Así es un macrovuelo de deportación desde el CIE de Barcelona
No estaba anunciado y ninguna fuente oficial lo había confirmado, pero hacía casi dos semanas que se sabía. El grupo de trabajo Stop Deportación , integrado en la Campaña Estatal por el Cierre de los CIE, había alertado de la organización de un macrovuelo de deportación por parte de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras (CGEF) del Cuerpo Nacional de Policía español ( CNP). Estaba programado el 24 de julio para cubrir el trayecto entre Madrid y Guinea Conakry, con parada previa en Barcelona.
Antes de que se hiciera pública la previsión de este vuelo, el miedo se extendía entre la comunidad guineana del Centro de Internamiento de Extranjeros ( CIE ) de la Zona Franca de Barcelona, que entonces acumulaba casi cuarenta días de reclusión del máximo de sesenta estipulado en la legislación española. Lunes 10 de julio, una cincuentena de hombres se declaró en huelga de hambre en el CIE para denunciar su posible deportación forzosa y colectiva. Los inquietaba la visita que habían recibido la semana anterior por parte de un miembro del consulado para reconocerlos como ciudadanos del país africano.
Su grito de alarma se consumó la medianoche del lunes, cuando un avión de la aerolínea Orbest -propiedad del Grupo Barceló- aterrizó en el aeropuerto del Prat para recoger un pasaje inferior al previsto inicialmente. Según han podido confirmar internos del CIE de Barcelona que no han sido expulsados en esta ocasión, trece personas fueron desplazadas desde el centro de la Zona Franca con furgones de la Policía Nacional española, que las obligó a subir al vuelo, aunque finalmente sólo doce de ellas fueron deportadas, junto con otros cinco jóvenes que habrían viajado en la misma aeronave desde Barajas, provenientes del CIE de Aluche .
Un equipo de la Directa ha podido documentar gráficamente por primera vez el operativo policial utilizado por el Ministerio del Interior español para trasladar a las personas privadas de libertad hasta el aeropuerto y proceder a su introducción por la fuerza en un vuelo especial de deportación. El Estado español y sus socios europeos del espacio Schengen expulsan migrantes en situación administrativa irregular por vía aérea a través de vuelos comerciales y de macrovuelos especiales. Estos últimos pueden ser coordinados por la agencia Frontex o por cada Estado en solitario, como en el caso del Airbus A320 con identificación OBS 455 que muestran las imágenes.
Opacidad y ley del silencio
El avión de la compañía Orbest aterrizó en la pista 07L-25R del Aeropuerto de Barcelona a tres y media de la noche del lunes. Minutos después dio media vuelta y se desplazó por delante de la Terminal 2 hasta detenerse ante los centros logísticos de las multinacionales de mensajería FedEx y DHL. Entre las once y las doce y veinte, los furgones de la Policía Nacional española -cinco de antidisturbios y tres de traslados de detenidos- que habían abandonado el CIE poco antes de las once, se colocaron en formación al pie de la avión y procedieron a introducir al grupo de trece personas por la escalera posterior de la nave.
Uno de los jóvenes que hicieron subir al avión fue trasladado de nuevo al CIE antes del despegue. En estos vuelos miembros de la Cruz Roja completan el pasaje junto con la tripulación y agentes de paisano del CNP identificados con un chaleco amarilla. Una de las asistentes de la organización humanitaria le habría mostrado una fotografía suya para identificarlo y le conminó a bajar del avión. Los finalmente deportados y la cuarentena de guineanos aún internos el CIE que se habían declarado en huelga de hambre conjunta habían solicitado el asilo, por lo que el grueso del grupo habría evitado el macrovuelo y sólo doce han sido expulsados, tras ser denegada su petición.
En conversación telefónica con el portavoz de Jefatura Superior de Policía de Barcelona, el cuerpo sólo ha querido confirmar que el vuelo se produjo: «Salió un Vuelo de Madrid que hizó escala en Barcelona, no estoy autorizado a deciros nada más», afirmó taxativo el responsable de prensa del CNP. Los testimonios de los internos en el CIE explican como los efectivos policiales desplazados al centro de la Zona Franca sacaron a todo el grupo de guineanos en el patio para apartar los que debían ser deportados. El resto fueron devueltos a sus celdas donde los encerraron a cal y canto.
El chico que esquivó la deportación a pesar de llegar a ser introducido en el avión relata desde el CIE como se los llevaron de dos en dos esposados con las manos en la espalda, mientras muestra las marcas que las esposas le dejaron en las muñecas. Asegura que antes de bajar de la aeronave pudo ver cómo los policías ataban a la silla algunos de sus compañeros. La cuarentena de personas que ha sorteado el macrovuelo y siguen en el CIE llegaron a principios de junio en pateras a la costa de Motril (Granada) procedentes de Marruecos.
Durante los próximos días estos internos agotarían el máximo legal de estancia en un CIE de España y podrían ser puestos en libertad. Su situación ha tenido repercusión en medios de comunicación de su país de origen , con quien han podido contactar durante este periodo de reclusión para emitir un grito de socorro a las autoridades guineanas, aunque les tildaron de «cómplices» y de haber cargado contra el cónsul.
Llamamiento al boicot contra Barceló
El Grupo Barceló fundó en 2013 la aerolínea Evelop, tras la compra de parte de los activos de Orbest Orizonia Airlines, para consolidar las dos compañías como un nuevo engranaje de su entramado societario. Tres años después, la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Evelop, Orbest y Air Nostrum, que opera con franquicia junto con Iberia y sólo se encarga de los traslados entre puntos del territorio estatal, ganó la licitación para encargarse los macrovuelos de deportación organizados por el Estado español.
La UTE ha embolsado 11,8 millones de euros por un contrato que expirará el próximo mes de noviembre. Todo esto después de relegar Air Europa y Swift Air , compañía que se había hecho cargo de estos vuelos y por ello había sufrido una fuerte campaña de boicot y descrédito . Sin embargo, la presión de movimientos como Cerramos los CIE contra los beneficiarios de la nueva licitación pública ya se ha hecho notar, a partir de la ocupación de una oficina de Viajes Barcelóque se hizo el pasado viernes en el barrio barcelonés de Gracia, acción que tuvo sus réplicas en las ciudades de Valencia y Oviedo.
Con la reapertura del CIE de Barcelona hace un año , después de estar cerrado por obras durante una temporada, la lucha por el cierre del centro quedó en una situación de bloqueo institucional. El Ayuntamiento de Barcelona emitió una orden municipal de cese de la actividad , alegando que las instalaciones no tenían la licencia de actividad pertinente, pero el Ministerio del Interior ha hecho caso omiso y lo mantiene en plena operatividad, aunque el Parlamento de Cataluña también votó a favor de su cierre .
Las últimas semanas las deportaciones forzosas se han situado en el centro de la agenda mediática a raíz de los hechos ocurridos en un vuelo comercial de Vueling con destino a Senegal , en el que un grupo de turistas se opuso a despegar como muestra de solidaridad con una persona que iba a ser deportada en el mismo avión. A diferencia de los macrovols especiales, en los vuelos comerciales sí hay testigos que pueden oponerse a la deportación o documentar que sucede dentro de la aeronave . En cambio, de convoyes como el que el lunes hizo escala en Barcelona, no hay imágenes de lo que ocurre en su interior una vez se retiran las escaleras móviles de acceso y se consuman unos viajes contra la voluntad de los propios pasajeros.
Així és un macrovol de deportació des del CIE de Barcelona
No estava anunciat i cap font oficial no ho havia confirmat, però feia gairebé dues setmanes que se sabia. El grup de treball Stop Deportació, integrat a la Campanya Estatal pel Tancament dels CIE, havia alertat de l’organització d’un macrovol de deportació per part de la Comissaria General d’Estrangeria i Fronteres (CGEF) del Cos Nacional de Policia espanyol (CNP). Estava programat el 24 de juliol per cobrir el trajecte entre Madrid i Guinea Conakry, amb aturada prèvia a Barcelona.
Abans que es fes pública la previsió d’aquest vol, la por s’estenia entre la comunitat guineana del Centre d’Internament d’Estrangers (CIE) de la Zona Franca de Barcelona, que aleshores acumulava gairebé quaranta dies de reclusió del màxim de seixanta estipulat a la legislació espanyola. Dilluns 10 de juliol, una cinquantena d’homes es va declarar en vaga de fam al CIE per denunciar la seva possible deportació forçosa i col·lectiva. Els neguitejava la visita que havien rebut la setmana anterior per part d’un membre del consolat per reconèixer-los com a ciutadans del país africà.
El seu crit d’alarma es va consumar la mitjanit de dilluns, quan un avió de l’aerolínia Orbest –propietat del Grup Barceló– va aterrar a l’aeroport del Prat per recollir un passatge inferior al que estava previst inicialment. Segons han pogut confirmar interns del CIE de Barcelona que no han estat expulsats en aquesta ocasió, tretze persones van ser desplaçades des del centre de la Zona Franca amb furgons de la Policia Nacional espanyola, que les va obligar a pujar al vol, tot i que finalment només dotze d’elles van ser deportades, juntament amb cinc joves més que haurien viatjat en la mateixa aeronau des de Barajas, provinents del CIE d’Aluche.
Un equip de la Directa ha pogut documentar gràficament per primera vegada l’operatiu policial utilitzat pel Ministeri de l’Interior espanyol per traslladar les persones privades de llibertat fins a l’aeroport i procedir a la seva introducció per la força en un vol especial de deportació. L’Estat espanyol i els seus socis europeus de l’espai Schengen expulsen migrants en situació administrativa irregular per via aèria a través de vols comercials i de macrovols especials. Aquests darrers poden ser coordinats per l’agència Frontex o per cada Estat en solitari, com en el cas de l’Airbus A320 amb identificació OBS 455 que mostren les imatges.
Opacitat i llei del silenci
L’avió de la companyia Orbest va aterrar a la pista 07L-25R de l’Aeroport de Barcelona a tres quarts d’onze de la nit de dilluns. Minuts després va girar cua i es va desplaçar per davant de la Terminal 2 fins a aturar-se davant dels centres logístics de les multinacionals de missatgeria FedEx i DHL. Entre les onze i les dotze i vint, els furgons de la Policia Nacional espanyola –cinc d’antidisturbis i tres de trasllats de detinguts– que havien abandonat el CIE poc abans de les onze, es van col·locar en formació al peu de l’avió i van procedir a introduir al grup de tretze persones per l’escala posterior de la nau.
Un dels joves que van fer pujar a l’avió va ser traslladat de nou al CIE abans de l’enlairament. En aquests vols membres de la Creu Roja completen el passatge junt amb la tripulació i agents de paisà del CNP identificats amb una armilla groga. Una de les assistents de l’organització humanitària li hauria mostrat una fotografia seva per identificar-lo i el va comminar a baixar de l’avió. Els finalment deportats i la quarantena de guineans encara interns el CIE que s’havien declarat en vaga de fam conjunta havien sol·licitat l’asil, motiu pel qual el gruix del grup hauria evitat el macrovol i només dotze han estat expulsats, després de ser denegada la seva petició.
En conversa telefònica amb el portaveu de Prefectura Superior de Policia de Barcelona, el cos només ha volgut confirmar que el vol es va produir: «Salió un vuelo de Madrid que hizo escala en Barcelona, no estoy autorizado a deciros nada más», va afirmar taxatiu el responsable de premsa del CNP. Els testimonis dels interns al CIE expliquen com els efectius policials desplaçats al centre de la Zona Franca van treure tot el grup de guineans al pati per apartar els que havien de ser deportats. La resta van ser retornats a les seves cel·les on els van tancar amb pany i forrellat.
El noi que va esquivar la deportació tot i arribar a ser introduït a l’avió relata des del CIE com se’ls van endur de dos en dos esposats amb les mans a l’esquena, mentre mostra les marques que les manilles li van deixar als canells. Assegura que abans de baixar de l’aeronau va poder veure com els policies lligaven a la cadira alguns dels seus companys. La quarantena de persones que ha sortejat el macrovol i segueix al CIE va arribar a principis de juny en pasteres a la costa de Motril (Granada) procedent del Marroc.
Durant els pròxims dies aquests interns esgotarien el màxim legal d’estança a un CIE de l’Estat espanyol i podrien ser posats en llibertat. La seva situació ha tingut repercussió a mitjans de comunicació del seu país d’origen, amb qui han pogut contactar durant aquest període de reclusió per emetre un crit de socors a les autoritats guineanes, tot i titllar-los de «còmplices» i d’haver carregat contra el cònsol.
Crida al boicot contra Barceló
El Grup Barceló va fundar l’any 2013 l’aerolínia Evelop, després de la compra de part dels actius d’Orbest Orizonia Airlines, per consolidar les dues companyies com un nou engranatge del seu entramat societari. Tres anys després, la Unió Temporal d’Empreses (UTE) formada per Evelop, Orbest i Air Nostrum, que opera amb franquícia juntament amb Iberia i només s’encarrega dels trasllats entre punts del territori estatal, va guanyar la licitació per encarregar-se dels macrovols de deportació organitzats per l’Estat espanyol.
La UTE s’ha embutxacat 11,8 milions d’euros per un contracte que expirarà el pròxim mes de novembre. Tot això després de relegar Air Europa i Swift Air, companyia que s’havia fet càrrec d’aquests vols i per aquest motiu havia patit una forta campanya de boicot i descrèdit. Tanmateix, la pressió de moviments com Tanquem els CIE contra els beneficiaris de la nova licitació pública ja s’ha fet notar, a partir de l’ocupació d’una oficina de Viatges Barceló que es va fer divendres passat al barri barceloní de Gràcia, acció que va tenir les seves rèpliques a les ciutats de València i Oviedo.
Amb la reobertura del CIE de Barcelona ara fa un any, després d’estar tancat per obres durant una temporada, la lluita pel tancament del centre va quedar en una situació de bloqueig institucional. L’Ajuntament de Barcelona va emetre una ordre municipal de cessament de l’activitat, al·legant que les instal·lacions no tenien la llicència d’activitat pertinent, però el Ministeri de l’Interior ha fet cas omís i el manté en plena operativitat, tot i que el Parlament de Catalunya també va votar a favor del seu tancament.
Les darreres setmanes les deportacions forçoses s’han situat al centre de l’agenda mediàtica arran dels fets ocorreguts en un vol comercial de Vueling amb destí al Senegal, en el que un grup de turistes es va oposar a enlairar-se com a mostra de solidaritat amb una persona que anava a ser deportada en el mateix avió. A diferència dels macrovols especials, en els vols comercials sí que hi ha testimonis que poden oposar-se a la deportació o documentar què succeeix dins de l’aeronau. En canvi, de combois com el que dilluns va fer escala a Barcelona, no hi ha imatges de què passa al seu interior un cop es retiren les escales mòbils d’accés i es consumen uns viatges contra la voluntat dels mateixos passatgers.
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