Argentina.Diálogos políticos: La conciencia política transformadora.

“Un pueblo culto nunca puede ser esclavizado”. Manuel Belgrano.

“Sin educación, en balde es cansarse, nunca seremos más que lo que desgraciadamente somos”. Manuel Belgrano.

 

El desarrollo de la conciencia política transformadora, como nivel elevado de conocimiento sobre la realidad social, incluyendo prioritariamente las relaciones de poder, debe, a nuestro criterio, ser asumido como elemento vital y relevante para la construcción del poder político en las organizaciones cooperativas a partir de su Doctrina.

Tomando en consideración el actual contexto, es más, el contexto histórico del surgimiento de las cooperativas en el Siglo XIX, el contexto es adverso de manera creciente para la vida digna y respetuosa con la naturaleza y tomando conocimiento  que en tal circunstancia, en el mundo globalizado prima la relación de poder.

Ahora, ¿Cómo se logra alcanzar ese nivel o grado de conciencia?

Sin dudas y sin pretender agotar ese importante asunto, tenemos la convicción que el estudio, la investigación, el intercambio de saberes y un gran activismo cooperativo han de ayudar a poseer una visión política transformadora y adquirir capacidad de saber entender, comprender, interpretar y leer con  precisión la realidad, tal y cual se presenta, y también la propia realidad interna de las organizaciones cooperativas.

Por medio de esas capacidades, que son del ámbito de las ciencias sociales,  los individuos aprenden a leer con mucha exactitud y develan las relaciones del poder, detectan en su observación, atenta y profunda, las claves en las relaciones sociales y que ayudan a comprender las fuerzas que están en competencia en lo global y en lo local.

Lejos está de nosotros realizar un ensayo sobre esta cuestión, que por cierto, existen autores y pensadores con abundante bibliografía que nos libera de mayores precisiones y estamos, en consecuencia, de animar a interiorizarse por tales medios formidables.

De modo compendiado anotamos que la conciencia política transformadora con base doctrinaria cooperativa, implica el despliegue de una capacidad importante para el avance del cooperativismo en las áreas de alianzas, conexiones, contactos, etc., en el proceso de construcción del poder político cooperativo y poseer capacidad de diálogo e incidencia real.

Sí, estimado lector/a algo flota en el aire de lo escrito hasta aquí, es la ausencia de lo concluyente, y lo vamos a decir: Sin esta formación y acción política de los cuadros prominentes (estratégicos) junto a los  cuadros intermedios (tácticos), el movimiento cooperativo seguirá siendo un invitado ocasional… “nunca seremos más que lo que desgraciadamente somos”. M.B.

En este punto se hace imprescindible señalar que estas expresiones y anotaciones son frutos de la experiencia y el estudio atento sobre el espectro cooperativo, y precisamente, que en ello constituyen fuentes valiosas los exponentes del cooperativismo que han aportado a la visión aquí puesta a consideración, en este caso, el Dr. Carlos Mario Londoño y su libro “El movimiento cooperativo y el Estado”.

Semblanzas de un hombre de las finanzas y de la estrategia cooperativa.

Algunas breves consideraciones: Vivimos en un mundo globalizado, signado por el capitalismo en su etapa financiera, esto no constituye un dato menor, al contrario, es un elemento de suma importancia al momento de planificar y actuar. Entonces, tenemos en Londoño un referente valioso por haber sido un destacado hombre de las finanzas y del cooperativismo, sabía sobradamente bien cuando hablaba sobre el poder político y las finanzas, de la significación de los Estados y sus políticas públicas, y ante ello sugirió adoptar cierta actitud cooperativa:

“Vista así la realidad cooperativa, es preciso orientar la acción a suprimir todas aquellas estructuras generadoras de atraso del sistema y crear los valores propios de la cooperación. Porque para que el cooperativismo desempeñe las funciones de agente de cambio y de instrumento de desarrollo en forma eficaz,  pronta, visible y a fondo, debe existir el movimiento cooperativo con toda la fuerza y alcance de un movimiento social con masas, cabezas, doctrina, engranajes, espíritu, conciencia y planificación concertada y científica. Pensar en otra cosa es hacer folclore, con pinitos, emblemas y frases hechas”.

Consideramos realizar una brevísima referencia sobre Londoño cuya fuente es https://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Mario_Londo%C3%B1o y que transcribimos.

Carlos Mario Londoño Mejía (Envigado, 4 de noviembre de 1918-Bogotá, 3 de julio de 1991) fue un banquero colombiano.

Entre los múltiples cargos que ocupó en el sector privado destacan haber sido director del Banco Cafetero , la Flota Mercante Gran colombiana, Avianca, la Compañía Central de Seguros, el Banco Panamericano y el Banco de Asunción (Paraguay), haber sido representante del Banco Atlántico y de otras entidades comerciales de España, haber sido secretario general de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), presidente de la Fundación Educativa Central seguros y promotor de la fundación de la Compañía Central de Seguros, el Banco Cafetero, el Banco de los Trabajadores, el Banco de Asunción (Paraguay), el Banco Popular del Ecuador, la empresa de seguros La Equidad y la promotora de vivienda cooperativa FINANCIACOOP.

Londoño Mejía fue uno de los principales exponentes del cooperativismo en Colombia, promotor de todo tipo de centros cooperativos y Congresos Cooperativos de carácter Nacional e Internacional. Apoyó abiertamente la Doctrina Social de la Iglesia.

En el ámbito académico fue profesor de varias cátedras, principalmente relacionadas con la economía, en varias universidades del país. Llegó a ser condecorado por los gobiernos de Colombia, Ecuador y Bolivia.

Fue autor de numerosos artículos y ensayos en materia económica, además de escribir 15 libros, varios de ellos distribuidos también en el exterior. En estas obras expresó su principio de que “el dinero y su productividad no pueden ser el móvil más importante de la actividad económica”, proponiendo en cambio que la primera motivación para todo trabajador y empresario debe ser el “logro social y humano” por encima del “lucro material y económico”. En este sentido criticó el salvajismo de algunos sistemas económicos que buscan el lucro a toda costa.

¡En la senda de la lucha bondadosa cooperativa, les abraza José Yorg!

 

 

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