Argentina. Balas de uniforme
ROSARIO: GATILLO FÁCIL VS LEGÍTIMA DEFENSA.
Siete jóvenes murieron en lo que va del año durante lo que la versión oficial presentó como enfrentamientos y familiares de las víctimas cuestionaron como ejecuciones sumarias. En la mayoría de los casos no hubo imputación para los tiradores. Todos tenían entre 16 y 25 años. Todos vivían en barrios periféricos. Todos fueron acusados de ser ladrones. Ninguno de los siete pibes asesinados este año en Rosario por las fuerzas públicas llegó a un proceso judicial. Desde el crimen de Jonatan Herrera (23), ejecutado los primeros días de enero en el lamentable debut de la Policía de Acción Táctica, hasta el homicidio de Maximiliano Zamudio (16) a fines de mayo en manos de un efectivo de Prefectura, los hechos fueron presentados como enfrentamientos en cumplimiento de los deberes de funcionario público o legítima defensa. De gatillo fácil, represión preventiva o ejecución sumaria de la pena de muerte sólo hablan unas pocas voces, acalladas por el ruidoso reclamo de seguridad que tolera y legitima este tipo de prácticas.
Como la Policía sabe que tiene permitido el uso de la fuerza bajo determinadas condiciones, continuó, “cuando excede los límites, arma un escenario para colocarlo conceptualmente dentro del esquema que la ley le permite. Por eso generalmente las situaciones en que la Policía ejerce la violencia más allá de los límites permitidos son puestas en escena de enfrentamientos por robo o de legítima defensa”.Al respecto, reflexionó que ese tipo de violencia existe porque “judicialmente se tolera, políticamente se tolera y culturalmente también se tolera”. Y ocurre, explicó Ganón, porque los destinatarios de esas balas policiales son vistos socialmente como enemigos internos, ya sea por sus antecedentes penales o porque estaban ante la comisión de un delito: “No reúnen los requisitos de víctima ideal y la sociedad tolera esas ejecuciones”.