Argentina. Morás: «El gobierno de Macri encarcela inocentes y ensaya Falsa Bandera»
Ayer afirmaste en Telesur que los jóvenes Kevin y Axel Salomon fueron detenidos arbitrariamente, sin ninguna prueba. ¿Cómo se prestó el Juez para librar la orden de detención?
R: Deberías preguntárselo al magistrado en cuestión. Se trata de una operación política miserable, carece por completo de asidero jurídico e implica una flagrante violación a los derechos y garantías de las personas detenidas.
La familia de los detenidos demandará al Estado, al tiempo que la comunidad islámica denuncia persecución religiosa.
R: Con toda razón y lógica, en ambos casos.
Los derechos de los detenidos fueron vulnerados desde el momento en el cual se comenzó a investigarlos secretamente, siguiendo sus movimientos, indagando sobre sus viajes pretéritos, actividades privadas e interceptando la totalidad de sus comunicaciones. ¿En base a qué? A una denuncia anónima tercerizada.
La DAIA, que es el principal órgano de lobby de Israel en la Argentina, la presentó en Enero aduciendo a su vez que actuaban en base a un mensaje anónimo…repito, a un mensaje anónimo. Un grado de impresición criminal tomando en cuenta las consecuencias generadas.
Porque semejante chapuza resultó suficiente para encender la maquinaria distópica de control y vigilancia del Estado, fortalecida en gran medida gracias a las compras de equipos y armamento israelí contra dos ciudadanos argentinos pacíficos de conducta intachable.
Tan endeble acusación, carente de cualquier sustento más allá de meras declamaciones, debería haber sido rechazada por el propio Juez de Instrucción, pero sin embargo pasó al fuero federal, que diez meses después, casualmente en la previa al G20, ordena allanar el domicilio de la familia y detener a los imputados, desestimando formular los cargos por presuntos vínculos con el terrorismo, ardid explotado por el amarillismo filofascista de Infobae y demás medios, mientras publicitaba la mise en scene del allamiento policial.
Sin embargo los muchachos siguen presos por unas pocas armas antiguas, en desuso, guardadas bajo llave, que pertenecían a su abuelo y ni siquiera estaban su poder.
Deus ex machina para mantener una ficción paupérrima.
El infame hostigamiento al que son sometidos los musulmanes argentinos lleva ya veinticinco años, aunque este nuevo capítulo la intensifica, en un contexto de un gobierno que encarcela inocentes y se dispuso a cumplirle absolutamente todos los caprichos a la élite sionista, no sin el pertinente auxilio de los medios hegemónicos que ésta domina.
Sobre el rol del sionismo en los medios trata tu documental La Dictadura Silenciosa, que se estrenará por HispanTV. ¿Qué papel juega la DAIA en esto?
R: En lo que concierne a Argentina, el papel protagónico, sin lugar a dudas.
Si bien la manipulación de la historia, la cooptación de la academia y el férreo dominio de los medios de la comunicación constituyen las bases de la Hegemonía sionista en el conjunto de Occidente, Argentina tiene a la DAIA como actor unificado, del cual se desprenden entidades menores, personajes y nexos.
Pero en sí misma la DAIA es una institución fundamental para el linchamiento público y la persecución judicial de disidentes.
La Ley Anti Discriminación del país se articuló a medida de las exigencias del lobby, que acude a ella con interpretaciones laxas, maniqueas, de cualquier crítica al accionar genocida de Israel y/o los negociados criminales de sus representantes vernáculos, con el fin de reprimir a sus disidentes.
Publican anualmente sus listas negras de corte inquisitorial con absoluta impudicia, haciendo uso del eufemismo «Informes de Anti-Semitismo» donde incluyen comentarios en radio y tv, posteos privados en redes sociales de particulares, vandalismo callejero de dudosa autoría, libros, películas y hasta conversaciones en pasillos o en la via pública.
La Policía del Pensamiento orwelliana de la DAIA convierte la mayoría de estos casos en causas penales a través de sus aceitados vínculos con el Poder Judicial, y dependiendo de cuán útil les resulte acallar al imputado, orquestan campañas de difamación programada a través de las cadenas de medios jenuflexas al sionismo, que son el noventa y cinco por ciento.
La DAIA ostenta una patulea de políticos y empresarios sumisos a quienes expone impúdicamente en sus eventos sin ningún disimulo, como muestra de poder, gente que les debe y les responde sin chistar.
La DAIA amenaza y amedrenta periodistas, intima a particulares, extorsiona y chantajea a sus denunciados para obtener dinero y forzarlos a rendirse («disculparse») públicamente. Incide en la formación de los programas educativos, restringe la publicación de artículos y facilita ilimitadamente los alcances de la injerencia de Israel en la política argentina, porque opera como embajada paralela, es decir despojada de los límites habituales a la actividad diplomática.
La clave fundamental de este aparato siniestro pasa por instaurar deliberadamente la confusión entre anti-sionismo y anti-semitismo, apropiándose del dolor de las víctimas del Atentado a la Amia y de los muertos en la Segunda Guerra, arrogándose la (falsa) representación de todos los judíos argentinos.
Este primer documental no trata sobre la DAIA, sino sobre la censura, y en él reúno cuatro casos directamente relacionados a este organismo:
- La extorsión a Esmeralda Mitre, una actriz que osó cuestionar la historiografía oficial y fué chantajeada por el entonces presidente del organismo
- La salida de Santiago Cúneo, última figura del periodismo opositor en pié, de Crónica TV
- El silencio en torno a Pegasus, el sofware de espionaje que el gobierno de Macri adquiere de una empresa israelí sin dar parte oficial e intentó legalizar este año, con la absoluta complicidad de la prensa y de parte del PJ
- La persecución judicial dantesca y en apariencia, interminable, a Adrián Salbuchi y Juan Manuel Soaje Pinto, dos periodistas que cometieron el «error» de tratar al genocidio contra los palestinos por su nombre.
También entrevistamos a Anuar Majluf, Presidente de la Comunidad Palestina de Chile, que expone una operativa similar por parte de los homólogos sionistas chilenos.
Pero una hora no alcanza para profundizar lo suficiente sobre una cuestión tan delicada, y a la vez crucial para comprender la configuración del moderno totalitarismo sutil que rige en este hemisferio.
Aspiro a dar, por lo menos, una introducción a este costado oscuro de la «democracia», ignorado convenientemente por millones de personas.
Como decía Voltaire: «Para saber quién gobierna sobre tí dirige tu mirada a quienes no estés autorizado a criticar».
Además de la detención de los hermanos Salomon tuvieron lugar numerosas detenciones a okupas anarquistas, a jóvenes que intentaron ingresar a la Residencia presidencial y a miembros de los pueblos originarios en el Sur. ¿A qué se debe esta creciente ola represiva?
A que están ensayando, quizás en una instancia preliminar, sus propias operaciones de Falsa Bandera, como te decía antes.
Hoy en día el Mossad está al frente de la inteligencia argentina, la DEA maneja a parte de la Policía Federal y suman cuatro bases estadounidenses en el territorio (Salta, Neuquén, Misiones, Tierra del Fuego).
Pegasus le transfirió al gobierno, independientemente de su estatus legal, la capacidad de vigilancia total, permanente y perfecta sobre cualquier ciudadano, algo que hasta hace unos años sólo resultaba posible para los miembros del pacto 5-Eyes (Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia, Nueva Zelanda y Canadá) e Israel.
La estructura coercitiva bajo el mandato de Patricia Bullrich en el Ministerio de Seguridad mejoró ostensiblemente, y ahora toca desarrollar una nueva logística represiva, más afín al alineamiento colonial.
Por desgracia, o quizás por fortuna, por el momento las False-Flags argentinas parecen películas de Serie B: Dos máquinas viales incendiadas con unos panfletos, una bomba casera en un cementerio, etcétera.
Pero no me sorprendería que pronto corra sangre inocente. Tampoco que parte de las tropas extranjeras que vienen a blindar el penoso espectáculo del Gobierno mundial no regresen a sus respectivas metrópolis.
La brutal crisis económica que padecemos aceleró el viraje violento de esta gestión, una oligarquía prebendaria amoral y desmoralizada, capaz de cualquier cosa con tal de retener el poder.