
Apuntes de campaña
  Porque… en capitalismo, ninguno de los dos partidos se pueden echar nada en cara: son tal para cual, décimas arriba o abajo en la nomenclatura de los superexpertos en economía que no hacen más que dejarse llevar por el laissez faire, como todos los economistas del sistema… 
  Es cierto que hay mucho votante del PP que no tiene más motivos para apoyarle que el tan conocido gusto unamuniano de llevar siempre la contraria. Y mucho más lo es ese gusto en esta dimensión de la política. En eso, en llevar la contraria al poder reconocido y oficialista, por sí solo es un precepto para muchos. Pero eso ocurre siempre: también cuando es la actual oposición la que lo ostentó. Yo diría que más bien lo detentó (Detentar: dudosa legitimidad).
  Los socialistas (psoístas, porque de socialista tiene algo el PSOE, pero tan poco, que ya a duras penas explica la socialdemocracia) desencantados deben ser escasos. No pudiendo abundar socialistas en el ámbito empresarial por razones obvias, pocas razones tienen los trabajadores para esperar mejor trato de un gobierno del PP. Por consiguiente, aunque hay mucho mentecato, poco voto al PP de  trabajador por cuenta ajena  debe haber…
  Además de los amantes citados en llevar la contraria, los socialistas «desencantados» que vayan a parar al PP sólo pueden ser  de un grupo.  Proceden, como casi siempre en toda clase de colectivos más o menos instituidos u organizados , de los renegados. En todos los colectivos, partidos y religiones los hay. Son ésos que, dentro del colectivo que sea, no han llegado a donde querían, han fracasado en sus intentos, y patalean. De estos hay bastantes en un país de tanto engreído, tanto pretencioso y tanto soberbio por nada y sin causa; sólo porque sí. Pero no creo que el número sea significativo para cargar  de votos a Rajoy.
  La derrota técnica de Pizarro frente a Solbes es otro cantar. Es curioso, no obstante, que se hable tan fácil y rápidamente de derrota o éxito en debates pertenecientes a un área social tan árida como es la macroeconomía, pues en ella ventilaron sus posiciones. Es curioso, pues ¿quién es el árbitro en estos casos en que sólo los del gremio y algún avispado desperdigado pueden seguirles? Ya sé que lo de menos fue y suele ser el fondo de la cuestión en este caso casi ininteligible; que lo que importa es la escenificación de las ideas. Pero aún así hablar de éxito o de fracaso en un debate de estas características, atribuyendo el éxito o el fracaso a los aspectos formales y plásticos del saber desenvolverse con más o menos aplomo televisivamente, no deja de ser otra engañifa de oropel que son estas democracias.
  El tercer apunte es sobre la marginación de Gallardón. Está claro que o no han calculado bien estos fuguillas del PP defenestrando virtualmente al alcalde de Madrid -el más centrista del partido-, en favor de la Aguirre -la Dama de Hojalata, mala emuladora de la Dama de Hierro, la Tatcher-, o creen que insistiendo en la extremosidad del despotismo verbal y de hecho, pueden estos chicos y chicas del PP llegar a alguna parte. Claro es que, hablando de la Aguirre y sabiendo todos ellos que no tienen nada qué hacer en estas elecciones, a la mujer ésta la tendremos de candidata el año 2012. Lo veréis… Esto es lo que de verdad ahora les importa.
  En cuanto a IU, en un marco brutal del bestial capitalismo financiero reinante, es triste que, pese a pedir yo el voto para IU a la que voy a votar por coherencia (es decir, porque se aproxima su ideario a mis mismos postulados: federalismo, revisionismos institucionales, republicanismo, etc) la izquierda eurocomunista, y con mayor motivo el comunismo castrista o similar, no tenga ningún futuro en este país y esta sociedad. Es más, es patético pensar que si, por esas jugarretas que tan pocas veces juega la historia en el devenir de los países, un comunista estuviese a punto de ganar las elecciones, ya están ahí los ejércitos y las policías preparados por los poderes fácticos para impedirlo…
  Sin embargo saber que vamos a hacer eternamente el papel de actores secundarios o de comparsas si seguimos bajo la batuta de los  mismos directores del teatro, y asumirlo; esto es, saberse siempre perdedor pero aceptarlo por conciencia social, es uno de los gestos románticos que a mi juicio más honran a un político y a quienes le siguen. El mismo espíritu, en suma, que anida en el socialismo cubano y en el actual venezolano -padre e hijo del socialismo real en las dos Américas-, contra el pensamiento único, globalizante, devastador y depredador.
  Y nosotros, votantes de IU, pertenecemos al grupo de esos eternos perdedores y también de los últimos románticos; ésos que se dicen, poniendo al día al poeta: «Allá muevan feroz guerra ciegos reyes por un palmo más de tierra, mientras yo tengo aquí por mía cuanto abarca mi conciencia a quien nadie impuso leyes». De todos modos, ya lo advierto: yo nunca  me haría de un club al que perteneciera un tipo como yo…