasiada; hemos dado pruebas de que somos consecuentes, puesto que más vale una explosión de indignación que se hace esperar que una protesta platónica.
Obreros que estáis sufriendo los ardientes latigazos de los incultos mazorqueros. Trabajadores que hasta hoy habían esperado que la fiera sedienta de sangre y exterminio se saciase o se cansara. Compañeros que lucháis por las conquistas de nuestros derechos. Seres humanos que veis que la jauría amenaza vuestras vidas. Madres que veis el porvenir de muerte que amenaza a la carne de vuestra carne y de vuestras entrañas. Mujeres y amantes: vuestro amor, vuestro pan, vuestra tranquilidad y vuestras vidas están amenazadas: uníos, preparaos, sed activos que pronto, bien pronto veréis empezar el combate. Sí; no tardará en surgir el brazo vengador y justiciero, que estalle el dolor comprimido, que las lágrimas contenidas enérgicamente hagan volar los pechos de los tiranos.
¡Muerte por muerte, es preferible morir matando!
Virginia BOLTEN.
(1) Caso del compañero José Condor.
7 – ¡TRABAJADORES!
El Obrero, nº 29, 20/05/1905.
Demoledores de todo lo viejo y corrompido, no perdáis ocasión para destruir. ¡Desmenuzad! Estad alerta en medio de las tempestades con la piqueta en alto para dejarla caer en el momento propicio.
Destructores de lo perjudicial. No olvidéis que el principio de la autoridad es una llaga social muy arraigada; buscad sus cimientos, cortad la base: no son los efectos los que hay que destruir, son las causas.
Luchadores que formáis la falange de los que han de cegar los abismos; no perdáis de vista el fanatismo religioso, que es el más profundo y tenebroso.
Nuevo Alquimedes, hay una barrera que se opone al avance de la igualdad: es la propiedad, sin romperla no alcanzareis llegar a la meta de vuestras aspiraciones (sic).
Obreros que formáis el edificio del porvenir social: tratad que los cimientos sean profundos, de materiales sólidos y resistentes, las verdaderas bases consisten en las nuevas ideas; cambiad radicalmente de principios, de la sombra a la luz, nuevos progresos en todos y cada cual.
Luchad sin cansaros, sin acobardaros, sin jamás desistir de conseguir vuestro intento.
Destruir es crear! Cortad sin temor de ir demasiado lejos; dad golpe sobre golpe a la terrible Babel que encierra en sí todas las degeneraciones y todos los crímenes.
Vuestra constancia es la única salvación posible y os dará el pronto triunfo; si desmayáis en la tarea se multiplicaran los contratiempos.
Ya se piensa en apuntalar el edificio corrompido, casi en su totalidad, que empieza a estremecerse y a crujir; el autoritarismo se hace inútil, el capital impotente, la religión un cuento pasado de moda. Apresuraos a demostrar todo esto lo mas prácticamente posible y los refuerzos de una sociedad decrépita solo hará apresurar su derrumbe; la fuerza del autoritarismo se estrellará sin conseguir su objeto contra las ciencias libres, individuales y colectivas; las negruras del fanatismo, en la luz de la ciencia; la fuerza del dinero, en la producción y el consumo libre.
Virginia BOLTEN.
8 – A LOS OBREROS EN HUELGA
El Obrero, nº 31, 03/06/1905
Pueblo explotado, tu deber es redimirte.
¿Se te desprecia? Muestra tu valor.
¿Se te olvida? Preséntate sin pedir permiso.
¿Se te quiere humillar? Rebélate.
¿Se te encierra en un círculo de hierro, entre la muerte y la abdicación de tus derechos? Juega el todo por el todo, afronta la vida. Es preferible caer en la brecha que morir en la esclavitud, en la miseria, en el dolor y en la impotencia. Elige, pues, tu puesto entre los dos caminos, pero no olvides que sólo el de la rebelión te dará el triunfo.
Todas las libertades o mejoramientos, por insignificantes que fueron han costado sacrificios, perseverancias y virilidad. Los cobardes solo conquistaron las cadenas y el desprecio.
El que pide, demuestra su descontento; el que exige, su derecho; el que se impone, su fuerza.
Al presentar a los patrones un pliego de condiciones, lo primero que se hace es declarar la huelga si las reclamaciones son rechazadas, luego pues, hay que imponerlas por la fuerza.
¡Oh! Productores, que cansados de ser desconocidos y humillados habéis dado el primer paso de rebeldía declarando la huelga. Sed fuertes, sed unidos, sed enérgicos ya que sois una potencia en marcha.
Hoy el estrilo burgués es la amenaza del cierre de las fábricas; el de la autoridad la amenaza velada de apoyar la libertad de trabajo aliándose con los patrones, facilitando así la ruptura de la solidaridad obrera, convirtiéndose en protectora de los ineptos y cobardes que traicionan la causa obrera; y todo eso se hace en nombre de las libertad y el capital.
Vosotros, en nombre de la humanidad, demostrad que no estáis conformes con la condena a muerte por inacción, y recurrid a todos los medios a vuestro alcance y a todas las fuerzas de vuestro poder que sea necesario para salvar el principio del derecho a la vida que representáis.
Obrero: Piensa que a ti están encomendados los primeros pasos para la conquista total de tu bienestar. Si tú triunfas, triunfará contigo una generación.
¡No más vacilaciones! En la lucha no hay que retroceder. Adelante siempre! ¡O vencer o morir! el que se acobarda muere; el que se impone, haciendo uso de su fuerza, ha triunfado!
Virginia BOLTEN
9 – UNA IDEA
El Obrero, nº 25, 22/04/1905.
En los albores del Siglo XX, cuando la maquinaria arroja a la calle brazos y más brazos; en los momentos en que la lucha por la existencia se hace desesperada por la abundancia de brazos, produciendo por consecuencia la competencia tan perjudicial en la lucha por las mejoras momentáneas, como eficaces para la explosión de protesta (no ya la protesta platónica, de pedir pan y trabajo, puesto que sabemos de sobra que no da el resultado apetecido, sino, por el contrario, la que exige equidad y justicia; la que no pide de rodillas, la que no humilla ni denigra y la que conquista todos los derechos, por los medios prácticos y rápidos).
Hoy, más que nunca, se siente la necesidad de un principio, de una aspiración, de un ideal de conquista.
En medio del pueblo que lucha, que sufre y siente sobre sí toda la expoliación y latrocinio de un estado social absurdo y equivocado, que no tienen razón de ser como entidad social, y solo puede considerársele como producto del ambiente degenerado y opresor de antaño; pertenece al pasado y marcha a su fin.
La maquinaria gubernamental, apoyada en el dinero que representa explotación, en el dogma o sea la religión de la muerte y la ignorancia no puede funcionar en el espíritu del siglo, sino, como rutinaria costumbre vieja y arraigada, pero inútil e inservible que no se desecha por falta de verdaderos principios de emancipación; por carencia casi absoluta de voluntad e ideas en que se hallan adormecidas las mayorías por el ambiente degenerado por excelencia que nos rodea; por temor a las grandes concepciones filosóficas que no alcanzan por falta de desarrollo cerebral, el que por desgracia tiene toda la actitud de una epidemia, efecto natural causado por la indolencia que hace delegar nuestros deberes esperando que otros piensen por uno, y el gran respeto que se inculca al pueblo a todo lo viejo; por lo que quieren hundirnos en las tinieblas del pasado.
En contra este estado de cosas, solo existe un remedio: despertar las clases productoras para prepararlas al nuevo advenimiento; a la nueva era que ya se deja oir en medio de los pueblos como el moderno verbo de verdad y unión a los que piensan y estudian en la historia de la humanidad, los clarovidentes de un ansiado porvenir social, a los que se han dado cuenta que, si la explosión de protesta viril de la lucha por la conquista de la justicia es inevitable, no por eso es menos necesaria la actividad y la libre iniciativa; el pueblo duerme y algún día despertará, sí, despertará, pero es preciso que su despertar no sea un continuado estremecimiento de miembros encogidos que se estiran indolente e inconscientemente, sin conocimiento de causa, por lo tanto sin fuerzas articuladas. Sí, que el día de la explosión no sea el de las vacilaciones; ¡Que caigan las modernas bastillas para no levantarse jamás! Que caigan bajo la piqueta demoledora, pero, que esta piqueta haya sido primero bautizada en un baño de verdaderos ideales.
Es necesario la evolución sí, pero más rápida; tan rápida como lo permitan nuestras fuerzas de luchadores. Se siente la necesidad de la evolución y se evoluciona en medio de la lucha en las razzias, en el fusilamiento en masa e individual, en el sufrimiento físico y moral, en el estudio y conocimiento de los derechos humanos.
¿La táctica a seguir? Cualquiera que simbolice en sí la verdad.
¿Es preciso instruir? Pues bien, se recurre a todos los medios que no nos obliguen ni a transigir ni a humillar nuestra personalidad y nuestro ideal.
La humanidad es un niño grande: hay que enseñarle a andar a expresarse; para ello lo práctico es darles el ejemplo. La pureza de una idea acompañada con la fuerza de costumbres de los que la aman o profesan, es lo mejor de las propagandas, más si esta se acompaña de toda la actividad revolucionaria que somos capaces de sentir y obrar.
En una máquina todos los engranajes son necesarios por más inferiores que parezcan; en nuestra labor todas las actividades llenan todas las necesidades. A los niños se les estudia sus inclinaciones, al pueblo sus gustos y necesidades.; entusiasmar al pueblo es fácil; convencerlo es difícil.
Lo segundo es nuestro deber, el pueblo ama mucho, encaminemos bien ese sentimiento delicado y habremos hecho su felicidad.
¡Cuando el pueblo odia es terrible! Eduquemos sus impulsos y creará su porvenir.
Nuestro deber es decir al pueblo: Tú tienes derecho a la vida amplia, a la verdadera vida, imponente a esa máquina que te quita fuerzas; el amor que te degenera te regenerará; pero, para esta saludable transformación solo es preciso que pienses, que estudies, que ames inmensamente y que aborrezcas con toda la fuerza de tu amor. Cuando hayas hecho esto, sigue tu conciencia, obra en justicia, proclama tus derechos, se libre y emancipado y habrás dejado de ser niño pueblo, serás hombre!
Virginia BOLTEN
10 – LOS GOBIERNOS Y LA CUESTIÓN SOCIAL
El Obrero, nº 32, 10/06/1905.
Todos los gobiernos existentes son por el rol que desempeñan una traba para el desenvolvimiento de la evolución, máxime, si esta tiende a sentar los principios revolucionarios (es sabido que, no existe verdadera evolución sin revolución) no pueden apoyarnos, ni ser nuestros amigos por más que quieran.
Y aunque los hombres públicos del momento sean dignos de considerarse imparciales y hasta liberales y honestos gobernantes, no pueden dejar curso libre a la cuestión social, por el puesto que ocupan, como principio de autoridad.
Donde quiera que exista un mandatario hay gobernados, por lo que pone de relieve la antítesis de libertad, desde que hay quien mande es preciso obedecer y esto implica la abdicación de la personalidad, por lo tanto, la no libertad.
Mucho se ha comentado y se discute la actitud de algunos gobernantes que, rectos de conciencia han querido ajustarse a una constitución fundada bajo los auspicios de la revolución, después de la lucha de conquista de derechos contra la tiranía de los viejos principios de la monarquía.
Pues bien, esto que honra al gobernante como tal, no tiene para la clase explotada otra ventaja que la que nos ha dado el esfuerzo fecundo de la rebelión, por lo que nada tenemos que agradecer al funcionario que se ajusta a la ley constitucional, puesto que cumple su deber; es notorio que tiene más merito a los ojos del público, pero no es, ni mucho menos, un favor que se nos hace.
Un gobernante que sabe ganar la simpatía del pueblo, sin por eso dejar de ser bien recibido en los círculos de la burguesía, es un gran político y su causa gana infinitamente más que la del proletario.
En algunas naciones los gobernantes en su mayoría son accionistas de las empresas e industrias de mayor explotación, por lo tanto al dedicarse a la caza del hombre en plena calle o avenida, no lo hacen en nombre de otros principios que intereses privados, apostado en su autoridad y con el aplauso de la burguesía. En cambio en otros, donde los funcionarios están más desligados del interés individual, son más imparciales, pero no, tanto que dejen de imponer su autoridad cuando crean comprometido el interés del país o de los comerciantes e industriales de más influencia (influencia y dinero son sinónimos).
Es preciso que el pueblo sepa, que le es sumamente perjudicial el creerse beneficiado y casi apoyado por los gobernantes; siempre es un mal grave el vivar o hacerse idolatrar de sus propios compañeros de labor, pero mucho más grave es, si esas manifestaciones de superioridad son dedicadas a quien sólo por el hecho de ser un mandatario, ostentar una medalla o una venda que representa autoridad, por lo tanto, imposición.
¿Se nos deja desenvolver nuestros asuntos con la libertad relativa que la constitución marca? Bien, nosotros ejercemos nuestros derechos.
¿Se nos coarta esta libertad? Protestamos con todas las fuerzas de nuestras convicciones y, en caso dado, bueno es saber hacer respetar nuestra personalidad individual y colectiva.
El pueblo, que por un momento confió en los que por la posición que ocupan son sus adversarios naturales, no tarda en pagar sus inconciencia en las más crueles represiones, que no tardan en llegar (cuando les parece que han cedido demasiado) acompañadas de la división del elemento obrero en políticos.
Es pues urgente, hoy más que nunca en esta capital, recordar al obrero que lucha para que no se considere favorecido por los que, tal vez muy pronto y en defensa de sus intereses, siempre contrarios a los de las masas extreman ciertas medidas de represión, más o menos disimuladas, por lo cual es preciso que nos encuentren en nuestros puestos, sin confiar en palabras y hechos insignificantes.
Por lo expuesto, damos a los trabajadores nuestro grito ¡Alerta y en guardia!
Virginia BOLTEN
11 – ¿QUIÉNES SON?
El Obrero, nº 33, 17/06/1905
Los humildes de ayer, los rebeldes de hoy.
Los que después del trabajo rudo y degenerador, no tienen pan para sus estómagos, ni aire para sus pulmones, ni familia, ni amor, ni educación, sin satisfacciones, ni distracciones, ni alegría y mucho menos libertad.
Los que, cansados de producir sin tregua ni descanso, sin otro porvenir que la muerte por accidente de trabajo, o de lo contrario mendigar la limosna de puerta en puerta, con la dulce conclusión en una mísera cama en el rincón de un hospital (si tiene la suerte de que haya cama, lo que no siempre sucede).
Los que después de poner al servicio de los hartos sus brazos y su sangre, han conocido el error en que pasaban sus angustiadas vidas, si vida puede llamarse al vegetar muriendo a que se les condena. Han, por fin, reconocido, que su adorada patria los había convertido en carne de cañón, desconociendo la personalidad y el poder que representan; que su patrón solo ha sido explotador que disfruta con el dinero amasado con su sudor y su sangre, que tiene placeres por la degeneración en que ha sumido a su mujer o su hija; que si la religión lo ha envilecido haciéndolo idiota, dándole por esperanza la felicidad del no ser para que olvide la necesidad de su ser.
Los que hastiados de todo esto, han pensado que tienen derecho a la vida que ha elaborado todo lo que existe, por lo tanto le pertenece todo, y para conquistarlo se preparan, se instruyen, se hacen sociables, buscan en la ciencia lo que no puede darles la religión, en la humanidad lo que le ha negado la patria, en la unión y solidaridad lo que no ha podido conseguir aislado y confiado en el capital, en la rebeldía lo que da derecho le pertenece, para con todo esto forjar las armas poderosas con que han de llegar a la meta de nuevas y justas aspiraciones, que gestan en el dolor, germinan en la lucha y triunfan con unión, consciencia y virilidad.
VIRGINIA BOLTEN.
12 – ¿POR QUÉ SE LUCHA?
El Obrero, nº 35, 01/06/1905.
Sabido es que el obrero constituye la base de toda riqueza social, ya produciendo en las ramas de la industria como en las artes y las ciencias; por lo tanto el heredero universal de cuanto existe, ya que nadie puede llamarse propietario, ni aún de sus propios inventos, ni dañar los intereses ajenos, puesto que todos los que han luchado por la conquista de ese o parecido invento, también han contribuido a la gran obra.
De lo dicho se desprende que los únicos que no tienen derecho a disfrutar de lo que actualmente representa la riqueza social, son los que no han hecho nada, pero que, por una dolorosa arbitrariedad son los únicos que gozan de todas las comodidades y placeres de la vida y luego, para colmar la medida de la injusticia, se erigen en nuestros jueces, pretendiendo ser a nosotros superiores.
El día que en nombre de estos derechos que nos pertenecen protestamos de las arbitrarias condiciones en que vegetamos, o que cansados de un sistema social aplastante, tratamos de abrir nuevos senderos, fecundándolos con nuestra sangre, los inútiles levantan el grito al cielo pidiendo socorro a todos los elementos reaccionarios y condenando nuestra actitud de progresistas con todos los alardes que el histerismo y la degeneración les presta.
Por eso es necesario prepararse a la lucha contra toda esa cohorte de grandes pequeños que cuentan con la ignorancia del pueblo y falta de ideales; deslindar posiciones concisamente, para que todos los interesados nos entiendan y no sirvan inconscientemente de puntal a una sociedad decrépita e impostora que después de humillarlos tiene el cinismo de despreciarlos.
El productor elabora desde la más rica tela al grosero algodón y cáñamo; desde las más hermosas obras de arte y de ciencia, más acabada, a la limpieza pública y privada y sus callosas manos arrancan de las entrañas de la tierra, desde el carbón hasta el oro, la plata y toda clase de metales; él ha de pulir y hermosear las piedras preciosas y labrar los utensilios de coquetería de nuestros señores y señoras de gran tono, todo en fin y ¿qué posee? Nada, ni el derecho de morir de hambre (por lo menos en público) ni de ir desnudo por más que no tenga con que cubrirse, porque es esto un delito que se califica y que las leyes condenan.
La libertad de trabajo es un mito, por mil diferentes causas, la del pensamiento es blasfemia; la del sufragio un engaño; la del amor quimera; los derechos del hombre desconocidos; su dignidad ultrajada; tratados los obreros peor que esclavos; embrutecidos en nombre de Dios, degenerados en nombre de la patria, explotados en nombre del derecho, sin hogar y sin familia, en nombre de la propiedad, en las cárceles y cuarteles y aún en defensa de esta sociedad necia.
Es pues imprescindible ocupar un puesto en el banquete de la vida, un puesto que les pertenece, que es suyo por el hecho de haber nacido y que se confirma por el hecho de ser útil a la población, es el derecho que se puede definir en dos palabras: el de la vida. Para vivir es preciso contar con la suficiente libertad par el desarrollo físico y moral más amplio, sin otras trabas que las que representan la libertad de un segundo; sin más autoridad que su ciencia y su educación, producir según sus fuerzas, consumir según sus necesidades, sin otra patria que el mundo, sin otra religión que la ciencia, su familia y la humanidad.
Trabajando según sus aptitudes o en lo que crea ser más útil en una sociedad de libres y de iguales. Llegar a la meta de su intelectualidad y en tan hermosa sociedad la lucha debe ser tenaz pero armónica y consciente para descubrir los próximos medios científicos y actuales disponibles a fin de guiar la educación de todo productor sin abdicar no transigir, con doctrinas contrarias, y aprovechando todas las circunstancias favorables para que el pueblo luche sin tregua, hasta que el equilibrio sea imposible; entonces… ha llegado el momento de proclamar nuestro lema de redención, justicia, equidad y progreso.
Todo para todos, igualdad de condición económica y social.
Virginia BOLTEN.
13 – LAS DOS CLASES
El Obrero n° 49, 16/06/1906.
Una que trabaja desde la mañana a la noche, sin descanso, sin comer lo necesario para recuperar las fuerzas perdidas en la labor diaria; que no goza de los placeres de la familia, porque para ellos representa una carga; que no siente la satisfacción en el trabajo, porque es embrutecedor y monótono; que no lleva las necesidades de la vida, porque no tiene tiempo más que para llenar las del bruto que les exige el instinto [sic]; que no conoce la ciencia, porque no está a sus alcances; que no ama, porque le está vedado tener sentimientos delicados que harían sonreir a unos e irritar a otros. Los sin patria, que han de dejarse matar por la de los otros; los sin fe, porque son siempre engañados; los sin religión, puesto que sólo se han de ocupar de pagar y aceptar la que les imponen; los parias, puesto que se les persigue y acorrala, los errantes, por que no tienen donde reclinar sus cabezas. Esos son los productores, sus manos han construido chozas y palacios, han extraido los minerales, bajando hasta el fondo de los precipicios y pagaron muchas veces la osadía con la vida. Ellos, los desnudos han tejido las ricas telas, los que mueren de frío y elaboran o extraen el carbón; los que viven entre tinieblas, dando la luz; los campesinos sin pan sembraron el trigo. Ellos, no han temblado el día de las conquistas; han formado las barricadas para obtener la libertad que otros gozan: la igualdad de la ley que los rinde esclavos, de esa ley por la cual dieron ríos de sangre y que aprovechan los que de sus sudores han podido formar grandes fortunas. Esa falange, es la que hoy se prepara a sentar su derecho a la vida, que se le niega, declarando la guerra alos que en nombre de la paz les roban, los asesinan y los desprecian.
La otra clase, los grandes, los que no trabajan y gozan de todos los placeres de la vida, amplia, intensa. Son los zánganos que han de rendir cuenta de todas las lágrimas vertidas, de toda la sangre derramada y de la desesperación que han provocado con su único y despótico proceder.
De estas dos potencias, la segunda cuenta con la ignorancia, el fanatismo y las máquinas de destrucción y muerte llamado ejército y que no son otra cosa que una parte del pueblo, que incapaces de luchar para la vida, prestan sus concursos a la muerte. La primera posee la fuerza de la mayoría, la de la razón y la de la convicción, ¡hay de la segunda, el día que posea la fuerza de la unión! [sic]
Virginia Bolten.
14 – DIOS
La Acción Obrera, nº 13, 20/04/1908.15
A las jóvenes proletarias del Cerro.
Nos enseña la religión: hay un dios todo poderoso, justo y puro; no se mueve una paja sin su consentimiento.
Nosotros reflexionamos; si Dios es todo poderoso ¿por qué no nos inspira el bien? Si puede inspirarnos el bien y no lo hace es un malvado: si es bondadoso y no nos puede inspirar el bien o evitar el mal, entonces no es todo poderoso; si es justo no ha de permitir las injusticias y su Reino está plagado de injusticias y el mismo se muestra muy abajo de lo justo, castigando a los que han cometido un error o un crimen, siendo él, el verdadero culpable, puesto que ha podido y no ha querido impedirlo o de otro modo lo ha inspirado, si hay un culpable no lo es el brazo que ejecuta sino, el, que sabiendo el mal lo ha permitido o lo ha sugerido. No es puro, porque trafica con el amor y sorprende la buena fe. Si es Dios poderoso no tienen necesidad para salvar al mundo, de ser ladrón de lechos conyugales y sembrar la discordia en el seno de la familia, ni era tampoco lógico tener un hijo de una mujer casada para luego proclamarla Virgen, mucho más digno hubiera sido que el Santo Espíritu se hubiera incubado en una piedra lo que sería un verdadero milagro poderoso.
Un Dios al que le toman la sangre todos los días en diferentes partes del mundo; un Dios que se traga y se digiere nos da una pobre idea de su potencia; un Dios que murió por redimir el mundo, y que está sin redimir a pesar de 19 siglos de muerte anual, su omnipotencia nos resulta impotencia; su poderío debilidad, porque sólo reina en cerebros débiles y enfermos, su justicia el colmo de la injusticia; su fuerza es degeneración porque sólo le agrada lo bestial y nuestra repugnancia por lo natural permitiendo los conventos y castigando a las madres y a los hijos hasta la cuarta generación, por un pecado que no le es. En resumen para tener un Dios cruel, infame y vengativo, que sólo se ocupa de nosotros para el mal, preferimos pasarnos sin él.
VIRGINIA BOLTEN.
15 – ALERTA!
La Acción Obrera, nº 16, 05-06-1908.
La prensa burguesa pocas veces ha salido del círculo obligado de sus intereses; es decir, la venta y al popularidad; así vemos que según las épocas un mismo diario cambia de opinión siendo tan pronto liberal acérrimo como reaccionario intransigente, vamos a probarlo: hará apenas tres años cuando el ambiente parecía caldeado por la necesidad de emancipación, cuando por un momento se sintió la voz potente del proletariado de esta región, donde hasta entonces se había visto ardiendo en guerra civil cuenta y dolorosa –que hacía del pueblo dos bandos, y del hogar un infierno.
Los trabajadores carne de cañón, más que de fábrica se levantan por fin; por fin accionan y extendiendo sus brazos forman el pacto de solidaridad mundial reconociendo y aceptando la lucha como una necesidad de vida y un deber de hermanos, y arrojando lejos los tradicionales colores de partido levantan con vigoroso brazo la enseña de justicia; la burguesía tiembla, el sabotaje en la Teja y el mitin monstruo callejero lo tiene desazonado y sin saber qué partido tomar, todo es vacilación: “El Día” proclama también el derecho de reivindicación y la necesidad de la propaganda de ideas en términos más o menos concretos pedía agitadores (como si los hubiera de oficio) para levantar el espíritu de lucha en las masas; sus palabras con ligeras variantes era las siguientes; “los agitadores son necesarios para el progreso del país, puesto, que es el elemento más inteligente de la clase obrera, si no hubiera agitadores, habría que hacerlos.” Ahora opina o sencillamente no opina; hoy los tiempos han cambiado, los gremios se mueven como somnolientos y faltos de energía, han sufrido varias derrotas; los que pagamos para que nos cuiden y mantenga el orden, han cometido infinidad de atropellos, han golpeado a diestra y siniestra, pisoteando la constitución, se ha cerrado y asaltado locales obreros sin tener ni siquiera un pretesto, se ha encarcelado y procesado por la propaganda oral y escrita, se ha llegado hasta la intriga; se ha suprimido brutalmente toda manifestación de desconformidad con el actual regimen, llegando al extremo de no permitir la entrada en el país a honrados obreros que no han cometido otro delito que el pensar libremente, y para no quedar cortos, se expulsa o expatria a todo el que les antoja sin existir Ley de Extrañamiento, se prohíbe pararse en las esquinas, hablar y hasta hacer seña para creerse contrario al orden hasta hace pocos días no se podía transitar por la vía del Ferro-carril sin exponerse ha dormir al fresco o en el hospital (según los telegramas de la misma prensa burguesa) puesto que se dedican a la caza del hombre nada se respeta; se guarda la constitución en el bolsillo y… ¡¡muy bien!! grita la prensa y “El Día” hace coro. Tenemos un gobierno liberal, un hombre probo es el que rige los destinos de este feliz país, respeta, la ley y la constitución, sigue gritando, sin recordar que son ellos los únicos que la pisotean y mientras ordenan hace fuego contra los huelguistas vociferan; viva la Libertad de trabajo!
Reasumamos: cuando el pueblo estaba decidido a hacer respetar sus derechos se le alababa para obtener sus simpatías, esto a más de ser político es beneficioso para la venta, hoy, algo desorientados o por lo menos desunidos, ataca sin consideración encubriéndose con la ley y el respeto a la ya manoseada libertad de trabajo, intercalando de cuando en cuando algún artículo imparcial para no perder la venta y la popularidad, mientras sostiene por otro lado la legalidad de lo ilegal y hasta absurda actitud de los mandatarios torpes que sin saberlo hacen obra anti-política y anti patriótica.
Anti política por que va al fracaso, anti-patriótica porque pisotea la constitución abocando el país ha una lucha desastrosa en la que los obreros no tenemos nada que perder y en la que podemos ganar mucho por la propaganda ante inmigratoria y emigratoria dejando ese pequeño pedazo de tierra abandonada a la burguesía y ha sus propios recursos (que son bien pocos) y los volvería la sumisión, la guerra civil y la despoblación [sic].
A nosotros toca ahora estudiar nuestra posición de oprimidos, para prepararnos a los acontecimientos y sosteniendo con nuestro esfuerzo la prensa obrera para que nos sirva de palestra, deslindando posiciones.
Mientras la prensa burguesa aplaude desaforadamente la brutalidad y la desvergüenza cometida por el régimen, mientras nos encomia la bondad de quienes se siente más verdugos que tiranos, pretendiendo matar toda manifestación de vida, por más que ella sea la fuente de prosperidad de que disfrutan y (explotan.)
Es preciso pues que entre nosotros se sienta retumbar con la fuerza de mil trompetas el grito de Alerta!!!
VIRGINIA BOLTEN
16 – PARA LOS NIÑOS
Tiempos Nuevos, n° 3, 15/01/1911.16
A Celestino Mibeli, amistosamente.
Oh! el niño… respetemos su dolor! su enfermedad de tristeza. Somos incapaces para curarlos; no les arrojemos en su inocente rostro nuestra lástima que es un insulto y una injusticia. Oh! no, mil veces no; no manchemos sus mejillas con el sonrojo de una limosna. Madres! dejad que vuestros hijos comprendan las diferencias económicas; dejad que su sensible curiosidad los impulse a pensar en el por qué de no gozar de la vida como los privilegiados, careciendo no sólo del juguete que da alegría, sino hasta de las caricias y cuidados de una madre sin ocupaciones perentorias y de un padre que tenga tiempo disponible para hacerles amable su existencia.
Madres! si amás a vuestros hijos; si adoráis sus sonrisas de alegría; si no queréis hacer de él un ser sin dignidad, ahorradle la vergüenza de una limosna; que en su edad viril no se sienta humillado por un recuerdo triste que irá unido eternamente al recuerdo más feliz ¡el primer juguete! ¡la primera humillación!
Madres oíd! se dice que nuestros hijos están enfermos de tristeza, es una verdad dolorosa, pero su enfermedad no se cura, se agrava y se amplía en un procedimiento, en el que va envuelto, no una mala intención, pero sí un erróneo o mal conocimiento de los factores que determinan la situación del niño pobre.
Dejemos por humanidad que padezca el niño, ya que su dolor hará despertar su inteligencia para poder apreciar su verdadera posición, como hijo de productor, condenado a su vez, sino muere de miseria o se presta a servir humildemente a los que tienen lástima y le dan limosna.
Señores caritativos ¡por favor! no reavivéis los sentimientos amorosos de las madres contra sus propios hijos; no hagáis como el cura que insta el corazón para anular el cerebro; respetad su ignorancia; que su exquisita sensibilidad de mujer y de madre no la entregue al retroceso y la rutina. ¿Se teme que el niño aprenda a odiar? Mejor, sólo ama intensamente el que odia de todo corazón y con todo el cerebro.
V.B.
(Madre de niños pobres)
17 – ¿JUSTICIA?
La Nueva Senda n° 1, 18/09/1909
– ¿Quién eres? ¿tú que marchas con una antorcha en pleno día?
– Soy un moderno Diógenes: busco la justicia.
– Pues ¿no ves, que a pesar de tu luz eres ciego? No has visto pasar por tu lado un uniformado? Es el encargado de hacer cumplir la justicia.
– ¡Un uniforme! Eso me huele a verdugo; yo no busco la imposición!
– Entonces, mira allí en frente, en ese palacio vive un juez que condena por cumplir con la ley, tiene un libro…
– No; no es un libro donde encontraré lo que busco… un libro no puede estar siempre fielmente interpretado, además… ya no sirve para hoy, puesto que ha sido formulado para ayer, yo busco la justicia eterna, siempre la misma, sin artículos ni jueces.
– ¡Ah! Tú quieres la justicia como yo la entiendo. Hay en este país un legislador que tenía una hermosa querida… ayer la encontró en brazos de otro y la mató ¡así se hace justicia!
– ¡Oh! No, eso no es justo! Ese hombre no tenía derecho para matar; él acaso ¿se abstenía de otros amores?
– Eso no, él es hombre, además… era casado, no esperaba consecuencia uno una… querida, una… ex obrera.
– Extraña es en verdad tu justicia, que da derechos de vida o muerte de unos sobre otros; es cierto que, es delito la mentira y la falsedad, pero, ¿se evita con un crimen? Yo busco a Themis sin espada que puede caer sobre un inocente; sin balanza, que puede inclinarse al peso del oro; busco la única capaz de evitar el mal, pero que no castiga, la que no permite que los “señores” compren sus queridas, con el dinero robado a sus hermanos para luego matarlas porque… pagan.
– No te entiendo, eres sin duda un visionario.
– No me importa el calificativo. Sólo te diré, que me rebelo contra tus dos justicias me da asco la que mata, y me indigna la que permite que unos pocos vivan del sudor y la sangre de los más; que sean dueños del mundo y amos de la inmensa mayoría que siempre trabajando como bestias, vegetan en la indigencia, faltos de alimentos y de vestidos; siendo, los que todo lo producen. Si todos los hombres tuvieran todo lo necesario ¿habría quien robara? Si todos fueran dueños de sus amores nadie se creería con el derecho exigir… porque pagan. La verdadera justicia no permite que falte lo necesario para la vida, por lo tanto nadie tiene necesidad de fingir amores: esto es, elimina la causa de tales efectos con un solo acto, grandioso, sublime: la equidad.
Virginia Bolten.
18 – OÍD, VOSOTROS!…
La Nueva Senda, nº 6, 04/12/190917
Gobernantes de todo el mundo, oíd:
Vuestro loco deseo de imponeros para detener la marcha del progreso, es inútil; nada conseguiréis, como no sea apresurar los sucesos. La sangre de los inocentes, las lágrimas de la niñez desamparada, la desesperación de las madres, amantes y hermanas, formarán la montaña que os aplastará, destrozando el andamiaje levantado por vuestras leyes represivas.
Matad, inmolad en los presidios a todos los que os estorban en vuestra obra de oscurantismo; desconoced todos los derechos, pisotead los ideales de amor, combatid a todas las esperanzas: y esto no será más que la señal de guerra sin cuartel, pues que vuestras víctimas saben ya que seréis inexorables.
Cada caído en aras de la libertad dejará tras de si una falange dispuesta siempre a los grandes sacrificios por la conquista de la justicia.
Es que. Si los castigáis sin juzgar y sin importaros edad, sexo y delito, poco vacilarán en morir matando. Si los acorraláis se defenderán, pues todos saben que el último consuelo del paria es el vender cara su vida.
—
Oíd, vosotros, republicanos sinceros:
Todos los gobiernos, llámense como se quiera, cumplen su misión: la de imponerse. La república no es menos arbitraria que la monarquía cuando no se obra en consonancia con los deseos de los que mandan. Rusia, España y la Argentina son tres naciones diferentes en apariencias, iguales en el fondo: lo mismo se sostiene por la fuerza arrancada a los pueblos en su ignorancia.
La Constitución es una mentira convencional; sus leyes son píldoras doradas, y el sufragio una bonita farsa en que algunos ríen y otros comen, mientras la mayoría se encoge de hombros.
Un estado social deficiente, con sus innúmeras desigualdades, trae como consecuencias lógicas, las revoluciones y las hecatombes. Al que no obra a manera de autómata para conformar a los que se erigen en padre de la patria, se le atropella, se le golpea, encarcela o mata. Para los que se atreven a pensar no existe ni inviolabilidad del domicilio, ni derechos de propiedad y reunión: cuando les da la gana, con pretexto o sin él, se asaltan locales y domicilios privados, se roba hasta la correspondencia, declárase el estado de guerra,- como hoy en la Argentina,- se prohíbe el desembarco de hombres que se cree de ideas avanzadas, y se impiden las reuniones, por velo policial, sin declarar siquiera el estado de sitio, como en la libérrima República del Uruguay.
Las calles y plazas ostentan acá y allá los nombres de los que dieron todo, incluso la vida, sacrificando sus libertades por la libertad común y la Constitución, sin que por un momento se les ocurriese que era un sacrificio estéril, ya que en cualquier ocasión se desconocen los derechos que tanta sangre costaron, y se los mete tranquilamente en… el bolsillo.
La brutalidad de los de arriba producirá el choque con las ideas de los de abajo, y del choque surgirá la luz
—
¡Proletarios del universo, oíd!
Sois el sostén de todas las instituciones creadas, la fuerza que mueve todo el engranaje social; como productores y consumidores, dais sudor, sangre e inteligencia por un poco de dinero, y luego dais éste para pagar a vuestros verdugos.
Sin vosotros no se movería una paja: sois el moderno Dios. La industria y el comercio se efectúan gracias a vuestro poder. Vuestra hambre representa la abundancia en la mesa de los intermediarios y los que viven del presupuesto, desde el rey o primer magistrado hasta el último tinterillo.
El que os apalea, fusila, condena o encarcela, vive sobre vuestros hombros. El contingente de espías y prostitutas es recolectado entre los vuestros, después de embrutecerlos con una moral basada en el derecho del león, trabajo de esclavo y hambre de ilota.
¡Productor, despierta; ya es hora! Unid proletarios vuestras manos como eslabones de cadenas, por prestaros mutuamente vuestras fuerzas usándolas por primera vez en bien vuestro; levantad vuestros poderosos hombros y arrojad lejos todo lo que sintetice opresión y esclavitud.
Virginia BOLTEN.
19 – LA ORGANIZACIÓN SE IMPONE.
La Nueva Senda, n° 11, 05/03/1910.
Es de lamentar la falta de organización que reina en el campo obrero, dejando un vacío que es tiempo se piense en llenar.
No es suficiente llamarse progresista o anarquista, es preciso estar con el progreso, luchando por su triunfo; no es bastante pensar anárquicamente, es necesario extender los conocimientos, hacer prosélitos, divulgar las teorías y buscar el medio de llevarlas a la práctica, de otro modo no se hará jamás la tan deseada transformación de la sociedad.
Se desprecia la organización por considerarla formada por el egoísmo personal, sin ver que, también se es egoísta el encerrarse en el mayor grado de individualismo.
Es lógico y hasta natural que los que todo lo esperan de Dios o de sus delegados, se contenten con esperar en los demás; pero nosotros, los positivistas, que no nos conformamos con la esperanza de gloria en el otro mundo, que en nuestros conocimientos sabemos de sobra que tenemos la nueva palanca que dará vuelta al mundo con la fuerza de la acción, no podemos, sin ser inconsecuentes, sentarnos a esperar que nuestras hermosas ideas se conozcan y triunfen por arte de encantamiento.
Y para darle impulso es imprescindible que rompamos, de una vez por todas, con el ambiente absorbente que nos rodea y amolda. Rompamos también con el individualismo exagerado que hace, que en nombre de la libertad de cada cual, se debiliten nuestras energías, quedando aislados por no parecer esclavos de nuestros propios principios.
Por ser originales, ni siquiera protestamos de los mil atropellos diarios, por no pasar por sectarios caemos en la indolencia, pretextando que de otro modo seríamos intransigentes.
Transigiendo por no transigir con la organización para nuestra defensa, por lo que se da de bofetadas a la solidaridad, antes de pertenecer a una sociedad que lucha por pequeñeces nos dejamos pisotear a mansalva por cualquier cosaco. Sin defensa para hacer reconocer nuestros derechos, sin apoyo mutuo, sin solidaridad, teniendo por libertad el derecho al pataleo.
Todo esto, que puede parecer una afirmación gratuita, es un hecho constatado que se repite todos los días.
No repetiremos las ventajas de la asociación, por haberlo ya demostrado hasta la saciedad, solo queremos demostrar su utilidad revolucionaria y de solidaridad que es, a no dudarlo, un arma poderosa puesta a prueba en varias ocasiones con resultados positivos.
A más de los conocimientos que adquiere el asociado en el campo, digámoslo así, intelectual; el continuo ejercicio en busca de mejoras, lo capacita para la lucha; si, como sucede muchas veces, el aumento de salario o la rebaja en las horas de labor, implica un aumento en los artículos de consumo, del proletariado depende impedir que esto se lleve a cabo, siempre que haya unión y solidaridad. Hay quien objeta que hay escasez de esos dos elementos; no lo negamos y hasta afirmamos que no los habrá en mucho tiempo si los hombres conscientes no se preocupan de hacer propaganda en ese sentido por no emporcarse en la lucha por el centésimo; pero si en cambio, reconoce la necesidad de emancipación, sabrá imponerse a la explotación, sino quiere dejar morir de hambre a sus hijos por no tener el infame centésimo para darles pan.
Al agrupar a los individuos bajo la bandera gremial para unir un gremio, se le demuestra su malestar, que ellos reconocen, con lo cual se despierta el descontento, esto trae por consecuencia el deseo de mejorar su situación, por la que luchara. En el combate templará sus armas adquiriendo experiencia.
Muy otra sería la situación del proletariado de este país, si se fomentara y apoyara la organización, tan necesaria siempre para detener los avances de la burguesía y los atropellos del poder autoritario, y, en caso necesario, sepa levantar su voz y sus brazos ante toda injusticia.
Siéntese, pues, potente y apremiante la necesidad de la organización, a ella se atrae el elemento inconsciente, se despierta el deseo de mejoras, de unión, de solidaridad, y se tiene fuerza defensiva y ofensiva, consciente de sí mismo, para no dejar pisotear sus derechos en caso de paz, y, en caso de guerra es una potencia dispuesta a hacerse respetar.
Como obreros y como anarquistas, nuestro puesto está en las filas proletarias, desertar sería entregar las fuerzas al enemigo, dejar la puerta abierta a curas y sacristanes; nuestra indiferencia puede anularnos.
Como anarquistas no tendríamos que descuidar la formación de grupos pero lo hacemos en nombre de nuestra autonomía, dejando pasar, casi en silencio, todas las arbitrariedades, para que no se nos tache de sindicalistas o organizadores.
Ahora bien; en nosotros está el volver por nuestros fueros y evitar de quedar anulados si se nos trata como a hombres, como tales responderemos; si como a parias fuera de la ley para responder a sus desmanes; pero lo más unidos posibles, todos formando una inmensa avalancha dispuestos a vencer.
Virginia BOLTEN
20 – ENSEÑANZAS DEL PASADO
La Nueva Senda n° 12, 18/03/1910.
Abramos el libro para buscar en la historia los conocimientos para que nuestros esfuerzos no resulten estériles.
Busquemos en el pasado la inspiración para luchar en el porvenir: fracasos, desengaños y errores nos señalan el derrotero a seguir; para evitarlos contaremos con un inmenso caudal de conocimientos adquiridos en los días memorables.
Recordemos el pasado: juzguémosle sin pasión; fría y serenamente pero apasionados de la verdad para sacar en conclusión la verdadera enseñanza que necesitamos para evitar caer en los mismos errores.
La Comuna de París es un movimiento histórico que los revolucionarios recuerdan no para imitarla, sino, para superarla, no para caer de rodillas por sus actos, actitudes o determinaciones, sino, para tener en cuenta en sus luchas diarias el valor del pasado ante el porvenir.
Rememoremos; no para rendir cultos póstumos sino, para levantar más alta aun la bandera de la emancipación.
Para demostrar que recordamos, no basta un homenaje al pasado; es en nuestra actitud de luchadores donde se puede ver si amamos la justicia y la libertad.
No basta concurrir a mitins y conferencias, por que esto es muy platónico para luchadores, sería imitar a los católicos que oyen misa los domingo y se confiesan en cuaresma, por que, ese es el tiempo señalado para esos actos [sic].
Nosotros, con convicciones propias tenemos una obra que cumplir; señalar males, demostrar contrastes.
Así como el doctor descubre la asquerosa llaga para curarla el apóstol del nuevo verbo de Libertad ha de señalar toda la putrefacción de la actual organización social para poner un remedio purificador y demoledor de todo lo que represente imposición o tiranía.
Ayer la Comuna colosal, poderosa labró su muerte por sostener la propiedad, el estado y el principio de autoridad, mañana sabrá hacer un auto de fe, quemando todo lo que represente desigualdad económica y social.
Luchemos para que pronto llegue ese mañana.
VIRGINIA BOLTÉN [sic]